jueves, 22 de octubre de 2015

Para torear bien no es preciso ni necesario "cargar la suerte"

Por Jose Morente

López Simón toreando SIN cargar la suerte (con la pierna de salida retrasada, la pierna escondida) pero con máxima entrega y verdad (Fotografía del blog "Pureza y Emoción")


O bien cargar la suerte es la piedra angular del toreo (como sostenía Domingo Ortega) o no lo es.

En la primera hipótesis, si no se carga la suerte no se torearía. En la segunda, se admitiría que se puede torear bien sin cargar la suerte.

Descartada la primera opción pues es evidente que, López Simón y otros muchos toreros, torean bien sin cargar la suerte, caben dos posibilidades:

a) Que ese torear bien se deba a mandar en el toro. Torear bien sería mandar en el toro o
b) Que ese torear bien se deba al sitio donde se coloca el torero, en este caso López Simón.

La opción "a", mandar sobre el toro, explicaría porqué muchos toreros (la mayoría de los de ahora) torean bien o muy bien sin cargar la suerte (más bien al contrario pues se torea retrasando la pierna de salida, lo que choca y descoloca a los aficionados ortodoxos).

La opción "b", o sea colocarse donde se coloca López Simón, explicaría el impacto que el toreo de este torero está provocando. El mismo impacto que provoca el toreo de Saúl Jimenez Fortes o que en su día provocaba José Tomás.

Lo primero (mandar en el toro) tiene que ver con la técnica y provoca la admiración del buen aficionado. Lo segundo (colocarse en "ese" sitio) tiene que ver con la entrega y provoca la emoción del público.

Ambas opciones son dos caras de una misma moneda: torear bien. Aunque no son lo mismo.

En cualquier caso, la única conclusión posible es que cargar la suerte no es imprescindible para torear bien. Ni siquiera necesario....

Parece que los aficionados estamos empezando a entender ya algo tan sencillo... Gracias a López Simón.

Ahora sólo hace falta aplicar y extender ese mismo criterio a los demás toreros que torean como torea López Simón aunque, eso sí, no siempre en el sitio en el que se coloca López Simón.

Por eso no todos los toreros de hoy provocan la misma emoción que López Simón, aunque si que tienen todos nuestra cabal admiración.

Potdata 1. Aclaración para aficionados "conocedores".

En este pequeño post, hemos utilizado la expresión "cargar la suerte" en su sentido vulgar de "adelantar la pierna de salida" con el fin de hacernos entender.

Sin embargo, esa es una utilización impropia e incorrecta de ese término pues, de todos es sabido, que -desde Pepe-Hillo en adelante o sea, desde siempre- la suerte se carga con los brazos, no con las piernas.

La confusión, que viene de antiguo, se consolida a partir de la Conferencia de Domingo Ortega en el Ateneo de Madrid. No caigamos nosotros en ese trampa.
Por ello, conviene aclarar y precisar el título de este post: "Para torear bien no es preciso ni necesario cargar la suerte con las piernas... pero sí con los brazos".

Postdata 2. Un artículo de interés

La reflexión de este post surge a partir de la lectura de un interesante artículo de Joan Adell Mas en el blog Pureza y Emoción titulado "La paradoja de López Simón". Si bien algunos afirmaciones suyas pueden ser discutibles, el texto el artículo es, en mi opinión y en lo esencial, sugerente y recomendable.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi no me convence esa explicación. No tengo mucha idea, pero cuando torean al hilo o como hizo Lopez Simon, no me transmite emoción ni toreria.
Seré así de raro o troglodita. Pero he visto torear a Antoñete, Cesar Rincón, Frascuelo echando la pata palante y eso me gusta. Lopez Simon no, ni los pegapases de ahora. Pero yo seré un paleto que no sabe nada de toros. Y cada vez me gustan menos.

Un saludo

frascuelista

Jose Morente dijo...

Frascuelista:

Sobre el gusto no hay posibilidad de disputa ni de discusión pero sobre la ideología, sí. Y también la hay sobre el modo en el que la ideología (o sea, lo que se piensa o sea, aquello de lo que uno está convencido) influye en nuestros gustos: Sobre esto último si que es posible la reflexión.

No discuto el gusto nadie pero constato que, en nuestros día, algunos aficionados (quizás demasiados) dejan que sus gustos previos, sus convicciones, sus ideas, clichés o tópicos, se impongan a la hora de ver los toros en la plaza, condicionando su forma de ver los toros y, sobre todo y lo que es más grave, condicionando o limitando su capacidad de disfrutar. Una capacidad de disfrutar que. lógicamente, cada vez se va haciendo más pequeña, a medida que sus gustos, sus ideologías y sus convicciones previas se imponen a su capacidad de pensar y reflexionar libremente sobre el toreo.

Es esa una situación que, en mi opinión, no tiene fácil arreglo.

Un saludo

Anónimo dijo...

Buenas tardes. Sin animo de polemizar, solo la foto que pone usted en el post, creo yo que lo dice todo. Me he ido al portal que usted menciona, el articulo es interesante, pero para Torear, cargar la suerte, para dar pases..... Ha su vez, he leido un comentario en dicho articulo sobre los naturales de Ureña, y le dan pal pelo a los pases de Simon, pero para gustos, los colores, asi , por comentar con usted un poco.
Kaparra

A. Mechó dijo...

A razón de tu Postdata 1, te recuerdo también que dice Pepe Illo que antes de alargar los brazos hay que poner el cuerpo de perfil hacia afuera después de parar los pies; ¿me puedes decir dónde se ve, o vería eso, en la foto?

Descargando se hace justo lo contrario.

Jose Morente dijo...

Kaparra:

Son muchos los aficionados que en vez de valorar la profundidad, el mando, el temple, la estética o la entrega de un torero ponen todo el mérito del muletazo en el mero hecho de adelantar o no la pierna de salida.

Ese era el caso de Joaquín Vidal que tanto ha influido (negativamente, en mi opinión) en nuestra forma de ver los toros.

Resulta sí que torero o treo donde no se carga la suerte no vale y se descalifica en bloque. Al contrario, solo el hecho de adelantar la pierna de salida -se toree como se toree- garantiza el beneplácito de estos aficionados de miras tan estrechas.

Es una manera parcial y reducida de "ver" el toreo que, no sólo es errónea sino empobrecedora y contraria a cualquier posible evolución futura. Y lo que no evoluciona, por desgracia, muere.

Un cordial saludo

PD: Ureña estuvo sensacional tanto cuando toreó encajado como cuando toreó de frente donde, por cierto, en ningún momento adelantó la pierna de salida sino que lo hizo como procede a pies juntos, vertical y de uno en uno en las postrimerías de la faena. Así que...

Jose Morente dijo...

Antonio Mechó:

Perfilar el cuerpo, ponerlo de perfil, es precisamente lo que hacen los toreros de ahora mediante ese movimiento de cintura para arriba en el centro de la suerte pues, aunque se coloca la pierna retrasada inicialmente, siempre se cita dando el pecho al toro. Creo que ese movimiento es muy similar (si no igual) a lo que recomendaba Pepe-Hillo con la salvedad de esa diferente colocación inicial del tren inferior del torero que nada resta.

Que nada resta pero que es lo que permite y posibilita un trazo del muletazo de largo recorrido, con lo que se consigue prolongar, en el tiempo y en el espacio, el fugaz y breve momento del embroque que caracterizaba al muletazo del toreo antiguo. Un muletazo que adquiere así en estos tiempos, una amplitud y una grandiosidad que antes no tenía.

En mi opinión, cargando la suerte con los brazos y colocando retrasada la pierna de salida se consigue mandar en el toro durante un trecho más largo y, además, se facilita (como decía F. Bleu) la ligazón con el siguiente muletazo.

Hay quien prefiere faenas cortas y los muletazos cortos y aislado. Sin negar mérito a ninguna forma de toreo, yo prefiero las faenas completas y los muletazos largos y muy ligados.

Un saludo.

A. Mechó dijo...

Me es imposible poder darte la razón en algo si damos por hecho afirmaciones desde mi punto de vista erróneas desde la mera observación. Por ejemplo, dices que "siempre se cita dando el pecho al toro"; y mi observación -y tu imagen me sirve- me dice que ni por casualidad. Es más, como se ve, al retrasar la pierna es físicamente imposible mostrarle el pecho al toro.

Jose Morente dijo...

Antonio Mechó:

Desde luego si hay algo imposible no es citar dando el pecho sino (por muchas pruebas que se aporten y en este blog lo que sobran son pruebas, no teorías) hacer ver a alguien lo que no quiere ver.

Un saludo

A. Mechó dijo...

O sea, que tu en esa foto sí ves que ha citado dando el pecho. No ves que ha tenido que torcer la cintura a su izquierda para aparentar que le muestra -si quieres- un tercio de pecho. Aahhhh...

Anónimo dijo...

Yo sigo sin tragar ese planteamiento. Sobre todo porque muchas veces no me fijo en la pierna adelantada. La mayoría de las veces aburrido en la plaza, ni me fijo. Sólo de vez en cuando, las menos, me despierto del sopor. Ya sea por el toro, un toro, o por que el torero se ha puesto a torear en el sitio y ortodoxamente. Lo mismo es que tengo mi cerebro atrofiado, pero así lo siento. Me aburre soberanamente el neo-toreo y sólo me gusta las formas clásicas. Que para mi son poder, templar y mandar. No el toreo de dar vueltas al toro con la pierna atrasada. Un ejemplo paradigmático es el pase circular. Para mi eso es el summum del neotoreo. Pero lo he visto aplaudir este año a Lopez-Simón y demás artistas. Así que como decía en mi anterior post, debo ser un antiguo.

Frascuelista

Anónimo dijo...

Buenas tardes señor Morente. Se agradece su educacion. No comparto con usted su opinion, pero mire. En un curso de esos de aficionados practicos, nos decia el Davila miura, que la muleta planchada en absoluto, bastante en "pico" para que el becerro no se saliera de la muleta, ellos lo llamaban en "cazo", para mi , trampa total, y ellos lo deseaban legitimizar...."lo que no evoluciona, muere". Yo creo, que ahora mismo, lo que necesita la Tauromaquia, es precisamente regresar a un espectaculo mas puro,(por deficinirlo de una manera)mas Toro, mas tercio de varas y toreo cargando la suerte. Creo.
Un saludo
Kaparra

Jose Morente dijo...

Antonio Mechó:

Esa foto corresponde a un momento del muletazo posterior al cite donde ya va la muleta tendida ("tender" decían los antiguos) y el toro fijo en ella, por lo que -evidentemente como usted dice- yo no puedo ver (¡ni yo ni nadie!) como era la colocación del diestro en ese momento anterior del cite pero, salvo que se cite de espaldas, como ocurre en el circular invertido, lo habitual es citar siempre dando el pecho o, mejor dicho y como gustaba indicar a Vidal, el "medio pecho" y ello como digo ya se cite de perfil o con la pierna más o menos retrasada como se suele citar ahora.

Eso evidentemente obliga a un gran juego de cintura que suelen entrenar los toreros cuando torean de salón.

Desde luego no es físicamente imposible igual que no es "físicamente imposible" (pese a lo que decían los tratadistas de finales del XIX) que un toro siga la muleta durante una vuelta completa de circunferencia.

Ni que el toro de una vuelta completa de circunferencia ni que el torero consiga girar su cintura más de media vuelta es físicamente imposible.

La demostración casi todas las tardes y en casi todas las plazas.

A las pruebas me remito.

Un saludo

Jose Morente dijo...

Frascuelista:

Creo que comete un error de planteamiento o de concepto. Cuando se exponen e intercambian ideas, creo que la cuestión no es la de tragar o no tragar(Ese quizás sea el problema: Que los aficionados llevan -llevamos- mucho tiempo tragando ideas absurdas)sino intentar entender lo que ocurre en el ruedo.

Y claro, cuando uno va a la plaza y se sienta en un tendido después de haber "tragado" todas esas teorías indigestas que explicaban (y no demasiado bien) el toreo antiguo (el del XIX) es muy difícil por no decir "físicamente imposible" que uno entienda o le guste o le emocione el toreo de verdad. Un toreo de verdad que no es el de los libros sino el que los toreros hacen o intentan hacer en los ruedos.

Así no hay quien se "trague" eso.

Un saludo

Jose Morente dijo...

Kaparra:

Muchas gracias y lo mismo le digo.

Por lo que respecta a la muleta en pico, creo que estoy de acuerdo con Dávila. Una cosa es la utilización del "pico" como ventaja (tal y como se hacía en otras épocas) y otra la utilización del "pico" para encajar la embestida del toro (tal y como se hace hoy y desde hace algunos años).

El problema (del aficionado) creo que es el mismo que venimos analizando con motivo de esta entrada del blog, el intento de mantener a viento y marea unos modos y una terminología de otras épocas pasadas que ni corresponden ni explican el toreo actual.

En mi opinión, el lenguaje -pura ideología- nos condiciona demasiado.

Lo que desde luego no puedo afirmar es cual sea la solución idónea para el toreo de ahora, ese que dicen que no emociona y que a mí me levanta del asiento. Nada es perfecto pero no coincido con el diagnóstico de los males que algunos aficionados detectan y denuncian.

Volver a épocas pasadas, como algunos de ustedes proponen (o eso creo intuir en sus palabras, corríjame si me equivoco)no creo que sea la solución a nada pues la involución en el arte (y el toreo es cultura o eso pienso yo) resulta siempre estéril.

Ese planteamiento "retro", más frecuente de lo deseable -en mi opinión- creo que puede ser incluso un lastre para abordar y resolver los problemas reales y de fondo (casi todos de "fuera" del ruedo o sea, empresariales) que pudiera tener la tauromaquia de nuestros días.

Un abrazo

Antonio Luis Aguilera dijo...

Recomiendo la lectura del libro "El hilo del toreo" de Carlos Fernández Valdemoro, "Pepe Alameda", que además de ser el que mejor ha escrito de esta materia era cuñado de Domingo Ortega.

El maestro de Borox la lió parda cuando olvidó que EXISTE UNA LEY DE GRAVITACIÓN UNIVERSAL DE LA QUE NO SE ESCAPA EL TOREO.

En ese punto donde la suerte gravita es donde se está cargando la suerte, independientemente de que la pierna esté adelantada, igualada o incluso retrasada. En ese punto de gravitación, donde el torero está cargando el peso de su cuerpo en el instante del pase o lance, es donde se CARGA LA SUERTE, que nada tiene que ver con echar la pata adelante.

Cuando se recibe a un toro se avanza con él ganándole terreno y sacándolo hacia los medios, es un toreo de avance donde por lógica se adelanta la pierna. Pero con la muleta, desde Manolete a nuestros días y cada uno con su propio estilo, se eslabonan los pases, se ligan, con el sistema del toreo en redondo, es decir, hacia detrás.

Eso fue lo que nunca perdonó Domingo Ortega a Manolete, que lo barrió del toreo. ¿O es que nadie recuerda aquello que le decían al maestro de Borox cuando avanzaba con el toro escondiéndose en el rabo: "De domingo a domingo siempre lo mismo Domingo", mientras que el que relaciona los pases en serie y las series componen la faena, es decir el de Manolete, es interpretado por todos.

Y no hay más. Lástima que críticos que no lo entendieron hicieran tanto daño al toreo.

No olvidemos que el mejor aficionado es el que más toros y toreros le caben en la cabeza. Y el que respeta a todos.
¡Ay si Joselito hubiera tenido en los libros el mismo eco de Belmonte...¡ Muchos aún no se han enterado de quien revolucionó el toreo.
Termino como empecé, recomendando la lectura de "El hilo del toreo" de Pepe Alameda. Nadie lo ha escrito y contado mejor.