jueves, 12 de junio de 2014

Miguel Ángel Perera. Nuevo rey del toreo

Por Fernando Cámara

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Miguel Ángel Perera. Entronizado en las Ventas (Foto de Juan Pelegrín)

Nota de LRI: Con motivo de la primera Puerta Grande de Miguel Ángel Perera en Madrid publicábamos un sustancioso artículo del maestro Fernando Cámara quien nos revelaba algunas de las claves de esa tarde del torero extremeño en las Ventas.

El Catedrático Perera ha vuelto a abrir la Puerta Grande de las Ventas en su segunda tarde y con toros de Adolfo Martín. De alguna manera, abrimos nosotros también la Puerta Grande de este blog para dar entrada a los comentarios imprescindibles de Luis Miguel López-Rojas (que ya hemos publicado) y a este nuevo artículo del maestro Cámara que publicamos hoy sobre esa segunda y clamorosa actuación del torero de la Puebla del Prior en los madriles, de la que ambos nos dan su percepción de esa tarde.

El texto de Luis Miguel nos desvelaba, con claridad y sencillez siempre de agradecer, las claves que habían permitido que el “milagro” se produjese. En este otro texto de Fernando Cámara, se profundiza –de forma sutil y matizada- en los aspectos internos de la faena y de la relación del hombre con el toro.

Es un texto importante por venir de quien viene y referirse a quien se refiere. Y es que entre los dos (Fernando y Miguel Ángel) suman nada menos que siete (7) Puertas Grandes en la plaza de las Ventas. Casi nada.

 

El toreo científico de Perera no solo quedó de manifiesto esta tarde sino que además lo que no veíamos nadie, Perera ya lo estaba viendo desde que salió del hotel hacia el coso de las Ventas.

A la ciencia aplicada añadió, además, esa increíble mística que influye en la voluntad del toro. A éste que nadie veía claro, Perera lo vio embestir ceñido a los alamares una veintena de veces por lo menos.

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Perera lo veía todo claro ya antes de salir a torear (Foto: Juan Pelegrín)

¿Qué fuerza increíble puede influir en el instinto salvaje de un toro bravo? Nadie se lo explica, ni siquiera los que nos hemos puesto delante y hemos comprobado la brutalidad y tozudez de la casta brava.

Sin embargo, Perera elevó a magia lo que antes fue solo ciencia.

Colocación perfecta del cuerpo ante el toro, colocación del engaño con respecto a la cara del toro con la inclinación y angulación perfectas para no ser visto, hicieron que el toro, sin querer, embistiera buscando lo único que podía ver: la encarna, mágica y poderosa franela de Perera trazando recorridos con precisión aritmética.

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Trazando recorridos de precisión aritmética (Foto: Juan Pelegrín)

Perera, no restó ni añadió ni un movimiento de más ni de menos en la faena ante la gris bravura que exponía el Adolfo, pero no bastó con esa difícil perfección, sino que añadió, además Perera, una gran fuerza mística, cuya consecuencia hizo embestir al animal incluso con calidad y transmisión, y créanme, no por virtud, sino por imposición.

Las precisas manos de Perera bien podrían ser las de un eminente cirujano interviniendo en la áspera y correosa voluntad del asaltillado Albaserrada. Sajando así, uno a uno, los innumerables defectos en la misma y dejando solo la parte sana para culminar una vez más la obra que somete, a la voluntad del hombre, un animal indomable.

Obra perfecta, incuestionable y digna de un profundo análisis. Aun propuesto para análisis posterior, me atrevería a decir que Perera se colocaba en semiperfil, con las zapatillas asentadas en el lugar elegido, adelantando la muleta peinando el suelo para llegar hasta la cara del toro con la presentación perfecta para tapar el campo de visión del mismo.

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El cite de semiperfil y las zapatillas asentadas. La muleta canaliza la embestida hacia afuera y hacia adelante pero en la trayectoria perfecta para que el toro roce la taleguilla del torero

Mediante un leve toque, la muleta se estremece para estimular el ataque del toro y, justo en ese momento en que el toro empuja con el tranco, la muleta insinúa un sutil movimiento que canaliza la embestida ligeramente hacia fuera y hacia delante, pero en la trayectoria perfecta y sin desplazamiento, para que el toro roce la taleguilla del torero durante el viaje.

Cuanto más cerca pasa el toro por la barriga del torero menos lo puede ver y una vez rebasado el cuerpo, de una cadera a la otra, aparece el mandón trazo que acaba ante la cadera contraria de Perera, después de que este haya ejecutado el muñecazo justo para quedar en la suerte, perfectamente colocado y en la línea correcta para el nuevo muletazo.

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Cuando el torero se impone al toro y le hace pasar por la barriga (Foto: Juan Pelegrín)

Esto se repite una vez y otra hasta acabar en grandiosos pases de pecho echándose al toro por delante de pitón a rabo.

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Los pases de pecho de pitón a rabo

No podía ser de otra manera, sino la planteada por Perera, para que la faena cogiera una dimensión extraordinaria, producto del convencimiento, del conocimiento y de la metafísica influencia de la voluntad de un torero sobre un toro.

Un torero que acaba de crecer más, si cabe aún. Crecer hasta acabar de nuevo tras atravesar el portón de la gloria, en la calle de Alcalá, esta vez, erigido como nuevo Rey del toreo.

 

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Perera cruza el Portón de la Gloria en la calle de Alcalá (Foto: Juan Pelegrín)

4 comentarios:

El desdicho dijo...

Para mi el mejor toreando al redondo, sin apenas perder pasos, él es el eje, espléndido, con temple y sobre todo musho gusto.

Jose Morente dijo...

El desdicho:

A lo que une una gran firmeza.

Saludos

francisco butler dijo...

De la lectura saco dos ideas:
-Perera aplicó una ciencia ya conocida.De manera magistral, pero entiendo que sin aportar sustancialmente nada nuevo tecnicamente.
-Perera "elevo a magia lo que antes fue solo ciencia".El plus de Perera es algo personal e intransferible:"la metafisica voluntad de un torero sobre el toro."
Dicho esto,quiero entender que la magistral tecnica y conocimiento cientifico de Perera-de ahí, lo de Catedrático Perera-unido a su firme personalidad, han permitido ver que el toreo en redondo se pueda realizar en todo su esplendor en un toro "no domecq"
Si lo que digo es acertado sería mucho, pues rompería la idea de que solo con un tipo de toro se puede llegar a las cotas artisticas de la tauromaquia moderna.Aún sería más trascendente si lo de Perera puede crear escuela, por posible aportación tecnica o de otro tipo, repetible para otros toreros
Por no alargar, lo que si tengo claro y no me callo es: ¡VIVA PERERA!

Jose Morente dijo...

Francisco butler

En mi opinión:

1. En efecto. Perera interpreta el toreo con ajuste máximo y precisión suma pero, en principio sin aportaciones personales. Quizás eso sea lo que le convierte en el mejor referente de las nuevas generaciones pues su toreo (muy neutro) permite aportes de personalidad muy diferentes.

2. Sobre el plus de Perera que señala el maestro Cámara, creo que la clave está en la confianza del diestro en sus propias cualidades; en su firmeza y seguridad en la cara del toro, que hace que este se le entregue irremisiblemente.

3. Igualmente de acuerdo. Gracias a Perera hemos visto el toreo en redondo en su máximo esplendor. Un toreo donde el toro pasa a escasos centímetros de las piernas del torero. Un muletazo muy ajustado pero también muy limpio.

4. Sobre la posibilidad de hacer el toreo en redondo con casi cualquier toro ya hemos tenido un adelanto con algunos diestros históricos (fundamentalmente, Manolete). Sin embargo, creo que hay astados (los menos) donde la lidia que exigen sería una lidia sobre las piernas y a la defensiva y no permiten este tipo de toreo. LO que Perera ha demostrado es que los buenos toreros son buenos con cualquier tipo de toros algo que ponen en duda algunos aficionados pero que los cabales creo que tienen claro desde hace mucho tiempo.

Por supuesto ¡Viva Perera y el buen toreo!

Un cordial saludo