jueves, 24 de abril de 2014

De Gaona al Juli

Por Jose Morente

 

Juli (Curro Mora)

Juli en Málaga el Domingo de Resurrección. Demostración de poderío (Foto de Curro Mora)

 

Un alarde de valor y casta

Salió a la arena el segundo, Gladiador, de Garcigrande con 513 Kilos de peso y con mucho carbón en sus bravuconas aunque emotivas embestidas. Un toro con mucha plaza.

Gladiador, en banderillas, traje en jaque a toda la peonería pues no en balde cortaba el viaje que era un primor por lo que aquello fue un verdadero desbarajuste. Algo inusitado en una cuadrilla tan eficaz y avezada como la del Juli.

Cuando tocaron al cambio de tercio, Juli se fue decidido a los medios, clavó las zapatillas en la arena y enjaretó seguidos, sin moverse un ápice, seis pases por alto, seis, que crujieron al morito y dejaron claro quien mandaba en el ruedo.

La faena siguió en vibrante pelea de poder a poder, con el toro queriendo aún convencerse de que podía ganar la pelea al osado que se atrevía a hacerle frente y con el torero empeñado en demostrarle lo contrario, tirando de él, despacio, lento y medido, en tandas interminables de gran y bella factura.

Al final, cuando el toro se paró que es cuando empieza el toreo y los defectos del animal afloran, todavía el diestro se entretuvo en buscar y exprimir las últimas arrancadas que, increíblemente, seguían siendo bruscas y violentas. Los pitones acariciaban los muslos y el vuelo de la muleta trazaba recorridos imposibles alrededor del cuerpo siempre quieto del maestro.

Y entonces ocurrió…

El toreo es cíclico y eterno. Una faena trae envuelta en el aire el rumor y recuerdo de otras muchas tardes anteriores y el regusto de lo que hicieron antes, mucho antes, otros toreros. Y surgen situaciones y gestos que parecían perdidos en la memoria de los tiempos pero que, de forma inaudita y casi mágica, afloran de golpe una tarde cualquiera cuando nadie las espera.

Eso ocurrió en Málaga, el domingo de Resurrección, finalizando la lidia del segundo de la tarde, de nombre Gladiador, de brava estirpe, de buen trapío y de enfurecida embestida, cuando Julián López, a quien llaman el Juli, se dirigió al toro con la muleta detrás del cuerpo, cogida con las dos manos, al estilo de aquel buen y fino torero catalán que se llama Joaquín Bernardó.

Juli, torero, avanzó y el toro, durante un momento, dudó si arrancarse a quien se atrevía a desafiarlo a cuerpo limpio y con el engaño detrás del cuerpo en inútil defensa…

Y entonces, igual que hace 100 años, cuando Gaona toreó, lidió y dominó a un manso encastado de Vicente Martínez, el día del homenaje al pobre Florentino Ballesteros, en presencia nada menos que del Rey de los Toreros, entonces…

… el toro del Juli, reculó asustado ante la mirada de seguridad del diestro, ante su porte sereno, ante su avance implacable, inexorable, decidido, tenaz, elegante y firme.

Igual que hace 100 años. 

Cangrejeaba el toro y avanzaba el torero mientras yo, en esos momentos, no sabía ya si seguía sentado en el tendido de la plaza de toros de la Malagueta, un Domingo de Resurrección del siglo XXI o si, en realidad, todo era un sueño y me encontraba en la plaza Monumental de Barcelona, un 19 de marzo del año de Gracia de 1918 viendo a Rodolfo Gaona imponerse a un manso de Colmenar

¡Qué mas da Barcelona o Málaga! ¡Qué mas da 1918 o 2014! ¡Qué mas da!

El toreo es cíclico. Que es lo mismo que decir circular o eterno

Cuando se juntan un toro con casta y un torero valiente, ya sea ayer, hoy o mañana … algunos instantes se convierten en magia.

 

21 comentarios:

Anónimo dijo...

Que buen articulo, Jose. Los aficionados que salieron decepcionados deben ver los video para apreciar el verdadero valor de El Juli con ese toro complicado.
Jim Verner

Jose Morente dijo...

Jim Verner:

Muchas gracias, Jim aunque lo cierto es que en la plaza a todos nos pesó mucho el desencanto por las enormes expectativas que se habían formado. El bajonazo que siguió a la faena (horrendo) supuso un jarro de agua fría. Luego salió un toro de Juan Pedro sin fuerzas y uno de Victoriano del Río, de preciosas hechuras pero manso.... Mejor lo cuento en una prócima entrada del blog

Un abrazo y gracias de nuevo

Unknown dijo...

C'est superbement raconté. Más dificil ver lo bueno que lo malo, en una faena, una copia de alumno, el comportamiento de un toro. Tu lo consigues con brillantez. Super, José!
Jack

Jose Morente dijo...

Jack Coursier:

Muchas gracias y, en efecto, creo que a veces (y a mí es al primero que le pasa) es mucho más fácil buscar y encontrar defectos que descubrir las virtudes de las cosas o las gentes, máxime en un tema tan complicado como el toreo donde el mérito del torero está en función del comportamiento del toro y sobre el comportamiento del toro pesan hoy día tantos y tan erráticos tópicos.

Un fuerte abrazo

J.R. dijo...

Para quien siente una afición, que no necesariamente es aficionado de título y carnet de pertenencia a colectivo con normas y estatutos, no hay película, libro, ni partido, ni día de caza ni corrida de toros sin motivo de disfrute. Los otros se limitarán a baremar el cumplimiento de cualquier norma, costumbre o criterio ocasional, alzando la voz más para hacer notar su presencia que su amor a la vida. Él, por el contrario, encontrará emoción, ya sea en el conjunto o en el detalle, y le quedará siempre algo acumulando valores que le enriquecen y enriquecen a quienes tengan el buen gusto de escucharle.
Me enriquezco leyéndote, José Morente. Ole

Anónimo dijo...
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Jose Morente dijo...

J.R.

Muchas gracias por su comentario.

En efecto, muchas veces ocurren en las plazas situaciones y hechos que nos pasan desapercibidas o a las que no damos la importancia que tienen, al estar más preocupados por comprobar si lo que vemos se ajusta a nustras ideas preconcebidas que en disfrutar del momento.

Un cordial saludo y muchas gracias.

F. Romero dijo...

Lo vi ayer y, con permiso de El Juli, no se me va de la cabeza la imagen de Gaona.
Y como ya sabéis que yo a veces me entretengo en tonterías hoy me ha dado por contar.
15x7
Los 7 pasos del Juli, buscan torear.
Los 15 pasos de Gaona son bestiales, apabullan al toro y a la camada entera que estuviera detrás.
Si de espaldas da miedo, ¿os imagináis como debía ser la mirada de ese hombre en esos 15 pasos?

delantal dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

José, Hay que ver lo que suceda el ruedo y cuando el toro sale de los chiqueros dejar a un lado las expectativas que tenemos. El aficionado que insista en que la realidad sea como la expectativa ha caído en un error tan grande como el matador que va al toro con una faena preconcebida.
Jim Verner

japolos dijo...

Ahora entiendo mejor la expresión "...o quizá no" con que se subtitulaba, entre paréntesis, la crónica alusiva al fiasco de la corrida del Domingo de Resurrección aparecida en un conocido portal taurino. Y es que, al margen del desencanto que supuso el mal juego de los toros en un festejo que se presagiaba triunfal, lo cierto es que una gran parte de los aficionados que llenaron el coso malagueño supieron captar y disfrutar con los detalles que, tanto El Juli como Morante, prodigaron a lo largo de la tarde.

El momento más importante estuvo a cargo de El Juli, al imponerse a su primer toro y hacerlo recular espectacularmente, en una bellísima y emocionante escena que sido objeto de una acertada comparación en la presente entrada con la protagonizada por Rodolfo Gaona, cace casi cien años, en la lamentablemente clausurada Monumental de Barcelona.

Sin embargo, creo que la escena de El Juli supera en mucho a la de Gaona. Ignoro el juego que dio el toro del mexicano (un manso encastado, según he leído), pero la forma en que, cerrado en tablas, recula en paralelo a la barrera, es mucho menos espectacular que la del garcigrande de El Juli, un toro que peleó con dureza a lo largo de toda la lidia, que desbordó en el segundo tercio a los banderilleros y que puso a prueba el creciente poderío del torero... hasta que, sintiéndose vencido, se rinde dignamente sin condiciones y, sin rajarse, recula hasta las tablas desde los medios, de frente y sin perder la cara a su matador.

Juan Antonio Polo

DAVID LICEAGA dijo...

GUSTO RECUERDO AL MAESTRO GAONA.
El gesto del JULI... se reconoce su maestría a esa máquina del torear.

J.R. dijo...

No se si yerro o no en mi apreciación, pues me tengo más por experimentador de emociones que por entendido, y si es así, ruego que alguien me corrija. Advierto de antemano que, aunque pueda parecerlo al principio, no pretendo restar valor ni poesía al gesto.
Partiendo del principio de principios de todo esto, que es que el toro siente amenaza y acomete sólo a lo que se mueve, en ambos casos lo único que percibe en movimiento es el cuerpo del torero, más concretamente las piernas, y lo hace de manera ostensible cuidándose de mantener el resto fuera de su atención. Uno sitúa la muleta separada y alta y el otro detrás, en segundo plano sin que se le mueva un pliegue.
Pues bien, esa amenaza que se mueve está a punto de irrumpir de manera decidida en esa zona de no visión del toro y su respuesta es no perderlo de vista ¿cómo?, pues manteniendo la distancia sin perder el enfrentamiento (como hacemos con un texto los que tenemos presbicia), que no es lo mismo que rajarse y huir.
Si es así, se trata de un lance de la faena al que le atrubuyo mucho mérito y emoción. Tanta o más que pensar en que el toro se siente apabullado ante la mirada fiera del torero. Cosa que no me creo.

Jose Morente dijo...

F. Romero:

Impactante Gaona, en efecto. Y yo tengo que reconocer que lo que me impactó del Juli fue no tanto lo que hizo (con ser mucho) sino el recuerdo que me trajo del mexicano, el Indio Grande.

Loor y Gloria eterna el rival de José (con quien se llevaba francamente mal todo hay que decirlo. Grandioso banderillero, excepcional torero y elegante como pocos lo han sido en la Historia del toreo.

La faena de Barcelona, la del manso, pero la faena completa, no sólo la parte seleccionada, merece y mucho la pena.

Un fuerte abrazo.

PD: Por cierto ha inventado usted el G-15 que es mejor que el G-10 o el G-5. Son los 15 pasos que da Gaona en Barcelona.

Jose Morente dijo...

Delantal:

No hay de qué.

Saludos

Jose Morente dijo...

Jim Verner:

Y sobre todo, el aficionado que insista en que la realidad se ajuste a sus expectativas vivirá en continua desilusión.

Un fuerte abrazo

Jose Morente dijo...

J. A. Polo:

Es difícil precisar si tuvo más mérito una u otra faena.

Quienes las han visto en vídeo, han quedado impactados (y hablo de muchos y buenos aficionados) por lo de Gaona.

Es normal. La estética del Juli no es su fuerte y en cambio la apostura y elegancia de Rodolfo Gaona rozan lo sublime.

Sin embargo, los que vimos la escena en la plaza y, por tanto, quienes tenemos más datos (el primordial la transformación del comportamiento del toro de Garcigrande en la muleta del Juli) hemos queddao impactado por la contundencia y valentía de este torero.

Su descripción es precisa y, lo que es mejor, veraz.

Sólo falta para rematar la faena que veamos completa la de Gaona, una faena más que interesante.

Pero para eso le emplazo en Málaga, la próxima feria de agosto.

Un fuerte y cordial abrazo

Jose Morente dijo...

David Liceaga:

En el toreo, hay nombres y apellidos que tiembla uno al escribirlos.

Como los suyos... como los de Rodolfo Gaona.

Un cordial saludo.

Jose Morente dijo...

J.R.:

Coincido con usted. Una cosa es que el toro se raje, vuelva grupas y se marche a tablas y otra que perdido el instinto o las ganas de pelea o apabullado por el enemigo que tienen enfrente, recule manteniendo la distancia respecto a ese enemigo.

Esto último tiene creo, desde el punto de vista del torero, mayor mérito.

Un cordial saludo.

japolos dijo...

Así las cosas, no voy a tener más remedio que ir a Málaga la próxima feria...

J.A.Polo

Jose Morente dijo...

J. A. Polo:

Eso espero.

Por lo que respecta a su anterior comentario es probable que no haya respondido a lo que usted planteaba, sino a lo que comentaba algún otro lector.

En efecto, el comportamiento de ambos toros parece diferente y sobre todo es interesante que el el toro del Juli, como me decía en su día no se rajara sino que reculara sin perder de cara al torero.

No es importante pero quede constancia

Un abrazo