Belmonte en todos los lances se metía en el terreno del toro. |
Pienso que la gran aportación de Juan Belmonte al toreo fue la de meterse decidida e implacablemente en el terreno del toro.
Llevaba la Tauromaquia más de un siglo y nadie se había atrevido hasta entonces a hacerlo con el descaro y la valentía con la que lo hizo el trianero nacido en la calle Feria. Algunos (Espartero, Montes) lo habían intentado pero no lo consiguieron.
Belmonte entraba, en ese terreno, lance a lance. En todos los lances. Su técnica se basaba en el recorte (por eso sus lances emblemáticos fueron dos recortes: la media verónica y el molinete) pero era un recorte sublimado, tenso, tremendo, abismal.
La media verónica y el molinete son las señas de identidad del toreo de Juan Belmonte |
Era necesariamente un momento, un instante, casi como un remate (de otro modo no hubiera sido posible) pero, en ese momento, en ese instante fugaz, Juan además de estar ahí, se estiraba y componía la figura con la gallardía y estética de los toreros más valientes.
Y es que hay que ser muy valiente o muy loco para hacer eso. Por eso, el nombre de Belmonte perdura y se mantendrá en el recuerdo de los buenos aficionados mientras exista el toreo.
Se mantendrá en el recuerdo de los buenos aficionados y en el toreo de los buenos toreros.
Morante belmonteando (Foto de Federico Henriques) |
Este post va dedicado a mi amigo Jesús Triana, belmontista fetén e infatigable
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