NOTA de LRI: Confieso que esto de las asociaciones siempre me ha traído un poco al pairo y es que, a lo largo de mi vida, he preferido andar por libre antes que tener que marcar el paso al compás de un grupo cualquiera y es que, lo de las Asociaciones, Comités, Sindicatos, Partidos, etc. siempre me ha parecido más una forma de medrar o figurar que de involucrarse en causas que merezcan la pena.
Sin embargo, es evidente que no se puede aplicar el mismo rasero a todos estos grupos. Quizás por eso, últimamente uno ha acabado por implicarse con varios de ellos pero es que, como digo, no es lo mismo aprovechar y utilizar a los que nos rodean para defender intereses personales indefendibles o inconfesables. que luchar por fomentar o difundir la fiesta o, más sencillamente, reunirse con los amigos para pasar un rato hablando de toros o de flamenco.
De este último tipo, el del grupo de amigos que se reúnen de vez en cuando sin más interés que hablar de su afición común (los toros en este caso), es un buen ejemplo la tertulia taurina cordobesa "Tercio de Quites", con la que compartimos el pasado sábado -en la casa ganadera de Rodolfo, Jacinto y Cristina- una jornada entrañable e inolvidable.
Decía el Selu: "Mis amigos van a hacer fiesta en la Peña/Mis amigos van a hacer una excursión/Mis amigos van a hacer arroz en el campo/Y van a hacer jornada de mus y dominó"... Pues eso |
Tertulia "Tercio de Quites" (Córdoba)
Por Antonio Luis Aguilera
Treinta y dos años han pasado desde que unos aficionados decidieron agruparse para empaparse de los conocimientos y experiencias de quienes de verdad pueden enseñar con autoridad de la materia: los profesionales del toreo. Así nació “Tercio de Quites”, con la filosofía que retrata Alberto Cortéz en su canción “Qué suerte he tenido de nacer”, donde tras este verso dice: ...para callar cuando habla el que más sabe, aprender a escuchar, esa es la clave, si se tienen intenciones de saber. Así, propiciando un clima de respeto y admiración hacía los invitados, conscientes de que se trataban de unos privilegiados cuando alguien les acompañaba, semana tras semana con formato de año académico, han transcurrido más de tres décadas hablando del toreo y compartiendo experiencias únicas en torno del toro bravo.
Ganaderos, toreros, apoderados, empresarios, veterinarios, médicos, profesores de Universidad, mozos de espada, banderilleros, ponedores de torerillos incipìentes, críticos, aficionados... Por Tercio de Quites fueron pasando muchos que tenían cosas que decir sobre este mundo, para compartir experiencias, narrar biografías, desvelar sueños e inquietudes... Para dialogar y ofrecer otros puntos de vista que permiten conocer a fondo el toreo, descubrir perfiles en los que difícilmente pueden reparar los aficionados sin el testimonio de quienes dedicaron sus vidas a la Fiesta, cuyas palabras hilvanaron y tejieron reuniones únicas e inolvidables.
Un gran matador de toros y miembro del grupo fue José María Martorell, el maestro que tras la tragedia de Linares fue capaz de abrirse paso hasta llegar a figura del toreo. Algo que se parecía imposible en aquella Córdoba hundida taurinamente cuando en 1949 recibió la alternativa. Contaba con enorme cariño el maestro que un atardecer, siendo adolescente, después de un tentadero celebrado en las Cuevas de Altázar, donde había dado unos pases en calidad de aficionado, Manolete, que había dirigido la tienta, lo reconoció al verlo sentado en la gradilla de la puerta de su casa, en San Cayetano, y le dijo dos palabras que jamás olvidaría: ¡Adiós, torero! Sólo el destino sabía la trascendencia de lo que Manuel Rodríguez estaba diciendo. ¿Imagináis –recordaba, José María- lo que significó para mí que ese monstruo me llamara torero?
Fue tanto el cariño de Tercio de Quites por el maestro, que a su muerte la tertulia instauró el trofeo que lleva su nombre e imagen, obra magistral de los hermanos García Rueda, que colaboraron desinteresadamente en el proyecto. No es el único premio que otorga el grupo, pues anualmente regala un capote de brega al becerrista que destaca en los festejos de promoción celebrados en Los Califas o la provincia de Córdoba.
Durante estos años varias han sido las sedes de la Tertulia, encontrándose actualmente en la taurina Taberna “San Cristóbal”, en el barrio de Ciudad Jardín, donde los lunes se sigue rindiendo culto al toreo.
Nota LRI: A título de curiosidad insertamos a continuación, el listado (que también me facilita Antonio Luis Aguilera) de los premios anuales concedidos por la Tertulia en sus años de existencia (premio "José María Martorell") y también el listado de los becerristas, premiados con el capote de brega que la Tertulia regala cada año al más destacado del año en Córdoba y provincia.
No reproduzco la lista de invitados a la Tertulia porque alcanzan, en estos 32 años de existencia, la altísima cifra de 200. Por la Tertulia, han pasado representantes de todos los estamentos taurinos. Un plantel impresionante.
Enlace al blog Puerta de los Califas de José Luis Cuevas con algunas imágenes más del tentadero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario