Que el toreo no es de izquierdas ni de derechas sino algo de todos o sea, verdaderamente popular, me parece evidente aunque hoy día son demasiados los que andan empeñados en hacernos creer lo contrario.
Pero lo que no se puede -ni debe- es cambiar o reescribir la historia que es lo que algunos pretenden. Es una sencilla cuestión de ética.
Una ética de la que, lisa y llanamente, carecen quienes quieren que demos la espalda a la verdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario