sábado, 9 de abril de 2011

La bravura del toro (I) ¿Donde está “Hache”?

 

jaqueton

Jaquetón de Victorino Martín, arrancando de largo y con fijeza. Síntoma de bravura.

Bravura primigenia

Resulta enormemente difícil calibrar la bravura del toro sobre todo antes de lidiarlo. Inicialmente, el sistema de selección de las reses en las ganaderías tenía algo de rudimentario y se utilizaban cestos y también dominguillos (especie de tentetiesos: muñecos de cuero con plomo en la base) para comprobar la acometida del toro. Si el toro embestía al cesto o muñeco se le declaraba apto y se le enviaba a la plaza, en caso contrario se desechaba para el matadero. Igual criterio se seguía con las vacas.

Tienta con cesto Cossío TI pag. 426 001

La bravura en el siglo XIX

La evolución de la lidia y la importancia que adquiere el primer tercio con la suerte de varas, obliga a afinar algo más y se busca un toro que no sólo embista a un muñeco, sino que sea capaz de acometer al grupo de caballo y picador y, esto es más importante que acometer a un cesto o dominguillo, porque al embestir al picador el toro recibe el castigo de la puya y solo vuelve el que es bravo y se crece al castigo.

Toledo 1917 Quite de Gaona y Belmonte 001

Una foto famosa, la del quite de Gaona y Belmonte en Toledo en 1917. El toro ya ha matado un caballo y acaba de derribar a otro. Belmonte colea para evitar la cogida del picador que es inminente.

El comportamiento del toro bravo (ayer e incluso hoy pese a la supuesta uniformidad de que se acusa al ganado de lidia) es, sin embargo, tan complejo, tan lleno de matices, que el ganadero, el crítico y el aficionado han procurado siempre simplificar algo las cosas reduciendo a números la evaluación de su comportamiento.

picador

El toro embiste con mal estilo al caballo, con las manos por delante, síntoma de defensa y por tanto de poca bravura.

Suerte de varas patas atrás 001

Algo que no suele ser visto– ni valorado por el público. El toro levanta las patas traseras en el caballo. Es lo contrario que lo que veíamos en la foto anterior (echar las manos por delante) y significa también lo contrario. Si aquello era síntoma de mansedumbre, esto es síntoma inequívoco de bravura.

Durante casi todo el siglo XIX, y por lo que respecta a la bravura del toro esta se mide por el número de acometidas al caballo, pero también por el resultado de estas acometidas y se especifica si el toro derribó y, en su caso, mató o no algún caballo.

varas

Picando sin peto. El picador apura el castigo para que el toro no se quede –en terminología moderna- “crudo”.

Todo eso se traducía, para cada toro, en una serie de 3 números. Por ejemplo, 7-4-2. Que quiere decir que ese toro tomó 7 puyazos y derribó cuatro veces a los caballos, matando dos de ellos.

Computo antiguo DD Camara 001

Detalle de un párrafo de uno de los libros del magnífico aficionado Domingo Delgado de la Cámara. Concretamente se trata de “Avatares históricos del toro de lidia

Ventero 001

Otra fotografía -y un toro- famosa. Se trata del Ventero (hijo del Diano) que se lidió en San Sebastián en 1918 y fue un toro de bandera. Su número de bravura: 6-6-6 (6 varas, 6 derribos y 6 caballos muertos –los 5 marcados con cruz y el del picador que está citando-), Lo mató, después de una valiente faena y varias estocadas, una de ellas recibiendo, José Flores Camará. Hay que destacar la perfecta colocación de los tres matadores a la izquierda del caballo, presto al quite el de tanda.

Consecuentemente, y para garantizar el comportamiento del toro en la plaza, en las ganaderías se empezó a reproducir a escala la suerte de varas. Los toros y las vacas serán tentados, o sea picados, como en la plaza. Si bien la puya (el castigo) será sensiblemente menor, especialmente en el macho (al que además no se le torea), evitando que se resabie o desgracie.

El toro bravo LF Salcedo 002

Brava arrancada de una vaca en la tienta de hembras

Tentadero de machos 001

Tentadero de machos. Prohibido utilizar engaños. El toro se ha dormido en el caballo lo que es síntoma de bravura.

En Andalucía, y por la disponibilidad de fincas adecuadas (correderos) se empieza a utilizar el acoso y derribo como medio de provocar al toro a la pelea de forma más rápida, ahorrando puyazos.

El toro bravo LF Salcedo 001

El toro bravo LF Salcedo 003

Tentadero a campo abierto. primero se acosa y derriba a la res, luego se le pica, en general, contra-querencia.

Cambio en el concepto de la bravura

Sin embargo, el toreo evoluciona y ya a finales del siglo XIX y principios del XX los públicos empiezan a demandar algo más que la cruenta lucha del toro en el tercio de varas arremetiendo contra picador y caballería brutalmente y se empieza a valorar el comportamiento del burel en los tres tercios.

Suerte de varas antigua derribo 001

La cruenta lucha del toro con el picador y el caballo

gallito_rouzaut En Pamplona

Joselito en Pamplona. El toro ya no ha llegado a la defensiva al último tercio.

El momento que simboliza este cambio de mentalidad, lo sitúa Luís Fernández Salcedo, en la Corrida Concurso de ganaderías que se celebró en Madrid en 1911 y que ganó el toro Gamito de la ganadería de su familia (hijo del famoso semental Diano), y cuya historia relata -magistralmente– en varios de sus libros.

Gamito (Dibujo)

El toro “Gamito” ganador de la Concurso de Madrid de 1911, que fue lidiado por Machaquito (Dibujo realizado a partir de la foto del toro en los corrales de la plaza)

El caso es que Gamito, que hizo una buena pelea en varas, fue bravo en los tres tercios pero sin espectacularidad aunque, y eso es lo importante, yendo a más en la muleta.

Gamito bis 001

Estas dos fotos del Gamito se publicaron en un artículo del Ruedo de principios de los 70 de Luís Fernández Salcedo. Sirven como ilustración a la relatividad del tamaño del toro, como se observa en los comentarios que la acompañan (la de la izquierda es la fotografía que dio pie al dibujo insertado más arriba).

Lo más curioso es que quien defendió al Gamito en el Jurado fue Antonio Fernández Heredia “Hache” (prototipo de aficionado antiguo, cascarrabias y protestón). Y es curioso, porque aunque a él le gustó más la pelea del toro “Cotorrito” de Guadalest (que fue más del gusto antiguo ya que derribó con estrépito en las primeras varas, aunque se vino abajo en la muleta) quiso ser coherente con las Bases del Concurso (que premiaban al toro más bravo en los tres tercios) y votó por el toro de Martínez.

Hache 001

Antonio Fernández Heredia (Hache). El retrato está sacado del libro “Escritores taurinos del siglo XIX” de Don Ventura. Aunque se dice que fue asesor taurino de la Plaza de Madrid, otras fuentes señalan que aunque nombrado como primer asesor en la historia de la plaza de Madrid, al presentarse en el palco y decirle el Presidente molesto por su nombramiento que se abstuviera de hacer cualquier indicación durante la lidia, se levantó, se fue y no volvió (Si non e vero…). Lo seguro es que ocupaba una localidad de la meseta de toriles de la Plaza Vieja y llevaba una maleta de la que sacaba cencerros, cartelitos y pañuelos de diversos colores que iba utilizando a lo largo de la lidia manifestando así su opinión y también su protesta cuando algo no le satisfacía.

Es interesante y elogiable, la postura de Hache que se posicionó (contra su propio criterio como aficionado) a favor del toro de Martínez que hizo una pelea que pudiéramos llamar moderna. Hache como todo aficionado “retro” (ayer y hoy) prefería lo pasado a lo presente, si bien en este caso supo poner su reloj en hora, lo que me parece un buen ejemplo a seguir hoy día cuando tantos aficionados nos empeñamos en mirar hacia atrás, no para aprender del pasado sino para negar el presente.

Siguiendo con el hilo de nuestra historia resulta evidente que a un nuevo concepto de bravura debe corresponder una nueva forma de medirla, no bastando ya con el sistema antiguo de contar el número de embestidas al caballo y sus secuelas, como se hacía hasta entonces.

Suerte de varas derribo 001

El toro levanta en vilo al caballo.

En consecuencia, se empieza a valorar o puntuar la actuación del toro en los tres tercios y no sólo el tercio de varas. En el caso de los dos toros en liza en la corrida de Concurso de Madrid, las puntuaciones de Hache habían sido:

puntuaciones Corrida Concurso Madrid 1911 001

Los dos toros sumaron los mismos puntos favorables (20 puntos), pero los puntos desfavorables restan doble y tuvo más defectos el toro de Guadalest.

Suerte de varas -meseta toriles Fuentes Algabeño Emilio Bomba 001

Suerte de varas en toriles en corrida de finales del XIX o principios del XX con Fuentes, Emilio Bomba y Algabeño de terna. Precisamente, al fondo podemos ver la meseta de toriles de la plaza antigua donde tenía su abono el aficionado Antonio Fernández de Heredia “Hache” quien es probable que asistiera a esa corrida e incluso (¿porqué no?) que fuera él quien ha colgado el cartel de “Buenas tardes” que luce en la barandilla de la meseta y que tan visible resulta.

Meseta toriles Buenas tardes 001 (2)

Detalle de la foto anterior con el cartel de “Buenas tardes” colgado en la barandilla de la meseta: ¿Donde está Hache?

En esa época se empieza a emplear en las tientas, lógicamente, un sistema parecido al utilizado para medir la bravura en la plaza. Lo cuenta -como no puede ser de otra forma- Luís Fernández Salcedo en “Diano o el libro que quedó sin escribir”:

Puntuacion en las Tientas (Diano)

En resumen, se mantiene la casi total preponderancia del tercio de varas a la hora de calibrar la bravura, aunque ya se empieza a valorar el comportamiento del toro en el resto de la lidia.

(Continuará…)

9 comentarios:

Dominguillos dijo...

Una entrada estupenda, qué mejor que hablar de bravura.

Siempre se dice que los cambios notorios producidos en la Fiesta se deben a la demanda del público, pienso que esto, en gran parte es una falacia, las máximas figuras de cada época tienen que ver mucho en estos cambios, como por ejemplo el Guerra, que introdujo algunas modificaciones importantes. No siempre las evoluciones son exclusivas del pueblo.
Ahora es frecuente oír que el público pide faenas de cincuenta muletazos, ¿quién demanda esto realmente? ¿La afición?, no lo creo. ¿El público? ¿O son los toreros motivados por los conceptos de Tauromaquia que hoy día ellos buscan? En fin, me llamó la atención cuando leí la frase tan manida de "...se cambió por demanda del público...", sobre esto se podría hablar largo y tendido, y creo que me estoy desviando del tema.
Me llama la atención que en las notas de Hache se lea que al flojo le pegaron mucho y al que tenía poder le pegaron poco, justo al revés, ahora es raro que a los picadores se les escape un toro con poder sin arrearle todo lo que les plazca.
Tengo la convicción de que el caballo es un tercio primordial y necesario para que la lidia llegue a su fin, y que además es el mejor momento para ponderar la bravura de un toro.

Saludos!

Jose Morente dijo...

Vazqueño:

Estoy totalmente de acuerdo con su opinión cuando señala que no es el público el que “demanda los cambios” que se producen en la fiesta. En efecto, se trata de una frase hecha que reconozco tendría que haber matizado más, ya que los cambios en el toreo surgen a partir de propuestas de empresarios, ganaderos y toreros, como bien afirma. Lo que sí pienso y añadiría (y en ese sentido la intención de mi opinión en el blog), es que es el público el que (con su asistencia al espectáculo) sanciona y acepta o no las propuestas que se le hacen. Y, por tanto, es el que real y finalmente decide hacia donde evoluciona la Fiesta. Como dice, sobre esto se podría hablar largo y tendido, no es ahora el momento. En todo caso, creo que coincidiremos en que cuando hablamos de público hablamos de espectadores asistente a la plaza y no sólo del grupo más reducido que dentro de aquel constituyen los aficionados.

Sobre lo que pegaron los picadores al toro de Martínez y al de Guadalest, creo que depende de lo que “el toro se dejara pegar” (Esta es una frase muy habitual en las cónicas antiguas) lo que era posible antes del peto y que sería impensable hoy con la actual suerte de varas, donde el castigo depende de la voluntad de los toreros (a pie y a caballo) y no del comportamiento del toro en ese tercio.

Sobre la importancia de la suerte de varas en la medición de la bravura y el papel que ha jugado y el que juega ese tercio, me remito a la próxima entrada de esta serie que espero sea de su interés.

Un abrazo

Jose Morente

Dominguillos dijo...

Estoy de acuerdo con usted, como no podía ser de otra forma, que hay una diferencia notable entre público y afición. Siendo aquellos los que aprueban o censuran los cambios en la Fiesta, aunque creo que hay veces que los cambios se terminan aceptando por imposición.

Sr. Morente, a veces, cuanto más aprende uno sobre historia de la Tauromaquia y todos sus matices, resulta inevitable negar el presente o quizá sea cosa de ese carácter pesimista que predomina en tantos aficionados.

Después de todo lo que he disfrutado con las entradas anteriores, por supuesto que espero con interés próximas entregas. Saludos.

Bebe Chico dijo...

Pero hay un hilo de responsabilidad que siempre señala a los toreros. Pedro Romero dice en un famoso contrato que se ajusta 'para matar toros negros de la parte de Andalucía'; Joseph Delgado se opone a matar toros de Salamanca -aunque, paradójicamente, el fatal Barbudo fuera de Peñaranda de Bracamonte-, Gallito rechaza lo de Benjumea...
Yo creo que la gran clave de la evolución del espectáculo -y del concepto de la bravura, que va ligado íntimamente a lo anterior- está en
la aparición del peto. Ése es, en mi opinión, el gran punto de inflexión que transforma los toros contemporáneos en algo radicalmente distinto de lo que vieron nuestros abuelos.
En el delicioso Diccionario Cómico Taurino de Paco Media Luna (Madrid 1884) viene esta definición:
BRAVO: El torero... en la acera del café Imperial. == El toro que pega con ganas; parece que la casta de esos toros se ha perdido; suele salir uno cada lustro, pero no en la plaza de Madrid.
Un abrazo.

Jose Morente dijo...

Vazqueño:
Es cierto que la visión pesimista que señala ha sido quizás consustancial a la Fiesta y a una gran parte de los aficionados. Sin embargo, me permito discrepar amistosamente con usted pues pienso que, mientras más información tengamos del pasado, más seguros estaremos de que nuestra época es, como todas, mezcla de virtudes y defectos. Ni mejor ni peor que las anteriores.

Si se sacan a la palestra los grandes momentos de la historia del toreo (como se pretende en este blog) y se comparan no con las virtudes sino con los vicios y defectos actuales, estaremos siendo, cuando menos, injustos con el toreo de nuestros días.

Un fuerte abrazo y gracias de nuevo por su interés en este blog.

Jose Morente

Jose Morente dijo...

Bebé Chico:

Totalmente de acuerdo. Estoy como tú totalmente convencido de que el peto es la clave del cambio más sustancial que se ha producido en la Fiesta. Tanto es así, que sobre este tema concreto gira la tercera (y espero que última) entrada de esta serie sobre la bravura del toro.

(Sobre Gallito y los Benjumeas...ya hablaremos)

Un fuerte abrazo

Jose Morente

Efraín dijo...

No me explico como pueden disfrutar del sufrimiento del animal! ..me parece muy primitiva esa diversión y el sadismo y crueldad al que someten a los toros!! ¿porqué no bajan a la arena y enfrentan "mano a mano" al toro sin son tan valientes??? ¡¡..alguna vez quedará en la historia como una de las peores expresiones de la especie humana!!! :(

Jose Morente dijo...

Efraín

Lamento el retraso en contestarle pero se equivoca usted NADIE disfruta con el sufrimiento del animal y NADA de lo que se hace en la plaza es sádico o cruel pues todo está en función de que el toro es un animal fiera contra el que combate el hombre según unas determinadas reglas. La protesta más airada es la que surge del propio público de toros si se sobrepasan los límites establecidos secularmente.

Al respecto y sobre la visión "hunmanitaria" de la fiesta (mejor sería decir "animalista" por la preocupación hacia la integridad del animal y no la del hombre es muy interesante este enlace donde se recoge un texto de Igancio Sanchex Mejías, el factotum de la Generación del 27, quien inspiró a Garcia Lorca su famoso poema (El de "a las cinco de la tarde") cuando lo MATÓ un toro en plaza de Manzanares.

http://laaldeadetauro.blogspot.mx/2012/09/otra-vez-el-mismo-bolero.html

Saludos
Saludos

Anónimo dijo...

Estimado José Morente, no me sorprende otro artículo tan interesante y educativo, pero más me sorprende, mejor dicho – admiro, tu capacidad de producir tantos artículos y comentarios sensatos y razonables con la información que los apoya y que los demuestra. Gracias,
Jim Verner