viernes, 30 de marzo de 2018

Postales taurinas (XXIV) Una estocada de Juan Ortega

Por Jose Morente


El pasado domingo 25 la atención la teníamos puesta en Madrid donde toreaba Saúl Jiménez Fortes, una corrida de Victorino. Fortes se encontró con dos toros que permitieron enseñar al público madrileño (no todos lo vieron) su concepto puro del toreo.

Mientras tanto, al otro lado del charco toreaba en Jerez, Zacatecas, ese torero sevillano que se llama Juan Ortega. Entre las buenas fotos que nos han llegado, me ha llamado la atención esta de una espectacular estocada

Es muy difícil ver una imagen así en una suerte tan complicada. Ni los toreros de arte, casi siempre medrosos, ni los grandes lidiadores, siempre atentos al menor gesto del animal y poco dispuestos a perder la cara del toro suelen matar bien.

Aquí tenemos la excepción, Juan torero de mucha clase y buen gusto toreando, está perfecto en la suerte suprema. La forma de coger la muleta con la mano izquierda, el pincho del palillo en el hocico, sin tapar la cara del toro, el codo doblado marcando la salida, la pierna derecha pisando el terreno más comprometido. La colocación del estoque en las mismísimas péndolas. Ese toro que humilla. Ese torero que se entrega.

Lo dicho, una gran estocada.


jueves, 29 de marzo de 2018

Saeta por colombianas al Cristo de la Buena Muerte

Por Jose Morente


Traslado del Cristo de la Buena Muerte a brazos de legionarios un Jueves Santo en Málaga.
Lo habitual en la Semana Santa es cantarle a Cristos y Vírgenes por saetas. Esa saeta flamenca derivada de las antiguas saetas de Pasión y que normalmente se deslizan por sones de seguiriyas gitanas rematadas en algunos casos por martinetes o carceleras.

Como siempre hay excepciones, en 1995 un cabo de la Legión española, el cabo Luís Muñoz Torres (conocido como Luis de Alicante) tuvo la feliz ocurrencia de cantarle al Cristo de la Buena Muerte en la Semana Santa malagueña, una colombiana compuesta expresamente para la ocasión y cuya letra es la siguiente:

Cristo de la Buena Muerte, ídolo del legionario
Con orgullo te llevamos, porque a hombros te cantamos
Por las calles malagueñas, por las calles malagueñas
Ay, desfilar a paso ordinario

Cuando suenan los tambores, desfilar a paso lento
Cuando suenan los tambores, desfilar a paso lento
La sangre del legionario que le corre por las venas
Como novio de la muerte, como novio de la muerte
Ay, ya no habrá quien nos detenga.

Málaga Semana Santa, la Legión está presente
Málaga Semana Santa, la Legión está presente
Porque pone el corazón, una fuerza y un coraje
Caballero Legionario, Caballero Legionario,
Ay Señor Novio de la Muerte.

La idea de utilizar el cante por colombianas tiene su aquel. La colombiana, cante flamenco encuadrado en el grupo de los denominados "cantes de ida y vuelta" es, en realidad, una original creación de ese genio del cante que se llamó Pepe Marchena. Nada mejor que un cante tan genial para una idea original.

Pepe Marchena grabó por vez primera su colombiana en un disco de la casa Gramófono de 1931, cantando a dúo con el Niño de la Flor y acompañados a la guitarra por Rafael Nogales. En la grabación se escucha a Marchena decir al guitarrista: ¡Es la primera vez que impresionamos la colombiana!
Lo de cantar por colombianas a una imagen religiosa no es nuevo. Ya la Niña de los Peines cantó por colombianas al Señor del Gran Poder en un disco de 1932 o sea, en plena República:

Al Señor del Gran Poder
le alumbran cuatro faroles
Y a mi me están alumbrado
tus ojitos que eran dos soles
Y al Señor del Gran Poder
le alumbran cuatro faroles

Pero muy diferente  es que un flamenco/a cante por colombianas a un Cristo o a una Virgen a que sea un militar el que se lance a cantar flamenco en medio de un desfile procesional. La osadía implicaba arriesgar el merecido arresto. Sin embargo, según cuentan, ante el éxito logrado con su cante, el cabo legionario se encontró al volver al acuartelamiento, que, en lugar de ser reprendido por haberse saltado una orden, era premiado con unas merecidas vacaciones. 

Había nacido un nuevo himno legionario. Un saeta flamenco al Cristo de la Buena Muerte... por colombianas. Un cante que todavía hoy, casi un cuarto de siglo después, se sigue interpretando en las calles malagueñas y en las de otras ciudades españolas. 

La vinculación de la Legión y otras fuerzas militares con la Semana Santa malagueña es proverbial y llega a nuestros días pese a que, en los últimos tiempos, corren aires diferentes y es que, desde hace varias décadas, algunas voces propugnan expulsar a los militares de las procesiones de Semana Santa. 

La ideología de la pseudo progresía de nuestros días se basa en la simplista teoría de que hay que excluir lo que no gusta o dicho eufemísticamente "separar los espacios", tal y como le espetara hace un par de años la alcaldesa de Barcelona Ada Colau a los militares participantes en el Salón de la Enseñanza (Este es el artículo del Mundo donde se daba la noticia con vídeo incluido). La postura de la Colau no se sostiene como muy bien explicaba Javier Marías en un brillante artículo publicado en el País Semanal que pueden leer aquí.

Ada Colau en el Salón de la Enseñanza de Barcelona indicando a los militares que sería "preferible"  que no participaran en la muestra por la necesidad de "separar espacios" (¿?)
Muy diferente a la ideología separatista, en todos los órdenes, es lo que se piensa y se vive en nuestra tierra. Y es que, Málaga ha sido lugar de paso de los efectivos militares que iban a África y de acogida a los heridos que volvían pero, sobre todo, ha sido lugar de paso de diversas culturas y pueblos desde la época de los fenicios. Por eso, Málaga y la Semana Santa malagueña son un ejemplo magnífico de convivencia no excluyente. Aquí cabemos todos.

Embarque de soldados en el puerto de Málaga rumbo a Melilla (publicado en Nuevo Mundo el  12 de octubre de 1911)
Vamos a escuchar esa colombiana en boca del cabo Luis Muñoz Torres, en una grabación televisiva de 1995. Posiblemente, la primera vez que se interpretó esa peculiar "saeta" en las calles malagueñas.