jueves, 31 de mayo de 2012

La técnica hoy (III). Toreo de salón

Por Fernando Cámara

 

1911-02-08 Papa Negro despues cogida

El Papa Negro entrenando en Madrid, antes de su reaparición, después de la cornada del toro de Trespalacios (Febrero de 1911)

Contestación a una pregunta del aficionado práctico salmantino Alberto Marcos Morante.

Esta es la idea…

Adaptar el cuerpo al toreo adoptando posiciones antinaturales que cuesta mucho mantener por un rato. Posiciones que aparte de acoplar al torero a las alturas que pide el toro, son de una gran expresión.

Para ello es necesario un riguroso entrenamiento manteniendo siempre el hombro de la mano que torea lo mas bajo que te permita el cuerpo, incluso si la muleta tiene que ir alta el hombro no debe subir sino que se flexiona el brazo.

Se debe sentir como las costillas inferiores se encajan sobre la cadera de descarga y se debe iniciar el muletazo descansando el peso de cuerpo en la pierna mas cercana al toro. Progresivamente hay que pasar el peso a la pierna de remate acompañando la embestida del toro siempre dando el pecho a la cara del toro hasta el final.

Cuanto más encajado y mejor vuele la muleta, mejor y más sólido se realiza el muletazo.

 

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Justo 100 años después…José Tomás entrenando en Estepona, antes de su reaparición, tras la cornada de Aguascalientes (Febrero de 2011)

domingo, 27 de mayo de 2012

Pongamos que hablo de Madrid

 

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Cuando Madrid era Madrid. Plaza de toros vieja de Madrid (Postal antigua)

La importancia de Madrid en el toreo viene de antiguo. De cuando un diestro puntero toreaba aquí 17 o 18 corridas por temporada (¡Es cierto, los hubo!) y cuando, por no haber televisiones, la prensa era la que contaba lo que pasaba por el mundo y resultaba que la prensa de Madrid llegaba a todas partes.

Hoy día, todo ha cambiado radicalmente y la información que disponemos de lo que pasa en cualquier rincón perdido del planeta es mayúscula. Sin embargo, Madrid, quizás por pura inercia, sigue siendo la primera plaza del mundo y su repercusión en todo el orbe taurino sigue siendo tremenda.

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Desde que hay televisiones todo ha cambiado… (En la foto fotograma de la película “Nuevo en esta plazade Pedro Lazaga con Sebastián Palomo Linares como protagonista)

Demasiado tremenda, quizás, pues Madrid se ha convertido en plaza de aluvión y de públicos transeúntes, donde conviven los buenos aficionados con los dogmáticos, los burócratas con los menestrales. Público que, pese al importante número de abonados, cambia de un día para otro y donde el aficionado conservador y radical (todo un personaje en el Foro) sigue teniendo su plaza fuerte.

Y es que hace tiempo que a un importante (en número) sector de aficionados madrileños se les paró el reloj del tiempo taurino y siguen empeñados en analizar y valorar el toreo de hoy con pautas y criterios del toreo de antes (de antes de ayer). Hoy por hoy, en Madrid se pretende la faena imposible con un toro imposible. Ni disfrutan ellos ni, lo que es peor, nos dejan disfrutar del buen toreo a los que no comulgamos con sus tópicos.

Este proceso no es de ahora sino que comenzó hace ya un buen número de años cuando una crítica joven y radical se lanzó a defender una fiesta realmente maltrecha por los abusos de las épocas anteriores.

Alfonso_Navalon-1970

Alfonso Navalón en 1970.

Los críticos radicales de los 70 reaccionaban a una situación extrema o difícilmente sostenible. Hoy cuando las cosas han cambiado nadie parece capaz de poner estas en su justo término medio.

Entre este grupo de críticos, la pauta la marcó Joaquín Vidal, en el Diario el País. Su visión radical de la fiesta, basada en unos escasos y esquemáticos conocimientos técnicos que, objetivamente, no resisten el más mínimo análisis, hizo sorprendentemente furor.

Sus crónicas, dotadas de cierto gracejo costumbrista pero sostenidas en la utilización del tópico repetitivo y machacón y adobadas con un lenguaje tremendamente duro y despectivo, calaron hondo en la generación de aficionados bisoños recién llegados a la fiesta que adoptaron, como dogma de fe, todos y cada uno de los postulados del crítico santanderino.

El Pais

El País cabecera del archivo digital de su edición impresa. El mensaje de Vidal llovía sobre mojado y fue, para muchos, el mejor modo de justificarse y acallar su propia mala conciencia, ante un espectáculo socialmente tan criticado ya entonces.

Lo más grave es que, consecuencia de todo esto, en la Plaza de Madrid hace tiempo que se perdieron las buenas formas y la educación. Puede ser signo de los tiempos pero, personalmente, no me gusta nada ni me hace pizca de gracia (no la tiene) el lenguaje, despreciativo e insultante, que se viene utilizando con toreros y ganaderos, en espiral que va en aumento.

2008-09-26 Sevilla Joselito Primera despedida 001

Vidal cruzó la raya de la mesura y el buen gusto, llegando al colmo en esta tendencia de crítica despectiva en la crónica a la primera despedida de José Miguel Arroyo “Joselito” que se produjo en Sevilla el 26 de septiembre de 1998 (corrida a la que corresponde la Fotografía). El siguiente párrafo, de la crónica que hizo a esa corrida, no tiene desperdicio: “El de Zalduendo, una especie de novillejo sin presencia ni aliento, se lo brindó a un paisano al que invitó a salir al ruedo. Joselito hizo el brindis de costado, sin mirarle a la cara, con imperceptible movimiento de labios y soltando las palabras por una comisura. Parecía que le estaba vendiendo una papelina”.

El supuesto“paisano” a quien José Miguel Arroyo Joselito brindaba el toro no era, en absoluto, un desconocido para el crítico ni para nadie, sino el apoderado y padre adoptivo del torero, Enrique Martín Arranz. Pese a su evidente mala baba, este tipo de textos eran recibidos con jolgorio por los adictos lectores del crítico y consideradas sólo como simpáticas “gracietas” sin mayor importancia cuando no necesarias. El problema es que ese estilo hizo escuela.

Consecuencia de esos modos, es que hoy vocifera el aficionado madrileño y se desgañita en la plaza hasta perder la compostura y vocifera también fuera de la plaza, machaconamente, alentado por parte de la Prensa y por las soflamas de los blogs de internet (donde encuentra su coartada ideológica), tronando iracundo y vehemente contra lo que no le agrada de la Fiesta actual… que suele ser casi todo.

Protesta en Madrid

Protestantes madrileños en esta Feria de San Isidro de 2012. El bocinazo del espectador en la plaza tiene su apoyo ideológico en el despectivo lenguaje que se ha hecho habitual en parte de la prensa madrileña (y no madrileña) tanto profesional como amateur.

Consecuencia de esos criterios es que, en Madrid, no gustan, muchas veces, las cosas que gustan en las demás plazas (aunque su ejemplo cunde y contagia) y por el contrario, el público madrileño se entrega y solaza, a veces demasiado ingenuamente, con cosas que, en otras plazas, causarían cuando menos perplejidad.

Castella 02

Como perplejidad causó la frialdad con la que se recibió a Sebastián Castella en su segunda actuación después de la cornada que había recibido pocos días antes en la misma plaza. Castella cogido en su primero se negó a ingresar en la enfermería hasta matar a su segundo oponente.

Formas aparte, lo peor es que, a causa de esa arcaica y caduca manera de enjuiciar, en Madrid hoy por hoy se “desjerarquiza” el toreo y se invierte el orden real de las cosas. Madrid trata a las figuras como patanes y a las medianías como figuras. A las ganaderías punteras se las califica de desecho y a los desechos se les da trato de ganaderías señeras. En proceso que se viene arrastrando en esa plaza desde hace ya varias décadas.

1909-05-27 (Los toros y el teatro) Protestas Sevilla

Vista del tendido de las Carracas de la plaza de Sevilla (Fotografía de 1909 de la revista “Los toros”). La pancarta colgada en la barandilla de la delantera de grada pedía la “Guerra a los malos toreros”. Bien está siempre que tengamos claro –lo que hoy por hoy no sucede en Madrid- quienes son los buenos toreros…

Juliderechazo

…Como, por ejemplo, el Juli, a quien vemos en la fotografía y que, sin embargo, concita la inquina y desdén de parte del público de las Ventas o el silencio cómplice del resto.

Por eso y solo por eso, creo que es la única plaza del mundo donde parte del público disfruta con el fracaso de un torero o de una ganadería (si es que no lo provoca) pues ese fracaso les permite corroborar sus preconcebidas teorías.

Y es que el aficionado madrileño radical acude a la plaza, cada vez más, con la faena hecha, como los malos toreros, lo que no es bueno. No es bueno ir a la plaza dando por sabido lo que se va a ver (aunque esa suficiencia sea muy propia del carácter madrileño ¡Chulapo mío!) pero menos bueno intervenir en la corrida, reventándola, para que su resultado acabe confirmando nuestros deseos.

Sobre todo, cuando esa afición se pretende y autoproclama cátedra

Curiosa cátedra –sin embargo- donde el examinador se dedica, por todos sus medios, a poner nervioso al exanimando para que este suspenda (si o si) el examen.

 

1897-11-09 Aficionados madrileños

El aficionado madrileño ha sido siempre adusto y de respeto y, muchas veces, injusto pero sus conocimientos taurinos eran inobjetables lo que no ocurre hoy día. Y, puesto que su rigor se ha extremado injustificadamente, y quizás por eso, ya casi nadie reconoce a Madrid como la Catedral del Toreo (Fotografía publicada en 1897 en la revista Pan y Toros)

 

Por todas esas cosas, Madrid es rara avis en el universo taurino. Con una influencia desmedida para los actuales y escasos merecimientos de una afición despistada que perdió el norte hace algunos años y cuyo comportamiento, causa perplejidad cuando no indignación en los aficionados cabales. Aunque muy pocos se atrevan a decirlo en voz alta.

Merece la pena que, al hilo de lo que vaya ocurriendo esta feria, hablemos –por ello- de Madrid.

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Interior de la plaza de las Ventas en día de corrida (Foto del blog “Blog de toros”)

 

Para terminar. Breve comentario sobre algunos topicazos.

No es cierto que la Fiesta necesite una plaza como la actual de Madrid.

No es cierto -tampoco- que si el 7 no existiera habría que inventarlo.

Estos tópicos, tan habituales, son radicalmente falsos. Si la Fiesta estuviera necesitada de un contrapoder ante los desmanes de los taurinos y los abusos que se puedan cometer, ese debería venir de una afición, una crítica y una autoridad (Presidentes y veterinarios) sensata, conocedora, ecuánime y ponderada no de radicalismo alguno que a nada sirve y a ninguna parte conduce.

Por el contrario, el perfil del aficionado radical es el que mejor cuadra a los intereses espurios de los empresarios taurinos pues abarata costes.

Y es que lo malo cuesta menos que lo bueno.

 

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Un toro del Cura de Valverde en el campo (Del blog “Hasta el rabo todo es toro”)

viernes, 25 de mayo de 2012

Se hará lo que se pueda…. Don Cristino

Por Antonio Pineda

 

Juna Belmonte Chaves Nogales Alianza 001

“Juan Belmonte, matador de toros: Su vida y sus hazañas”. Portada de una edición de bolsillo del folletín de Chaves Nogales

 

Una frase célebre

La frase quizá más célebre de Juan Belmonte, tantísimas veces repetida desde que se publicara en el libro “Juan Belmonte, matador de toros: Su vida y sus hazañas”, escrito por Manuel Chaves Nogales, es la que sigue:

“Don Ramón del Valle Inclán era para mí un ser casi sobrenatural. Se me quedaba mirando mientras se peinaba con las púas de sus dedos afilados su barba descomunal, y me decía con gran énfasis:

- ¡Juanito, no te falta más que morir en la plaza!

- Se hará lo que se pueda, Don Ramón- contestaba yo modestamente”

¿Pero la anécdota es original de Valle Inclán y Belmonte?

Belmonte con Valle Inclan, Ayala y Miranda 002

Valle-Inclán y Belmonte. Protagonistas de la anécdota más difundida de la historia del toreo

Revista Pan y toros. Madrid, 8 de junio de 1896

“Faltaban dos horas para comenzar una de las inolvidables corridas celebradas en Aranjuez.

Lagartijo tomaba café, después de almorzar, con infinidad de amigos y aficionados en la fonda que en el Real Sitio tiene Pastor, el que avisó al Califa de la ciudad mora la visita del elocuente tribuno, del gran orador, Don Cristino Martos, a quien acompañaban en la expedición su esposa, otras señoras y algunos caballeros de la corte.

Lagartijo Dibujo Pan y toros 1896-06-08

Ilustración de la escena del café con la entrevista de Lagartijo y Cristino Martos, publicada en la revista Pan y Toros

Rafael se apresuró a recibirlos con la cortesía y atenciones propias del acto y las que el guarda siempre para sus admiradores.

La entrevista, que fue por todo extremo afectuosísima, duraría un cuarto de hora, dificultándola un poco la falta de oído del gran torero. Porque han de saber ustedes que es algo teniente.

D. Cristino, momentos antes de despedirse del cordobés famoso, y cuando le ofrecía la diestra, le dijo:

- Rafaelillo, tú quieres hacerte inmortal.

Contestándole Lagartijo inmediatamente:

- D. Cristino, se hará lo que se puea”.

 

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Don Cristino Martos

No cabe duda de que el visitante de Lagartijo se estaba refiriendo a la muerte del torero en la plaza, como la forma más directa de entrar en la leyenda aunque sin mencionarla directamente, haciendo gala de su oratoria y teniendo en cuenta que el matador debía salir a la plaza esa misma tarde.

 

1896-06-08 Portada Pan y toros

Portada del número del 8 de junio de 1896 de la Revista Pan y Toros

Moraleja

La frase era original de Rafael Molina Lagartijo, y alguien que la conocía la utilizó para adornar el relato de la relación del trianero con los intelectuales de la época.

¿Fue el propio Belmonte o fue su biógrafo Manuel Chaves Nogales?

Eso no creo que lo sepamos nunca, lo que si es cierto es que pocas veces una frase o anécdota será más conocida y más veces atribuida falsamente a quien no fue su protagonista.

Manuel-chaves-Nogales

¿Fue Belmonte o fue su biógrafo Manuel Chaves Nogales quien utilizó la frase de Lagartijo?

martes, 22 de mayo de 2012

Un cuento (apócrifo) del viejo mayoral. Por mor de la nuevas modas/en Jerez se lidió Pocarropa

 

El apartado Jose Morente 001

El apartado del toro (Dibujo de Jose Morente a la manera de Antonio Casero)

 

Esta entrada es un pequeño homenaje privado a don Luis Fernández Salcedo y a sus Cuentos del Viejo Mayoral, en los que aprendí a gustar y disfrutar de las hazañas de los toreros antiguos Hazañas que no desmerecen, lo más mínimo, las de los toreros actuales aunque estas últimas no tengan ya quien las cante.

 

Por la mañana en el apartado

Desde luego la cara de Antonio, el conocedor de la ganadería de Núñez del Cuvillo, esa mañana de un Domingo de Resurrección en los corrales de una plaza de toros de Málaga, era un poema. Y es que al mayoral se le cayeron los palos del sombrajo cuando el Presidente de la corrida le dijo que, lamentándolo mucho, el toro que llevaba el número 80 no pasaba el reconocimiento previo.

Para mí que el conocedor, en su fuero interno, estaba pensando que lo que el lamentaba era el sesgo que iba tomando la fiesta y posiblemente tuviera razón el vaquero pues, hace cuarenta años, Málaga (como tantas otras) era un plaza preciosa y amable donde daba gusto llevar toros en la seguridad de que los encierros se iban a lidiar completos. Pero los tiempos cambian que es una barbaridad y a mediados de los 70 y principios de los años 80 (curiosa coincidencia con el número del toro de la discordia) empezaron a soplar otros aires.

 

Toros en el campo 001

Pensaba el vaquero, en su fuero interno, que a él lo que de verdad le gustaba era estar en el campo con los toros… (Ilustración de Jose Morente que reproduce un original de Antonio Casero)

 

Así, donde antes se imponían la finura, las hechuras bonitas y la reata empezaron algunos a pedir kilos y pitones. La cosa tenía su explicación –y su justificación- pues los abusos de los años 60 habían sido una “desageración” como reconocía el propio mayoral cuando se le tiraba de la lengua.

Utreros sin kilos y sin pitones y lo que es peor, sin hechuras ni ganas de embestir. Pero en los años ochenta, no. En los 80, ya se había impuesto el hierro que delata la edad y el toro se lidiaba con cuatro años cumplidos.

 

Utrero de los 60 001

El utrero (engordado artificialmente de los años 60). Aún hay aficionados que reivindican ese toro sólo por denostar al toro y al toreo actual.

Para acabar de arreglar las cosas (o sea, empeorarlas) los aficionados y algunos críticos seguían pidiendo el toro más grande aún, más cargado de kilos. Madrid, en eso, se llevaba la palma y es que en los tendidos de las Ventas se sentaban los mejores carniceros de la Sierra Norte… Y todo sea por el negocio. “Toro grande, ande o no ande” y, lógicamente, el toro… no andaba.

Como las cosas del Foro tienen mucha repercusión, la moda del toro enorme se había impuesto por toda España como una plaga de norte a sur.

Para colmo, ahora en Madrid se querían justificar del desaguisado que habían montado y te venían diciendo que ellos nunca habían pedido el toro grande sino el toro con trapío ¡Decir eso después de la que habían liado!

 

De los 80 para aca

El toro de los 80 para acá no tiene nada que ver con el de los años 50 y 60.

Ahora, que eso del trapío es muy cómodo porque si un toro tiene la edad, los kilos, está sano y tiene sus defensas intactas pero a usted no le gusta sólo tiene que invocar la palabra trapío y ya tenemos el pretexto perfecto para no admitirlo. Y es que el trapío existe pero es, como dirían los letrados, un concepto jurídico indeterminado y, a veces, una coartada, que diríamos nosotros, para que quien pueda haga lo que quiera. Y eso es así, aunque lo niegue el mismísimo Tribunal Supremo (¡que a veces dice unas cosas…!)

En Andalucía, no. En Andalucía, como somos más complicados y más listos que nadie, la autoridad (que aquí le dicen la Junta) había suprimido la palabra trapío del Reglamento.

Eso sí, en vez de trapío se puso una frase tan larga y complicada como esa de que el toro tiene que tener “las características zootécnicas de su prototipo racial, de conformidad con la normativa vigente, en función de su encaste, categoría y tradición de la plaza”. ¡Ahí queda eso!

 

Reglamento andaluz 002

Perplejidad ante algunos artículos del reglamento taurino de Andalucía

Y en estas estábamos, en los corrales de la plaza de toros de Málaga, la mañana de un Domingo de Resurrección, con el presidente de la plaza, buen aficionado, intentando explicar al mayoral las razones de su decisión. O sea, intentando explicarle que el toro número 80, Pocarropa, no tenía el trapío suficiente. O mejor, dicho que el toro número 80, Pocarropa no tenía las características zootécnicas de su prototipo en función de la categoría de la plaza. ¡Que ya es complicado explicarlo!

- Que mire usted que le puedo jurar que el toro es de muy buena reata y a la vista está su buen tipo. Decía el mayoral

- Efectivamente el toro es un dije y, a mí, personalmente, me encanta, pero el problema es que no vale para esta plaza, le contestaba muy seriote y muy en su papel el presidente.

- Pero, vamos a ver ¿Por qué no vale para esta plaza?

- Porqué lo que dice el Reglamento. Porqué no reúne las características zootécnicas de su prototipo en función de la categoría de la plaza…

- ¿Eso dice el Reglamento? ¿Qué no tiene qué…?

- Las características de su prototipo racial

- Pues oiga, que sigo sin enterarme…

- Eso quiere decir es que este toro no se parece a los toros de su encaste, de su ganadería.

- ¿Que no se parece a los toros de mi ganadería? ¿Está usted seguro de lo que dice?… Mire. Este toro se remeda mucho a su hermano que se lidió el año pasado en Sevilla y salió cumbre y es el vivo retrato de su padre un semental que lleva seis años en funciones y da productos superiores y si me apura es el calco de su bisabuelo, un castaño retinto, que indultaron en Barcelona. ¡Me va usted a decir a mí que no se parece a los toros de la casa!

- Eso no lo dudo ni un ápice, pero el Reglamento exige no sólo que esté en el tipo, sino que ese tipo se adecue a la categoría de esta plaza…

 

DIálogo corrales 001

El toro de la discordia, muy atento al diálogo de Presidente y mayoral, como si supiera que la cosa va con él

 

- ¿Y que categoría es esa si puede saberse?

- Pues desde que se aprobó el nuevo Reglamento andaluz, esta plaza es de primera.

- Pues vaya faena ¿Como no va a pasar el toro, si está limpio y tiene la edad y el peso reglamentarios?

- Hablando de pesar, solo pesa 10 kilos por encima del mínimo…

- Usted lo ha dicho, ¡Por encima! Luego… cumple el reglamento. Y no sea usted estricto con lo del peso, oiga, que lo que tenemos delante es un toro, no un elefante

- No, no sólo no soy estricto sino que estoy dispuesto a darle la razón… en lo que la tenga. Mire, está discusión no nos lleva a ninguna parte. El toro es precioso y está claro que muy en el tipo de su ganadería, pero el Reglamento hay que cumplirlo. Este toro, hace 40 o 50 años y si me apura hace 10, hubiese pasado aquí sin problemas. Hoy día, no. Así que… vamos a dejar la discusión. El toro no puede pasar, aunque eso no nos guste a ninguno de los que estamos aquí…

Lo que sigue es sabido, pues esta película la vemos un día sí y otro también. Se trae a escape otro toro o se sustituye por alguno preparado al efecto y que ya estaba en los corrales o en el camión en las afueras de la ciudad. Y por la tarde todos tan contentos a los toros, como si nada hubiera pasado.

 

Toreo con la derecha 001

Y por la tarde en los toros como si no hubiera pasado nada en los corrales por la mañana,,,

 

Por la tarde en la plaza

Sólo faltaban diez minutos para empezar la corrida, cuando llega a la plaza Frasco, un muy buen aficionado visceral y apasionado como debe ser, que había asistido esa mañana, por un casual, al apartado.

Frasco llega muy acalorado y saluda aún más alterado a Pepe, su compañero de localidad, quien al ver su semblante demudado, le pregunta de inmediato por lo que le ocurre:

- ¡Chiquillo! ¡Como vienes! ¿Que te pasa? Parece que has visto un fantasma

- ¡Fantasma! Será el fantasma de la libertad… Que va, bromas aparte, lo que ocurre es que todavía no acabo de creerme lo que ha visto esta mañana en el apartado. Te creerás que han echado para atrás al toro más bonito de la corrida.

- ¡Que va, hombre! ¡Eso no es posible!

- Pues lo es. Tal y como te lo cuento. Mira, Pepe, un toro preciso, fino y muy en Cuvillo. Destacaba sobre sus compañeros. No por su tamaño pues, ciertamente, no era grande pero tampoco chico.

- Y que han dicho para justificarse.

- Pues la pura verdad. Que Málaga es ahora plaza de primera y que, por tanto y dada la categoría de la plaza el toro no vale. El caso es que, para mí, el toro hubiese dado buen juego pues tenía una cara de bravo…. O eso aparentaba. Habrá que seguirle la pista y ver donde se lidia y que juego da.

- ¡Habrá que seguírsela…!

 

Dialogo plaza 001 (2)

Por la tarde en la plaza, Frasco y Pepe conversan…

En estas interviene en la conversación un tercer personaje, Remigio, otro vecino de localidad, aficionado que peina canas de los que han visto muchos toros (eso abunda mucho) y se han enterado de lo que han visto (lo que no abunda tanto). Remigio no tiene estudios superiores, ni de los otros, pero atesora más cultura en la sangre que muchos universitarios.

- Jóvenes. Eso que contáis no pasaba antes.

- ¿Antes? Eso de antes hay que matizarlo…

- ¡Antes de la televisión, claro!. Ahora todo el mundo ve lo mismo y quiere lo mismo.

- Ese proceso se llama globalización…

- No sé si se llama globanosequé o no, pero antes de la dichosa televisión cada sitio era distinto y tenía su propia personalidad.

- Se dice idiosincrasia…

- La cosa no tiene ninguna gracia… Mirad. Por ejemplo, aquí en Andalucía ha gustado siempre el toro bien hecho y bien rematado. En el norte era otra cosa pero aquí… Aquí lo que ha gustado ha sido ver al torero torear. Allí lo que gustaba era ver a un hombre pelearse a puñetazos con una fiera para comprobar los redaños del torero.

- Eso viene a ser, en el fondo, lo mismito que decía Cagancho: “De Despeñaperros para arriba no se torea se trabaja”

- ¡Pues eso…!

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…Un toro con hechuras y comportamiento adecuados para realizar el buen toreo…

- ¿Pero, entonces Madrid, Remigio? pregunta el tercer contertulio

- Madrid era y es café con leche. Mitad y mitad o sea que había de todo como en botica. Buena plaza y buena afición. Allí gustaban las dos cosas. Y se veían las dos cosas. Ahora que, en lo que respecta a la presentación de las corridas, el toro de Madrid era antes más bonito. No era chico, eso no, pero las cabezas de las camadas no iban para Madrid como ahora van a veces. Iban al norte, a Bilbao, a Pamplona…

- ¡Que pena…!

- Y que faena. Porque ahora con esto de la moda, montan cada lío en los corrales…

- Desde luego. Rara es la corrida que no se descabala y pasa entera. Y al final el que pierde es siempre el espectador.

- Porque vamos a ver –puntualiza Remigio-, si esto es un espectáculo público y yo pago mi entrada, ya es cuestión del empresario presentar algo que me satisfaga. Si no, no vuelvo… No sé que pinta la autoridad ahí…

- Cambiando de tercio y por poner un ejemplo, dice Pepe, usted se imagina que el día de la final de la Copa del Rey llega el arbitro y dice que Messi no puede jugar porque no tiene… “las características del prototipo racial” de su equipo.

- Pues que tendría razón el árbitro, porque Messi, además de ser argentino y no catalán, es bajito…

- ¡Déjate de bromas, Frasco! Me gustaría ver la cara que pondrían los espectadores. ¡Y la que se armaría!

- Eso, la que se armaría.

- Pues esto es lo mismo…

 

Ha pasado algo más de un mes

Más de un mes después, los dos amigos, Frasco y Pepe, se encuentran un domingo por la tarde para tomar un cafelito y de paso, como no puede ser de otra forma, hablar de lo único serio que hay en esta vida, que son los toros.

- Pepe, te has enterado lo del Juli en Jerez

- Si, Frasco, creo que ha estado cumbre sobre todo con su segundo toro… Le ha cortado el rabo

- Pues el toro ha debido ser superior ya que le han pedido el indulto.

- Sí, aunque el Presidente no lo ha dado. Pero si la vuelta al ruedo.

- Oye, Pepe, ahora que lo pienso, ¿no será el mismo toro que tanto me gustó el domingo de Resurrección y que echaron para atrás?

- No lo creo, sería el colmo…

-¿Cómo se llamaba el de Jerez?

- Mira, en Internet dice que Pocarropa y que tenía el número 80.

- Anda, pues el de aquí era el 80 ó el 40, de eso estoy seguro. ¿Cómo lo comprobamos?

Pepe que, como buen taurino, tiene recursos para todo, saca su i-phone del bolsillo lo trastea y le comenta a su amigo Frasco:

- Muy fácil tengo la foto del parte que colocaron en las puertas de entrada con la lista de los toros el Domingo de Resurrección. ¡Mira! ¡Aquí está…!

Acta Nuñez Cuvillo Malaga (2)

- ¡Anda! Efectivamente, el 80 que se lidió en Jerez es uno de los rechazados en nuestra plaza…

- El castaño que te gustó…

- El castaño que me gustó

- No me lo puedo creer…

- Yo sí. Y mira que el toro era bonito, Y seguro que de buena familia, reata que le dicen. Y fino, Y con buenas hechuras… Las mejores para embestir…

- Y ha embestido, vaya que si ha embestido…

- Ya lo decía el mayoral…

- Y tú, Frasco. Y tú. También lo decías tú.

- Lástima de modas…

- ¡Lástima!

- ¡Pues a fastidiarse tocan, Pepe!

- ¡Eso, a fastidiarse!

 

Epílogo

El toro Pocarropa, número 80, rechazado en Málaga en abril por no se sabe bien que historias reglamentarias del prototipo racial y de la categoría de la plaza, se lidió por mayo en Jerez y fue bravísimo, noble y suave. Fue tan bravo y noble que se le pidió el indulto que el Presidente, puede que con buen criterio, no concedió pero al que se le hicieron los honores de la vuelta al ruedo arrastrado por las mulillas.

 

Juli 003

Juli 004

El Juli con Pocarropa… ¡en Jerez!

 

Pocarropa le tocó en el sorteo al Juli… Suerte para el Juli, pero suerte también para el toro que cayó en sus inmejorables manos y, sobre todo, suerte para los afortunados aficionados jerezanos que pudieron disfrutar esa tarde del buen toro y del buen toreo…

La suerte que, por cierto, no pudieron disfrutar los desafortunados aficionados malagueños privados del espectáculo de la bravura de ese toro por culpa de un artículo reglamentario.

O mejor dicho, por culpa de… la moda

 

Presidente 001

El palco de la plaza de toros de Málaga

 

Sobre las imágenes que acompañan a este Cuento apócrifo.

Todos los dibujos que se incluyen (realizados ex-profeso para esta entrada) homenajean y están directamente inspirados en los dibujos de Antonio Casero los cuales acompañaron, durante muchos años y desde las páginas del Ruedo, a los Cuentos del Viejo Mayoral, añadiendo aún más sabor –si cabe- a esos espléndidos relatos.

Sobre los textos

Los diálogos y situaciones que se describen en este Cuento apócrifo son ficticios y no reales, como no podía ser menos. Lo único real es que el toro Pocarropa de Núñez del Cuvillo fue rechazado en Málaga, un Domingo de Resurrección y que, con ese mismo toro, triunfó – un mes más tarde- el Juli en Jerez de la Frontera en la Feria del Caballo del mes de Mayo. Todo lo demás es fruto de la imaginación del autor. Los diálogos están inspirados en otros similares de don Luis Fernández Salcedo aunque sin alcanzar su peculiar gracejo e ironía. Difícilmente conoceremos lo que realmente se dijo o dejó de decir en los corrales de la plaza de Málaga, entre otras cosas porque lo que se cuece en los entre-bastidores de la Fiesta, con ser de sumo interés, no suele casi nunca trascender fuera.

miércoles, 16 de mayo de 2012

In Memoriam (16-V-1920/16-V-2012)

 

 

Joselito portada 001

 

Un lienzo vuelto, una última voz –toro-,

un gesto esquivo, un golpe seco, un grito,

y un arroyo de sangre –arenas de oro-

que se lleva –ay, espuma- a Joselito

 

 

Joselito Cotraportada 001

 

Portada y contraportada del número extraordinario de The Times del domingo, 23 de mayo de 1920.

Fragmento, seleccionado por Esther Antolín, de la poesía “Elegía a Joselito” de Gerardo Diego (1926)

lunes, 14 de mayo de 2012

Una soleá que llaman de Charamusco

 
1975-00-00 Charamusco
José Loreto Romero “Charamusco” (Jerez, 1903-1970)
El aficionado al flamenco conoce de sobra la historia de esta soleá que hemos dado en llamar soleá de Charamusco pero, para el no demasiado versado en estos intríngulis de los estilos de los cantes flamencos, la cosa puede tener su interés.
Esta es, por tanto, la historia de una soleá que es, también, la historia de cómo se crean o, mejor dicho, recrean los cantes y, sobre todo de cómo se transmiten.
 
El extenso mundo de las soleares
El primer dato que puede sorprender es la cantidad de estilos diferenciados de soleares que se podrían catalogar.
Nada más y nada menos que noventa y cinco (95) estilos de soleares son los censados por Luis y Ramón Soler en su enciclopédica obra “Antonio Mairena en el mundo de la siguiriya y la soleá
Seguiriya-y-soleares-Soler-Portada-0[1]
El libro de Luis y Ramón Soler. Nunca se había realizado en la historia del flamenco un análisis tan exhaustivo y documentado sobre un cantaor.
De entre estos estilos el grupo más numeroso es, sin duda, el formado por las soleares de Triana que se caracterizan por su riqueza melódica y por sus juegos de tonos altos y bajos (“De sima a cima”).
De Triana es la soleá conocida como “Soleá de Charamusco” por su atribución a este cantaor jerezano de nombre José Loreto Romero (1903-1970).
 
Una soleá trianera que viene de Jerez
La soleá de Charamusco –una variante de soleá apolá- ha estado rodeada de polémica desde que Antonio Mairena la rescatase del olvido y la diera a conocer (1983). Aunque esto último, lo de darla a conocer, hay que matizarlo, en primer lugar porque está soleá la grabó Enrique Morente antes que Mairena (concretamente en 1977) y segundo porque además de esa versión (la de Mairena que grabó Morente) hay otra de Pepe Marchena más antigua (1963).
Desde luego las versiones de Marchena y Mairena son muy diferentes como diferentes son los conceptos que sobre el cante tenían Pepe Tejada y Antonio Cruz. En todo caso, lo más probable es que ambos conocieran esta soleá en Jerez, por vía del Tío Parrilla y de Charamusco, quien la aprendería de Juanichi el Manijero y este, a su vez de Frijones. Un cante parecido se podría oír también en la Triana de los años 40 por el Pancho o por cualquier otro cantaor trianero de la época.
1945-00-00 Familia de Juanichi
Juanichi el Manijero, cadena de transmisión de muchos cantes jerezanos
Sea como sea, el caso es que, a partir de la grabación del último disco de Antonio Mairena donde tituló a una amplía tanda de soleares como “Mis recuerdos de Charamusco” hemos convenido en darle a este estilo (el que cantaran Marchena, Morente y Mairena) ese nombre.
 
Una soleá polémica
Y de aquí, de la grabación del último disco de Antonio Mairena, es de donde parte la polémica pues no en balde todo lo de este artista ha sido mirado con lupa, ya sea para ensalzarle y aprender de él o, en caso contrario, para denigrarle, esto último, en general, sin mucho fundamento.
El crítico más agrio de Mairena, Agustín Gómez, decía que Mairena había puesto en tonos fáciles las difíciles soleares apolás trianeras con lo que a partir de ese momento ya las podía cantar todo el mundo. Agustín Gómez añadía que la soleá de Charamusco era creación de Enrique Morente y que Mairena la habría aprendido de él sin citarlo.
En fin, demasiado revuelo para una cuestión de menor trascendencia.
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Agustín Gómez quien, a raíz de la publicación del disco último de Mairena, polemizó agriamente con algunos flamencólogos y, en especial, con Manuel Martín Martín.

La verdad de la historia
La verdad del proceso de recuperación y divulgación de esta soleá nos viene del testimonio del gran aficionado y amigo personal de Antonio Mairena, Juan Antonio Muñoz Pacheco, quien tuvo la fortuna de poder oírle cantar (y acompañarle a la guitarra) en su casa del barrio de Vallecas en Madrid en numerosas veladas.
Antonio con JA Muñoz Pacheco
Mairena en casa de Juan Antonio Muñoz Pacheco quien grabó muchas horas del cante de Antonio durante esas reuniones privadas. Gracias a esas grabaciones, algunas de ellas ya publicadas, hoy podemos escuchar a un Antonio Mairena intimista y genial, cantando a media voz y sin la presión de las grabaciones discográficas en las que Mairena se marcaba a si mismo niveles de exigencia altísimos (Fotografía del libro de Luis y Ramón Soler “Los cantes de Antonio Mairena”)
Por suerte para nosotros, Juan Antonio Muñoz grabó en directo muchas de esas reuniones privadas, las cuales se han empezado a editar en disco gracias a su afición y a la generosidad del sobrino y heredero de Mairena, Antonio Cruz.
Aparte de esos cantes privados inéditos, Juan Antonio nos ha regalado también a los aficionados parte de sus vivencias con el maestro, recogidas en su libro-disco “Mis recuerdos de Antonio Mairena” (que parafrasea el título del cante que aquí comentamos).
Mis recuerdos de Antonio Mairena-JA Muñoz Pacheco (Portada) 001
Portada del libro de Juan Antonio Muñoz Pacheco titulado “Mis recuerdos de Antonio Mairena” (1ª ed., Madrid, 2007). Al libro le acompaña un magnífico CD “50 años de luz y cante” (editado por el Flamenco Vive) que incluye grabaciones privadas del maestro. Tanto el libro, que recoge las vivencias personales de Juan Antonio Muñoz con su amigo Antonio Mairena, como el disco, donde este último canta muy relajado y a media voz y liberado de las presiones de as grabaciones profesionales, son imprescindibles. 
En este libro, y sobre la soleá de Charamusco, Juan Antonio aclara (con lo que debe quedar zanjada la discusión) que esa soleá se grabó por primera vez en su casa, en 1976. Luego Juan Antonio prestó la cinta a Enrique Morente quien andaba siempre a la búsqueda de novedades y que la incluyó en un LP antes que lo hiciera Mairena.
Antonio Mairena cuando salió publicado el disco de Morente, llamó a Juan Antonio para decirle que sabía que le había facilitado las grabaciones al cantaor granadino pero que no había problema porque pensaba cantarlas de otra forma cuando las grabase.
Por su parte, Enrique Morente no tuvo nunca empacho en reconocer públicamente que ese cante lo había aprendido de una grabación de Mairena con lo que se deshacía todo el batiburrillo formado por el crítico cordobés que citábamos al principio.
 
000272 Mairena con Morente
Enrique Morente con Antonio Mairena. Aunque Morente pudo escuchar en numerosas ocasiones a Antonio, la soleá de Charamusco le llegó a través de una grabación de Juan Antonio Muñoz Pacheco
Vamos a escuchar las versiones de Charamusco a las que hemos hecho referencia
 
Audición 1
Perendengue y el Dengue (Soleá grande)-BELTER 12717 (1963)

Pepe Marchena-Guit.: Paquito Simón

MARCHENA, PEPE- Memorias antológicas del cante flamenco- Frontal

Marchena canta la soleá de Charamusco en las dos primeras coplas (la última, “Que la lleven a la imprenta”, no tiene, según Luís y Ramón Soler, estilo reconocible). Si bien los primeros tercios se mantienen en el aire de Triana, luego el cantaor se deja llevar por los juegos melódicos propios de su garganta. Aunque es la primera vez que se grabó esta soleá, es tal la impronta personal del cantaor de Marchena, que su cante no puede servir de referente a otros cantaores.
Es significativo que Marchena atribuye el cante a Yllanda (En la grabación se le oye decir: “Cante Grande. Andújar. José Yllanda”)
 

Reniego de los rosales

reniego de los rosales

no reniego de la rosa

no reniego de la rosa auy

que me regaló tu madre


reniego de las espinas

de las espinas reniego auy

pero no de los rosales


 

Y en la primera chosilla

(Voz: “Calidad del cante... pa' los buenos aficionaos...Blas)

Y en la primera chocilla

que pa' perendengue y el dengue auy

y mirasielo y barajilla

que pa' perendengue y el dengue auy

y mirasielo y barajilla


 

Que la lleven a la imprenta

que lo lleven a la imprenta

pa' que s'entere la gente

que lo que tú querer me cuesta eh

el querer de esta serrana eh

que lo lleven a la imprenta.


 

Audición 2

Tú vienes vendiendo flores (Soleá)-CBS (1977)

Enrique Morente-Guit.: Pepe Habichuela

Enrique Morente 6.- DESPEGANDO 1977- frontal
Enrique Morente grabó en 1977 en su disco Despegando con la guitarra de Pepe Habichuela está bella soleá que había escuchado en grabación de Antonio Mairena en casa de Juan Antonio Muñoz Pacheco.
La interpretación de Morente es muy interesante por el juego entre el grito desgarrado y seco del primer verso que se repite tres veces y la melodía de bajos de los últimos.

Tú vienes vendiendo flores

Tú vienes vendiendo flores

Tú vienes vendiendo flores

Las mías son amarillas

Las tuyas de dos colores

Lamías son amarillas

Las tuyas de dos colores

 

Y hasta que la noche llegue

Hasta que la noche llegue

Hasta que la noche llegue

Yo he visto mañanas tristes

Tener las tardes alegres

Nadie habla mal de día

Hasta que la noche llegue


 

Se lo pío

Se lo pío a un debé

Yo se lo pido a undebel

Si es que me daba a mi licencia

pa’ yo volverte a querer

Si es que licencia me daba

pa’ yo volverte a querer

 

A la verde oliva

Que me esta dando

Dobles fatigas

 
Audición 3
Mis recuerdos de Charamusco (Soleares)- Pasarela PRD 92 EC (1983)

Antonio Mairena-Guit.: Pedro Peña

image
Respecto a la versión de Morente, las similitudes son muchas, no en vano, Morente había bebido en la fuente inagotable del maestro de los Alcores. Sin embargo, el contraste entre la subida del primer tercio y los bajos del final se realiza en el caso de Mairena, de forma más matizada, con mucha musicalidad y flamenquería.
Si la comparamos con la grabación de Pepe Marchena hay similitudes en los primeros tercios aunque –en el caso de Mairena- con otro peso, con otra densidad jonda, con “otro empaque”, según Luis y Ramón Soler, quienes añaden que la diferencia se encuentra, sobre todo, en la “caída” de esta soleá que Mairena hace ajustándose a los aires propios de Triana, mientras que Marchena remataba en su personal forma. Precisan estos autores que, en todo caso, este cante es una “obra maestra” del mejor Antonio Mairena, valoración que compartimos plenamente.
Una peculiaridad es que Mairena repite esta soleá cuatro veces. Las letras son alusivas al día que conoció a Charamusco y a la juerga que corrieron, de ahí el título. Antes canta para entrar en materia la soleá grande de Silverio con una letra de innegable simbolismo.

Subí a una alta montaña

Buscando leña pa’ el fuego;

Como no la encontraba

Al valle abajé de nuevo.

 

Charamusco, Charamusco,

Cambiamos nuestros sombreros:

Tu sombrero estaba roto

Y mi sombrero estaba nuevo.

 

¿Qué tengo yo en mi memoria, primo,

Que a mi años recordar?

A un gitano Charamusco

Y su cante por soleá;

Qué locura y qué momento

Y yo no lo pueo explicar.


 

Cuando yo a ti te conocí, primo,

Y era por la marugá,

Yo me partí mi camisa

Escuchándote cantar,

En Jerez de la Frontera,

Era por la marugá.



 

Y qué bendición de horas,

Que yo no sabía ni adónde estaba,

Me tomé cuatro carretes

Y del sentío prevelicaba,

Hasta que amaneció el día

Y me fui borracho a la cama.


 

Dichoso el mozuelo

Que le da planta

A su sombrero.



Antonio con JA Muñoz Pacheco (Osuna)
Juan Antonio Muñoz Pacheco acompaña a Antonio Mairena en un recital en Osuna (Del libro “Los cantes de Antonio Mairena”)

lunes, 7 de mayo de 2012

Fandiño se impone con los Victorinos en Sevilla

Por Fernando Cámara
0001085239_560x560_jpg000 Fandiño muleta (JC Muñoz)
Fandiño. Muy ajustado y llevando muy toreado al Victorino (Fotografía de Juan Carlos Muñoz).

Sevilla, 24 de abril de 2012

Toros de Victorino Martín para Iván Fandiño y David Mora (mano a mano)


Hemos analizado en anteriores entradas, la historia del encaste Saltillo-Albaserrada y el comportamiento del toro de Victorino desde el punto de vista de su ganadero y, primordialmente, desde el punto de vista de los toreros.
Lo importante es destacar que a un comportamiento distinto del toro debe corresponder un distinto modo de torear. La técnica del toreo puede tender unas reglas básicas comunes y válidas a todos los encastes pero los matices que deben aplicarse a cada uno son distintos.
No es lo mismo torear al toro, bravo y noble, de Ibarra-Murube-Parladé, donde el torero puede lograr el objetivo decimonónico de convertirse en eje del toreo y de la fiesta, que al toro -bravo pero listo- de Saltillo-Albaserrada, con el que la lidia debe desplegar todos sus recursos defensivos y donde el toreo de expulsión aparece como el más indicado para un toro que casi siempre se ciñen en las suertes.
Por eso, yerra quien analiza la labor de los toreros desde puntos de vista apriorísticos. Al torero hay que juzgarle en función del toro que tiene delante y no en función del concepto del toreo que pueda tener el crítico. La crítica dogmática, de tanto predicamento en la historia del toreo, resulta muy cómoda para los aficionados, pues evita tener que pensar, pero nunca ha servido para saber lo que había ocurrido realmente en la plaza.
No es ese el caso cuando quien enjuicia la labor del torero es otro torero pues entonces el toro se convierte en piedra de toque de cualquier opinión. Si además, como es nuestro caso, a ese punto de vista se une –como no puede ser menos- el depurado conocimiento de la técnica de torear, el resultado es inobjetable.
¿Quien mejor, por tanto, que Fernando Cámara para contarnos lo que pasó en Sevilla?
0001085245_560x560_jpg000 Fandiño Gaoneras (JC Muñoz)
Fandiño en un espectacular quite por gaoneras (Fotografía de Juan Carlos Muñoz).
 
El toro de saltillo
El toro de Victorino pertenece a la rama santacoloma-saltillo, rama que aun conserva la virtud de humillar, elemento este que le hace ser un toro correoso pero dúctil ante una lidia acertada y trazada con “escuadra y cartabón".
La selección llevada a cabo por sus criadores ha conservado un toro con dificultades muy especiales y diferentes a los demás encastes, matices que a su vez, aportan una gran dosis de inhumanidad en su embestida.
Tanto su forma de embestir como incluso por su aspecto, exige que el torero aplique un modo muy específico de lidia para crear una labor sugestiva y eso no se produce fácilmente. Por tanto, cabe comprender que supone un gran mérito.
 
0001085246_560x560_jpg000 Suerte de varas (JC Muñoz)
La alegre embestida al caballo de un Victorino (Fotografía de Juan Carlos Muñoz).
La actitud de Fandiño
En la corrida de Victorino Martin en Sevilla, contamos con la presencia de toreros dispuestos a asumir ese condicionante reto. Sobre todo, destacó un Iván Fandiño que no nos sorprendió negativamente, es decir, nos volvió a mostrar su faz épica y heroica. Resuelto, luchador y armónico, enfrentó ese leve baile en el que no se permite ningún traspié cuyo desenlace pudiera provocar el desencanto al sutil jurado de Sevilla y la hegemonía a esa cárdena y asaltillada bravura.
 
0001085241_560x560_jpg000 Fandiño remate (JC Muñoz)
Toreo épico y heroico
Torero capaz incluso de volcarse sobre los pitones prescindiendo, en esa legendaria tarde, del engaño que hace el quite al cloroformo. Épico y heroico en el redondel maestrante, Fandiño se convierte en uno de los pocos hombres dispuestos a ser extremadamente generoso ante aquellos a los que solo nos avala el simple precio de una entrada, lo que es algo encomiable.
0001085242_560x560_jpg000 Fandiño estocada (JC Muñoz)
Fandiño, en las estocadas, se volcó sobre los pitones (Fotografía de Juan Carlos Muñoz)
Un ser humano en el ruedo de una fiesta donde se baila con los rojos claveles de la gloria, el desencanto e incluso, como no, la muerte. Pero, ¡ojo! que para realizar esa tan funesta como grácil danza hay que ser científico en tauromaquia, porque la compañera de baile, en este caso, es la coriácea bravura de los Victorinos.
Dicho esto, pondremos en juicio la actuación del torero.
Matices de una actuación
Ante todo, la actuación de Fandiño no puede ser criticable, sino elogiable, porque aunque hubo hipotéticas imprecisiones las reacciones asaltilladas a dichas inexactitudes fueron toleradas sin la mas mínima deformación. Riñones encajados, cites estóicos, barbilla clavada en el pecho avalan una gran determinación e ignorancia de su propia integridad además de una grandiosa torería. Así lo reconoció la mayoría. La mayoría, menos los que se la cogen con papel de fumar para pedir un triunfo legítimo.
No sé si los eruditos aficionados del sombreado tendido uno estaban -en ese preciso momento en el que había que pedir la oreja- comentando el porqué no paró la música en el enganchón durante la faena del segundo de Fandiño, síntoma más que evidente de que lo que estaba realizando era de verdadera importancia... ¡Que pena! Porque se hubieran ahorrado las protestas a la presidencia y reconocido una gran labor.
0001085229 (JC MUñoz)
Todo lo que hizo Fandiño en Sevilla tuvo mucho mérito y mucha pureza
 
El comportamiento de los Victorinos
El toro de saltillo requiere la presencia de unos engaños por delante, que no presenten huecos, que se adelanten al preciso momento en el que hay que rebasar la jurisdicción de las zapatillas, correr la mano sin torsión de muñeca de forma que llame la atención al ojo contrario por un tiempo excesivo dejando así expuesto el cuerpo del torero a la vista del toro.
El de saltillo debe pasar desde adelante por la bragueta del torero y hacia atrás sin que el torero deje de acompañar con el pecho para que no se meta en los terrenos traseros del torero. Al contrario de como se torea el toro Nuñez, Parladé, Atanasio, etc., el de Saltillo humilla pero no admite la muleta por arriba ni huecos entre muleta y torero.
Por este motivo se torea con la muleta más plana y baja, es decir, la típica y supuesta ventaja del pico, en este caso no lo sería, porque supondría la evidencia del cuerpo con el ojo mas cercano al torero y como consecuencia el toro se queda corto, no sigue la muleta y busca por debajo al torero.
No admite toques secos o bruscos, porque provocaría su defensa con la misma brusquedad interrumpiendo el muletazo ya en el inicio. Al principio de la faena, hay que acompañarlo en la embestida sobre las piernas y por abajo saliendo en los primeros muletazos de la trayectoria de su embestida intentando coger la dimensión de la primera distancia.

En los primeros compases de la faena , se debe acompañar la embestida del astado sobre las piernas y por abajo saliendo de su trayectoria, dejándole sitio e intentando coger las distancias adecuadas.
Inmediatamente después de una primera tanda de tanteo y preparación, ¡A torear y con la izquierda! En estos toros, que tienen los pases contados, hay que ponerse en el sitio cuanto antes so pena de que la faena se vaya en probaturas. Eso es lo que hizo Fandiño. Con la muleta adelantada y casi sin tocarlo, Fandiño lleva al toro muy toreado. La tanda es larga (cinco y el de pecho) lo que no es muy habitual en los inicios de faena.

El toque o el estímulo de embestida en el de Saltillo es la invasión de los terrenos contrarios del toro, o sea, el cruzarse con un paso hacia el pitón contrario en lugar de tocar con la muleta estando estático el torero (provocar la embestida).

Y también sin más preámbulos y visto el toro en la anterior tanda ¡A los medios! También con la izquierda. Fandiño no tuvo la más mínima duda en su faena al tercero de la tarde que estamos despiezando. El toro cita con suavidad y mimo.
Es muy interesante el detalle del primer pase. Fandiño está muy enfrontilado y carga la suerte (en el sentido que hoy se da al término) en el primer pase aunque lógicamente sólo en el primer pase.
Eso en la primera distancia, porque la segunda distancia es la realmente importante en estos toros. Al terminar el primer muletazo hay que posicionar la muleta perdiendo unos pasos, uno largo que saque al torero de la reposición del toro y otro combinado con uno hacia adelante al pitón contrario para ganarle de nuevo el pitón colocandose el torero perfectamente en la cola de la muleta y como mínimo en linea con el toro.

A este toro hay que aprovecharle sus escasas, aunque magníficas, embestidas. Por eso, porque se agotan pronto hay que pisarles el terreno, “atacarles” entre pase y pase para que embistan. En esta primera tanda por la derecha el toro protesta algo más. 
El paso hacia adelante y el enganche suave con los vuelos de la muleta, estimulará al toro de nuevo a repetir la embestida humillado. De esta forma, el toro, no ve al torero en ninguno de los enlaces de muletazo a muletazo, al contrario que si el torero se queda en la cara sin perder espacio y al hilo del pitón donde el toro acabaría por ganar terreno y apretar para adentro al torero, forzando a este a salirse de la suerte o en el mejor de los casos al remate prematuro de la tanda.
Estos minuciosos matices son los que hacen relativamente más fácil hacer faena a estos toros.

La tanda postrera con la derecha. Al toro le cuesta más embestir y mira al torero. Fandiño carga la suerte en el primer pase pero ahora avanza la pierna antes de que se arranque el toro, que es ahí lo aconsejable. La tanda tiene menor fluidez pues el toro se lo piensa más entre pase y pase. El Victorino no tenía ya muchos pases seguidos por tanda, al contrario de los toros excepcionales de esta ganadería que siempre regalan al torero unos centímetros de más, en cada embestida, cuando se entregan.
Enhorabuena, torero
Si reprochamos a Fandiño que solo le ganó el paso al final de la faena en algunos muletazos y que citó al toro muy quieto en el primer muletazo sin provocar la embestida, hay que elogiarle que trató en todo momento de imprimir pureza a su labor, aguantando las dificultades que planteaban los de Victorino.
Aguanto miradas, coladas y todo tipo de dificultades con la barbilla clavada en el pecho, los riñones metidos y una sensación de auto convencimiento solamente alcanzable a las grandes figuras del toreo.
Pudo equivocarse, bien es verdad, pero eso siempre será una hipótesis por muy claro que parezca y lo que es más importante, a pesar de las posibles imperfecciones, con Fandiño ante los Victorinos he recibido, como aficionado con un punto de vista profesional, sensaciones que hacen grandes a los toreros.
¡Enhorabuena para Iván Fandiño!.
 
Han sido cuatro tandas (más la de inicio) y la faena está hecha. Después de unos pases de preparación, Fandiño en la hora de la verdad. Una buena estocada.

Notas:

Comentarios a fotografías y videos de Jose Morente.

Los videos que ilustran esta entrada, se han bajado de ambitototoros