Un Gallo eufórico después de haber cortado el rabo (Fotografía facilitada por Alberto Franco) |
Hoy, cuando cada vez están más caros los trofeos, cuando ya no se premia a los toreros con la alegría y largueza con la que antes se premiaban, me parece oportuno traer a este blog esta simpática fotografía que ha colgado, en un grupo de facebook, Alberto Franco.
En ella se ve a un Rafael el Gallo eufórico después de haber cortado el máximo de los trofeos, el rabo, del toro que acaba de lidiar. Algo, cortar un rabo, que, para Rafael torero tan irregular y tan proclive a las debacles y, a lo que se ve en su gesto, no debería ser muy habitual.
Quizás ese premio le sorprendiera pues el Divino Calvo, genial casi siempre con los engaños, capa y muleta, solía limitarse a despachar a sus oponentes, en la suerte suprema, que ya había dejado de serlo en su época, con más habilidad que valentía. De ahí quizás, y advierto que estoy elucubrando, su gesto de sorpresa y euforia.
Hoy, cuando cada vez están más caros estos tradicionales trofeos y algunos aficionados, imbuidos quizás sin saberlo en pensamientos animalistas, los califican como despojos y casquerías, me parece oportuno rescatar esta vieja fotografía de Rafael que los recibe, al contrario, con tanto gusto como agradecimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario