domingo, 24 de noviembre de 2013

Una fecha errónea, una tarde histórica y un traje de hilo negro (3ª parte)

Por Jose Morente

1914-04-27 (p. PyP) Sevilla 6º Belmonte

Belmonte se desplanta ante Rabicano, sexto toro de la corrida de Miura de la Feria de abril del año 14, en la que triunfó el trianero.

 

Martes, 21 de abril de 1914. Una tarde histórica

Hay fechas en el toreo que perduran a través de los años.

Generalmente, se recuerdan las nefastas de la muerte de un diestro por asta de toro (Como la muerte de Joselito el Gallo, el 16 de mayo de 1920 o la de Manolete, un 28 de agosto de 1947) incluso, algunas muy lejanas en el tiempo (Caso del Espartero fallecido en Madrid por la cornada que le dio Perdigón, toro de Miura, un 27 de mayo de 1894).

Pero a veces y más gratamente, lo que se festeja y recuerda es una tarde de gloria, la de una de las grandes faenas de la historia del toreo. Es el caso de Manolete con el sobrero de Pinto Barreiros en Madrid, Joselito con Cantinero en Sevilla o Juan Belmonte con el toro de la viuda, también en Madrid.

Muchas son las tardes de Belmonte que llevan asociada una fecha o el nombre del toro al que hizo famoso, muchas más que las de Joselito no sólo porque Juan tuviera mucha más percha literaria que Jose, sino, sobre todo, porque en José lo normal era el triunfo y lo que se recuerdan son sus (escasos) fracasos: Platero, Doloroso o la tarde del 15 de mayo (víspera de Talavera) en la que quizás no fracasó él, sino el público de Madrid.

s,f, Sobre Belmonte Don Quijote (Ryan pag 68) 001

Como decía don José Díaz de Quijano “Don Quijote”, todos los años había, al menos, una faena de Belmonte para el recuerdo (Citado por Robert Ryan en “El Tercio de muerte” pág. 68)

Por el contrario, de Belmonte son sus buenas tardes, sus grandes faenas las que han pasado con letras de oro al Libro de la Tauromaquia. Y una de esas tardes es precisa y curiosamente, la de la película (mejor fragmento) que venimos comentando en esta mini-serie.

La fecha ya la sabemos: 21 de abril de 1914. Un martes abrileño. El día del primer enfrentamiento de Belmonte con Joselito en Sevilla, con toros de Miura y con Rodolfo Gaona de testigo. Una corrida histórica con mucha historia que contar.

Por eso, aunque archiconocida la contamos.

 

Los antecedentes.

Lo más importante de la Fiesta de los toros es la pasión y el sentimiento que en ella puedan poner protagonistas y espectadores. Lo que llamamos ambiente. Y ambiente, mucho ambiente y muy caldeado era el que se respiraba en Sevilla durante las primeras corridas de la Feria de Abril del año 14.

Joselito había tomado la alternativa a finales del año 12 en San Miguel y se entretuvo durante la temporada anterior (la del año 13) en aburrir y echar del toreo a Ricardo Torres Bombita (y de rebote también a Machaquito, por daños colaterales). Joselito (“una tijera de cortar coletas”) se había convertido en un sólo año en Papa-Rey del toreo.

Y se hubiera encontrado amo único del cotarro (al estilo de Guerrita), de no ser por la aparatosa, estruendosa y sorprendente irrupción en el Planeta de los Toros del fenómeno: Juan Belmonte García, un torero cuyas actuaciones ese año 13 (aún novillero) despertaban una tremenda expectación nunca vista antes.

Por eso, alternativado Belmonte a finales del año anterior y conocedor el público de sus éxitos en México durante ese invierno, todo el mundo esperaba con impaciencia el encuentro y enfrentamiento de ambos toreros.

1914-01-14 (p. Mundo Grafico) Belmonte de charro caballista

Belmonte de “charrocaballista” mexicano como le llamaba la revista Mundo Gráfico. Belmonte no sólo triunfó en México, en la temporada del 13 al 14, sino que se integró perfectamente con las costumbres y carácter de los mexicanos. Como el dijo, si España representaba “la contención, el freno a los instintos, el tacto, la prudencia, la tenacidad y el sentido de la continuidad”, México era exactamente todo lo contrario. Por eso, al volver, “traía la añoranza” de aquel País.

1914-03-12 (p. Nuevo MundoI Belmonte con los dos chihuahuas

Aunque no sólo añoranza… Belmonte trajo también de México estos dos simpáticos chihuahuas (Fotografía publicada en Nuevo Mundo, el 12 de marzo)

José y Juan se vieron las caras por primera vez en Barcelona en un ambiente de apasionamiento inusitado y, luego, se volvieron a encontrar, en ese principio de temporada, en Castellón, Barcelona, Valencia y nuevamente en Barcelona, todo eso antes de las corridas de la esperada feria de abril en Sevilla.

Pero la cogida de Juan en Murcia, por un toro de Veragua, estuvo a punto de chafar el tan esperado encuentro.

 

La cogida de Murcia

Llegados a este punto, pienso que lo mejor es que el relato de lo que pasó se lo oigamos directamente al propio Juan Belmonte (vía Manuel Chaves Nogales), pues merece la pena:

“Toreando en Murcia [el día 15 de abril], me dio un toro tal paliza que tuve que meterme en la cama con un fuerte varetazo en el pecho, magullamiento en todo el cuerpo y una distensión dolorosísima en el pie izquierdo.

1914-04-15 (p.22 MG) Belmonte matando a su 1º que le cogio

Belmonte, en Murcia el día 15 de abril, en la estocada en la que  resultó cogido (Fotografía de Mundo Gráfico). Se ve que lo de la mano en el tupé no era privativo de Joselito.

Sigue Belmonte:

“Estaba contratado para torear las corridas de la Feria de Sevilla, alternando con Joselito y cuando se corrió la voz de que yo no podía ir por estar lesionado, los gallistas cantaron victoria y dieron por supuesto que mis lesiones eran simplemente un pretexto para eludir el encuentro con su ídolo” 

Las habladurías en un sentido y otro se dispararon, máxime cuando se supo que Juan tenía intención de reaparecer en la corrida de Miura. Lo que efectivamente hizo.

1914-04-28 (p. LL) Belmonte fue a Sevilla

La lidia comentaba así el gesto de Juan de torear los Miuras

Belmonte finalmente, apareció en la puerta de cuadrillas de la Maestranza para hacer el paseíllo en la terrorífica corrida de Miura (en esa ganadería todos las corridas siempre son terroríficas) en compañía de Gaona y Gallito. De ese paseíllo es la foto que publicábamos en la entrega anterior y que hoy volvemos a reproducir

 1914-03-21 (p. Maestranza nº 55) Gaona Joselito Belmonte Paseíllo 001

Belmonte entre Joselito (a su derecha) y Gaona (a su izquierda) con quien había hecho buenas migas en México, hace el paseíllo en la corrida de Miura de la feria de abril del año 14 en un ambiente de absoluto “paroxismo” (Belmonte dixit). Era la primera vez que se enfrentaba a Joselito en Sevilla y la primera que toreaba reses de esa ganadería como matador de toros.

 

Un éxito rotundo de Juan Belmonte

La tarde fue un rotundo éxito para Juan Belmonte. quien estuvo cumbre en sus dos toros.

Gaona y Joselito no estuvieron bien en los dos primeros, muy complicados y deslucidos, lo que alzaprimó, por contraste, el clamoroso éxito de Belmonte en el tercero. Y aunque luego el de León de los Aldamas y el de Gelves estuvieron muy bien en sus otros dos toros, la tarde ya iba vencida del lado del trianero.

1914-04-21 (p. 4-V ArtTau) Sevilla 2º Joselito de rodillas

1914-04-21 (p. 4-V ArtTau) Sevilla 2º Joselito (escaneado)

image

Dos fotografías y la reseña de ABC con la faena de muleta de Joselito  al segundo de la tarde, Cordelero, berrendo en negro, grande y largo, probablemente el toro más complicado de la corrida.

Lo que pasó al salir el tercero, lo sigue relatando el trianero:

“El primer miureño que me tocó era casi ilidiable. Me abrí de capa y al darle el primer lance me tiró un derrote que me arrancó la montera de la cabeza y la mandó al tendido (…)”

1914-04-21 Sevilla Miura Gaona Jose y Juan Juan montera 002 (sin texto)

No al tendido, pero si a bastante distancia, como se ve en la foto, envío el tercer miura. Lentejo, berrendo capirote, gordo y grande, la montera de Juan Belmonte.

“Iba yo dispuesto a jugarme el todo por el todo y como mis enemigos acusaban de no torear más que con la mano derecha, cité al toro con la izquierda y con esta mano hice toda la faena de muleta, que a juicio de los críticos, fue irreprochable

1914-04-21 (p. 4-V ArtTau) Sevilla 3º Belmonte

1914-04-21 Sevilla (p. SyS) Belmonte en el tercero

1918 Belmonte -A. Soto Onarres faena 3ºjpg

Si bien la faena fue efectivamente irreprochable, como afirmaba Juan, este utilizó la mano diestra (y no la izquierda) en el trasteo como se observa en estas fotografías publicadas en Sol y Sombra y Arte Taurino, respectivamente y como indica Onarres en su crónica. En todo caso, el trianero (y eso es lo importante) estuvo muy valiente con ese toro al que toreó muy cerca.

El cuarto, Jabato, negro y grande, fue uno de los mejores. Gaona estuvo muy decidido por lo que escuchó muchas palmas y dio la vuelta al ruedo. En los quites de ese toro se habían lucido los tres matadores.

1914-04-21 (p. 4-V ArtTau) Sevilla 4º Gaona (Escaneado)

1914-04-21 Sevilla (p. SyS) Gaona en el cuarto

1914-04-21 (p. 22 ABC) Sevilla 4º toro Gaona Jabato

Gaona estuvo muy cerca y muy firme, como se aprecia en estas fotos, con el cuarto toro, Jabato negro y muy largo y grande. Por cierto en la primera de ellas, igual que en una de las fotos anteriores de Belmonte, se observa como retira la muleta detrás del cuerpo para fijar la atención de toro. Esta claro que ese recurso técnico no es un invento de los toreros de nuestros días.

En el quinto, Tumbaguito, José estuvo muy bien banderilleando y muy bien con la muleta. Y además como mató pronto, escuchó palmas.

1914-04-21 (p. 22 ABC) Sevilla 5º toro Joselito Tumbaguito

 

Pero estaba claro que la tarde era de un Belmonte embalado. Así recordaba Juan lo que pasó en el sexto:

“Tuve igual fortuna en la lidia del otro miureño y al terminar la corrida, los sevillanos enardecidos, me hicieron gozar la borrachera del triunfo una vez más. Fue aquella una de las jornadas más apoteósicas de mi vida torera”

Aunque Belmonte pasa como sobre ascuas por la segunda faena, fue esta la del sexto de la tarde, de nombre Rabicano, negro, la que impactó a sus paisanos y más alboroto provocó, hasta el punto que le sacaron en hombros por la Puerta del Príncipe. Sin embargo, el verdadero mérito había estado en la faena del toro anterior que había sido más complicado que este.

1914-04-21 (p. E Vila) Sevilla 6º Belmonte 001

Una de las fotos más difundidas de la faena de Juan al sexto de la tarde, Rabicano, el toro de la apoteosis. La imagen que reproducimos está obtenida del libro de Enrique Vila “Miuras. 100 años de gloria y tragedia”. Su difusión es lógica pues la foto es sensacional ya que la forma de Juan Belmonte de desplantarse y citar al toro dando el pecho es de las que marcan época.

En cualquier caso, la actuación de Belmonte fue sensacional y los que apostaron que no podría con los miuras se equivocaron de medio a medio. Por eso, los belmontistas pudieron sacar pecho y, uno de ellos, al pasar frente a la caseta que en la feria tenían los partidarios de los Gallos (“El Gallinero”), caseta que esa noche no estaba como es lógico muy concurrida, pudo gritar:

“-¡Ea, gallistas, hoy a cerrar!”

1914-04-21 (p. 3-V LUI) Joselito Rafael y Romanones en la caseta Gallinero

Si por la noche del día 21 la caseta del Club “El Gallinero” no estuvo muy concurrida, por la mañana la cosa había sido bastante distinta pues José y Rafael habían recibido la visita del Conde de Romanones.

 

Las anécdota de las lágrimas de Don Eduardo

El triunfo de Belmonte el día de los miuras y por las circunstancias que rodearon la corrida, ha perdurado y perdura en el recuerdo de los buenos aficionados pues fue a partir de ahí cuando Juan empezó a asentar sus propuestas revolucionarias.

De la historia se pasó a la leyenda y, bastantes años después, 27 para ser más exactos, un belmontista acérrimo Enrique Vila difundió en su libro “Miuras-Cien años de gloria y tragedia” (1ª ed., Sevilla, 1941) otra anécdota que se hizo muy famosa relativa a ese mismo día: La de las supuestas lágrimas derramadas por don Eduardo Miura (el de las patillas) cuando su mayoral le dijo que Juan Belmonte había cogido por la mazorca el cuerno a uno de sus toros pues era (se supone) la primera vez que un Miura se dejaba coger el pitón.

(TT opus 7) Don Eduardo Miura

Don Eduardo Miura (Fotografía publicada en Tierras Taurinas. Opus nº 7)

Que Belmonte se había entretenido esa tarde en coger con profusión los pitones de sus dos toros (el del berrendo y el del que no lo era) es cierto como atestiguan casi todas las crónicas de aquel día.

Por ejemplo, la de Don Criterio quien recalcaba en su revista como Belmonte en su primero “se cogía a cada momento de los pitones del enemigo” o la de Onarres quien decía en su reseña (recogida en el libro de Antonio Soto, “Belmonte. Sus grandes temporadas”) que:

1918 Belmonte -A. Soto Onarres faena 6ºjpg

Sin embargo, además de haber sido desmentida por la propia familia, ningún revistero hacía mención a lo de la mazorca ni tampoco destacaba el hecho de coger los pitones como algo novedoso… Porque, en realidad, no lo era.

Otros toreros (Joselito sin ir más lejos, el año anterior en Zaragoza) lo habían hecho antes.

1914-04-21 Sevilla (p. ArtTau) Belmonte en el sexto

Belmonte cogiendo el pitón a Rabicano, sexto de la tarde, lo que hizo con profusión en sus dos toros. 

1913-10-14 Zaragoza Joselito coge piton MIura

Joselito en la Feria del Pilar del año anterior (octubre de 1913) cogiendo el pitón a un Miura que pesó 400 Kg. a la canal (Parte de la faena se puede ver al final de la entrada El sueño de la Razón Incorpórea)

Habrá pues que poner en cuarentena la anécdota de las lágrimas de don Eduardo que puso en circulación Enrique Vila.

 

Epílogo. ¿Y del primer toro qué?

Con tanto hecho histórico y tanta anécdota histórica, se nos ha quedado en el tintero el primer toro de la tarde, Cohetero, cárdeno y grande, según las revistas, y que correspondió a Gaona.

Esta es la reseña que de la lidia de ese toro hizo el corresponsal de ABC

1914-04-21 (p. 22 ABC) Sevilla 1º toro Gaona Cohetero

Sólo he encontrado una foto de Cohetero. Concretamente la de un quite de Juan Belmonte. Es esta:

1914-04-21 (p. 27 PyP) Belmonte quite media veronica - copia

Quite de Belmonte a Cohetero, primero de la tarde.

La cara del toro es inconfundible ¿O no les recuerda al toro de nuestra película?

1914-04-21 (captura) belmonte quite 01

1914-04-21 (captura) belmonte quite 02

Dos fotogramas del quite de Belmonte

1914-04-21 Cohetero

Cohetero de Miura, cárdeno y grande, peso 324 Kg., lidiado en primer lugar el 21 de abril de 1914.

Y volviendo a ver la película y a la vista de la decidida y firme actitud del trianero en el quite que nos ha llegado, creo que queda muy claro porque Juan Belmonte consiguió triunfar clara y rotundamente esa tarde con los toros de Miura en Sevilla frente a Joselito y Gaona.

(Continuará..)

domingo, 17 de noviembre de 2013

Una fecha errónea, una tarde histórica y un traje de hilo negro (2ª parte)

 

nº 55 (Maestranza) Gaona Joselito Belmonte Paseíllo 001 - copia

¿Quienes y cuando?

Decíamos al final de la entrega anterior que, aunque la película nos llega sin información sobre quienes son o pueden ser los toreros que aparecen en ella, creo que podemos deducirlo a la vista de las imágenes.

El torero nº 1, el que hace el primer quite, el de la media y el recorte, es, muy probablemente, Juan Belmonte. Su estilo, sobre todo en el remate, resulta peculiar y muy personal.

Veamos, un fragmento de película, donde remata un quite, a otro toro, otra tarde pero con el mismo aire personal.

Juan Belmonte remata un quite

El torero nº 3, el del hilo negro, el que derrocha maestría y torería aun sin torear, no puede ser otro (y no lo es) que Joselito el Gallo. Su manera de andar por la plaza y su actitud en la suerte de varas, también son inconfundibles.

1914-05-14-p.-SyS-21-Madrid-Vara-y-g[1]

Joselito en Madrid el 14 de mayo del año 14 en un tercio de varas. Un gesto muy característico suyo era inclinar el cuerpo hacia adelante cuando iba a intervenir en un quite. Siempre estaba muy atento a todas las incidencias de la lidia en sus toros y en los de los compañeros.

Más complicado es identificar al torero nº 2 (al del último quite) pues la calidad de la imagen no es buena y además se limita a sacar el toro del caballo (lo que vemos) sin intentar el lucimiento. Creo, no obstante, que se trata del mexicano Gaona.

RODOLFO_GAONA_2_thumb3

Gaona. Un torero elegante en la plaza y fuera de ella.

 

Ese cartel de Gaona abriendo plaza con José y Juan sólo se dio en, Sevilla, dos tardes (según nos recuerda Teresa Gómez Espinosa en su texto “Testimonios fotográficos de la vida, el arte y la muerte de Joselito el Gallo” incluido en el libro “José Gómez Ortega. Joselito el Toreo mismo” editado por la Real Maestranza de Caballería de Sevilla el pasado año)

gallitolibro

José Gómez Ortega Joselito. El toreo mismo” de Jacobo Cortines y Alberto G. Troyano (1ª ed., Sevilla, Real Maestranza y Universidad de Sevilla, 2012)

La primera vez, el 21 de abril del año 14 con ganado de Miura y la segunda, el 27 de abril de 1916 con toros de Santa Coloma. La película debe corresponder, por tanto, necesariamente a una de esas dos tardes pero ¿a cual de ellas?.

Buceando en la prensa de la época, encontramos que, en la corrida del año 16, Joselito lleva un terno normal, por lo que está claro que la película) no puede corresponder a esa tarde.

1916-04-27-Sevilla-Joselito_thumb1916-04-27-Sevilla-Belmonte_thumb1916-04-27-Sevilla-Gaona_thumb

Tres fotografías de la corrida del día 27 de abril de 1916, segunda de feria, que torearon Gaona, Joselito y Belmonte (Fotografía de Toros y Toreros). Gaona vestía de celeste y oro; Belmonte de azul y plata y Joselito con un traje de grana y oro, según las reseñas. Ni rastro del traje de hilo negro.

Falta por comprobar si en la otra corrida, la del año 14, Joselito vistió un terno de hilo negro. Y, efectivamente, así fue. Según los periódicos, Gaona vestía de azul y oro; Belmonte de plomo y oro y Joselito de celeste y negro.

La propia Teresa Gómez inserta en su texto una fotografía de uno de esos dos paseíllos en la Maestranza con Gaona, Belmonte y Joselito (sin señalar la fecha), en el que Joselito viste ese traje de hilo negro.

Por lo que ahora ya sabemos, ese paseíllo sólo puede corresponder a la corrida del día 21 de abril de 1914 (que además es la de nuestra película).

1914-03-21-Maestranza-n-55-Gaona-Jos[1]

Gaona, Joselito (a la izquierda de la imagen con traje de hilo negro) y Belmonte en la Maestranza (Fotografía de Sánchez del Pando). Ese paseíllo corresponde al día de la película que comentamos. 

1914-04-21-Sevilla-p.-SyS-Joselito-e[2]

 Joselito (de celeste y negro) en un quite al cuarto toro de Miura (que le correspondía a Gaona) de la corrida del día 21 de abril del 14 (Fotografía de Sol y Sombra).

Lo más sorprendente de todo esto, es que esa tarde (la que pensamos que fue filmada la película o sea, la tarde del 21 de abril del 14) resulta que fue una tarde con marcado sabor histórico.

Lo comentamos en la siguiente entrega, última de esta mini-serie.

Pero antes, vamos a ver otra vez la película a velocidad normal (no acelerada) y sin la equívoca fecha.

 

Tercio de quites en Sevilla

(Continuará)

sábado, 9 de noviembre de 2013

Una fecha errónea, una tarde histórica y un traje de hilo negro (1ª parte)

Por Jose Morente

1929 Cuando los caballos 01

Un detalle de un fotograma de una película que circula por Internet y que lleva la fecha de 1929.

Una fecha errónea

Revisando películas taurinas antiguas (una de mis pasiones) me encuentro un vídeo, en youtube, no sé si de propaganda anti-taurina, titulado “Cuando los caballos no llevaban peto”.

http://www.youtube.com/watch?v=ZCTrLWncSjs

Se trata de una serie de secuencias de distintas corridas de toros con grabaciones de la época anterior a la implantación del peto en los caballos. Son escenas muy duras en las que se refleja toda la crudeza de la suerte de varas antes del peto.

Una de esas secuencias me ha llamado poderosamente la atención, no sólo por su duración sino, también y sobre todo, porque lleva como “etiqueta” una fecha llamativa y errónea: La de 1929.

Y digo llamativa y errónea porque el rótulo es de buen tamaño y porque en ese año ya se picaba con peto (rudimentario pero peto al fin) mientras que el caballo que se ve en las imágenes no lo lleva.

1929 Cuando los caballos 02

Un caballo sin peto, algo que no era ya posible en 1929, el año de la etiqueta del vídeo. La fecha, que aparece sobreimpresionada, es errónea.

 

Un tercio de varas a la antigua

Errores de fecha aparte, merece la pena ver esa secuencia pues refleja muy bien como eran el tercio de varas y los quites en tiempos pretéritos.

He aquí la secuencia filmada que ha llegado a nosotros.

1929

Aconsejo revisar las imágenes detenidamente (varias veces si es necesario) ya que podemos ver lo siguiente:

Primero. La plaza de toros se puede identificar claramente (la barrera es inconfundible) como la plaza de toros de Sevilla. Definido el lugar pasemos a describir la acción y los protagonistas.

1929 Barrera

La barrera inconfundible de la plaza de toros de Sevilla

Segundo. Lo primero que vemos es a un torero (le llamaremos torero nº 1) rematando un quite. Sabemos que realiza un quite pues, aunque no vemos ningún picador, lo delata la colocación del pelotón de toreros y el caballo muerto al fondo (señal de que el toro ha sido ya picado una vez al menos)

El quite (lo que vemos de él) es magnífico. Una media verónica y, después, ganando el pitón contrario, un recorte al molinillo para colocar al toro ante el caballo. Aunque el torero lancea algo encorvado, el remate es sublime, estirándose sobre las puntas de los pies. Transmite mucha pasión y sentimiento.

 

1929 Torero nº 1 Media veronica

1929 Torero nº 1 Recorte al molinillo

El quite del torero nº 2. Con el fondo de un caballo muerto vemos una media y un recorte con mucha exposición (ganando el pitón contrario) y con mucha emoción. Se intuye la ovación del público.

Tercero. El toro es algo tardo y el picador tiene que adelantarle mucho el caballo (casi encima) para que se arranque. Pero cuando lo hace, el toro grande y con poder, derriba con estrépito. Luego recarga sobre el caballo caído en el suelo.

1929 Cite del picador

El cite del picador. Un cite desde muy cerca, a menos de un cuerpo de distancia (cite que hoy no se toleraría), pero adecuado pues esa es la distancia que pide el toro.

1929 Vara 01

1929 Vara 02

1929 Vara 03

1929 Vara 04

Secuencia del puyazo (algo trasero). El toro (que parece cárdeno) se defiende con la cara alta pero (grande y de poder) derriba y recarga.

Cuarto. El siguiente torero (le llamaremos torero nº 2), muy atento, saca al toro del caballo –pues es su turno- bregando a dos manos.

Después del segundo capotazo se interrumpe la película bruscamente. ¡Una verdadera lástima!

1929 Quite torero nº 2

El quite del torero nº 2. De poder a poder, a dos manos con el capote por delante. Bregando, pero con mucho estilo.

Quinto. Aunque del tercer diestro (el que lleva traje bordado con hilo negro y al que llamaremos torero nº 3) no está filmado su intervención en los quites de este toro, su actitud durante toda la secuencia es magistral y resulta de máximo interés para saber como se comportaba un buen lidiador en el tercio de varas.

Este diestro está muy atento al caballo y a los demás toreros, en todo momento, pero sin entorpecer ni intervenir porque no es su turno.

1929 Torero nº 3 01

1929 Torero nº 3 02

1929 Torero nº 3 03

1929 Torero nº 3 04b

1929 Torero nº 3 05

1929 Torero nº 3 08

Tiene mucho interés fijarse en lo que hace el torero nº 3 (Vestido con traje de hilo negro). Paradójicamente, el único al que no vemos torear.

Resulta muy llamativo lo pendiente que está, este diestro, del quite del torero nº 1 (hasta el punto de pegar una ligera carrerita cuando este remate su quite, por si hay que cortar al toro). Pero cuando ve que el toro no hace por su compañero, se relaja y retira. Luego cuando entra el picador de tanda, se mantiene muy  atento y se coloca a la altura de la cabeza del caballo, aunque no le corresponde a él ese quite. Cuando el toro derriba y luego recarga, se acerca llamando su atención y fijándolo pero sin citarlo. Sólo se endereza y relaja otra vez cuando el toro toma y sigue el capote del otro diestro.

 

¿Quienes y cuando?

Aunque la película nos llega sin información sobre quienes son o pueden ser los toreros que aparecen, creo que, aunque no sea fácil, podemos deducir sus nombres a la vista de estas (borrosas) imágenes. Se admiten hipótesis.

La solución (si la hubiera) en la próxima entrega.

(Continuará)

 

NOTA: Los miembros del grupo de facebook “Reunión Gallito” deben abstenerse pues ya conocen las posibles respuestas.

martes, 5 de noviembre de 2013

Las apariencias engañan (III) Palabra de Gallito

Por Jose Morente

001b s.f. Joselito retrato calle (Calvache)

Torero dentro y fuera de la plaza. Torero las 24 horas del día. Si hay un torero al que escuchar es a Joselito el Gallo.

Acabábamos la entrada anterior, resumiendo la opinión de José Tomás quien señalaba que el toro que tiene que coger al torero es el bueno, nunca el malo. Tomás explicaba que eso era lo que se había dicho toda la vida.

No obstante, el diestro de Galapagar apostillaba que el también se la había jugado muchas veces con el toro malo, algo de lo que hemos sido testigo directo en numerosas ocasiones.

Sin embargo, a mí me surge una duda.

Pensar que el toro bueno es difícil de torear y que además, es el único que debe coger al torero, puede ser (y de hecho es, como ya hemos demostrado) el criterio mayoritario de los toreros actuales (llamando actuales a los toreros desde los años 60 a nuestros días) pero ¿tenían la misma opinión los toreros antiguos (digamos, los anteriores a la Guerra Civil)?

Vamos a indagar en esa cuestión.

 

El toreo antiguo

A priori, parece difícil sostener que lo que vale hoy, ha valido siempre. Igual que resultaría difícil sostener la tesis contraria (que lo que valía antes, valga ahora) aunque muchos parecen empeñado en ello.

El tema de las cogidas y el peligro en el toreo, han experimentado un cambio sustancial. Cuando el comportamiento del toro era variopinto y errático y cuando el toreo de muleta no había alcanzado la precisión que alcanzó a partir de la posguerra (Manolete es posiblemente un elemento clave en este cambio, de los que son precursores Joselito y Juan Belmonte), el toro peligroso y complicado era, posiblemente, el más peligroso de torear. Que se lo cuenten (si no) a Pepe-Hillo, Curro Guillén, el Espartero, Joselito el Gallo e, incluso, al propio Manolete.

1801 Muerte en el ruedo del torero Pepe Hillo

1801. Cogida mortal de Pepe-Hillo en Madrid por el toro Barbudo, un complicado toro de casta castellana.

Eso, precisamente, es lo que venía a decir Joselito en una entrevista que le hicieron en Lima y que se publicó en “La Prensa” el día 20 de diciembre de 1919.

A preguntas del  periodista Gastón Roger, Joselito señalaba que, en su vida, se había encontrado muchos toros difíciles “que parecían enseñados para dar cornadas”.

Joselito recordaba, en especial, un toro de Miura que le había tocado en Sevilla:

“Muy grande, muy bronco, que no pasaba en ningún lance y que el público me pedía a gritos que lo atravesara.

Quería matarlo por la cara y sudé como un peregrino.

El criminal olía los capotes, embestía y a mitad de carrera se quedaba con la cabeza alta, llenando la plaza. Varios capotes fueron por la arena. Tuve que aprovecharlo en una de esas carreras y le acerté la estocada”.

1914-05-06 La lidia Joselito Barcelona Prensa Miura

Joselito en Barcelona. Corrida de la Prensa, el 6 de mayo del año 14. Pelando por bajo y por la cara con otro complicado toro de Miura.

También recordaba, en la misma entrevista, a un sobrero que le salió toreando con su hermano Rafael y el gallego Celita:

“Alternaba con mi hermano Rafael y Celita, y el animal se aquerenció entre un caballo muerto y las tablas. De ahí no lo arrancaba nadie. No era grande; al contrario pequeño y gordo, con una cara muy fea y unos pitones recogidos.

Me le fui con la muleta, y cuando creía dominarle, me tiró el trapo de la mano y se me vino al cuerpo. Me salvó mi agilidad. El toro me miró escapar y volvió a la querencia.

Otra vez con la muleta, y la bestia parecía estar enterada de todo. Mi hermano Rafael que sabe tanto, me ayudaba con el capote. Me ayudaba también Blanquet, Cantimplas y Sánchez Mejías. El último, que figuraba entonces en la cuadrilla de mi hermano, dejó la barrera para venir al toro. Confieso que es el animal más duro que he visto en mi vida. No sólo que he toreado; que he visto desde que veo toros. El propio Rafael cree lo mismo”.

 

1916-09-24 (p. 25 La Correspondencia) Reseña 3º

El toro al que se refiere Joselito era un berrendo de Arribas que se lidió el 24 de septiembre de 1916 en Valladolid (no en Zaragoza como se decía en la entrevista. La reseña de la Correspondencia publicada el día 25 corrobora, punto por punto, lo que contaba José.

1916-09-18 (p. 10-10 La Lidia) Joselito Natural

Pero lo importante empezaba ya a ser lo que se hacía con el toro bueno, no con el malo, y los públicos agradecían naturales como este que dio Joselito, solo unos días antes en la misma feria vallisoletana, a un buen y noble toro de Benjumea (Fotografía de la revista Toros y Toreros)

 

Lo cierto es que, en la época de José y Juan, el toreo estaba empezando a evolucionar y la faena de muleta comenzaba a coger un peso e importancia que, probablemente, no tenía antes.

La suerte de matar iba perdiendo importancia y se empieza a valorar la forma de torear. Por eso,  el propio Joselito matizaba lo anterior y, a otra pregunta de la misma entrevista, reconocía la dificultad que tenía torear bien al toro bravo.

“¿No ha encontrado usted nunca un toro bravo, que de puro bravo, le resultara difícil?”

Preguntaba Gastón Roger, a lo que Gallito contestaba contundente:

“Una tarde en Pamplona, le fui a un toro con las dos rodillas en tierra citándole para un pase ayudado. El toro acudió muy claro comiéndose el trapo. Fue un pase estupendo, pero cuando iba a levantarme, el animal se me revolvió y tuve que darle el segundo; y así, empapado el toro en el trapo, resultaron cuatro pases de rodillas que no los di yo, sino que se los daba el toro mismo

Creo que allí tenía segura la cornada; la ovación del público pudo alterarme tanto como la nerviosidad del bruto, pero estoy convencido, para mi éxito como torero, de mi serenidad y de mi vista.

Cuando acababa la fiesta, los aficionados venían a saludarme en forma entusiasta al hotel y me entraba un poco de rubor.

Esas felicitaciones le correspondían al toro”.

("La Prensa" del 20 de diciembre de 1919)

Era algo parecido a lo que le había pasado con el famoso Santa Coloma de los 7 naturales y medio que lidió en Madrid, aquel que dio pie a uno de los Cuentos del viejo mayoral de Luís Fernández Salcedo.

Natural mundo grafico

Joselito se lió a darle naturales a noble toro de Santa Coloma en los medios de la plaza de Madrid, en faena de mucha emoción por el evidente riesgo y que acalló las fuertes protestas (“una bronca de órdago”) con las que ese día (ya empezaba la inquina del público madrileño contra José) fueron recibidos él y Belmonte desde el paseíllo.

Resulta, por tanto que la consideración de que lo difícil es torear bien al toro bravo y noble no es ahora pues viene de largo, de principios del siglo XX al menos.

Lo corrobora lo que el mismo Joselito le dijo a Curro Posada (el hermano de aquel Faustino, al que mató un novillo de Miura en Sanlúcar) cuando este, buen torero pero sin el reconocimiento que creía merecer, andaba por ahí protestando por las “brevas” de Santacoloma y Parladé que toreaban José y Juan:

--A propósito, Curro, los toros de Santa Coloma son bravos y buenos… para los buenos toreros.

Vienen mucho y bien pero hay que aguantarles su impulso bien y mucho. Los de media arrancada, no se te despegan y al menor descuido te cogen, y si te cogen, te hieren.

En fin tienen el busilis de la mucha casta. Y  hay que conocerlo y afrontarlo. Para que lo compruebes, vas a torearlos el próximo jueves con nosotros..”

Y, en efecto, el jueves 13 de abril de 1916, el nombre de Curro Posada aparecía anunciado en los carteles de la Plaza de Madrid, junto al de Joselito y Florentino Ballesteros (que recibiría la alternativa del de Gelves) y con toros de… Santa Coloma.

 

1916-04-13 (p. 18 TyT) Madrid Alternativa Ballesteros Joselito

La alternativa de Ballesteros a manos de Joselito, el 13 de septiembre de 1916 en Madrid y con toros del Conde de Santa Coloma, fue portada en la revista Toros y Toreros publicada el día 18. Al fondo, Posada observa.

Joselito estuvo bien, muy bien y Posada mal, muy mal, por lo que pudo comprobar (“para daño de su cartel”, según decía Clarito que es quien contaba la anécdota) que Joselito tenía razón en lo que le había dicho.

Y eso que, según Barbadillo, los toros de Santa Coloma habían sido:

“[… ] de bonito tipo, altos de agujas, finos de pelo, prietos de carnes y armados sin exageraciones, salvo el primero.

Una corridita escogida con escrupulosidad manifiesta. Esto en cuanto a las láminas; lo que dentro traían, no era tan superior, si bien no fue malo, salvo el segundo, que estuvo tardo con la caballerías, los demás, respondieron mejor en el primer tercio que en los restantes, sin excederse en la acometividad.

Mas respecto á nobleza, nobles fueron como noble es el escudo del dueño de la vacada”.

O sea que los toros salieron bravos y nobles. Y con esos toros bravos y nobles, fue cogido Ballesteros que se la jugó; estuvo bien Joselito, buen torero y estuvo mal Posada, que no pasaba de ser un torerito apañado.

Aquello de “para daño de su cartel”, que decía Clarito hablando de Posada, quedaba más que patente en la reseña del revistero Barbadillo quien, en su crónica del Liberal, se lamentaba (con mucha dureza) de que Curro Posada no hubiese resultado también cogido (Ballesteros lo había sido al entrar a matar al toro de la alternativa) para poder así disfrutar del toreo de Joselito en cinco de los buenos y nobles toros de Santa Coloma.

1916-04-13 (p. 14 El Imparcial) Barbadillo reseña

El lamento (cruel) de Barbadillo en el Imparcial del día 14. ¡Lástima que el toro no hubiese enviado al hule a Posada! ¡Así se hubiese podido ver y disfrutar a Joselito en cinco toros!

1916-04-13 (p. 20 Union Ilustrada) Madrid Alternativa Ballesteros Veronica de Posada (2)

Verónica de Posada a uno de los Santa Coloma. Curro no estuvo nada bien ese día.

1916-04-13 (p. 17 La Lidia) Madrid Alternativa Ballesteros Natural de Joselito

Joselito, como en él era habitual, estuvo muy bien.

1916-04-13 (p. 19 Mundo Grafico) Madrid Alternativa Ballesteros Cogida al matar

Cogida de Ballesteros en el toro de su alternativa (Fotografía de Alfonso publicada en el Mundo Gráfico). Un toro que como sus hermanos (menos el 2º) salió bravo y noble hasta caer (según el crítico Barbadillo) en la “simpleza y la bobería y la buena fe exagerada”.

Los toros buenos empiezan, en esa época, a coger a los toreros que se la juegan

 

El toro más peligroso

Que, en la época de José y Juan, estaban cambiando los conceptos sobre el toreo resulta evidente. Es, entonces, cuando se empiezan a aceptar los toreros que, como el Gallo e incluso el propio Belmonte, esperaban el toro bueno para dar el do de pecho.

Es cuando (palabra de Gallito) se empieza a resaltar y señalar lo difícil que es torear bien al toro bueno.

Y es cuando, además, se crea ese aforismo de que al torero bueno sólo le tienen que coger los toros buenos (bravos y boyantes).

Aforismo que, para Felipe Sassone, trae causa en el comportamiento de Rafael el Gallo, quien:

“…no luchó jamás con las malas condiciones del enemigo; abandonaba la pelea, renunciaba a ella, prefería huir a exponer. y se dejaba viva la res o la asesinaba a traición. Rafael dejó sentada con su actitud, un indiscutible aforismo taurómaco:

Que al buen torero sólo le cogen los toros bravos y boyantes.

Por exceso de confianza: por torear oyéndose, viéndose, sintiéndose torear, engreído de belleza como un cantante que alarga y ritarda por divismo una frase musical; nunca por temeridad, torpe o inconsciente”. 

 

Casta de toreros pag 62

Lo que dice Felipe Sassone sobre Rafael el Gallo en Casta de Toreros.

2

Con Rafael el Gallo fue cuando se empezó a decir que al buen torero sólo le tiene que coger el toro bueno.

Más claro, agua.