viernes, 30 de mayo de 2014

Un toro cornalón de hace cien años

Por Jose Morente

 

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Joselito el Gallo ante un toro de descomunal cabeza

 

En la web del diario ABC se puede encontrar esta curiosa foto de Joselito el Gallo en un pase por alto a un toro de impresionante arboladura.

Publicada en Facebook por Thayss Alba de Tormes, la foto ha dado lugar a los típicos (que no tópicos) comentarios y controversias entre aficionados intentando adivinar cual pudo ser el comportamiento de ese ejemplar (y nunca mejor dicho lo de ejemplar)  en la plaza. Que si la movilidad de antes. Que si la movilidad de ahora. Que si la postura de las patas… Que si la “caraba”

Da igual, pues el caso es buscar un pretexto para hablar de toros y lo cierto es que, cuando contemplas una de estas fotos antiguas, te quedas siempre con una cierta desazón pues nos gustaría saber como acabó ese pase y cual fue el comportamiento del toro y cual el del torero en esa faena. Elucubraciones de aficionado

Un toro similar

Pensando, en estas cosas, me encontraba cuando recordé otra foto de Gallito con un toro de similar encornadura y hechuras. Una foto que recordaba haber visto en la segunda edición del libro de Corrochano ¿Qué es torear?.

Una foto que podría parecer una especie de broma cruel por parte de don Gregorio respecto al toreo de la época en que su publicó (años 60) si no fuera porque don Gregorio había ya fallecido cuando veía la luz esa segunda edición de su libro. Y es que en esa época, pitones así no se veían ni en pintura. Hoy es ya otra cosa y en algunas plazas como Madrid (sin ir más lejos) estas cornamentas son, si no habituales, bastante menos inusuales.

He aquí la doble página del libro de Corrochano con la foto (a la derecha del toro) cornalón que yo recordaba.

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Una doble página perteneciente a la segunda edición del libro de Corrochano ¿Qué es torear?. Por lo que respecta a la foto de la izquierda, y aunque en el pie se habla de desplante se trata de un ayudado por el pitón izquierdo. Un lance marca de la casa. La foto de la derecha es un ayudado de rodillas y el toro parece el mismo que el de la foto de ABC.

 

Esa foto de la derecha (el ayudado de rodillas) se ha publicado en muchos sitios y muchas veces y uno de esas veces, lo ha sido en la página web de la Peña “Los de José y Juan”, imagen que reproducimos a continuación.

 

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El ayudado de rodillas de Joselito que aparece en el libro de Corrochano pero en la foto de la Peña los de José y Juan.

 

¡Albricias! ¡Estamos de suerte! Pues en esa página web se nos proporciona una fecha y un nombre. La fecha, el 30 de mayo de 1914 (¡Hoy hace justo 100 años!) y el nombre del toro, “Portugués” de Miura.

Vamos a comprobar, si el toro Portugués (el de la foto de la página de la Peña los de José y Juan) es el mismo toro (como creemos) que aparecía en la página de ABC.

Tengo a mano los tomos correspondientes a ese año de dos revistas que se distinguían por su buena y extensa información gráfica: El Sol y Sombra y el Arte Taurino.

Precisamente, de Arte Taurino es la página que reproducimos a continuación con las fotografías de esa corrida y con un Magritas en el círculo central convaleciente (cual si tuviera un flemón) de la cogida en la cara que sufrió ese día.

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Arte Taurino con las fotografías de la corrida de Madrid del 30 de mayo de 1914 ¡Hace justo 100 años!

 

Lo mejor es que una de las fotos que aparece a la derecha de la página es del mismo muletazo que la foto que publicaba ABC y con la que iniciábamos esta entrada. El mismo muletazo pero captado por otra cámara desde un ángulo distinto. ¡Asombroso!

En cualquier caso, lo importante es que queda comprobado que se trata del mismo toro.

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A la izquierda. fotografía publicada en ABC y a la derecha, el mismo pase, desde otro ángulo, en Arte Taurino

 

Localizado y comprobado que se trata de ese toro, sólo nos queda leer la reseña del juego que dio y como estuvo, con él, Joselito.

Pero antes, conviene precisar que el cartel de ese día 30 de mayo de 1914, lo formaban 4 toros de Miura y 4 de Pablo Romero para Vicente Pastor, El Gallo, Joselito y Belmonte ¡Ahí es nada!.

Los miuras salieron no malos, sino peores. Muy mansos y a la defensiva por lo que los tercios de banderillas se hicieron interminables (hubo uno que duró 8 minutos contados de reloj).

A la muleta llegaron peor aún si cabe, sin parar de escarbar y de echar la cara al suelo: Los revisteros disculpaban a los diestros vista la catadura de esos regalitos.

Joselito no obstante, estuvo bien en el toro cornalón (el ya famoso Portugués) muy aseado y valiente sobre todo en la primera parte de su faena, que hizo por alto, luego aliñó (que era lo que procedía en tales circunstancias) y le propinó al Miura media sin cruzar.

Con el Pablo Romero en cambio parece que no estuvo a la altura de sus nobles (¿?) condiciones. Lo de noble, según la apreciación de los revisteros de la época, por lo que habría que verlo

 

La propina

Esta entrada debería acabar aquí pero circula en la filmoteca una película donde se ven diferentes quites de Joselito en el tercio de varas. Uno de ellos, en Madrid, corresponde a un toro tan cornalón como el Portugués.

Tan cornalón que estoy convencido que se trata del mismo toro de Miura del que venimos hablando en esta entrada.

Vemos pues a Joselito en Madrid, el 30 de mayo de 1914, con el toro Portugués de la ganadería de Miura.

Un quite centenario a un miura de exageradas defensas

 

jueves, 29 de mayo de 2014

Perera. El toreo elevado a Ciencia

Por Fernando Cámara

 

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Miguel Ángel Perera. La precisión de los relojes suizos

 

Nota de LRI: En materia taurina contrastar diferentes opiniones resulta sumamente interesante para el aficionado interesado en profundizar en el toreo pues nos permite contrastar nuestras ideas y percatarnos de que las cosas siempre se pueden ver desde distintos puntos de vista.

Y es que en los toros, no es igual la percepción de la corrida que tienen el Presidente, el aficionado, el empresario o el ganadero. pues cada uno ve la fiesta desde el prisma de sus específicos conocimientos. En ese sentido, una de las visiones más privilegiadas y más interesantes para el aficionado creo que es la de los propios toreros.

Decía Joaquín Vidal en una entrevista que le hacia José Luis Merino y que se ha publicado en el Boletín de la Asociación el Toro de Madrid que los toreros saben torear pero no conocen el toreo. No voy a entrar en las razones que daba don Joaquín para ese aserto pero creo que no es acertado.

En mi opinión, los toreros no sólo saben torear sino que conocen el toreo de corrido. Y no tienen más remedio que conocerlo porque están en juego sus propias femorales. Que conocen el toreo me parece evidente, cuestión distinta es que sepan explicarlo

Uno de los toreros que además de conocer el toreo saben explicarlo, es Fernando Cámara quien no en balde sienta Cátedra en la Escuela Taurina Diputación Provincial de Málaga y, por suerte para nosotros, hoy sienta Cátedra en estas páginas.

Sienta Cátedra aquí hoy y, lo más interesante, es que la sienta hablando de otro Catedrático, este en activo, Miguel Ángel Perera quien plantó la bandera del buen toreo en las Ventas hace sólo una semana. De esa faena magistral nos habla, magistralmente, Fernando.

Un verdadero lujo para nosotros.

 

El pasado día 23 en Madrid, el toreo fue elevado a ciencia. No podía ser otro que Perera, torero preciso como un "Longines".

A las encastadas y nobles embestidas del de Victoriano del Rio, le cayó en suerte la horma de su zapato: Perera el académico.

Torero más de toreros, quizás, que de connotaciones artísticas, pero que fue capaz de envolver en ritmo y cadencia la brava embestida del rey de la fiesta. Rey y señor de los ruedos cuando aquel 23 de mayo, aproximadamente a las 8 de la tarde, saltó a la arena de las Ventas.

 

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Y saltó al ruedo venteño Bravucón I, negro salpicao, de 531 Kg., de la ganadería de Victoriano del Río. El toro, Rey y señor de los ruedos

Apareció, en aquella ocasión, la cultura del hombre vertida al tesoro genético del antiguo uro. Cultura de reata ancestral que hace posible el maravilloso regalo. Vigoroso ramillete de atacantes, prontas y humilladas embestidas cuya emoción, se trasladó enseguida a los tendidos del coso venteño.

Ante eso, el gran Perera desplegó toda una sinfonía de finas y sutiles notas que por la ausencia de desafino, pareciera una faena ensayada durante largas horas. Pero no, fueron ambos, toro y torero, los protagonistas de aquella espontánea y generosa obra del 23 de mayo.

Así fue y así lo vimos, solo que ese toro y ese torero no se imaginaban, ni por asomo, que se encontrarían aproximadamente a las 8 de la tarde para que surgiera la magia del portón de la calle de Alcalá.

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Y del portón de las Ventas surgió la magia

 

La poderosa y sutil muleta de Miguel Ángel, esculpió la obra al más puro estilo renacentista. Obra que no denota pasión, ni sufrimiento, ni dolor, sino un maravilloso y sobrio clasicismo. Obra primitiva de principios, pero llena de modernidad taurina la que pudimos observar desde el tendido los que allí estábamos.

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Buonarroti, otro Miguel Ángel, figura clave del Renacimiento italiano

Entendió Miguel Ángel correctamente las distancias, las alturas, los tiempos y la colocación, tanto de cuerpo como de piernas ante las acometidas de su noble oponente. Por su corrección, ya se adivinaba incluso, antes de ser recorrido, el camino a seguir por el toro. Camino que recorre la embestida acompañada, además, perfectamente por el movimiento balanceante y acompasado del cuerpo de Perera.

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Perera entendió correctamente las distancias, las alturas, los tiempos, la colocación…

Miguel Ángel Perera genera planos, ángulos y curvas ante el toro, los cuales son difuminados entre la natural bravura y la inteligencia del hombre. Perera presenta zonas de ataque ineludibles para el antagonista, describiendo trazos de bravura al correr la mano que sostiene el estaquillador y generando así , profundísimas galopadas, para después soltar la cara en el remate del muletazo. El giro liberador de la muñeca del torero es tan preciso que que amortigua la inercia del ataque sin perder esa distancia mágica cuya dimensión no permite la desconexión de ambos elementos. Aparece, por tanto, el temple y la ligazón.

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Perera ante el toro genera ángulos, planos, curvas… Una geometría del toreo que podría haber inspirado La divina proporción de Luca Pacioli

 

Segundos después, la obra acabada terminando en la cúspide del hoyo de las agujas, se produce el romance perfecto, amor a primera vista, sólo que para 3: el DIos toro, la destreza del hombre y el público admirador. Los planetas se alinearon una vez más en San Isidro para que un torero consiguiera el triunfo, solo que esta vez no sorprendió a nadie, todos sabíamos de lo que Perera era capaz...

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El hoyo de las agujas. La cúspide

 

Renació Perera el pasado 23 en el coso venteño, un Perera pragmático y preciso. Hoy día el más fiel representante de la difícil perfección del toreo, y aun no siendo ese toreo de desgarro, de gesto sentido, ni de gracejo de duendecillos, todos pudimos apreciar la perfecta adaptación del hombre a la bravura del toro.

Perfecta comunión entre público, toro y torero que acabó siendo desgarrado en los aledaños de las Ventas, tras salir por la Puerta Grande.

 

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Saturno (el público) devorando a su hijo (Perera). El cuadro de Goya como posible alegoría de lo que ocurrió en la explanada de las Ventas

martes, 27 de mayo de 2014

Carta sobre Talavante

Por Luis Miguel López Rojas

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Pese al ventarrón, Talavante se fue a los medios. Al final no se lo agradecieron

Nota de LRI: Mientras los públicos van a las plazas con el sano y loable propósito de divertirse, no son pocos los aficionados que se encaminan a ella armados de escuadra y cartabón dispuestos a no dejar pasar ni una, a no admitir el más mínimo desliz del torero ni la más mínima flaqueza de los toros.

Por suerte, siempre hay aficionados cabales que atesoran un gran conocimiento en la materia no exento de una rara modestia adobada de excepcional bonhomía. Conscientes de las limitaciones del que está en el tendido para penetrar en los matices más íntimos del toreo no pontifican sino que interrogan, no dogmatizan sino que matizan, no proponen sino que exponen.

Uno de esos aficionados cabales me contaba por carta (mail) sus impresiones sobre la actuación de Talavante en Madrid, el 22 de mayo pasado, un análisis preñado de sentido común y, por tanto, muy alejado de los discursos apocalípticos y recurrentemente negativos tan habituales en nuestros días

Merece la pena leerlo.

 

Buenos días José:

Te voy a dar mi opinión sobre la actuación de Talavante ese día (el único en esta feria) que he estado presente en la plaza:

Esta opinión es muy particular sobre lo que percibí en la plaza, no sé si acertada o no, y lo que es peor, no sé si es real o fruto mi imaginación por desconocimiento por mi parte de los secretos del toreo.

La faena

En primer lugar, hay que destacar por encima de todo el vendaval que soplaba en la plaza. Este elemento condiciona, no sólo el toreo, sino cualquier opinión o juicio de valor de la tarde, de la actuación de los toreros en general y de Talavante en particular. Obviar este convidado elemento meteorológico, invalida cualquier tipo de opinión posterior.

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Primer problema. El viento es el peor enemigo del torero. Con viento es muy difícil el toreo pero, como al espectador no le incomoda, no lo valora en absoluto.

 

Dicho esto, analizar el comportamiento del toro. El de Montalvo era un animal que manseó, con tendencias a irse buscando las querencias, cambiantes por cierto, pero que cuando embestía lo hacía humillando, colocando muy bien la cara y con transmisión.

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Segundo problema del torero. El toro manso con querencias muy acusadas. Decía Corrochano en una crónica de una corrida de Ordoñez, creo que de Jerez, que V+M = 0. Lo que quiere decir que “viento más mansedumbre es igual a cero”. Sin embargo, en Madrid, Talavante modificó el resultado de esa ecuación que convirtió en un número positivo.

Antes de comenzar la faena, a la vista de las cosas que hizo el toro en banderillas, vino a mi mente  la relación entre Talavante y Madrid,  toros mansos y Puertas Grandes (el del Puerto en la confirmación, el de Victoriano del Río el año pasado…). Vaticinaba otro gran triunfo.

Alabar la disposición del toreo para irse a los medios y presentar la muleta con la mano izquierda, que el viento movía como una cometa. Hay que tener un par de… para hacer eso. No obstante es, en este punto, donde en mi opinión (cuestionable y puede que errónea, siempre repito), residió un error en el planteamiento de la faena. Al citar en los medios y tan a larga distancia, hacía que el toro por la inercia de su embestida perdiera de vista la muleta y se fuera manseando, buscando  querencias. Esto deslució las dos-tres primeras series.

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Tercer problema. Este buscado por el torero. Los medios es el terreno de la plaza donde “más pesan” los toros

Talavante detrás del burel y sensación de discontinuidad y desorden. Cuando consiguió cerrar un poco más al toro, acortar distancias, dejar la muleta puesta en la cara para que el toro no se fuera (lo que coincidió con la disminución de fuerzas), ligó dos series al natural, primorosas. Gran trazo, gran muñecazo, rematando por debajo de la pala del pitón para dejársela puesta y ligar el siguiente. Crujió el toreo y crujió la plaza.  

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Cuarto problema. La colocación en el cite y el trazo del muletazo. Este problema fue resuelto con suma brillantez por el extremeño. Los muñecazos fuero antológicos

En ese momento, se fue a por la espada. Según la opinión de algunos aficionados, quedaba más faena, según la mía, el déficit estaba en el comienzo y no en el final.

Este análisis es a la vista del resultado (ventajista). Puede que si Talavante hubiera hecho lo que digo, acortar más la distancia,  buscar el refugio de la tablas para paliar el efecto del viento, y lo hubiera apretado desde el principio, limitando inercias, hubiese cabido la probabilidad de que el toro se hubiera afligido (destacar su condición de mansedumbre acusada) y al tener tan cerca la tablas se podría haber rajado. Entonces puede que no hubiera dado ni siquiera estas dos grandiosas series… y lo que opino que fue defecto de planteamiento, fuera la principal virtud de la faena…¿quién sabe?

Eso es lo bonito de este arte tan efímero. Nunca podremos saber lo que hubiera pasado.

Estocada

Por mi ubicación en la plaza (Tendido 2) y donde se produjo la estocada (Tendido 4), tuve una posición de privilegio. Justo en línea con el toro y el torero. El toro al arrancar hizo un extraño y así se lo comenté al vecino de localidad. Arrancó descompuesto. Perfectamente perceptible en la plaza. En directo, esa fue la causa principal a la que achaqué  la deficiente colocación de la espada.

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Quinto problema. La estocada atravesada. El torero entra en rectitud y deja muerta la mano izquierda, ergo la estocada quedó caída pues, según se apreció en la plaza el toro hizo un extraño saliéndose de la suerte (probablemente hacia su querencia como explicaba Emilio Muñoz en Canal+)

No he visto imágenes posteriores. Pero tu entrada parece confirmar lo que vieron mis ojos. No obstante, Talavante, en la ejecución de sus estocadas, deja el brazo rígido y espera que el toro choque y se trague la estocada. Por eso la influencia del toro en la ejecución de la suerte, es mayor en este torero que en otros (Manzanares, el Juli…)

 

División de opiniones

Ya te puede imaginar lo que opino. No es de recibo que tras esas dos grandes series y esa disposición con el viento que hacía, no sirva para una vuelta al ruedo. Mezquino.

Un abrazo.

Fdo. y rubricado: LMLR

 

Postdata. Del día de Perera:

Tras ver la faena en la TV a su primer toro te envié un sms diciendo que había estado CUMBRE. Pero la palabra que mejor lo define era PERFECTO. En su segundo, redondeó su actuación y fue una clara muestra del momento en el que se encuentra el torero. Ya lo apuntó el año pasado (culminación en Sevilla con tarde de Puerta del Principe malograda por la espada), aunque muy pocos lo han cantado (el hijo de Jack uno de ellos). Nuestro amigo Javi estaba en la plaza, me llamó y no estaba de acuerdo con las dos orejas. Yo no sé lo que vieron en la plaza pero lo que vi yo en la TV fue simplemente perfecto.

Perera es seguramente el torero actual que mejor maneja todas las distancias. No me explico como puede torear tan largo en una distancia tan corta. Me acordé de aquella frase célebre de Pepe Luis Vazquez sobre Manolete:

Acortó distancias pero alargó el toreo”.

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Perera alargando el muletazo y profundizando el toreo.

lunes, 26 de mayo de 2014

La estocada de Talavante

Por Jose Morente

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Talavante toreó al natural de forma excelente. Sin retorcerse. Tal y como había anunciado hace unas semanas (Foto de Javier Arroyo para Aplausos)

 

La magnífica faena de Alejandro Talavante al toro Saqueador, cinqueño, de Montalvo fue muy celebrada por la plaza. Sin embargo una estocada mal colocada (media, algo caída y atravesada) privó al diestro de los más que merecidos trofeos.

La vuelta al ruedo parecía indiscutible pero, en esta plaza, nada es indiscutible pues todo se discute y nunca se sabe lo que va a pasar y las protestas de un sector del público (igual que ocurriera con Alberto Aguilar el pasado año) hicieron al diestro desistir del empeño, por lo que todo quedó en división de opiniones.

División de opiniones en Madrid suele querer decir que cuatro gritan mientras la mayoría aplaude.

La única justificación posible a la protesta se encuentra en la pésima colocación del estoque. No hay otra. Por ello tiene cierto interés indagar porqué el estoque quedó colocado donde quedó colocado.

Repasemos la teoría. Para las estocadas atravesadas puede haber generalmente dos causas, además de un posible extraño del toro:

  • Que el diestro se eche fuera
  • Que le de mucha salida al toro con la muleta.

 

Primera hipótesis. Que el diestro se eche fuera

Que el diestro se eche fuera, por jindama, es muy habitual.

Ese era el caso de ese gran artista que se llamaba Curro Romero. Lo curioso es que cuando Curro se echaba fuera, muchas estocadas le quedaban en lo alto. Como decía un buen amigo mí, Curro había dado un magnífico “bajonazo en todo lo alto”

 

Segunda hipótesis. Que toque con la muleta hacia afuera

La otra opción es que el espada atraviese al toro por marcarle mucho la salida con la muleta, por darle un toque brusco hacia afuera con el engaño.

Este era el caso de ese grandioso torero que se llamó Francisco Montes Paquiro, el Napoleón de los toreros, el Joselito el Gallo del siglo XIX. Paquiro, maestro de maestros, atravesaba los toros por el defecto señalado (darles mucha salida). Paquiro como todos los maestros verdaderos que en el mundo del toreo han sido, nunca mató bien a sus toros. Al contrario que el Chiclanero, que fue un excepcional estoqueador pero que nunca pudo alcanzar el magisterio de Montes.

 

Una tercera posibilidad. Un extraño del toro

Viendo el video (en la retransmisión de Canal+) de la estocada de Talavante, se observa que ni el diestro se echa fuera, ni le marca excesiva salida con la muleta.

Queda la posibilidad de un extraño del toro.

Y, en efecto, la explicación de la estocada caída y atravesada de Talavante, nos la da Emilio Muñoz  quien en la repetición (pues estas cosas son muy difíciles de ver en la plaza lo que disculpa en parte, pero sólo en parte, a los protestantes) descubre y nos descubre que es el toro el que se abre en la suerte… al buscar su querencia a tablas.

Algo de lo que Talavante no tuvo la culpa.

Lo vemos

 

domingo, 25 de mayo de 2014

La cárcel de papel taurina (VI) Condenado don Justo Polo

Por Jose Morente

 

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Don Justo Polo en el “lanzamiento” del pañuelo blanco

 

 

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En Madrid, a 24 de mayo de 2014, reunidos de urgencia los miembros del Tribunal Superior del Toreo, para juzgar de oficio a don Justo Polo Ramos, Presidente del festejo celebrado en la Plaza de Toros de las Ventas el día 23 del presente mes y año.

RESULTANDO Que el diestro don Miguel Ángel Perera cuajó el citado día 23, al tercer toro de la tarde de nombre Bravucón I y de la ganadería de Victoriano del Río, una faena sublime y de una rara perfección destacando la precisión en sus movimientos y el buen trazo de los muletazos así como su excelente concepto del toreo y el manejo exacto de los tiempos.

Todo ello se tradujo en un toreo de alto nivel de excelencia que fue posible por el también correcto comportamiento que dio el toro de Victoriano del Río.

RESULTANDO Que una mayoría suficientemente amplía de los espectadores asistentes a la corrida solicitó para don Miguel Ángel Perera la concesión de las dos orejas del toro como merecido premio por la faena realizada.

RESULTANDO Que, no obstante los méritos contraídos por el diestro, el Presidente del festejo don Justo Polo Ramos, retrasó la concesión del primer trofeo y además hizo gestos fácilmente interpretables de su decisión de no conceder la segunda oreja.

RESULTANDO Que ante la atronadora y mayoritaria petición del público madrileño, don Justo tuvo finalmente que acceder a la concesión de la citada segunda oreja (que suponía la salida del diestro por la Puerta Grande de las Ventas) pero que materializó dicha concesión, tirando (que no sacando) el pertinente pañuelo blanco con evidentes muestras de desagrado y de desdén y desprecio hacia los espectadores de la Plaza.

Hechos que quedan probados.

Se aporta como PRUEBA DOCUMENTAL ÚNICA un fragmento de la grabación de la corrida efectuada por CANAL+ Toros

CONSIDERANDO Que si bien la competencia para la concesión de la segunda oreja corresponde en exclusiva al Presidente de la Plaza, no podemos desconocer que la potestad atribuida exige, del representante público a quien se asigna tan importante cometido, que demuestre la necesaria sensibilidad hacia las opiniones y criterios de los espectadores cuyos derechos le corresponde defender en cumplimiento de lo dispuesto expresamente en la reglamentación taurina vigente.

CONSIDERANDO Que, además y según Doctrina establecida por este Tribunal, resulta evidente que la citada potestad para la concesión del segundo trofeo, no puede convertirse, en ningún caso, en patente de corso que permita a los Presidentes de las corridas de toros anteponer su particular visión subjetiva, al criterio mayoritario del público soberano. Un criterio que, también según el vigente Reglamento, está obligado a considerar a la hora de conceder la segunda oreja.

Considera este Tribunal que el toreo es muy complejo y tiene muchos matices por lo que los Presidentes deberían limitarse a ser meros intérpretes de la voluntad popular (lo que no cuestión baladí). No resulta correcto, en el sentir de este Tribunal que una sola persona (por muy capacitada que esté) pueda suplantar la voluntad de la mayoría convirtiendose ej juez del torero pues dicha potestad debe corresponder exclusivamente a los aficionados.

No obstante, somos conscientes que superar la tradicional tutela administrativa en esta materia, tutela que resulta incompatible hoy día con el grado mínimo de democratización deseable, exige sin demora la modificación de la reglamentación vigente, la cual  instamos desde ya del actual Poder legislativo.

CONSIDERANDO Que, con independencia de las anteriores consideraciones que ya merecen nuestro más severo reproche y advertencia, este Tribunal no puede admitir, en ningún caso y bajo ningún pretexto, que los Presidentes de las Corridas de Toros, meros garantes de los derechos de los espectadores, adopten actitudes de desprecio hacia estos y sus opiniones.

Y ello, es válido incluso en el supuesto de que la petición de trofeos por parte de los espectadores se efectúe de forma vehemente pues en la mayor parte de las veces dicha vehemencia queda plenamente justificada por el inadecuado proceder de los citados Presidentes y las argucias y tretas por ellos empleadas para no conceder los trofeos solicitados.

Para este Tribunal, erradicar la habitual chulería de algunos equipos presidenciales (que, por suerte, son la minoría) se convierte en cuestión perentoria y necesaria por razones de mera urbanidad, defensa del espectador y mejora del espectáculo. Por ello, este Tribunal  adoptará, con el máximo rigor, cuantas medidas sean precisas para corregir y castigar convenientemente las actitudes inadecuadas que, en ese sentido, pudieran producirse.

CONSIDERANDO Que, en este caso, se produce el agravante de que el encausado es también, como nos ha recordado el licenciado don Gonzalo Ramos Aranda (México D,F,) quien denegó la primera oreja al diestro don Joselito Adame tras su buena faena del miércoles día 14 de mayo pasado.

Dicha primera oreja debe concederse atendiendo a la “petición mayoritaria del público” no siendo pertinente ninguna otra consideración con la que se pudiera pretender justificar la no concesión de dicho trofeo, so pena de incurrir en delito de prevaricación.

CONSIDERANDO Que se da la paradoja de que  la obligación de hacer justicia a la que viene obligado el encausado por su propio nombre de pila (don Justo) se contradice con su injusto proceder en los dos casos juzgados.

Por todo ello, a la vista de lo anterior y consideradas las pruebas documentales aportadas.

FALLAMOS Y CONDENAMOS a don Justo Polo Ramos, a la pena de Prisión Incondicional de mes y un día en la Cárcel de Papel de esta Villa y Corte durante cuyo transcurso, será obligado a asistir y presidir cuantos festejos menores se celebren en la provincia siendo obligado a sacar el pañuelo blanco a la menor petición del público, acción que deberá acompañar de una sonrisa de complacencia y agrado para con los solicitantes de los trofeos.

Transcurrido el periodo de prisión impuesto, este Tribunal revisará la condena que no será levantada, y se prorrogará por iguales periodos de tiempo, en tanto el condenado no consiga ejecutar el acto de conceder los trofeos con la naturalidad, educación, simpatía y elegancia exigibles en cualquier servidor público.

Lo que declaramos en Madrid para su inmediata ejecución.

 

Anexo. Prueba documental única

 

sábado, 24 de mayo de 2014

Perera. La perfección del mejor toreo

Por Jose Morente

 

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Perera perfecto (Foto de Javier Arroyo para Aplausos)

 

Sostiene Morante. Sostiene Perera

Sostiene Morante que la perfección no es la situación ideal ni en el toreo ni en la vida. Que una cierta imperfección viene bien pues convierte a las cosas en algo más reales, más creíbles. Sostiene Morante.

Sostiene Perera que la perfección, al menos en el toreo, no sólo es posible sino deseable. Que no sólo es una meta sino un camino y una manera de entender la profesión. Sostiene Perera.

Los dos tienen razón.

 

Ayer en Madrid

Ayer en Madrid, Perera toreó sin una mácula, sin un error de planteamiento, ni de concepto, ni de estética, ni de movimientos.

Ayer en Madrid, Perera toreó perfecto. Como siempre torea. Como viene toreando desde hace varios años. Pero con la pequeña diferencia de que encontró ese buen toro (en este caso de Victoriano del Río) que necesitan los buenos toreros para demostrar a la mayoría del público lo que son y lo que valen.

Ayer en Madrid, Perera demostró porque el toreo moderno es tan cabal, tan importante y tan ético

Ayer en Madrid, la afición de las Ventas saldó con Perera la deuda contraída con este torero el día de su agria encerrona en otoño de 2008 y le sacaron a hombros. Pero no le regalaron nada.

Ayer en Madrid, Perera ganó la gloria de la Puerta Grande de las Ventas a golpe de buen toreo.

 

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Ayer en Madrid (Foto de Javier Arroyo para Aplausos)

jueves, 22 de mayo de 2014

Una catarsis necesaria

Por Jose Morente

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La enfermería de la plaza de las Ventas el pasado martes (Fotografía del blog de Gloria Sánchez-Grande)

 

Conmoción en la plaza y la mala baba de los anti

Lo acontecido en la plaza de las Ventas el pasado martes, cogida de los tres diestros actuantes y suspensión de la corrida en el segundo toro, provocó en primer lugar el estremecimiento de los espectadores que se encontraban en la plaza. También quedaron conmocionados los televidentes que seguían la corrida por Canal+.

Lógicamente, las reacciones de condolencia y solidaridad con los tres diestros no se han hecho esperar como tampoco se ha hecho esperar el derroche de “mala baba” del que han hecho gala los anti-taurinos quienes, en las redes sociales, han acogido con alborozo las cogidas.

El mayor ejemplo de esa tremenda “mala baba” ha sido el del periódico “Público” que en un alarde de anti-periodismo decía en un titular exultante e insultante: “Ganan los toros”. Todo un ejemplo de las miserias a las que nos puede conducir una ideología mal entendida.

Se ha repetido hasta la saciedad pero el distanciamiento del mundo rural, con lo que implica de desconocimiento de la realidad en general y de los animales en particular, nos ha traído una visión de estos idílica y fantasiosa. Visión de la que resulta una actitud equivocada hacia los animales, en cuya defensa y cuidados ponemos más amor e interés que en la defensa y cuidado de nuestros propios congéneres. Una situación que resulta surrealista.

 

Lo verdaderamente importante

Lo importante es que los tres diestros evolucionan favorablemente y, más importante aún, que tardes tan dramáticas como este pueden servir de catarsis a muchos aficionados quienes deberían o, mejor dicho, deberíamos reflexionar, de una vez por todas, sobre los límites de nuestra afición.

Y es que los encendidos cantos al heroísmo de los toreros, que se están haciendo estos días, casan mal con esa visión deformada y deforme del toreo actual y de su importancia y riesgo, que tienen (tenemos) los aficionados modernos.

 

El discurso de los apocalípticos

Desde hace mucho tiempo (desde los años 70 aproximadamente) la afición entró en una fase de negativismo y crítica que el tiempo no ha conseguido apaciguar, antes al contrario. Circulan hoy día, las más de las veces por mero desconocimiento, muchos tópicos y falsos dogmas sobre lo que es el toreo y sobre como se debe torear.

Analizar, enjuiciar y valorar el toreo del siglo XXI desde los criterios, planteamientos e hipótesis del toreo decimonónico es un tremendo contrasentido y fuente de graves confusiones.

Por mor de ese erróneo punto de vista, se piensa y se dice que la tauromaquia de hoy está en decadencia; que los toros de ahora son animales domesticados y bobalicones y que los toreros de esta época son, la mayoría, unos tramposos que practican una especie de toreo ventajista y truquista al que llaman irónicamente “destoreo”.

Un discurso que, por repetitivo, llega a hacerse creíble pero al que tardes como la del martes (y otras muchas) ponen en evidencia.

 

La situación real del toreo de nuestros días

Las corridas son aburridas para muchos pero no porque el toreo esté en decadencia, como afirman algunos anti-sistema, sino porque el toreo es un arte complejo cuyas claves no son fáciles de aprehender (especialmente, cuando no no hay ningún interés en aprenderlas).

Los toros son un espectáculo denso, fuerte y dramático (El más denso, fuerte y dramático que conocemos incluso las tardes en que aparentemente no pasa nada). Si para el espectador medio puede haber muchas tardes anodinas, no ocurre lo mismo (no debería ocurrir lo mismo) con el buen aficionado. No sólo porque la sorpresa puede saltar todas las tardes sino porque la lidia del toro, de cualquier toro tiene tantos matices que, si se saben ver, nos mantienen siempre alertas e interesados en lo que ocurre en el ruedo. 

Los toros de hoy tienen más edad, están mejor presentados y mejor alimentados que los de hace cuarenta años. El toro de hoy, sobre todo en plazas de primera, asusta al verlo. Es un toro que da miedo sea cual sea el hierro que luzca. Cuando yo empecé a ver toros (principios de los 70) se lidiaba un utrero desmochado que rodaba continuamente por el suelo. No que rodaba, que se echaba aburrido por falta de casta. Algo que hoy rara vez se ve. En las últimas dos décadas el toro además sale a la plaza (el toro de las figuras) con un carbón y un picante como pocas veces se ha visto en la historia aunque parte de su gasolina tenga que emplearla en mover su tremebundo corpachón.

Los toreros han llegado, en nuestros días, a un nivel de perfección técnica (las escuelas son las grandes “culpables”) que hasta a los novilleros les exigimos un nivel de dominio de los engaños y precisión en su manejo que no se le exigía antes a las figuras más consagradas. Este nivel de perfección lo reconocen hasta los más conspicuos aficionados pero en vez de satisfacerles ese logro lo acaban considerando un motivo más de crítica: Tanta perfección –dicen- les aburre.

En el fondo, como decía ayer Jack Coursier, la autoridad máxima en la materia (la materia es el sentido común que es el que menos abunda entre los aficionados actuales) catalogando a ese sector del público que todos conocemos, minoritario pero muy representativo de un cierto estado de opinión, se trata de:

Un público decadente, de sensibilidad atenuada, siempre buscando emociones más fuertes, desganado, pidiendo siempre 'más': Pitones más largos, más puntiagudos, toros más grandes, de más peso, trayectorias más cercanas... Nunca satisfechos, nunca aplaudiendo, siempre quejándose porque que se otorgan demasiadas orejas y se conceden demasiados indultos… ¡Beurk!

 

Una aparente paradoja

Si el toreo, el toro y los toreros actuales son tan decadentes, malos y tramposos, como algunos machaconamente nos cuentan, muchas tardes como la del martes por ejemplo, resultan, desde ese punto de vista, sencillamente inexplicables. Una aparente paradoja.

Que los toros de encaste Domecq (toros de una de las ganaderías del -ito, -illo, -ico) salgan encastados y peligrosos o que toreros de la nueva hornada se la jueguen sin cuento, parece que no entra en el guión que hemos prefabricado. Y como la tragedia viene sólo de tarde en tarde, olvidamos el riesgo real y la importancia que tiene el toreo.

Tiene razón Jack en su análisis pues uno de los graves problemas de la fiesta actual no está en la propia fiesta sino en la mirada parcial del aficionado actual, dogmático e intransigente hasta límites desesperantes. Un aficionado excesivamente duro y arbitrario, que pone a los toreros al borde el abismo pero que luego se compadece y solloza, cual plañidera, cuando caen heridos.

No importa que toreen modestos o figuras y no importa que los toros sean de un encaste u otro. El toreo entraña un riesgo cierto. Y eso, todas las tardes y en todas las corridas. Por eso, el toreo es grandeza.

Aunque muchos no puedan, no sepan o no quieran verlo, salvo raras ocasiones…

Como la del martes pasado en Madrid.

viernes, 16 de mayo de 2014

Si mi tumba cría yerba

Por Jose Morente

BAILADOR

Bailaor de la Viuda de Ortega en el campo

 

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El conocedor de la ganadería de la Viuda de Ortega conduce a los bueyes para recoger los toros de la corrida de Talavera

 

Cante por malagueñas del Niño del Genil (1924) 

Le dijo a su apoderado

antes de morir Gallito

le dijo a su apoderado

si mi tumba cría yerba

que se la coma el ganado

de la Viuda de Ortega

 

Te recuerdan los toreros

funesto mes de mayo

te recuerdan los toreros

murió Joselito el Gallo,

Varelito y Granero.

Funesto mes de mayo

 

miércoles, 14 de mayo de 2014

Cuaderno de notas (XXVII) Fandiño por Viard

 

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La noticia de que Fandiño entró a matar sin muleta, ha circulado con profusión y se ha destacado en todos los medios de comunicación pero, en realidad, la verdadera noticia es que la casta de este gran torero hizo frente a la casta de los toros de Parladé (Foto de Javier Barbancho para el Mundo)

 

Frente a la unanimidad de una prensa que ha saludado como se debe el triunfo de Fandiño en Madrid, han respondido las mal llamadas redes sociales con un aluvión de críticas demasiado injustas que pretenden reducir el mérito del torero al de una estocada sin muleta.

A fuerza de no controlar las palabras, y muchas veces gracias al anonimato, Internet ha conseguido obtener un resultado paradójico: Todas las opiniones tienen el mismo peso, incluso las menos fundamentadas, incluso las más estúpidas.

A fuerza de criticar de manera sistemática todo lo que pasa en el ruedo, ciertos aficionados parecen haber caído en el absurdo que consiste en no creer en nada. Este nihilismo no conduce a ninguna parte, sino solo a aumentar la enfermedad que aqueja al espectáculo de una tauromaquia en decadencia por culpa de aquellos que serían los mejor situados para preservarla.

Entonces, cuanto un torero ofrece lo que él es, a su manera quizás gastada, pero con una gran verdad, cuando un hombre se ofrece al desnudo para reivindicar el lugar que merece, chapotear en la ortodoxia de sus maneras denota poco sentido común.

En Madrid, en todos los tiempos, una estocada siempre ha valido una oreja. Que a veces no se haya concedido no significa que el mérito no exista. Pero cuando se ha logrado, y cuando además supone la Puerta Grande para un torero que tendría que haberla abierto ya en cuatro ocasiones al menos, curiosamente matando mejor, la única actitud posible es un inmenso respeto, por la voluntad y la constancia demostradas.

Un respeto aumentado por una gran gratitud. Gracias a Fandiño la feria de San Isidro ha estallado y se ha fijado el nivel de intensidad mínimo que debe alcanzar una faena. A las figuras que quieren entrar en escena, ese torero del que ellos no quieren oír hablar acaba de lanzarles un claro mensaje: Para privarle del título de triunfador de San isidro, será necesario que demuestren tanta sinceridad como él ha demostrado.

Lo que no es un reto pequeño.

 

André Viard.Sinceridad” Editorial de Terres Taurines (traducción de Jose Morente)

martes, 13 de mayo de 2014

El Disparate de Ferrera

Por Jose Morente

 

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Simbología de Ferrera en Sevilla: Un toro de Victorino Martín, una banderilla y un estoque clavado en la arena (Foto de Mauricio Berho para Mundotoro)

 

Aquello fue un sueño

Llegaba Juan Ramón Romero a entrevistar a Ferrera, dos horas después de finalizada la última corrida de feria de Sevilla, y se encontraba al torero en el hotel todavía vestido de luces. Ante la extrañeza del periodista, el diestro extremeño le confesaba que no había querido desvestirse para no despertar del sueño que había vivido esa tarde en la Maestranza.

Y efectivamente, la tarde había sido un sueño para Ferrera quien se encontró con un grandioso toro de Victorino Martín, “Disparate”, un toro con una clase y una profundidad en las embestidas excepcionales. Un toro para hacer el toreo soñado.

Que es, nada más y nada menos que lo que hizo el torero.

 

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Disparate en el campo (foto de la web de Victorino). Un gran toro con unas magníficas hechuras, fino y bien conformado. El toro de Sevilla. Un toro de ensueño 

La faena de Ferrera estuvo perfectamente planteada y construida de principio a fin y en todos sus detalles, como el de aumentar el número de muletazos de cada tanda cuando el torero ya sabía lo que podía dar de sí el toro. Por eso, no fue faena de menos a más, como se ha dicho, sino de más a mucho más.

Y, por eso, es por lo que fue calando en el tendido, de forma inexorable, hasta estallar en ese tramo final cuando la Maestranza enteraba bramaba de placer ante cada natural (ora con la izquierda, ora con la derecha) de Antonio Ferrera.

Hay faenas que se construyen desde el derroche de valor del torero y otras que se desgranan indolentemente en la arena cual partitura musical pero hay otras, de una rara y especial calidad que surgen del conocimiento. Del conocimiento de las reses y del conocimiento de las suertes. Ese fue el caso de la faena de ayer de Antonio Ferrera al toro Disparate de Victorino.

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Soñando el toreo. Ferrera con Disparate (Fotografía de Arjona para Aplausos)

 

Conocimiento de las reses.

El buen toreo exige el entendimiento pleno del comportamiento del toro, la cabal comprensión de sus terrenos y sus querencias, la adecuación a las peculiaridades de su encaste y a las propias de cada res.

Ferrera planteó el inicio de faena en los medios y en la media-larga distancia, con la muleta por arriba en el cite y con un trazo del muletazo en línea recta como queriendo enseñar a embestir al toro.

Hubo además mucha suavidad y templanza pues al toro de Victorino, no parecían sobrarle las fuerzas.

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Los primeros muletazos con la muleta por arriba en el cite. Mucho de todo. Mucha distancia, mucha firmeza, mucha longitud del trazo y, sobre todo, mucha suavidad y templanza. Lo que pedía el Victorino.

Luego, con la izquierda y con el burel ya muy centrado en la muleta, pues era toro de mucha fijeza, seguía el recital de buen toreo. Ferrera apostó y mucho por el toro y a un primer muletazo con mano alta le seguían los siguientes con la muleta ya puesta muy por abajo, con más de media tela apoyada en el albero, esperando la embestida del toro, sin toques, salvo un leve movimiento del pincho del palillo y subiendo la mano en los remates, lo que era lo más adecuado dadas las condiciones del toro.

 

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El cite para el segundo muletazo de cada tanda (y para los siguientes) con la muleta totalmente apoyada en el albero.

Es el mismo tipo de cite que le veíamos al Juli hace un año Aranjuez y que tanta polémica ocasionó en su día.

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El Juli en Aranjuez. Un cite sin complejos pues una muleta tan, tan baja exige descomponer la figura, como señalaba tan acertadamente Fernando Farfán en Facebook

Un cite muy comprometido pues el engaño se reduce a su mínima expresión, lo que disminuye la defensa del torero si el toro viene con la cara alta o hace un extraño. Es, por tanto, un cite que sólo es posible con un toro de enorme calidad (como el Garcigrande de Aranjuez o el Victorino de Sevilla) que no pida toques y con un torero de enorme valor y desparpajo que sea capaz de ponerla así y ahí. 

 

Conocimiento de las suertes.

El cite señalado tiene la virtud de que consigue el olé del público desde el inicio del pase mientras que, en un muletazo normal, el público jalea casi siempre el remate. Por eso, los olés del domingo sonaban tan largos a los oídos del espectador.

Como además el toro empezó a “gatear” al final de la faena, con una elasticidad y un temple inusitados los olés sonaban también muy profundos.

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Al final de faena, Disparate empezó a embestir “gateando”.

 

El problema de la estocada

Valoran los públicos y las Presidencias la prontitud en la muerte del toro más que la forma de ejecutar la suerte. No es buen criterio de adicionado pero responde a nuestra actual sensibilidad respecto a los animales. Los pinchazos en hueso hacen perder muchos trofeos a los toreros que, por ello, buscan evitarlos y, en consecuencia, proliferan las estocadas caídas y/o atravesadas. Como la que propinó Ferrera antes de agarrar una entera hasta la bola que fulminó al Victorino.

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Sentido natural después de la estocada (Fotografía de Mauricio Berho para Mundotoro)

Tenemos que cambiar de criterio y empezar a valorar la ejecución de la suerte. Un pinchazo en hueso ejecutando la suerte a ley tiene más mérito y debe valorarse más que una estocada entera pero habilidosa y mal ejecutada.

Belmonte en Madrid. cortó un rabo después de varios pinchazos. Tomemos nota.

 

Colofón

Antonio Ferrera dio, el domingo, una lección de lidia total, de buena dirección de lidia, en todos los tercios. Quede como ejemplo cuando mandó retirar un caballo herido. 

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Ferrera estuvo sembrado en todos los tercios (Fotografía de López&Matito para Burladero)

Para colmo, se encontró con Disparate y juntos nos brindaron una faena emocionante e histórica.

Una faena soñada.

 

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La faena de la feria. Antonio Ferrera da la vuelta al ruedo en Sevilla (Fotografía de Arjona para Aplausos)