Padilla en Málaga estuvo en Padilla (EFE) |
Una corrida del Pilar grande y vieja. Pasada de kilos y pasada de edad. El toro que pasa de primeras el reconocimiento matinal en estas plazas de primera pero que, luego, a la tarde no pasa, no da, el juego mínimo necesario.
Mansos y descastados los toros de Fraile, salvo uno que, aunque lesionado de un remo, era bravo y pronto. Un toro alegre en su larga embestida. De esa alegría que llega al tendido. Dicho en la jerga actual, un toro con transmisión. Uno entre seis.
La terna estuvo bien dentro de las limitaciones impuestas por los astados.
Algo desanimado vimos a Ferrera a quien esta temporada tantas tardes buenas le llevamos vista. En banderillas, los toros fueron complicados. Algunas ganaderías a las que algunos llaman comerciales suelen ser difíciles de banderillear. Tal el caso de Victoriano del Río que lidia esta tarde. Los del Pilar lo fueron, tanto que Ferrera renunció a parear en el toro en el que invitó a sus compañeros y también en el otro suyo en el que dejó que lo hicieran sus peones lo que el público le reprochó.
Muy bien Fandi con ese capote que tampo templa a los toros: ¡Como "tiempla" el granaíno! Dicen que baja con la muleta. Es posible. Lo mismo decían de Luis Francisco Esplá. También es posible (aunque ayer no fue el caso) que, por ese prurito banderilleador, los toreros banderilleros se dejen crudos a los toros en varas y luego en la muleta el toro no llega suficientemente picado. Medir el castigo es muy complicado y lo que vale para la muleta no vale para las banderillas.
Y muy bien Padilla en el único bravo toro del Pilar al que cortó merecida oreja. Padilla tuvo toro y lo aprovechó. Con decir que estuvo en pirata, creo que está todo dicho. Ayer su faena al cuarto justificó para muchos el precio de la entrada.
Pero, cada vez lo tengo más claro y aunque como aficionado ese toro tremendo y grande, pasado de kilos y edad, me entra por los ojos, como espectador que paga su entrada (muy cara y recargada con el IVA antiguo) esa presentación no me basta y se me borra y diluye si los toros no son bravos. El toro de las doce (el del reconocimiento) no suele coincidir con el de las cinco (el de la corrida).
Puestos a elegir entre los dos, entre el toro de las doce y el toro de las cinco, me quedo -sin dudarlo- con este último.
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