martes, 27 de octubre de 2015

Una estocada frascuelina

Por Jose Morente


Frascuelo en Sevilla, cuadra en la cara del toro. Muy enfrontilado. De tanto estrecharse, la mayoría de las veces salía apurado cuando no trompicado de la suerte. Unas estocadas que había que calificar de superiores, aunque no se pudieran considerar perfectas. En cualquier caso, sus estocadas (frascuelinas las llamaron) han pasado como modélicas a la historia del toreo y todavía permanecen en el recuerdo y en la memoria de los buenos aficionados.

El negro Frascuelo representaba -dice Néstor Luján- "la seriedad, la sequedad, la arrogancia y el valor desmedido y resonante, el gesto recio de cuando la angustia hace el vacío en la plaza y, sobre todo, la audacia en la suerte suprema".
 
Sobre todo, eso: la audacia en la suerte suprema. Sus estocadas, a las que conviene llamar frascuelinas, han quedado como modélicas. No ha habido después de él diestro que domine esa suerte de manera tan rotunda, de manera tan brutal. Ha habido matadores muy seguros y, también finos estilitas de la suerte pero estoqueadores con el temple de acero del corazón de Frascuelo, ni uno.
 
Y no se piense que sus estocadas eran perfectas. Antes al contrario. En la revista la Lidia están reseñadas igual que están reseñadas esas viejas polémicas sobre el mérito de las mismas. Pues Frascuelo salía, muchas veces y de tanto estrecharse, rebotado de la suerte y por la cara, perdidos los agremanes de la chaquetilla en el pitón derecho de sus toros.
 
Pese a eso o mejor, gracias a eso, no es de extrañar que sus estocadas enloquecieran a los espectadores hasta tal punto que sólo por ellas (o casi sólo por ellas) Frascuelo pudo mantener la competencia con Lagartijo, gran artista y fino lidiador, mucho más torero que el de Churriana, durante un cuarto de siglo largo. ¡Qué tiempos aquellos!
 
Pero he dicho que sus estocadas no eran perfectas y conviene aclararlo. Lo hacemos de la mano de Peña y Goñi y de Mariano de la Riestra. Dice Goñi:
"(...) estrechándose tanto en el centro, lo cual indica que consiente extraordinariamente a los toros, éstos hacen con frecuencia de más y salen rebozados con el matador (...) los toros le han hecho perder terreno frecuentemente por estrecharse demasiado con ellos (...) Salvador pierde terreno por embraguetarse con exceso"
Y puntualiza De la Riestra:
"se deja caer despacio y con empuje, saliendo muchas veces apurado, y algunas trompicado"
Sus estocadas no eran perfectas de tanto como se atracaba de toro...No eran perfectas, eran -como entonces se decía- superiores.
 
 
Talavante con Colchonero el bravo toro de Garcigrande en Zaragoza. Talavante sale trompicado de tanto atracarse de toro después de entrar a matar con la máxima entrega y verdad posibles en la suerte más arriesgada. Evidentemente, no es una estocada perfecta... sino -como decían aquellos viejos aficionados que sí que sabían de toros- superior ¡Una estocada frascuelina!

Frascuelina Etiquetas: F. 1. f. Taurom. Estocada entera, hasta el puño, llamada así en homenaje a Frascuelo, gran dominador de esa suerte.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si la estocada fue superior, modélica y todo lo demás, ¿por qué no dobló el toro?

Juan Pérez T.

Jose Morente dijo...

Juan Pérez T.

El toro no dobló posiblemente por la misma razón por la que no doblan (no cambian de ideas) los aficionados más dogmáticos. Aferrarse a lo que tienen o les queda.

Un saludo