sábado, 30 de octubre de 2021

¿Quién torea y quien mira? (I)

 Por Jose Morente


Una foto antigua de un tentadero. Un diestro (vestido de oscuro) cita a una vaca berrenda en negro, con aplomo y seguridad. Junto a un burladero lejos de la escena, un segundo participante en la fiesta, sentado, mira pensativo el trabajo del primero..

La pregunta, las preguntas son inevitables: ¿Quién es el diestro que torea? ¿Quién el atento espectador de la faena sentado junto al burladero dentro del ruedo?

La solución en la próxima entrega de este blog.


viernes, 29 de octubre de 2021

Mazzantini y la alegoría del trabajo

 Por Jose Morente

Conjunto escultórico dedicado al Marqués de Larios. En la parte delantera y delante del Marqués, el conjunto -madre e hijo- dedicado a La Caridad"

En septiembre de 2018, el Ayuntamiento de Málaga iniciaba las tareas de restauración del monumento dedicado al Marqués de Larios. Se trata de un conjunto escultórico urbano dedicado a Manuel Domingo Larios y Larios, II marqués de Larios. Este conjunto, el más relevante de la ciudad, se encuentra situado en la emblemática intersección de la Alameda Principal con la calle Larios y fue realizado por Mariano Benlliure a finales del XIX (entre 1896 y 1899). 

A la estatua del Marqués, situada en lo más alto, le acompañan, por delante la representación de "La Caridad", encarnada en las figuras de una madre ofreciendo a su hijo (ver foto que encabeza esta entrada) y, a su espalda, "la Alegoría del Trabajo", encarnada por un robusto operario.

"La alegoría del trabajo" 

Durante la II República, se bajó al Marqués de su pedestal y, en su lugar, se colocó la imagen del trabajador alegorizado. La madre y el hijo continuaron en su sitio pero ahora mirando, no al Marqués, sino hacia el ensalzado obrero.

El conjunto escultórico dedicado al Marqués de Larios, pero sin Marqués. Propuesta de inversión del orden social coherente con la ideología de la II República.

Tras la contienda civil, el Marqués y el obrero recuperaron -como era de prever- sus posiciones originales.

Tarjeta postal de finales del XIX-principios del XX. El conjunto escultórico de Benlliure en su situación original. El Marqués de Larios -en lo alto- mirando a la Alameda (ahora mira a la calle que lleva su nombre). Detrás, en un nivel inferior, la "Alegoría del trabajo"

Llegados a este punto, estoy seguro que muchos lectores se estarán preguntando que pinta esta lección sobre monumentos urbanos malagueños en un blog dedicado a los toros y al flamenco. Pues pinta, aunque la respuesta estoy seguro que va a sorprender. Y es que el modelo utilizado por Mariano Benlliure para esculpir el cuerpo del alegórico y macizo obrero no es otro que el cuerpo de don Luís Mazzantini y Eguía, el bravo torero de Elgóibar, el mejor diestro vasco de la historia.

Mazzantini

Don Luís fue torero de muy buen tipo, no al estilo de lo que se entiende por buen tipo torero, sino, más bien. al estilo del tipo de los clásicos chicarrones del norte. Cossío recalcaba que su corpulencia, estatura y decisión le proporcionaron ventajas indiscutibles para matar. Y es cierto, pues sus tremendos volapiés, una suerte en la que descolló sobre todos sus contemporáneos, le dieron cumplida fama. 

La explicación de que Benlliure utilizara el cuerpo de Mazzantini es también sencilla. En una de las corridas de la Feria de Julio de Valencia de 1895, Mazzantini le brindó uno de los toros a Benlliure, que en agradecimiento ofreció al matador modelar su busto, busto que se pudo contemplar en la Exposición de Bellas Artes e Industrias Artísticas celebrada en Barcelona, un año después.

Busto de Mazzantini, obra de Mariano Benlliure (1896)

La realización del busto, coincide con la época en la que le encargaron realizar el conjunto dedicado al Marqués de Larios en Málaga y Benlliure, a la vista de la apostura de don Luís, no tuvo dudas en proponerle que posara como modelo para el cuerpo del obrero. Una oferta que el diestro vasco no rechazó.

La buena fachada de Mazzantini


Benlliure utilizo a Mazzantini como modelo para el cuerpo del obrero de la Alegoría del Trabajo en el monumento al Marqués de Larios en Málaga.


Ubicación del monumento.


martes, 19 de octubre de 2021

Un barbero gallista de Sevilla

Luís Fernández Salcedo

1955. Cabalgata del Ateneo. Juan Belmonte (a la izquierda), Juan Ignacio Luca de Tena y Antonio Leal Castaño (Fuente: Blog Los leales del toreo)

A los treinta y nueve años de su muerte, la figura de José está ya hoy en la mente del aficionado corriente un tanto borrosa, por no decir olvidada. Al efecto han contribuido muchas razones, y entre ellas la poca -y no muy buena en general- literatura que existe en torno de él. Cuando la pareja Gallito y Belmonte centraba la edad de oro del toreo, yo estimo -no sé si estaré equivocado- que los gallista eran el 55 por 100 de la afición Pues bien, sí hoy se hiciese el recuento, creo que los belmontistas llegarían a sumar el 90 por 100 de los votos, lo cual se explica, porque Juan ha llegado a nuestros días, siempre en constante superación. Claro está que aun queda una parcelita en la cual estamos plantados algunos recalcitrantes, como el que suscribe y, entre otros, el famoso peluquero sevillano. 

Quizás conozcan ustedes el sucedido, que voy a referir en pocas palabras, tomándolo de Luis Bollaín (Los genios de cerca). Belmonte iba a salir de Rey mago en la Cabalgata del Ateneo. La Comisión organizadora le mandó los ropajes con los cuales había de vestir el cargo, pero Juan se figuraba que tendría que llevar éste aneja cierta caracterización, aunque no fuera más que para que los chiquillos no les reconociera. Pregunto por teléfono a los organizadores y le dijeron que no tardaría en llegar a su casa un barbero que le pondría la cara correspondiente a su alta dignidad. En efecto en muy pocos minutos, porque el tiempo apremiaba, el fígaro del barrio le puso totalmente desconocido. Belmonte se miró al espejo y se encontró hecho un adefesio. Pero no había minuto que perder y salió a la calle no sin decir a un amigo: “No me gusta nada el trabajo que me ha hecho Fulano; Entérate de si fue, en tiempos, gallista”. El amigo a los dos o tres días le manifestó: “¡Buen ojo has tenido Juan! Porque el peluquero en cuestión no es que fuera gallista… ¡es que lo sigue siendo!”

Yo también sigo en mi sitio como aquel barbero de Sevilla.

FERNÁNDEZ SALCEDO, Luís. Diano (o el libro que quedó sin escribir). Madrid, 1988, Editorial Agrícola Española, pág. 332 (1ª ed., Madrid, 1959, Librería Merced)


Belmonte de Rey Mago (Cabalgata del Ateneo de 1955)


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NOTA de LRI:
Luis Fernández Salcedo escribió el texto que hemos transcrito, dentro del Capítulo "Joselito en Colmenar" del libro dedicado al "Diano" que fue el semental que "hizo" la ganadería de su familia.

Portada de la 1ª ed. del "Diano"


Cuando lo escribió, corría el año de 1959 y por aquella época la figura de Joselito estaba eclipsada por el paso del tiempo (39 años desde su muerte) y por la presencia omnipresente Juan Belmonte, todavía vivo. 

Joselito sobrevivía solo en el recuerdo de algunos (muy pocos) aficionados como don Luis Fernández Salcedo o como ese anecdótico barbero gallista de Sevilla que tuvo la humorada de querer poner feo a Belmonte... 

En vida de Belmonte, José era solo una imagen de añeja fotografía y Juan el único revolucionario del toreo (Portada del libro del belmontista Edmundo G. Acebal)

La historia del toreo al uso entonces, la que nos contaban, una historia equívoca y tremendamente exagerada, ponía a Juan como única fuente del toreo moderno y a José lo relegaban al papel del último gran torero... del toreo antiguo. 

Años después llegaría Pepe Alameda con su reivindicativo y certero análisis del verdadero hilo del toreo, análisis que luego han ido siguiendo otros autores. A partir de Alameda y, sobre todo, a partir de 2012, año del Centenario de la alternativa de Joselito, empezarían a resurgir los gallistas, lentamente, pero cada vez más numerosos. 

Reunión de gallistas conmemorando el Centenario de la alternativa de Joselito en Sevilla (2012)

Hoy las cosas están cambiando y ya no se puede hablar de Juan Belmonte sin nombrar a Joselito el Gallo, al contrario de lo que ocurría hace muy pocos años.

 Portada del Catálogo de la Exposición celebrada en Sevilla en 2013 conmemorando la alternativa de Juan Belmonte: "Una revolución complementaria".
 
Aunque todavía quedan algunos tópicos por desmontar, las cosas se van, poco a poco, poniendo en su sitio.

Un sitio, el del gallismo, en el que estamos nosotros...  ¡como estaba aquel barbero sevillano!


lunes, 18 de octubre de 2021

Morante en Sevilla (V) ¡Miuras!

 Por Jose Morente


Morante se anunció en la corrida de Miura y se presentó en Sevilla el 3 de octubre para torearlos. Solo pudo matar una res de la mítica y legendaria ganadería pues su segundo toro fue devuelto a los corrales por debilidad en los remos.

Su faena estuvo sobrada de enjundia y detalles toreros y el miura (grande y boyancón) no le afligió en ningún momento. Merece la pena verlo. Son imágenes modernas pero con un sabor añejo que, a mí personalmente, me embelesan.





PD 01. Manuel Escribano cortó dos orejas al primero de su lote. Su faena pulcra, técnica y precisa permitió lucir la clase del toro de miura en todo su esplendor. Escribano estuvo francamente bien. Es de agradecer esa forma de torear en función del toro y que permite al toro (acordémonos de Cobradiezmos) desarrollar todo su potencial. Buen toreo y generosidad máxima, por tanto, en el diestro de Gerena ¡Chapeu, Manolo!

PD 02. Morante hizo una faena plena, valiente y arrolladora al sobrero de Virgen María. El detalle (que este torero haga una buena faena ya no es noticia) fue que no quiso que el público le premiara con la oreja. El toro no de era de miura y la estocada recibiendo cayó baja. Muy bien. Aunque conviene recordar que (desde las más antiguas tauromaquias) en la suerte de recibir (no así en el volapié) la colocación del estoque se ha de disculpar, mereciendo más importancia la ejecución de la suerte. Queda anotado.


domingo, 17 de octubre de 2021

Morante en Sevilla (IV) Una faena para el recuerdo (¡otra más!)

 Por Jose Morente

El día 1 de octubre y con toros de Juan Pedro firmó Morante una faena para el recuerdo en la Plaza de Sevilla. Una más en una temporada -la suya- plagada de grandes faenas.

Fue el mismo día en que Morante desempolvaba el cambio de rodillas del señor Fernando el Gallo y el galleo por tijerillas de los diestros decimonónicos. Sevilla enloquecía y enronquecía con el trasteo de muleta del mejor torero de estos días.

Una faena arrebatada y arrebatadora, sobre todo tras el incidente con la banda de música que comentábamos en anterior entrada de este blog. Una faena que no es para contarla (ya la han contado y glosado los revisteros habituales) sino para verla...



martes, 12 de octubre de 2021

Morante en Sevilla (III) ¡Que calle la música!

 Por Jose Morente

Morante (con razón) se encara con el Director de la banda de música de la Real Maestranza


Es cosa sabida (y juzgada) que la banda de música de Sevilla toca de forma aleatoria y arbitraria. Que la música suena en la Maestranza cuando a su director le parece y le apetece. Sin criterio aparente, pues suena a veces de forma cuasi inmediata y, en otras ocasiones, los primeros compases musicales se demoran hasta mediados o finales de faena.

Hace unos año, estando en activo, el Fundi se hartó de tanta guasa de la mala y de tan injusto e inexplicable proceder y mando callar a la banda cuando pretendía iniciar un tardío pasodoble.

Esta feria de San Miguel hemos visto a Morante encararse también con la banda y callarla por lo mismo. 

Toreaba el de Puebla a un buen toro de Juan Pedro, con profundidad y verdad, citando muy enfrontilado, en una faena de mucho valor y entrega (todas sus faenas este año han sido de mucho valor y entrega) sin que al director de la banda aquello le pareciera de mérito alguno. Por eso, cuando a regañadientes en las postrimerías del trasteo ordenó tocar la música, Morante se engalló y les mandó callar con la aquiescencia de todos los aficionados del tendido.

Una plaza de toros es el espacio más democrático que tenemos. No tiene sentido que el criterio de un solo individuo (en este caso el director de una banda de música) pretenda imponerse al de toda una plaza. No solo porque esos espectadores han pagado religiosamente su entrada (y la banda está y debe estar a su servicio y al servicio del buen fin del espectáculo) sino y sobre todo porque en el ruedo un hombre se juega la vida y eso merece cuando menos respeto.

La afición de Sevilla aplaude el gesto de Morante



domingo, 3 de octubre de 2021

Morante en Sevilla (II) Se llaman tijerillas

Por Jose Morente

Si con el cambio de rodillas de Morante hubo algún cronista que no acertó a etiquetarlo, lo mismo ocurrió con el galleo con el que el diestro de la Puebla llevó ese toro al caballo.

Para empezar el plus:

-Aquí está el capote, el capote del revés.... Está Morante

- Extraordinario

- Toma. Ha servido esa manera para que el picador deje el puyazo arriba  

Otro buen aficionado dice en su blog

- Pero es que después llevó al toro al caballo con un galleo cruzando los brazos que no habíamos visto nunca, ni en fotos antiguas

Y otro crítico de prestigio apostilla:

- Llevó el toro al caballo con un galleo espectacular, andando hacia atrás con el capote por delante y los brazos cruzados.

No sigo. Que se trata de un galleo es evidente, pero describir una suerte no es conocerla y ese lance "cruzando los brazos" resulta ser una simple y arcaica "tijerilla". Una suerte descrita en la Tauromaquia de Pepe-Hillo publicada en 1796, quien la llama "suerte a lo chatre".

No es que la suerte sea habitual hoy día, al contrario pues se trata de lance en desuso, pero su descripción es bien sencilla y clara, lo que permite o debe permitir identificarla. Decía Hillo:

Montes en su Tauromaquia Completa (1836) ya la llama tijerilla. Dice el diestro chiclanero que le da poca importancia:


Pero quien mejor la explica es Guerrita en su Tauromaquia (1895)


Es interesante el comentario y, en especial, ese no prestarse a lucimiento por lo fácil que es embarullarse en ella. Algo que, en general, ocurre con todas las suertes en movimiento. También habría que añadir que, en el remate del lance, los brazos deben volver a quedar cruzados si se quiere enjaretar una tijerilla con otra, tal y como hace Morante

Guerrita añade el listado de diestros expertos en esta suerte (pocos, según él).


Aunque a finales del XIX Guerrita firmaba casi un certificado de defunción de esa suerte de tijerilla o "a lo chatre", hay que señalar que los mexicanos por un lado y Antonio Bienvenida por otro han sido capaces de conservar esa vieja suerte.

Una suerte desempolvada en Sevilla, ayer mismo, por el genio de la Puebla del Río ¡Gracias, maestro!

Capeo a la tijera (La Lidia, 26 de octubre de 1891)





sábado, 2 de octubre de 2021

Morante en Sevilla (I) ¿Sabemos de toros?

 Por Jose Morente



¿Sabemos de toros? Hay veces que lo dudo. Sale ayer Morante con el capote de rodillas al hilo de las tablas y la gente se hace un lío porque pocos (ni siquiera los comentaristas de movistar plus) se atreven o saben calificar la suerte.

Transcribimos lo que dijo Emilio Muñoz:

- ¡Bueno, yo no había visto nunca esta suerte! Es una larga cambiada pero... con una tijerilla (lo de tijerilla se lo apuntan sus compañeros)

Desde luego no se trata de una larga cambiada (en las largas el capote se coge a una mano, no con las dos como hizo Morante) ni mucho menos una tijerilla (donde las manos van cruzadas al inicio y no solo al remate del lance).

El error es disculpable porque la suerte que realizó Morante ayer en Sevilla ( 3 veces, tres) para recibir al cuarto de la tarde "Jarcío" es el cambio de rodillas del señor Fernando el Gallo, padre de Joselito, quien también gustaba de practicarla con bastante frecuencia, especialmente en sus inicios novilleriles. Una suerte de la que ya hemos hablado en este blog. Una suerte en desuso que hace muchísimos años que no se ve en las plazas. 

Joselito el Gallo en Madrid. Cambio de rodillas

Solo un matiz y es que Morante coge el capote como para una verónica con las manos a ambos lados de la esclavina, aunque muy recogido (tal y como hacían Gaona y otros diestros de su época) mientras que en el cambio de rodillas de Fernando el Gallo parece ser que una de las manos coge el capote por la esclavina (tal y como se demuestra en añeja fotografía), pero esa es la única diferencia con la suerte que inventó el señor Fernando y que el genial torero de la Puebla ha tenido la gentileza de resucitarla para disfrute de los gallistas y, en general, de todos los aficionados a los toros.


Morante ya dió el cambio de rodillas en Juriquilla en enero de 2020