sábado, 19 de enero de 2013

Cien años de lucha son suficientes

Por Luis Miguel López-Rojas

Joselito y Belmonte

José y Juan

Nota del autor:

El pasado día 21 de diciembre, tuve el privilegio de asistir en la Maestranza de Sevilla, a la magistral charla a cargo de D. José Morente, bajo el títuloJoselito el Gallo en la Real Maestranza de Sevilla”. La síntesis queda recogida en la anterior entrada “Joselito el Gallo (IX) Joselito torea en la Maestranza”.

En ese marco incomparable, se vivieron momentos que calificaría de mágicos. Mi imaginación volaba y visualizaba a Belmonte abriendo las puertas de la Maestranza (“el patio de su casa”) a Gallito, para que a través de D. José Morente, recibiera el reconocimiento que el Rey de los Toreros merece. En un clima de máximo respeto, en las mismas entrañas maestrantes de su salón de carteles, se alcanzó una plena armonía entre “gallistas” y “belmontistas”. Cuando salíamos, una imagen final de despedida… estos dos colosos abrazándose en el cielo torero y sus caras reflejadas el Guadalquivir que tantas veces fue testigo mudo de sus triunfos… Pura magia.

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Un grupo de belmontistas agasajan a Belmonte después de su vuelta de México (Fotografía publicada en Arte Taurino el 23 de marzo de 1914)

Gallistas y belmontistas

Aún reconociéndome neófito en la materia más, si cabe, ante ese “sanedrín” allí congregado, es una inmejorable ocasión (finalizado el año del centenario de la alternativa de Joselito y abriendo el de la alternativa de Belmonte), de intentar enterrar de una vez por todas, el hacha de guerra entre “gallistas” y “belmontistas”.

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El gallinero de Gijón el día de su constitución el 2 de marzo del 14 (Fotografía publicada en Sol y Sombra del mismo año)

La ocultación interesada de las virtudes de uno y otro por parte de los “anti-istas”, para contar y entender la historia del toreo, es un lujo que los aficionados no se pueden o deben permitir. Cien años de lucha son suficientes.

Por eso que mejor que preguntar a los propios protagonistas, que en vida reconocieron pública y abiertamente, con nobleza y gallardía, la valía de su competidor. Incluso ante los partidarios suyos más radicales, acérrimos “antigallistas” y “antibelmontistas”.

 

Belmonte, reconocido “gallista”.

Así lo recoge Nicolás Salas en su libro “Sevilla en tiempos de Joselito y Belmonte” (Editorial Castillejo).

“... estando Juan Belmonte en la tertulia “Los Corales”, junto a Luis Bollaín, Andrés Martínez de León y Pepe Zarco, pasó un acérrimo belmontista y se encaró con Juan Belmonte, diciéndole: «¿No te da vergüenza estar sentado a lado del gallista Zarco? », a lo que Juan respondió: «Este que va a ser gallista. Aquí no hay más gallista que yo».

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El más cualificado gallista: Juan Belmonte

Joselito, reconocido “belmontista”

De forma análoga el propio Joselito

“...Joselito está junto a la actriz Consuelo Hidalgo, rodeado de los amigos y admiradores, en el patio de la casa de la Alameda de Hércules, una noche de verano. Y sale Belmonte a la palestra en la animada tertulia. Pero sale... hasta arriba de improperios, lanzados por aquel coro.

Claro que José, completamente callado, escucha... sin escuchar y aprovechando una breve pausa en el vocerío, dice a la que fue popular artista de opereta, para que se enteren... «Está visto, Consuelito, que aquí somos tú y yo los únicos belmontistas».

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El más afamado belmontista: Joselito el Gallo

Pero este reconocimiento mutuo no sólo lo era de cara a la galería, recogemos ahora testimonios sobre actuaciones en concreto de uno y otro y la opinión de su competidor.

Dice Belmonte de Joselito

Joselito posando para Sebastian Miranda (ABC)

Joselito acompañado por Rafael, en el estudio del escultor Sebastián Miranda (Fotografía publicada en el extraordinario de ABC del 16 de mayo de 1970 dedicado al diestro de Gelves)

Cuenta el escultor Sebastián Miranda en ABC (16 de mayo 1970) que en cierta ocasión Juan Belmonte le hablaba sobre un toro de Santa Coloma que le había tocado a Joselito en Madrid, con estas palabras:

Era de tal fiereza y bravura, que tenía los ojos inyectados de sangre, con un nervio que sólo el verlo producía escalofríos. Me propuse no darle ni un solo capotazo y guardé siempre una prudente distancia. Este era uno de esos toros que si a mí me hubiera tocado en suerte, hubiera dado de buen grado todas las ganancias de mi temporada por verle muerto. José le pego diez o doce pases, doblándose y castigándole a modo, y en cuanto se le cuadró unos segundos, le echó a rodar con media estocada en las agujas. Naturalmente, le dieron la oreja que algunos protestaron.

Los amigos de “Gallito” criticaban la faena por su excesiva brevedad y comentaban:

«No has sabido aprovecharlo. Ten seguro que si le toca a Belmonte, ¡menuda es la que arma!».

A los pocos días después nos encontramos a Joselito en la estación de Atocha, con el grupo de íntimos... pidiéndole a Juan que se acercase al grupo.

«Hazme el favor -dijo José a Juan- de decirle a éstos lo que te pareció el Santa Coloma al que le corté la oreja la otra tarde».

A lo que Belmonte se apresuró a responder:

«Pues era el bicharraco más difícil que he visto en mi vida y que si me toca a mí no sé que hubiera pasado, porque en cuanto le vi, juré no darle ni un capotazo».

A lo que respondió Joselito:

«¡Lo veis ustedes cómo de esto no entendéis ni una palabra!»

Joselito con Santa Coloma (Luis Bollain-Los genios de cerca) 001

La anécdota del Santa Coloma la cuenta también, en su libro “Los genios de cerca”, Luís Bollaín  quien ilustra las palabras de Juan Belmonte con un precioso dibujo de Andrés Martínez de León (que aquí reproducimos).  

 

Dice Joselito de Belmonte

1917-06-21 Madrid Belmonte con Barbero de Concha y Sierra ayudado

“¡Suerte la del toro!” dijo Joselito el Gallo sobre el toro Barbero de Concha y Sierra con el que Juan Belmonte cuajó en la plaza de Madrid el 21 de junio de 1917 una faena histórica.

El día del triunfo de Belmonte con el toro de la Viuda de Concha y Sierra en Madrid (corrida del Montepío de toreros, celebrada el 21 de junio de 1917, alternando con Gaona y Joselito), según relata el doctor Juan M. Lara en “ABC” (16 de mayo de 1970), en el callejón un banderillero de Joselito, le dijo a su maestro:

« ¡Qué suerte ha tenido Juan con este toro!».

«No- respondió Joselito, -la suerte es la del toro que lo está toreando el mejor de los que ha nacido».

No obstante, este último texto habría que tomarlo con cierta cautela ya que no es muy probable que Joselito utilizara el adjetivo el mejor. Teniendo en cuenta el testimonio de su sobrino Rafael Ortega en su libroMi paso por el toreo”, ser el mejor fue siempre el objetivo y la obsesión de Joselito. Hasta tal punto, que cuenta que tras la muerte de la madre de Joselito en 1919, éste se fue a vivir una temporada a casa de su hermana Gabriela (madre de Rafael Ortega). Sumido en una profunda tristeza, su hermana intentaba hacer algunas bromas para sacarle de dicho estado. “Mi madre para distraerle a veces le hacía bromas cariñosas. Un día fijándose en unas fotos de José y Rafael que había sobre la mesa, cogió dos, una en cada mano, y mirando a su hermano le dijo:

-Rafael torea mejor que tú, ¿verdad?

Muy sorprendido, la mira fijamente Joselito y pregunta:

-¿Quién te ha dicho eso?

-Nadie, que yo lo veo.

-Mira, tu hermano Rafael ha toreado mejor que yo y mejor que todo el mundo; pero el amo de esto soy yo, y el mejor soy yo.

Se detiene en una corta pausa para agregar, sonriente:

-Perdona, pero es que no me puedo aguantar.

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Rafael torea mejor que tú ¿Verdad?” Le preguntó Gabriela Gómez Ortega a su hermano José (Fotografía de Rafael el Gallo en la feria de San Miguel de Sevilla de 1914)

Por eso mis razones fundadas en que no utilizara este adjetivo, aunque seguro que esta conversación tendría lugar y que utilizara otro expresión de admiración. Siguiendo con aquella actuación, más credibilidad me ofrece la opinión de Aurelio Sánchez Mejías a quien Joselito le dijo sobre esa faena:

«Mira, fue una faena que no ha habido nadie que la haya hecho, que no hay nadie hoy día que sea capaz de hacerla y que jamás habrá torero capaz de igualarla. Y que si por un milagro resucitasen al toro de la Viuda y le diesen a Juan la espada y la muleta, tampoco podría repetir una faena tan perfecta. Esta es la opinión que tengo.»

1917-06-21 Madrid Belmonte con Barbero de Concha y Sierra

“Una faena que jamás habrá torero capaz de igualarla” (Joselito el Gallo sobre la faena de Juan a Barbero)

Quiero cerrar estas vivencias con lo que dijo Juan Belmonte, que obviamente sobrevivió más años que José. Con la perspectiva que da el tiempo, dijo según cuenta Luis Bollaín:

Joselito es el único torero de la historia que ha sabido todas las papeletas ante un toro por difícil que fuese

y continúa con lo que me resulta todavía más impactante:

lo mío [lo que Juan ha traído al toreo] no tiene importancia, puesto que otros muchos posteriores a mí lo han podido repetir, mejor o peor. Pero lo que ha realizado Joselito con los toros, el poderío y el conocimiento que ha desgranado una tarde y otra, eso... no volverá a realizarlo ningún torero en la historia”

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Según Juan Belmonte “lo que Joselito trajo al toreo no volverá a realizarlo ningún otro torero de la historia” (Archivo ABC)

Enterrando el hacha

Pues bien, con la admiración mutua que se profesaban los protagonistas de la “Edad de Oro” y que nosotros como aficionados muchas veces “no entendemos ni una palabra” (ya lo dijo Joselito y estoy de acuerdo con él), parece un poco absurdo seguir con este enconamiento y división entre “gallistas” y “belmontistas” y lo que me parece aún peor ser “antigallista” o “antibelmontista” para contar la historia del toreo.

Mi humilde y discutible opinión, es que aquella batalla que, según Belmonte, perdió para siempre en Talavera, dio un giro inesperado con un hecho que no tiene nada que ver con el mundo del toro: El libro de Chaves Nogales, “Juan Belmonte, matador de Toros. Su vida y hazañas” (Publicado en fascículos por el diario “Estampa” de junio a diciembre de 1935).

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Portada de una reciente edición del libro de Chaves Nogales: Juan Belmonte, matador de toros (Alianza Editorial)

La fascinación por el personaje y toda la literatura asociada al “Pasmo de Triana”, ha hecho que la historia del toreo se haya contado mayoritariamente por la corriente “belmontista”. El silencio interesado sobre la influencia de Joselito en el toreo moderno (totalmente de acuerdo con la opinión de José Morente en su conferencia), nos ha llevado a la idea equivocada de que Joselito fue el culmen del toreo antiguo, cerrando una etapa, y que es Juan Belmonte el único y exclusivo precursor del toreo moderno. Nada más lejos de la realidad y a los hechos me remitió: toreo en redondo con base de su tauromaquia, el intento de ligazón base de la estructura de la faena moderna, influencia en la selección del toro, la organización de la temporada, el apoderamiento, construcción de plazas de toros monumentales

Esa idea, tomada como axioma incuestionable por muchos aficionados, ha hecho perder la verdadera perspectiva de la evolución del toreo y no entender en muchos casos el toreo de nuestros días. Ocultar la influencia de alguno de ellos por alguien que se tenga por aficionado en aras de su alistamiento a las filas “gallistas” o “belmontistas”, es un grave error. Así que propongo cerrar estos 100 años de “…istas y anti-istas”.

Si aceptan mi proposición, permítanme elegir una fecha y un lugar. Aquella que nos decía el “Divino Calvo” como inicio de una “nueva era”: 16 de septiembre de 2012 y Nimes.

José Tomás en Nimes en septiembre de 2012.

Difícilmente se podrá entender la magnitud de la encerrona de José Tomás sin la influencia de Joselito y de Belmonte… y de Chicuelo, y de Manolete, de Domingo Ortega, Pepe Luis Vázquez, de Ordoñez, de Ojeda… de los toreros mejicanos… de tantos y tantos otros que han aportado su granito de arena (mayor o menor) a la evolución del toreo.

Para los aficionados, en nuestro deber y nuestra obligación, tratar de entenderlo sin excluir las aportaciones que no se adecuan a nuestros gustos personales. Porque lo mejor de todo, es que esto no para. Tenemos que tener los ojos bien abiertos para percibir los continuos cambios y no perder el “hilo del toreo” que dijo el gran Pepe Alameda…

Tú, gallista, no renuncies a Belmonte… y tú, belmontista, no renuncies a “Gallito”. Cien años de lucha son suficientes.

 

1914-06-23 La lidia Encuentro de Jose y Juan

Joselito y Belmonte se dan la mano. Fotografía publicada por la Lidia, el 23 de junio de 1914.

9 comentarios:

Gil de O. dijo...

La única “nueva era” posible del toreo se abrirá, cuando seamos capaces de sacarlo del túnel en que la hemos metido desde la muerte de Manolete con muy poco y contadísimo de los tiempos que lo continuaron: algún ganadero romántico perseverante; y entre lo residual, algún matador con ciertos apuntes, pero ya cabalgando sobre la simpleza de la ausencia de la Bravura.
Tomás ha tenido la obligación de echarse la Fiesta a la espalda, y no lo ha hecho; la Fiesta lo ha recibido como El Mesías y no ha podido, no ha querido o no ha sabido responder. Ahí si se hubiese producido la salida del túnel y el comienzo de esa Nueva Era que preconiza su “divino calvo”. (Que no se entere “Rafaé”).
La mal llamada Edad de Plata del Toreo, no es sino la culminación de la de Oro. Desgraciadamente todos eclipsados por la muerte de José, la retirada de Juan, la aparición de los petos y la creación de la UCTL.

Saludos de Gil de O.

eldesjarretedeacho.blogspot.com dijo...

Mi querido y estimado José

Lo único que ha cambiado es el TORO. Sí, ese resero capaz de dar la talla a cualquiera que hoy se " jacte de ser el Rey de los "toreros".
aludos.
Pocho

Anónimo dijo...

Muchas de las frases o anécdotas que se les atribuye a nuestros protagonistas reconociendo al otro como el mejor me trevería a ponerlas en entredicho, hay mucha literatura en torno a esto, sobre todo por parte de Joselito, obsesionado por ser el número uno, el mejor, y consiguiéndolo con creces, me consta que José no dejaba pasar la oportunidad de ganar la partida a su "oponente" como lo demuestran algunos episodios muy significativos, como cuando en 1915 se negó a torear en Bilbao debido a que impuso como condición la de alternar todas las tardes con Juan y que quería la corrida de Miura con él, sin duda para demostrar que estaba por encima de este, pero no pudo ser pues Juan ya había cerrado la feria con la Junta Administrativa. José muy contrariado decidió no acudir ese año a Bilbao sin que nadie fuese capaz de hacerle cambiar de opinión al no ver satisfechas sus aspiraciones de enfrentarse a Juan con la corrida más dura y en una plaza de la importancia de Bilbao.
Antes ese mismo año, el 10 de mayo, alternando mano a mano, Juan es cogido grave por un toro áspero e incierto de Gamero Cívico, José lejos de despachar la papeleta, se pone con el animal y a los cuatro muletazos el toro era otro lo que desató el delirio de los gallistas y el reproche de los belmontistas que alegaban que estando un torero en la enfermería el otro debe de despachar de cualquier manera, sobra decir que fue con el que mejor estuvo durante toda la tarde. Hechos como estos jalonaron la carrera de Joselito que no dejaba pasar la oportunidad de demostrar que era el mejor de los toreros. Que mantuvieran una sincera, íntima y cordial amistad y que los dos se profesaran mutua admiración no quiere decir que José "entregase" alguna vez la cuchara en favor de Juan. Si algo caracterizaba la personalidad de el menor de los Gallo era una gran soberbia heredada de su admirado Rafael Guerra "Guerrita" y la férrea e inacabable voluntad de ser el mejor, empeño que no cejó hasta su muerte en Talavera.

Un abrazo y hasta pronto.

Pablo Galán.

Jose Morente dijo...

Gil de O.:

Creo que una cosa es que no nos guste personalmente el derrotero que toma la Fiesta de los toros y otra negar donde estamos. La fiesta evoluciona al compás de los tiempos aunque siempre desde la dificultad que supone adaptar un rito rural y sangriento a una sociedad urbana y exageradamente aséptica. No es fácil y nadie puede predecir donde nos llevará esto.

Establecer una especie de reserva de antiguos valores (ciertos ganaderos, determinados públicos, un especial concepto de bravura, un modo peculiar de afrontar la profesión) puede ser interesante pero no creo que la solución definitiva esté ni pueda estar en esa vuelta al pasado aunque me consta que esa es la opinión que sustentan numerosos aficionados.

Lo de José Tomás es punto y aparte: pocos diestros en la historia han sobrevivido profesionalmente a una cornada de las características de la que el torero de Galapagar recibió en Aguascalientes. Allí se ganó, en mi opinión, el derecho de decidir siempre "cuando, donde y como" torea. Derecho que yo, por otra parte, no le negaría a ningún torero.

La edad de plata es tema a analizar con especial detalle. Creo que es una de las épocas más interesantes de la historia del toreo pero muy mal analizada y peor contada. Y es que pasaron muchas cosas en muy poco tiempo. Pienso que hubo bastante desconcierto, no tanto entre los toreros pues estaba muy reciente el recuerdo de Joselito y Belmonte (pautas a seguir) sino sobre todo entre los críticos olvidados de Joselito y subyugados por la figura de Belmonte que todavía alternaba en las plazas.

De ese desbarajuste todavía nos resentimos.

Un cordial saludo


Jose Morente dijo...

Amigo Pocho:

Puede que haya cambiado el toro pero sobre todo, creo que lo que ha cambiado es la suerte de varas.

Estoy convencido que el toro de antes del pero no soportaría (o soportaría igual de mal) esta suerte de ahora.

Igual que el toro de ahora creo que haría buen papel en aquellos tiempos.

En todo caso, algo imposible de demostrar

Un cordial saludo.

Jose Morente dijo...

Pablo:

Magníficas anécdotas y magnífica manera de contarlas.

Y que, por otra parte, nos perfilan muy bien el carácter de Joselito. Su ambición personal y su relación con Juan Belmonte.

Además plantea usted un tema más que interesante y es que, si el toreo vive del anecdotario parece lógico plantearse hasta que punto estas anécdotas que nos llegan son o no verídicas.

Y es que utilizamos con frecuencia un pasado “idealizado” para denigrar el presente que nos toca vivir. No parece razonable.

Por eso acojamos con cautela (como usted hace) esas magníficas historias antiguas y utilicémoslas sobre todo para entender mejor la historia del toreoPablo:
Magníficas anécdotas y magnífica manera de contarlas.
Además plantea usted un tema más que interesante y es que como el toreo vive del anecdotario parece lógico plantearse hasta que punto estas anécdotas que nos llegan son o no verídicas.
Utilizamos con frecuencia un pasado “idealizado” para denigrar el presente que nos toca vivir. No parece razonable. Por eso acojamos con cautela esas magníficas historias antiguas y utilicémoslas sobre todo para entender mejor nuestra época y la historia del toreo.

Un cordial saludo

Gil de O. dijo...

Te deseo suerte con Bizet. Aunque puestos, la de Merimèe va más con mi condición de "apegao" al sabor natural de las cosas. Lo recompuesto y lo "rebuscao" no va demasiado conmigo.
La muleta a "pelo" ya sabes. Como una buena "treintena".

Saludos de Gil de O.

Anónimo dijo...

Valiente galimatías para acabar llegando a José Tomás.
Hay que reconocer que usted tiene buenos libros y buenas referencias. La lástima es que todo el aparato que maneja, por desdicha, esté al servicio de una idea equivocada y que puede equivocar muchísimo a los jóvenes sin mucha formación que puedan lererle.
Es realmente una pena que su trabajo se encamine a traer la imposible verdad del ayer al día de hoy y no a resaltar que lo de ayer con el material de hoy es casi imposible, faltando el toro que es la base del espectáculo.
El bobalicón pactismo que usted pretende entre José y Juan es un sindiós porque usted no repara en que lo importante no es lo que el uno pensase del otro, lo importante es lo que los públicos pensaban de cada uno de ellos y cómo eso servía para llenar las plazas; por eso es que si eran amigos, peor para ellos y hoy, cien años después, no hay nada que haga cambiar de idea al aficionado por lo que cada uno de ellos representa.
Entristece ver tan buena documentación como la que usted maneja al servicio de ideas tan peligrosas, haciendo el juego a los antitaurinos del interior (que son los peores; los que viven de esto, vamos)
Piénseselo un poco, produzca cosas que enaltezcan el toreo eterno y olvídese un poco de ese monigote de José Tomás, o al menos no le mezcle con José y Juan sea quien sea el que le guste de los dos.

Eusebio Rincón, Navacerrada.

Luis Miguel López R. dijo...

Eusebio Rincón:
Expresar mi agradecimiento por el tiempo que le ha dedicado a leer esta entrada y dar su opinión, tras la cual quería hacer algunas puntualizaciones:
-Esta entrada no tiene por motivación establecer ningún galimatías para llegar a José Tomás. La única pretensión es poner de relieve que, los aficionados, muchas veces nos empeñamos en rechazar las aportaciones de toreros tan grandes como haya podido ser Belmonte o “Gallito” por nuestros gustos personales o por la idea que podamos tener del toreo. El toreo actual, es fruto de una continua evolución donde todos los anteriores han aportado en mayor o menor medida. Tomé el ejemplo de la actuación de José Tomás en Nimes, por haber sido una expresión destacada del toreo actual, pero de igual modo podía haber cogido alguna actuación memorable de toreros de nuestros días.
-Nada más lejos de mis pretensiones que alguien, joven o no, pueda llegar a equivocarse o acertar en una opción, porque para determinar el fallo o acierto es preciso alguien que juzgue, cosa ésta que en materia de toros, ni pretendo, ni admito. Todas las opiniones son válidas y respetables, incluida la suya.
-Si quiere saber mi opinión sobre el toreo-toro de hoy y de ayer, lea la entrada de este blog que firmé en marzo de 2011 “¿se torea mejor o peor que nunca? No es posible comparación. Así que no hago ningún juego a nadie y menos a antitaurinos, de dentro o de fuera.
-Respecto a José Tomás al que tilda de “monigote”: Es intolerable que alguien que se llame aficionado tenga esa falta de respeto hacia cualquier persona que tenga el valor de ponerse delante de un toro, se llame como se llame, desde el primero hasta el último del escalafón. Esa actitud si es propia de antitaurino
-En esta entrada sólo se hace referencia a una actuación memorable de José Tomás en Nimes a la que tuve la suerte de asistir. Si usted estuvo allí podemos entrar a debatir cualquier aspecto de su actuación, toros, lidia, suertes… lanzo el guante para que usted lo recoja. Si como intuyo, no estuvo, no tenemos nada más que discutir.
Saludos.