domingo, 8 de septiembre de 2019

¡Me han dicho que el amarillo!

Por Manolo Santander


Manolo Santander. Chirigotero. De Cádiz. Del Cádiz

NOTA de LRI:
Hace muy pocos días vencido por el cáncer ha muerto Manolo Santander. Chirigotero y viñero de pro, creó casi sin quererlo el que se convirtió con el paso del tiempo en el auténtico himno del Cádiz: "Me han dicho que el amarillo"... Era por 1998 y su chirigota se presentaba al concurso con el nombre de La familia Pepperoni. El propio Manolo contaba al Diario de Cádiz, años después, como fue todo aquello y lo que le siguió.

"Lo pensé en el mismo estadio, un domingo después de un encuentro. El Cádiz dio un partido malísimo, de los suyos de aquella época en Segunda B, y me vino a la mente que la afición, aunque entonces íbamos pocos, tenía dos cojones por aguantar aquello. Anteriormente ya le había escrito algunas letras al Cádiz con otras chirigotas, pero hay gente que le escribe todos los años a la Caleta. ¿Por qué no iba a repetir yo? Además, me daba coraje que todo lo que se escribía en Carnaval sobre el Cádiz era para cachondearse de él, pasándose a veces con nuestro equipo. 
Antes de escucharlo ellos se lo canté a un compañero de trabajo en el rato del bocadillo del turno de tarde. Me dijo que era buenísimo y yo más que contento. Pero esa misma noche lo llevé al ensayo y cuando lo canté las caras fueron como de que no. Total, que pese a que no les convenció se metió ese pasodoble porque no había otro que meter; en caso contrario, hubiera ido a la papelera. Mi gente le tenía tan poca fe que decidimos cantarlo en preselección para salir de él cuanto antes, como se hace con el chopped pork. Cuando lo cantamos, los espectadores ni sí ni no y el jurado lo puntuó horrible. Fue el menos puntuado de todos los pasodobles de las chirigotas que en teoría partían como candidatas a llegar a la final. Total, que pasamos a las semifinales en la 16ª posición, casi por los pelos. Pero a mí me escamó que mucha gente se me acercara por la calle para felicitarme por el pasodoble del Cádiz. Lo mismo les pasó a los demás de la chirigota y fueron tirando la toalla a la hora de criticarlo. Entramos en la final de milagro y van los cabrones y me dicen que quieren cantar en ella ese pasodoble. Estuve de acuerdo porque yo notaba que tenía algo y que iba a enganchar, y no es que yo sea más listo que nadie. 
Lo cantamos y la reacción del público ya no fue la misma. Nos dedicó una ovación atronadora y escuchamos mucho oles. Como cantamos temprano, en el pasacalles de regreso la gente salía a los balcones para aplaudirnos y algunos hasta gritaban ¡viva el Cádiz!. 
Durante la semana de Carnaval y en las actuaciones a lo largo del año nos lo pedían continuamente, tanto dentro como fuera de la provincia. Creo que en muchos pueblos se veían identificados con lo de los equipos modestos que nunca van a ser campeones. Por cierto, en 1999 volví a escribirle al Cádiz con El Séptimo de Caballería, pero la gente seguía pidiendo el del año anterior porque era su preferido. 
[En el año 2000] Pasó lo que pasó en el Falla. Cantamos un nuevo pasodoble agradeciendo que en el Carranza se hubiera empezado a escuchar a menudo el "Me han dicho que el amarillo"... Nada más terminarlo nosotros, todo el público se puso a cantar el de La familia Pepperoni y decidimos sumarnos. Pues hubo compañeros, lo de compañeros entre comillas, que nos denunciaron ante el jurado por cantar tres pasodobles. Quitando los asuntos familiares, ese fue el mejor momento de mi vida. Sobre el escenario no nos creíamos lo que estaba pasando, estábamos llorando desde el primero al último. Hicimos hasta un charco. Es de largo el momento más emotivo que he vivido en el Carnaval. 
A partir de ahí, la historia ya tomó el cuerpo que sigue teniendo ahora mismo. Me llamaron de toda España, de todos los programas deportivos de radio y televisión. Supongo que todo se debió a que se trataba de algo especial porque era un himno impuesto por el pueblo, por una afición. Y eso que existía un himno oficial, pero la gente se volcó con el nuestro".
Declaraciones de MANOLO SANTANDER a W. Doña para el Diario de Cádiz, 17 Marzo de 2017

Y como no podía ser de otra forma, aquí está la grabación de esa emocionante semifinal donde todo el Falla se puso a cantar "Me han dicho que el amarillo" (Ver desde el minuto 11:18)



¡Benditos sean los que, como Manolo Santander, nos han llenado siempre de esperanza!

sábado, 7 de septiembre de 2019

A Vicente Pastor también lo retiró Joselito

Por Jose Morente

Vicente Pastor en un pase de pecho (Fotografía publicada en el Ruedo en 1945)

Es cosa sabida, y ya lo contamos por aquí, que Joselito era una tijera de cortar coletas. Por su empeño se retiró Bombita y, de rebote, también se retiró Machaquito.


La retirada de Bombita y Machaquito en la revista Blanco y Negro del 26 de octubre de 1913.
Lo que casi nadie sabe es que Vicente Pastor "el Chico de la Blusa" también se retiró por culpa del diestro de Gelves. O eso, al menos, es lo que decía el propio torero. Recordemos esa historia contada por Vicente a un periodista, el Caballero Audaz.
"Un buen día, precisamente después de un gran triunfo en Madrid, Vicente Pastor llegó a su casa y le dijo a su apoderado, el simpático Gallardo:
-No me firme usted más corridas y ponga un telegrama a las Empresas con las que tengo compromiso anunciándoles que no toreo más.
-Pero eso es una locura y precisamente hoy que ha tenido usted un éxito enorme, ¡que le ha dado un baño a Joselito!
-Pues por eso -dijo Vicente-. Solo yo sé lo que me ha costao poderle esta tarde a José... Y como yo ya no estoy en edad ni me encuentro con fuerzas para hacer todos los día lo que hoy, y el no hacerlo sería quedar en ridículo, no vuelvo a coger un capote ni una muleta en todo lo que me resta de vida."
(1)
Vicente Pastor se cortó la coleta el 23 de mayo de 1918, después de una gran tarde en la plaza de Madrid, en efecto, pero esa tarde no había toreado con Joselito

Pasquín del cartel de abono de 1918. En el cartel figura Belmonte -que no toreó esa temporada- y Joselito, pero no Vicente Pastor quien no entró en el abono de ese año, aunque si lo hizo en Madrid en la corrida del Montepio que fue la de su retirada..

De hecho, Pastor no toreaba con José desde la temporada anterior. La última corrida en la que coincidieron fue en Málaga, el 31 de agosto de 1917, un año antes ¿Entonces, porqué ese comentario del "baño" a Joselito?

La respuesta (si es que la hay) puede que esté en la Prensa. Por ejemplo, en el número 1.139 de la revista Sol y Sombra, donde se reseñan las corridas madrileñas del mes de mayo de 1918. Joselito toreó en Madrid ese mes y Pastor también, pero no coincidieron: José lo hizo los días 15, 16 y 17 y Pastor, una semana después, el 23 en la corrida del Montepio, sustituyendo a José que había sido cogido en Zaragoza el día 19, toreando toros de Santa Coloma, uno de los cuales le había fracturado el hueso metacarpio de la mano derecha.

En Madrid, Joselito  había estado más que sensacional una de sus tardes (de "éxito resonante de Joselito en Madrid" hablaba el Sol y Sombra). Fue el día 16 de mayo cuando, tras ser cogido por un toro de Gamero Cívico, se "excedió" toreando. Lo contaba Corrochano con su magnífico estilo:
"Pues otra tarde, que le cogió un toro de Gamero Cívico en el último quite, cuando le sacaron como se saca a un picador debajo de un caballo, porque el toro no abandonaba su presa, como en aquel momento tocaron a banderillas, corrió a coger banderillas sin mirarse el traje roto, con el pelo alborotado, con nerviosidad, con rabia, con eso que en el deporte llaman furia española; puso tres pares hasta con desorden-lo que mantuvo la emoción al rojo- él que banderilleando era todo método, sin cuidarse si el toro estaba en un terreno o en otro, sin otra preocupación que ir al toro, sin intervención de nadie de su cuadrilla a los que metió entre barreras. Primero puso un gran par; luego medio porque en la precipitación se le cayó un palo, cosa rara en él; cogió otro par y el palo caído y colocó las tres banderillas de manera soberbia. Y sin hacer caso de las ovaciones, salió corriendo hacia la barrera, cogió la espada y la muleta, se fué en busca del toro que andaba allá por los terrenos del 3. Y nada de "tráelo aquí", "ábrele un poco", "ciérrale". Nada de preámbulos. ¿Dónde está el toro? ¿Allí? Pues allí.
La plaza ardía de entusiasmo. La gente que se puso en pie durante la angustiosa cogida, porque no podían hacerle el quite, ya no tuvo tiempo de sentarse. Salió Gallito de rodillas; el toro escarbó y dudó; avanzó desafiando más el torero; no era tarde para desistir. Se arrancó el toro veloz, lento, imponente. Joselito le aguantó un pase por alto en el que expuso más que cuando le cogió. El toro le pasó tan ceñido, que el pase resultó con el pico de dentro de la muleta. Se levantó y dió un estupendo pase natural y ya toda la faena fue de un valor extraordinario, una lucha a muerte de un hombre con un toro, provocada por el hombre que, sin dar tregua al toro, le buscaba, se le iba encima acosándole, metiéndose en su terreno, no dejándole respirar. Y todo a base de pases naturales a cual más valientes y emocionantes, a cual más completos, largos y bien rematados. Faena donde el buen estilo y el valor iban tan unidos que que es una de las faenas más impresionantes que recuerdo. No bien acabado de cuadrar, entró Gallito, con el mismo coraje que no le abandonó en toda la lidia de este toro, dió una estocada y descabelló. Ni muerto el toro acabó la emoción. El público, todo el público sin distinción de partidos, gritó entusiasmado por descongestionarse un poco. Se le concedió la oreja y ya iba mediada la lidia del otro toro y aún le aplaudían." (2)
Lo he copiado entero porque realmente la faena y el texto merecen la pena (3). Veamos ahora algunas imágenes de la lidia de ese toro.


La cogida de Joselito en el quite a su toro (Fotografía de Sol y Sombra)

"Y colocó las tres banderillas de manera soberbia" (Fotografía de Mundo Gráfico)

Joselito empezó la faena de rodillas (Fotografía de Sol y Sombra)
"Y todo a base de pases naturales a cual más valientes y emocionantes" (Fotografía de Mundo Gráfico)
El caso es que José estuvo muy, muy bien. Tan valiente estuvo que la Lidia lo nombró catedrático de "vergüenza torera". Vicente que escuchó palmas unos días más tarde cuando mató a su último toro, el de la despedida, no pudo alcanzar las cotas de "Maravilla(4).


La tarde del Montepio, el que realmente estuvo bien fue Saleri que abrió la Puerta Grande tras cortar la oreja del sexto, toro que había brindado a Vicente Pastor y al que regaló el apéndice (Fotografía de Sol y Sombra).


Leyendo la prensa no parece, ni mucho menos, que Pastor estuviera por encima de Joselito ni, por tanto, que le diera ningún baño, ni siquiera en diferido pues no coincidieron, pero no estuvo mal ese día de su despedida (aunque tuvo que hacer un último esfuerzo con un manso) y no estar mal le debió parecer todo un éxito al torero de Embajadores. Máxime cuando ya andaba con pocas facultades desde la cogida de Madrid del año 16. 

Sin alternar con José y sin ganarle la partida, Pastor llevaba a Joselito metido en la cabeza y a Joselito achacaba su retirada en su entrevista con el Caballero Audaz.

 La retirada de Pastor en Mundo Gráfico (Fuente: BNE).

Lo cierto es que Joselito andaba intratable ese año, en el que lo tocó llevar todo el peso del toreo por la ausencia de BelmonteDon Ventura analizó así esa temporada del diestro de Gelves.

"Con veintitrés años de edad y seis de espada de alternativa, parece haber llegado a la estación del logro y de la madurez, y, sin embargo, nadie sabe hasta dónde puede ir este torero verdaderamente fenomenal.
No es posible en manera alguna estar más cerca de los toros de lo que él está; no es posible dominar más a los cornúpetos, sean grandes o chicos, duros o blandos, tuertos o derechos; no es posible arrimarse más, ni hacerle más cosas al toro, todas ellas de torero grande, de torero inconmensurable y consciente de lo que realiza." (3)
Portada del anuario de Don Ventura de 1918. Lo curioso es que precisamente falta el que partió el bacalao ese año (Fuente: BDCyL).
Un comentario de Vicente Pastor al hilo de su retirada, nos ha llevado a una de las tardes más importantes de Joselito en Madrid. Está claro que el de Gelves tenía, visto lo dicho por Pastor, obsesionado a todo el escalafón ¡Era mucho torero Gallito!

¡Maldito Bailaor!

Joselito con el capote, el 16 de mayo de 1918, en un exquisito delantal. El día en el que, para el público, afloró la valentía del más poderoso (Fotografía de Sol y Sombra)

NOTAS:
(1) CABALLERO AUDAZ, El libro de los toreros-De Joselito a Manolete (1ª ed., Madrid, Ediciones Caballero Audaz, 1947. Pág. 141)
(2) CORROCHANO, Gregorio. "¿Qué es torear?-Introducción a la tauromaquia de Joselito (1ª ed., Madrid, 1953. Págs. 186 y 187)
(3) Aunque la reseña de Corrochano es magnífica, tengo que hacer una pequeña precisión. Dice el revistero de ABC que "Se levantó y dió un estupendo pase natural y ya toda la faena fue de un valor extraordinario, (...) todo a base de pases naturales a cual más valientes y emocionante..." En realidad, Joselito tras el pase de rodillas, que fue un pase de pecho, siguió con sus clásicos y habituales tres naturales ligados: el toreo en redondo.
(4) DON VENTURA, Toros y toreros en 1918 (1ª. ed., Madrid, 1918. Pág. 109)

lunes, 2 de septiembre de 2019

¡Qué poco clásico era el toreo clásico!

Por Jose Morente


Bicheando por Internet, me encuentro en la Biblioteca Digital Taurina de Castilla-León, una Tauromaquia decimonona escrita por un tal Juan Corrales Mateos (1) . En el fondo, no es más que un refrito de las dos tauromaquias primeras: la de Hillo en 1796 y la de Montes en 1836. Pero lo importante o lo curioso es que mucho de lo que ahí se dice es lo contrario de lo que sostienen hoy como dogma los aficionados más exigentes de nuestros días. 

En realidad, la cosa tendría su explicación pues al haber transcurrido tantos años parece lógico pensar que el toreo ha tenido que cambiar bastante, pero no es eso, pues lo que sostienen esos aficionados es que los clichés que ellos defienden responden a unas supuestas leyes inmutables del toreo, los cánones, que -afirman- siempre han tenido validez absoluta. 

El toreo moderno sería una especie de perversión de esas normas clásicas ("destoreo" le llaman algunos "entendidos"). Pero no es verdad. El toreo actual es evolución y no perversión.

Al contrario, cuando leemos las normas clásicas -como esta Tauromaquia completa de Juan Corrales- sorprende la coincidencia con lo que allí se dice, de muchas de las cosas que hoy hacen en los ruedos los toreros modernos . Lo contrario de lo que proponen los "entendidos" del tendido. 

Veamos solo un par de ejemplos. Veamos lo que dicen los aficionados de ahora que es lo clásico y veamos lo que de verdad era clásico, a la vista de lo que pensaban y decían los autores clásicos:

Primer ejemplo. Hay que cargar la suerte, echando la pata adelante, tras la arrancada del toro, no antes.
Es falso. Juan Corrales, por ejemplo, para el pase de pecho dice "Se le cita, se deja venir por su terreno sin mover los pies...". Sin mover los pies, repito, que es lo contrario que mover los pies tras la arrancada. 
Segundo ejemplo. Tras el muletazo, no se pueden perder pasos.
Falso también. No es un precepto clásico sino todo lo contrario. En el pase de pecho, Corrales aconseja que, con los toros revoltosos y de sentido: "se debe levantar el engaño y dar algunos pasos de espaldas al rematar la suerte, á fin de quedar bien puesto para la segunda".
Resulta que clásico de verdad es lo que ahora dicen que no lo es. Para pensárselo dos veces antes de invocar el clasicismo, digo yo.
"Los toros Españoles o Tauromaquia completa" incluyen 12 litografías que llama inéditas. Esta de un "pase de muleta" (pase natural por alto) es muy interesante pues el diestro retrasa -que no adelanta- la pierna de salida tal y como aconsejaba 40 años después F. Bleu y tal y como se hace hoy día: esa pierna escondida que tanto molesta a los ortodoxos del Sanedrín taurino.

Postdata para aficionados clasicistas:
Mantengan sus viejos tópicos ya que tanto les divierten y entusiasman pero, por favor, no nos digan que son clásicos. No lo son. No se equivoquen. No nos equivoquen.



(1) Corrales Mateos, Juan (1856): "Los toros españoles y tauromaquia completa" (Ed. facsímil, Madrid, 2010, Ayuntamiento de Madrid).