jueves, 27 de octubre de 2016

Dos amigos: El Tormento y el Monstruo

Por Jose Morente

Manolete y Silverio (Del blog "La Aldea de Tauro")

A lo largo de la historia, la amistad sincera entre toreros que, cara a los públicos, sostenían una encarnizada competencia ha sido más frecuente de lo que, a primera vista, cabria pensar.

Poco sabemos de los toreros más antiguos pero desde Lagartijo y Frascuelo hasta nuestros días son muchos los casos en los que la lucha en la plaza se tornaba en fraternal relación fuera de ellas. 

Joselito y Belmonte, por ejemplo, se profesaban mutua admiración y viajaban en los mismos compartimentos de los trenes pero se separaban al llegar a las estaciones para que sus partidarios no los viesen juntos. 

Baste esta anécdota que nos recordaba hace unos días Vicent Climent en el blog gallista "La gracia toreadora", Convaleciente Belmonte de la cogida que le propinara un toro de Saltillo en Burgos, allá por junio del 15, José que viajaba de Valencia a Andújar donde pensaba estoquear 6 toros de Murube, hizo escala en Madrid para poder visitar al herido, al que hizo compañía durante un buen rato.

Lo mismo ocurrió con Manolete y Arruza, a partir de una famosa paella de arroz en Valencia que los hermanó. No obstante, en México, la relación más sentida que tuvo Manolete a quien la prensa internacional llamaba The Monster ("el Monstruo") fue la que sostuvo con ese extraño y mágico torero que se llamó Silverio Pérez "El Tormento de las mujeres".

Precisamente, en la última entrevista que le hicieron a Manolete en Linares, la misma mañana de su mortal cogida, el diestro de Córdoba hablaba así de Silverio:
P- De los matadores mexicanos que han actuado con usted, ¿a cuál destacaría
R. A Silverio Pérez. Como torero tiene momentos sublimes y como persona es único. Recuerdo una ocasión en la que le obligaron a saludar al terminar el paseíllo y me propuso que compartiera la ovación. Yo le dije que no, que de ninguna manera, y él me dijo: “Pero hombre, nos vamos a pelear antes de empezar
Estas declaraciones las recogía el propio periodista (K-Hito) en su libro póstumo "Manolete ya está muerto. Muerto está que yo lo ví".

Muchos años después y con motivo del cincuentenario de la muerte del Califa, entrevistaban al mexicano quien, sobre su compañero, decía lo siguiente:
"Su personalidad de él era su seriedad. Tenía una personalidad, seca, fuerte y... no se reía para nada. Pero ya entonces empezamos a tener más amistad, a frecuentar nuestras pláticas cuando íbamos a torear por fuera. 
Y ya inclusive me gastaba hasta bromas. Estábamos en la puerta de cuadrillas y me decía ¿Qué hay "Tormento"?. "Tormento" lo dice por el pasodoble que dice "Tormento de las mujeres". Entonces, yo le decía a él ¡"Monstruo"! pues sabe que le decían "El Monstruo de Córdoba".
 Entonces: ¿Qué tal "Monstruo", como estás? ¿Qué tal, "Tormento"?
Y así, sucesivamente". 


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