martes, 28 de mayo de 2013

Pepe Luis (2ª parte) El toreo es eterno

Por Jose Morente

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Pepe Luis ya es eterno (Foto de Paco Barragán para Oclisé)

 

Como era el toreo de Pepe Luis

En una entrevista con François Zumbiehl, realizada una vez retirado Pepe Luis definitivamente del toreo y que fue recogida en el libro “El torero y su sombra” (Madrid, 1ª ed. Espasa-Calpe, S.A., 1987), decía el maestro:

“Vi mucho torear en el campo a Juan Belmonte y a Chicuelo, y pensaba que de ser torero, tenía que ser como ellos, más o menos. Lo que no podía yo era copiar a Belmonte en su postura, en su sentimiento. Le podía copiar en su manera de colocarse. Pero ni él ni Chicuelo me enseñaron nada ni me dijeron nada. Les miraba con un gran interés, y eso es todo.

El uno era muy profundo y el otro era más alegre; pero los dos me gustaban con locura”.

Chicuelo en el campo (documental)

Chicuelo, el más “alegre”, en el campo toreando con la izquierda y ayudándose con el estoque a la manera de Joselito en sus primeros años. Decía Pepe Luis que, aunque se pasó por la vida sin ser profundo, cuando toreaba bien en el campo, en la plaza le vi poco, no lo mejoraba nadie”. Está claro que las “etiquetas” casi nunca responden a la realidad (imagen capturada de película)

En todo caso, como decía el maestro Pepe Luis, se puede copiar “la colocación, el temple, las maneras de los toreros buenos” pero “en cambio, el sentimiento y el  estilo de cada uno son cosas innatas”.

Creo que Pepe Luis pone el dedo en la llaga, en lo que respecta al aprendizaje de los toreros pues, de sus palabras, se deduce:

  • Primero, que los toreros aprenden a torear viendo a otros toreros. El lo hizo viendo torear, en el campo, a Belmonte y a Chicuelo, que fueron sus modelos.
  • Segundo, que lo que cogen o copian de esos otros toreros son los aspectos técnicos no el sentimiento ni el estilo que son personales e intransferibles

Tentadero Juan Belmonte 001

Pepe Luis decía que además de Chicuelo, el había aprendido fijándose en Belmonte. Evidentemente, no hablaba del Belmonte trágico y crispado –aunque magnífico- de la competencia con Joselito, sino del Belmonte ganadero ya retirado y cuyo toreo suave y templado encandilaba a todos los que le vieron.

El arte y la gracia

Por lo que respecta al toreo de Pepe Luis, decía José María de Cossío que:

“Este excepcional diestro no era, aunque a algún desorientado se lo pareciera, un torero adornado. El adorno supone superfluidad y el toreo de Pepe Luis no hizo nunca concesión a lo superfluo. Su alegría, su gracia, su estética fluía de su personalidad aún entregado a la más austera y grave de sus faenas.

Pepe Luis no inventó ningún pase (…) Jamás dio una manoletina, ni se puso de rodillas, ni le tocó los pitones, ni miró al tendido en lo que practicaba una suerte, ni supo de la existencia del melodrama en el toreo”

Pepe Luis de rodillas (Navalón) 001

Pepe Luis, que casi nunca toreó de rodillas en las plazas, tuvo la humorada de torear de rodillas en un tentadero en el Toruño (Del libro “Viaje a los toros del Sol” de Alfonso Navalón). Según el propio torero, en las plazas sólo lo hizo un par de veces en su vida. Una de ellas, en Málaga toreando con Marcial, quien había salido de rodillas dando ayudados para empezar la faena a su toro. ¡Oye Marcial –le dijo Pepe Luis-, que eso lo hace cualquiera!. Marcial, que daba mucha importancia a torear bien de rodillas, le replicó: ¡Cualquiera que no seas tú!. Por eso, en el toro siguiente, Pepe Luis le toreó de rodillas: “Oye, Marcial, que lo difícil es torear de pie”.  

Por lo que dice Cossío, está claro que su estética estaba mucho más cercana a Chicuelo y, por tanto –de rebote- a la de Rafael el Gallo e incluso a la de Joselito (pese a que a este nunca lo vio torear) más que a la de Belmonte (a quien si vio y al que admiraba profundamente) y es que sus modos estaban muy lejos de los tintes dramáticos del toreo del trianero.

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Sevilla Pepe Luis Chicuelina 001

Chicuelo (arriba) y Pepe Luis (abajo) por chicuelinas. La estética del torero de San Bernardo estaba muy cercana a la de Chicuelo.

Para Pepe Luis, la idiosincrasia sevillana, el toreo de gracia o de adorno o mejor dicho, la gracia de esos adornos, estaba:

“En la sorpresa. Cuando uno está liado con el toro y hace un desplante, o se mete la muleta por detrás, una cosa que no ha pensado el torero, el público la ha pensado mucho menos: Esa sorpresa, es la que hace  que digan que algún torero sevillano está tocado por la gracia.”

Y es que, añadía Pepe Luis:

“Al público le gusta que le sorprendan. A mí por lo menos, cuando estoy dentro del público, me gusta esperar que un torero haga tal pase, y ver como logra otro que no me esperaba, y decirme: ¡Caramba!¡Qué cosa más bonita!. Claro, esto no puede suceder siempre porque sería imposible”. 

Valor y riesgo

Cambiando de tercio, y hablando sobre el riesgo y el valor, cuando Zumbiehl le preguntaba si tenía más riesgo torear de frente (como hacían los toreros de su familia, Manolo el primero) o de perfil, Pepe Luis sensatamente le contestaba:

“Torear bien de todas maneras es difícil, lo mismo de frente que de perfil. La colocación que nos gusta [se refiere al toreo de frente] tiene la ventaja de variar un poco, de romper la monotonía, pero no implica ni más ni menos peligro.

El peligro en el toro es estarse quieto, dejar los pies asentados, y llevar al toro toreado. En el momento en que el toro se equivoque en un milímetro, lo mismo da que sea con los pies juntos que con el compás abierto, lógicamente, viene la cogida”

Conviene que se sepa…

Sevilla Pepe Luis muletazo con la derecha 001

Pepe Luis Pase de pecho 001

En la foto de arriba, Pepe Luis torea con los pies juntos en el toreo de línea natural (pase de muleta con la derecha) y (foto de abajo) con el compás abierto en el de línea contraria (pase de pecho). Según Pepe Luis, el toreo de pies juntos tiene el mismo mérito, el mismo riesgo, que el de compás abierto. Lo importante para él era “torear despacio”

 

Conocimiento de las reses

Finalmente, y en lo que respecta a su conocimiento de las reses, el modelo de Pepe Luis como el de tantos toreros, aún sin saberlo, no podía ser otro que Gallito, como sagazmente había proclamado Marcial.

El propio Pepe Luis daba mucha importancia a lo de entender a los toros. Para él, el arte, el pellizco, que tanto llegaban a la gente, podía ser en realidad, lo más superfluo:

“Lo que yo he sentido desde que empecé a torear es una ansiedad muy grande de poder ver los toros desde que salían, de verles las dificultades, las bondades, de estudiarlos. Gracias quizás a esa afición tan grande que he tenido desde chico, a descubrir la forma de los toros, mi intuición me ha llevado a verlos con bastante claridad. Eso, naturalmente, los que lo perciben más pronto son los muy buenos aficionados y sobre todo, los profesionales”. 

Y añade:

“No podía ser torero pensando que iba a hacer un molinete, un kikirikí o cualquier cosa del repertorio sevillano; tenía que estar a otra cosa más importante, que era estudiar al toro para poderle. Al toro no se le puede más que con la cabeza y metiéndoselo en la cabeza”.

1916-03-14 (p. TyT) Gallito kiquiriki

Pepe Luis Kiquiriqui (3)

Según Pepe Luis, uno no puede ser torero pensando en hacer un molinete o un kikirikí, sino en lo más importante que es dominar al toro. En las fotografías dos kikirikíes. El de arriba, de su inventor, Joselito el Gallo; el de abajo de Pepe Luis. Sobran los comentarios.

La relación con Joselito va mucho más allá, como hemos dicho, del kikirikí o el genuino “cartucho de pescao” marca de la casa. Y lo más importante, es que la conexión entre ambos no es sólo formal, de modos y pases sino que abarca también a lo esencial, a la intuición y facilidad para entender al toro y a la “intención” de dominarlo, como hemos señalado.

En resumen y como ya había recalcado con gran inteligencia el maestro Marcial, imposible estar (aun sin saberlo) más cerca del concepto torero de Joselito el Gallo.

  Joselito cartucho de pescao 01

Joselito cartucho de pescao 02

Joselito el Gallo citando al natural, desde muy largo y dando muchas ventajas al toro, con el sevillano y tradicional “cartucho de pescao” . La muleta va a la altura del cuerpo, perfectamente cuadrada con la cadera izquierda del torero, como manda las tauromaquias clásicas.

Pepe Luis cartucho (Arauz pág. 123) 001

Pepe Luis cartucho (Arauz pág. 91) 001

En la misma Maestranza de Sevilla, algunos años después de la muerte de Gallito, Pepe Luis cita al natural, con el “cartucho de pescao”. Desplegado ya en la segunda foto que corresponde a una actuación distinta. Aunque, su posición es más sesgada que la de Joselito y la muleta está más adelantada y oblicua, el concepto es el mismo. El toreo está cambiando en sus formas pero el fondo permanece.

El toreo es eterno.

Viendo estas añejas fotografías y comparando los modos de unos toreros de una época con los de otra muy distinta, uno no tiene más remedio que llegar a la conclusión de que el toreo es eterno.

Pepe Luis vive en los lances de los toreros que le siguieron, como ellos vivieron en los suyos, pues cambian las formas y las modas que son superfluas pero no los modos que son eternos.

Rafel el Gallo natural 001

s.f. Pepe Luis al natural (Cano) 001

“Para torear bien hay que acariciar” decía Rafael el Gallo quien torea al natural “acariciando” al toro. Como acariciando al toro, torea Pepe Luis. Naturales idénticos en técnica, ejecución y suavidad. Más parecido es imposible. Pepe Luis, que también le había visto torear en el campo, decía de Rafael el Gallo: “Era inconmensurable. Un artista genial”…

Como él…

sábado, 25 de mayo de 2013

Pepe Luis (1ª parte) Algo más que pellizco

Por Jose Morente

1937 Pepe Luis primer traje de luces (Arauz p.77) 001

Pepe Luis Vázquez Garcés, con su primer traje de luces. Corría el año de 1937 y el torero tenía 15 años (Foto de Novoa publicada en el libro de Santiago Arauz de Robles)

 

Hemos dicho repetidas veces que las principales condiciones que debe tener un torero son valor, técnica y arte. Pero no necesariamente en este orden y no con una jerarquía determinada pues cada torero tiene su propio concepto del toreo donde estas cualidades juegan un diferente papel.

Para los toreros artistas, tal que un Pepe Luis Vázquez, y sólo para ellos, el valor debe ser sólo el necesario para ponerse delante del toro y mediante la técnica poder dominarlo y, a partir de ahí, una vez dominado, crear belleza que es el objetivo último de su toreo.

Vamos a ver como y con que matices juegan estos tres componentes en el toreo de Pepe Luis Vázquez Garcés.

Pepe Luis Vazquez Pase por alto (Arauz p. 96) 001

El objetivo del torero de arte no es tanto torear con ajuste sino componer adecuadamente la figura. Pepe Luis en un pase por alto sin estrecharse pero con la planta muy erguida (Del libro de Santiago Arauz de RoblesPepe Luis-Meditaciones sobre una biografía” pág. 97)

Las (peligrosas) etiquetas

Adjudicamos a un torero la etiqueta de cobarde y ya puede colgarse de los pitones del más fiero toro de Palha o Miura que nada ni nadie cambiará nuestro criterio. Motejamos a otro de zafio y, aunque ande por la plaza mejor que andaba Lagartijo, nuestra opinión no se alterará nunca un ápice.

Una de las etiquetas más repetidas que ha acabado por convertirse en tópico es el de la gracia de los toreros andaluces, en general y, de los sevillanos, en particular. Torero nacido a la vera del Betis tiene que tener arte sí o sí. Y, sin embargo, como dijera Vidal, alguno de los de aquí parece nacido en Suecia.

Nada de sueco, salvo el pelo, tenía el “Rubio de San Bernardo”, don José Luís Vázquez Garcés, el maestro Pepe Luís, Pepe Luis a secas, pues no ha habido un torero que haya encarnado mejor que él, el concepto que, por estos lares, se tiene del toreo donde gustan los diestros que además de intención aporten temple y que estén tocados por la gracia y el compás.

1923-10-21 The Times Chicuelo con un Miura

Pleno de arte, gracia y compás, puro estilo sevillano, es este airoso remate a pies juntos (y sobre las puntas) de Chicuelo… a un Miura (La foto se publico en The Times en 1923)

Tocado por la gracia y el compás, nacía Pepe Luis Vázquez, quien falleció la pasada semana con 93 años, en el barrio de San Bernardo de Sevilla, el barrio del Matadero y el de la plaza Monumental de Joselito el Gallo. Y ya desde el primer momento, el chaval llamaba, por su airosa figurilla, la atención de quienes le veían jugar al toro por las calles cuando por las calles se jugaba, entre otras cosas, al toro: –¡Este chaval será torero… y de los buenos!, profetizaban. Y no se equivocaron.

Cierto es que era medroso. Algo que el propio torero reconocía. Como dijo una vez a un amigo que le aconsejaba ir a torear en avión para que el viaje no se le hiciese muy pesado, el diestro (a quien aterraba volar) le contestó:

-¡Para eso estoy yo! ¡Para gastarme el valor viajando en avión!

Catalogado de artista, Pepe Luis se quedó, con el cliché de artista, para los restos. Y así, como torero artista y un tanto medroso, pasará a la historia. Y sin embargo, Pepe Luis era mucho más que pellizco y arte.

Sevilla Pepe Luis. Remate 001

Se admiten comparaciones (esta vez nada odiosas) con la fotografía anterior ¿De quien se trata ahora?¿Chicuelo otra vez? ¿O, quizás, Pepe Luis? Da igual, que sea uno o el otro. Lo importante es que ambos fueron algo más que meros toreros de arte o de pellizco…Mucho más.

Pepe Luis decía de Chicuelo y, en realidad, estaba hablando también de si mismo, de su concepto del toreo, que: “El torero que haya sido figura como lo fue Chicuelo, no puede serlo únicamente por la gracia y el adorno. Hay que haber toreado los toros con profundidad. Chicuelo llegó un año a Madrid [se refiere a 1928], y tenía firmadas tres corridas. Toreó un toro de Graciliano Pérez Tabernero [Corchaíto] y le pegó cincuenta muletazos, bajitos y con la mano izquierda. Si no hubiera hecho más que cosas por la cara, no hubiera firmado ochenta corridas ese año”.

Mucho más que pellizco

En efecto, como había reparado Marcial Lalanda, quien durante una época fue su apoderado y con quien había toreado algunas veces, Pepe Luis tenía una cabeza privilegiada, una de las cabezas más privilegiadas de la época, tanto que, para Marcial, después de Joselito el Gallo, el de San Bernardo era el más grande lidiador, el diestro con más inteligencia lidiadora, que había llegado a conocer.

1947 Maestranza callejon Pepe Luis y Marcial (Arauz p. 219) 001

Pepe Luis, en el callejón de la Maestranza, con Marcial Lalanda, cuando este le apoderaba. Marcial dijo en una entrevista con François Zumbiehl que Pepe Luis era “el torero más perfecto” que había conocido y que, después de Joselito el Gallo, el que “ha tenido el mejor conocimiento de los toros”

Y es que, su trabajo en el matadero había afinado su inmensa intuición natural y le aportó un conocimiento de las reses que pocos han tenido y en el que poco se ha reparado.

1937 mayo Maestranza Pepe Luis de corto Miura 001

Pepe Luis tenía una inmensa intuición natural para entender el comportamiento de las reses. En la foto, con el novillo de Miura que toreó en la Maestranza (junto a otro de Guadalest), a puerta cerrada antes de debutar sin caballos vestido de luces en Algeciras, corría el mes de mayo de 1937.

Por ese conocimiento de las reses, Pepe Luis las calaba nada más salir al ruedo y, por eso, muchas veces, renunciaba a la pelea cuando pensaba (sabía) que no iba a poder torear como a él le gustaba torear.

Los públicos, no entienden esas cosas (y hacen bien) y achacan la inhibición e irregularidad del torero artista a falta de ganas (¡Es que no ha querido! ¡Si Pepe Luis quisiera!). Es cierto en parte pero no es sólo un problema de voluntad sino una manera de entender el toreo.

Manolete, decía Pepe Luis, tenía el concepto opuesto y se había metido en el callejón sin salida de estar bien todas las tardes y en todos los toros por lo que los públicos cada día le exigían más y más.

Sevilla Manolete por naturales 001

Manolete se metió en el callejón sin salida de estar bien todos los días. El mismo en el que, antes que él, habían entrado Guerrita y Joselito. En la foto toreando por naturales en Sevilla (El Cossío. T. 28/30. pág. 209)

Sin embargo, a Pepe Luis, los públicos podían esperarle cuatro, cinco o seis tardes malas, en el convencimiento de que el día que estuviera bien, aunque fuera en un simple quite del perdón…

¡La espera habría merecido la pena! 

1942 Zaragoza Pepe Luis y Manolete en el callejon 001

Zaragoza, 1942. Pepe Luis con Manolete en el callejón siguiendo atentamente las incidencias de la lidia. Sus conceptos del toreo eran muy distintos igual que sus planteamientos. A Manolete los públicos le exigían todas las tardes y en todos los toros. A Pepe Luis, al contrario, le esperaban corrida tras corrida y, a veces, le bastaba con un sólo quite para ganarse el beneplácito de los espectadores.

s.f. Sevilla Pepe Luis quite por veronicas (f. Lara) 001

Un solo quite le bastaba

 

(sigue…)

viernes, 24 de mayo de 2013

La cárcel de papel taurina (II) Condenado Emilio Muñoz

Por Jose Morente

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Emilio Muñoz y Manolo Molés en su puesto de comentaristas de Canal+ en la previa de la Corrida del día de autos. 

Nota de LRI:

Una curiosa contradicción taurina: Mientras los toreros, que se juegan la vida, encaran con resignación filosófica los duros avatares de la profesión; los aficionados, que sólo arriesgan el precio de su entrada, se conducen –a veces- con una ira y un enojo, que desbordan cualquier medida razonable.

Por eso, porque muchos aficionados de hoy viven el toreo como una especie de Guerra Santa contra el Infiel (el torero), creando un ambiente enrarecido en algunas plazas, se impone una llamada a la cordura. Llamada en la que el humor, como contrapunto a la crítica sarcástica, puede jugar un papel terapéutico.

Ese, y no otro, es el sentido de la recuperación en este blog de la “Cárcel de Papel” del semanario de humor “La Codorniz”. Ese, y no otro, es el sentido de esta entrada.

Bien saben todos los que nos conocen, el respeto y la estima que nos merece Emilio Muñoz, en su toreo y en su labor, ecuánime y ponderada como comentarista. Pero ello no quita para este simbólico tirón de orejas que hoy nos hemos permitido –cariñosamente- darle.

El tópico que hace descansar sobre “el Pasmo de Triana” la exclusiva de la creación del toreo moderno, no se corresponde a la realidad y está ya superado gracias a ese maestro de maestro de periodistas e investigadores taurinos que se llamó Pepe Alameda, cuya memoria deben guardar, por muchos años, los aficionados a los toros.

La secuencia, tan repetida, que hace pivotar la creación del toreo moderno en el trío Belmonte-Chicuelo-Manolete, no se corresponde a la realidad, pues el trianero, sólo por raro acaso ligó las naturales en serie: Fue el menor de los Gallos, como en su día nos demostró Alameda, a quien cabe y debe atribuirse el hallazgo de la ligazón, base del actual toreo en redondo. Ello no quita un ápice de mérito a Belmonte ni a su aportación técnica al toreo que vendría después de él. Pero una cosa es reconocer la importancia  de su papel histórico y otra muy distinta atribuirle méritos que no son suyos.

La postura  de Emilio Muñoz es lógica y entendible, pues Emilio, trianero hasta las cachas, no hace sino repetir lo que, sobre el mito enorme de Juan Belmonte, se ha dicho en su barrio y en todo el universo taurino desde los años 20 y 30.

Sin embargo, es hora ya de “deshacer entuertos” y poner las cosas en su sitio (por ello y para ello, esta entrada). Y, sobre todo, es hora de proclamar cual es la secuencia correcta que desde la Edad de Oro nos lleva directamente al toreo de posguerra y, de rebote, al toreo de nuestros días:

¡JOSELITO-CHICUELO-MANOLETE!

 

La carcel de papel 001 (2)_thumb[1]

En Madrid, a 23 de mayo de 2013, reunidos los miembros del Tribunal Superior del Toreo, para juzgar al matador de toros y comentarista taurino don Emilio Muñoz Vázquez, de la calle Pureza del barrio de Triana (Sevilla), por los comentarios vertidos en la retransmisión televisiva de la corrida celebrada el día 22 de mayo de 2013, en las plazas de toros de las Ventas de Madrid.

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Don Emilio Muñoz Vázquez, principal encausado en el proceso. Si valoración de Juan Belmonte como inventor del toreo moderno, aunque justificable por su paisanaje y por responder a la tradición oral del toreo, no es admisible en un profesional de los medios de comunicación pues dicha valoración ha sido ya objeto de revisión por el genial tratadista Pepe Alameda.

RESULTANDO Que el citado torero colabora habitualmente en la cadena de televisión de pago CANAL+ en funciones de comentarista y a las ordenes del responsable taurino de la citada cadena, don Manuel Molés Usó, quien aparece como encausado en este juicio en su calidad de colaborador necesario.

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Don Manuel Molés Usó,segundo encausado de este proceso. Molés debió matizar y corregir lo dicho por Emilio Muñoz y no apostillarlas.

RESULTANDO Que los encausados participaron en la retrasmisión de la corrida 15º del abono de la Feria de San Isidro madrileña y en la que se lidiaron toros de Vegahermosa, Carmen Segovia y Jandilla por los diestros Finito de Códoba, Morante de la Puebla y Miguel Angel Perera y que durante la faena de muleta del primer toro de la tarde, de nombre Estudiante, perteneciente a la ganadería de Vegahermosa, cuya lidia correspondía al espada Finito de Córdoba, el principal encausado, don Emilio Muñoz Vazquez, inició (con motivo de una tanda de pases del citado diestro), un reflexión en voz alta (que nadie le había solicitado) sobre los orígenes del toreo moderno y su evolución y, en especial, sobre, el papel que, en dicha creación, correspondería (a criterio del encausado) al diestro, también trianero, Juan Belmonte García.  

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“Aunque [Finito] mantiene ese concepto de dar el pecho hacia adelante, cargando la suerte”

RESULTANDO.  Que los comentarios aludidos  fueron apostillados, corroborados y reafirmados por el responsable taurino de la  cadena televisiva nombrada, el ya citado don Manuel Molés Usó quien, al contrario de lo que manda la prudencia, no contradijo ni corrigió, en ningún momento (antes al contrario), lo que decía y opinaba el principal encausado, don Emilio Muñoz Vázquez

RESULTANDO. Que los comentarios y opiniones emitidos por ambos encausados han causado: Primero, perplejidad; luego asombro y, finalmente, la ira entre la cofradía de los aficionados conocedores de la historia del toreo y especialmente, entre las filas de los aficionados llamados gallistas, principales perjudicados por la actuación de los encausados. Habiendo interpuesto dichos aficionados, la correspondiente denuncia, en tiempo y forma, ante este Tribunal Superior del Toreo.

RESULTANDO. Que este Tribunal ha tenido acceso a la grabación de la retransmisión televisiva durante la cual se produjeron los hechos encausados, habiendo solicitado de los peritos la transcripción de dichas conversaciones; documentos ambos (cintas y transcripciones de las mismas) que se adjuntan como Pruebas documentales nº 1 y 2 a esta causa.

 

PRUEBA DOCUMENTAL nº 1. [Cinta de video]

 

Escribe aquí la descripción del vídeo

PRUEBA DOCUMENTAL nº 2. [Transcripción parcial de la conversación mantenida entre los encausados]

Nota: Se han suprimido los párrafos que no tienen relación con el tema objeto de esta causa

Emilio Muñoz (EM) – Aunque [Finito]  mantiene ese concepto de dar el pecho hacia adelante, cargando la suerte

(…)

– Se ve perfectamente, en la repetición, como veíamos ese concepto belmontiano de que los pitones miraban a las puntas de las zapatillas o las zapatillas miran a las puntas de los pitones, mejor

-Eso quiere decir que están perfectamente frente a frente

Manuel Molés (MM) -Y si no hay muchas…Pero hay una foto espectacular de Juan Belmonte con la muleta en la mano izquierda y totalmente atrasada, totalmente de frente al toro… Bueno, él trajo un concepto nuevo y fue el que marcó el camino del siglo XX

EM –Si, de lo que es ahora el toreo. Evidentemente, después, ha ido evolucionando porque los toreros de época han hecho que ese concepto haya ido, bueno, modificándose..

MM - La base es suya…

EM -La base la aportó él, porque, bueno, antes de llegar Belmonte al toreo …

MM -(…)

EM - Y eso es lo que te comentaba, Manuel, que el toreo que impulsó Belmonte, antes de Belmonte los toreros lo que hacían era preparar… (Bueno, tú ya lo sabes, los aficionados también, pero aquellos que se apunten hace poco, pues a lo mejor, no)…los toreros toreaban y preparaban al toro para la lidia y muerte. Para matar al toro y llego Belmonte y dijo no, esto se hace así, se hace sobre… aplicó el temple, aminoró la velocidad del torero (sic) en sus pases y, sobre todo, la ligazón.

1913-03-23 (PyP p. 31) San Sebastian Machaquito en su primero_thumb[5]

Antes de Belmonte, según Muñoz, los toreros se limitaban a preparar el toro para la muerte (Machaquito en 1913. Fotografía de Sol y Sombra). 

MM -Y fundamentalmente, el cambio de la línea recta a las líneas curvas

EM -Las líneas curvas. Aunque bueno, ese concepto hoy todavía tú lo ves. Hoy a los mismo toreros puros hay veces que tú les escuchas: ¡En línea! Porque hay toros que al principio tú lo tienes que hacer, que educar. Pero, si es verdad que…

MM - Bueno, sí. Es que la gente lo que ha ido buscando es eso, engancharlo adelante para llevarlo atrás, engancharlo arriba para llevarlo abajo. Eso nace con Juan Belmonte,. Además, Juan abre el siglo XX y José cierra el siglo XIX.

EM -¡Así es!

MM -Pero José hubiera valido para la tauromaquia de Belmonte

EM -Perfectamente, ya se estaban complementando ambos.

CONSIDERANDO. Que las tesis mantenidas por el encausado sobre los orígenes del toreo y el relevante papel que atribuye a Juan Belmonte, no pueden ser aceptadas por este Tribunal, tal y como se plantean por el encausado, pues están hechas de lugares comunes que, aunque se ajustan al criterio tradicional en la materia, están hoy día sujetas a revisión histórica, especialmente a partir de los estudios y publicaciones efectuados por don Carlos Fernández Valdemoro (alias Pepe Alameda)

1382 Jose alameda en el tendido_thumb[8]

Pepe Alameda en funciones periodísticas. El rigor no está reñido con la pasión por el toreo.

CONSIDERANDO. Que el encausado ha emitido sus opiniones, con harta frivolidad, como si se tratara de hechos irrefutables y dogmas de fe que hubiera que aceptar sin discusión ninguna, lo que, si bien es entendible y podría admitirse en un torero no puede aceptarse, bajo ningún concepto, en un comentarista taurino.

CONSIDERANDO. Que los errores más importantes de la citada conversación son los siguientes:

a) Considerar que el toreo actual es una creación ex-novo y puede atribuirse exclusivamente a una único torero (en este caso, a su paisano, Juan Belmonte García) con olvido de que el toreo es creación colectiva y que Belmonte tuvo sus antecedentes en varios diestros anteriores, como El Espartero, Antonio Reverte y Antonio Montes, entre otros, según la autorizada opinión del indiscutible tratadista don José María de Cossío.

img_0465 Matajaca y Antonio Montes (2)_thumb[8] 

Belmonte es heredero de algunos diestros anteriores a él como, por ejemplo, Antonio Montes, de Triana, cuyo concepto del toreo le llegó a través de Calderón, banderillero de Montes y luego mentor y banderillero de Juan Belmonte (Fotografía de Montes con “Matajaca” el toro que le mató)

b) Considerar que la ligazón en el toreo (el toreo ligado o en redondo) es también aportación exclusiva del citado diestro cuando está más que documentado y fehacientemente probado en este blog que tal honor corresponde a Joselito el Gallo

Joselito natural Madrid_thumb[8]

Joselito fue el precursor del toreo en redondo pues, según dice José María de Cossío y corroboran todas sus crónicas, “gustaba de torear al natural en redondo” (En la fotografía, Joselito torea al natural en la PLaza de Madrid)

 

CONSIDERANDO Que el responsable taurino de la cadena citada, el también encausado don Manuel Molés Usó debió corregir o matizar, en su caso, las erróneas afirmaciones vertidas y no dar pábulo ni alentar las mismas, cosa que no hizo

Por todo ello, a la vista de lo anterior y consideradas las pruebas documentales aportadas 

FALLAMOS Y CONDENAMOS A don Emilio Muñoz Vázquez, a la pena de una prisión condicional de un año y un día en la “Cárcel de Papel Taurina” de esta Villa, donde el hasta ahora encausado y, desde este momento, ya condenado, será obligado a leer y releer diariamente las obras completas de Pepe Alameda.

Igualmente FALLAMOS Y CONDENAMOS A don Manuel Molés Usó, a la pena de una prisión condicional de un mes y un día en la “Cárcel de Papel Taurina” de esta Villa por su participación en los hechos denunciados como colaborador necesario

Este Tribunal quiere hacer constar expresamente que si bien, la pena inicialmente solicitada para el principal encausado, ha sido la cadena perpetúa dada la gravedad de los delitos cometidos (y, en especial, el de considerar que la aportación del diestro Joselito el Gallo a la evolución del toreo moderno ha sido la de mero comparsa de Juan Belmonte, lo que no podemos en ningún caso aceptar por no ajustarse a la realidad), hemos decidido finalmente rebajar dicha pena en atención a la calidad de las retransmisiones televisivas efectuadas por el encausado.

Por ese mismo motivo, este Tribunal autoriza la libertad condicional y salida de la “Cárcel de papel Taurina”, de ambos condenados, durante el periodo de tiempo necesario para realizar dichas retransmisiones, debiendo volver a prisión inmediatamente después de cada una de ellas y hasta el cumplimiento íntegro de la condena.

Considera igualmente este Tribunal que no procede reproche jurídico alguno por el hecho de haber traído a colación el nombre de los diestros Joselito y Belmonte con motivo de una faena del diestro Finito de Córdoba pues, pese a la indiscutible osadía que ello supone por la enorme diferencia de repercusión histórica que existe entre este diestro y los primeros citados, esta cuestión no compete a esta Sala sino al TRIBUNAL PARA LA DOCTRINA DE LA FE TAURINA (Antes Santa Inquisición del toreo) al que remitimos el expediente completo de la causa por si considerara que los hechos examinados pudieran incurrir en delito de blasfemia contra los padres del toreo moderno. 

Y todo ello, con independencia de los indudables méritos y capacidades del citado diestro, Finito de Córdoba, aun cuando resulta evidente que, sus actuaciones en la plaza, han estado en general por debajo de aquellos y, sobre todo, por debajo de las grandes expectativas que, en su día levantó entre los aficionados, lo que este Tribunal lamenta profunda y sinceramente.

Lo que declaramos en Madrid para su ejecución inmediata.

 

El hilo del toreo 001_thumb[3]

Después de la publicación de los últimos libros de Pepe Alameda (“Historia verdadera de la evolución del toreo” y “El hilo del toreo”) nadie puede justificar el desconocimiento de cual ha sido el “verdadero” proceso de creación, transmisión y ajuste del toreo moderno y cual el papel jugado por cada torero en ese proceso.

 

1920-04-00 Foto dedicada a Cossio (Jmcoursier)

1939-07-02 Sevilla Alternativa Manolete Chicuelo

La secuencia correcta del toreo en redondo: Joselito-Chicuelo y Manolete

Arriba: fotografía de Joselito dedicada a José María de Cossío y facilitada por Jack Coursier. Abajo: Fotografía de la alternativa del Manolete a manos de Chicuelo (captura digital de imágenes cinematográficas)

Entrada modificada el 25-05-2013 a las 9:07

martes, 21 de mayo de 2013

Talavante y los Victorinos: Algunos puntos y algunas “íes”

Por el Divino Calvo

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El primer decepcionado la tarde del sábado fue el propio diestro. La corrida había despertado una enorme expectación pero lo que ocurrió en el ruedo decepcionó también al público. Ni los toros, ni el viento, ayudaron a un torero que fue desanimándose a medida que avanzaba la tarde (Foto Mundotoro)

Nota de LRI: “La Técnica no puede ahogar la sensibilidad”

La técnica puede ser imprescindible para el torero y muy interesante para que nosotros discutamos sobre ella pero, como decía en los años 20, “Uno al sesgo” (un aficionado con el que nos hubiera encantado coincidir),  y como dice, en este principio de siglo XXI, Enrique Martín,(un aficionado con el que ya coincidiremos), lo verdaderamente importante no es entender tanto de técnica sino tener sensibilidad para saber ver y escuchar el toreo. Y de eso, en este texto del “Divino Calvo” van servidos varios quintales.

Si la técnica nos permite apreciar detalles que, en otro caso, se nos escaparían, bienvenida sea. Pero si la queremos, sólo y exclusivamente, para utilizarla, cuando convenga, como arma arrojadiza, contra los toreros que no son de nuestro agrado, mal asunto.

Muchos reproches técnicos (merecidos algunos como nos recuerda “El Divino Calvo” en esta entrada) se le han hecho a Alejandro Talavante. Es lógico pues el resultado de la encerrona (¡que feas palabrejas"!) del pasado sábado, decepcionó a todos, empezando por el propio torero a quien acabó pesándole mucho la corrida.

Lo que ya no es tan lógico, es que se desate la caja de los truenos contra un torero que se atrevió a anunciarse con estos siempre difíciles toros (y más de 6 en 6) y, sobre todo, que se omitan datos importantes como el fuerte viento reinante toda la tarde, olvidando que el viento es el peor enemigo del toreo.

Tampoco es lógico, que se obvie el deslucido juego de los toros de Albaserrada, al que algunos han querido poner sordina. No fue buena la corrida de Victorino pues, entre el bravo y la alimaña, el ganadero parece querer optar, en los últimos años, por el toro complicado y problemático que pone en jaque a los toreros pero sin que el peligro trascienda al público. Algo parecido ocurrió en la de Escolar por lo que, así planteadas las cosas, siempre salen perdiendo los toreros ya se trate de figuras, con poca costumbre de lidiar esos encastes, o  de los especialistas más avezados en ellos. 

En resumen, ni los toros ni el torero, este muy perjudicado por el viento repito, respondieron.a la gran expectativa que había generado la corrida. El “Divino Calvo” encuadra con rigor, pero sin acritud, lo que pasó esa tarde. Y pone a todos en su sitio.

 

ESPAÑA TOROS SAN ISIDRO

El, todavía, esperanzador inicio de la corrida. Luego, después de los dos primeros y muy complicados toros, ásperos y deslucidos, y, sobre todo, del tercero, donde el diestro no pudo redondear una faena que tuvo momentos de interés, el torero acabaría tirando la toalla (Foto EFE)

 

Madrid 10ª de abono. 18 de mayo de 2013. Crónica de “El Divino Calvo”

Ya lo dijo José Tomás en el discurso del premio Paquiro,

Seis toros son demasiados”.

Eso mismo debió pensar Talavante, al que le están lloviendo las críticas por lo que pudo ser y no fue, desde que terminó su tarde.

Por lo que viví en la plaza, creo que es necesario poner “los puntos sobre las íes”.

 

La corrida de Victorino

Su presentación desató la iras del sector intransigente desde el primer toro. A la salida del tercero, ya estaban gritando “¡Victorino esto es una novillada!” y a Talavante: “¡Hay que venir con toros!”.

 

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El tercero de la tarde en el apartado. Algunos espectadores lo motejaron de novillo a su salida a la plaza (Foto: Juan Pelegrin-Las Ventas)

En mi opinión, la corrida estaba correctamente presentada. Un poco desigual con dos toros que subían en peso. En honor a la verdad, he visto corridas mucho más fuertes de Victorino en Madrid, pero esto no quiere decir que estuviera mal presentada. La corrida era baja y bien hecha en Santa Coloma (¿Estamos o no dispuesto a aceptar la diversidad de encastes?). Supongo que el público esperaba que fuera más asaltillada y sobre todo más veleta, porque si las protestas eran porque querían más remate en carnes… ¡mal vamos!.

El problema no estuvo en la presentación sino en el comportamiento. La corrida fue en términos generales muy sosa. Le faltó lo que se presupone en una corrida de Victorino: Emoción.

Potable el tercero, donde Talavante alcanzó las cotas más lucidas de la tarde y, sobre todo, a mi me gustó mucho el quinto (me acordé del “no hay quinto malo” y que Victorino debería haber elegido el orden a la antigua usanza). Hizo desde salida cosas de “victorino bueno”, humillando con el hocico por el suelo y yendo hasta el final (me recordó a Borgoñés).

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En el tercero (“Matacanas” nº 91 de 01/09. cárdeno) fue donde Talavante se pareció más a Talavante. En la foto de Mundotoro, el torero cita con su personal y peculiar estética.

Pensé que podía pasar como la tarde de Capea. Pero, a este toro se le dio muy mala lidia. Además, en esto punto de la tarde, Talavante ya estaba vencido y, para mí, fue el final de la historia. Tampoco salió ese toro duro/peligroso (“alimaña” que llaman cuando es del hierro de la A coronada) para jugársela y dar muestras de la disposición real del torero.

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El quinto hizo cosas muy buenas de salida. por un momento parecía que iba a re-editarse la tarde del Capeo. Luego, todo quedó en nada (Foto: Juan Pelegrín-Las Ventas)

Talavante pudo estar mejor

¿Qué Talavante pudo estar mejor? Evidentemente. Pero estuviera como estuviera, no creo que hubiera podido cambiar el signo de la tarde.

Otro hándicap añadido a una corrida de seis toros de Victorino, es que el capote en tarde en solitario, es fundamental para aportar variedad y solidez al conjunto. Pero el toro de Victorino es un toro que no se presta al toreo de capote por lo que sólo se vio un quite por chicuelinas. Lo cual no es óbice para decir que, quizás por carencias técnicas, no estuvo fino en el manejo del percal como lidiador.  Ni eficaz, que es lo mínimo que se debería exigir.

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Talavante no estuvo fino toreando de capote, entre otras cosa porque estos toros no suelen dejarse torear de salida (Foto: Juan Pelegrín-Las Ventas).

Otro problema, esta vez achacable al torero es que no es buen estoqueador.

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Talavante no mató bien. Quizás la posición en el cite (tan enfrontilado) que le obliga a un excesivo cuarteo, explique las estocadas atravesadas que dio (Foto: Mundotoro)

Por tanto, la corrida se veía abocada al mismo guión que la encerrona de Capea: Esperar que salga ese toro de triunfo en la muleta. Al final, ni salió ese toro, ni el torero tuvo la fe necesaria…

6 toros son demasiados”, dijo José Tomás. Manzanares en Sevilla y, ahora, Talavante en Madrid, lo pueden corroborar.

 

Mi aplauso al gesto

Dicho esto, en el momento de la bronca de despedida a Talavante, me puse en pie para aplaudir. Aplaudí, el gesto y la apuesta de Talavante. Porque los aficionados llevamos mucho tiempo pidiendo que las figuras tengan estos gestos y que se apunten a corridas duras o a otros encastes. En eso, la apuesta no pudo ser mayor.

Porque este es el camino a seguir. Grandes acontecimientos y salir de la monotonía de los carteles de los últimos tiempos para recuperar la pasión de otras épocas. Si no valoramos esto (“¡Hay que venir con toros Talavante!”), poco podremos exigir (ya le pasó al Juli en 2006 cuando también mató Miuras y otros hierros y no se lo valoraron).

Las nubes del resultado de la tarde no deben ocultar el sol de la apuesta. La realidad es que fue una tarde de ilusiones rotas. Para el público, para el ganadero y sobre todo para el torero, que con tanto esmero lo preparó (tienta, anuncio publicitario, mentalización…).

¡Una pena!

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Un Talavante bastante decepcionado fue abroncado a la salida de la plaza por parte del decepcionado público (Foto: Mundotoro)

 

Texto: El Divino Calvo

Selección de fotografías y comentarios: Jose Morente

sábado, 18 de mayo de 2013

Ampliando nuestra biblioteca taurina (IV) Cargando la suerte

Por Jose Morente

Historia-Verdadera-Pepe-Alameda-001_

Un libro clave para entender los conceptos técnicos básicos del toreo y su evolución: “Historia verdadera de la evolución del toreo” de José Alameda.

La defensa de las normas y la valoración de los mecanismos técnicos del toreo tienen que efectuarse en los foros apropiados (libros, blogs, conferencias, etc.) pero nuncanunca- dentro de las plazas de toros.

Nota previa:

Esta entrada se publicó inicialmente como apéndice en la entrada tercera de la mini-serie dedicada al controvertido tema de “cargar la suerte”. Sin embargo, me ha parecido oportuno desgajarla de aquella y darle lugar independiente en este blog, lo que permite incluir un breve, aunque apasionado, comentario a cada uno de los libros incluidos en esta relación 

Nota aclaratoria (26/05/2013 12:00)

Publicada esta entrada, mi amigo Pocho Paccini Bustos me reprende cariñosamente en un comentario a este post. Y como Pocho tiene razón en lo que dice o, mejor aún, como puede que yo no me haya explicado bien en lo que he dicho, me parece oportuno aclararlo.

Puede que lo que aquí se dice a continuación, no se entienda bien si no reparamos en que los comentarios que se hacen a los libros escogidos se refieren a lo que esos libros dicen sobre la técnica del toreo y más concretamente sobre el toreo en redondo y la cargazón de la suerte.

Es evidente que el toreo abarca muchas más cosas y que los autores citados por Pocho (Domingo Ortega, Corrochano o Vidal, a quienes he leído con fruición y cuyos textos me conozco casi de memoria) hablaron de muchas de esas otras cosas de un modo que sigue siendo perfectamente válido hoy día.

La imagen que de Joselito el Gallo, de su maestría y su torería,  transmite Corrochano es magnífica y da cabal y perfecta idea de como era, en realidad, el torero. La descripción de Vidal del ambiente de una tarde de toros en Madrid, fue siempre exacta y muy divertida y amena. La explicación de Ortega de como era "su" toreo es muy docta y al nivel del mejor de los intelectuales pese a no serlo (¿O sí?) él.

Cuestión distinta es lo que Ortega, Corrochano o Vidal dijeron o escribieron sobre la específica materia que tratamos en esta entrada: la técnica del toreo y, en concreto, la del toreo en redondo y el mecanismo de cargar la suerte, donde creo que ninguno supo ver que estaban hablando de un modo de torear específico pero que, en el toreo como en la vida, siempre hay otras opciones. Nos gustarán más o menos  pero tan válido es el toreo “en ochos” como el toreo “en redondo”.

Ortega, Corrochano y Vidal (pensaron como piensan muchos) que, en el toreo, sólo hay una técnica válida (la que a ellos les gustaba o convenía) y que lo que varía es el estilo o acento personal de cada torero.

Un error, visto con la perspectiva de hoy y a la luz de los escritos de Pepe Alameda quien explicó como eran realmente las cosas, el primero. Bueno, el primero, no. Antes de él, Luís Bollaín entró en el tema (y de forma brillante) pero no le sacó tanta punta histórica como Alameda quizás porque el árbol de su belmontismo no le dejó ver el bosque del toreo completo.

Como Ortega, Corrochano y Vidal fueron anteriores a Pepe Alameda (ya señalo eso con motivo de Vidal), la duda es que hubiera pasado si le hubieran podido leer en tiempo y forma ¿Que hubieran dicho, en ese caso, Ortega, Corrochano o Vidal? ¿Como hubiera influido en sus teorías?.

Nunca lo sabremos, Lo que si sabemos es que no parece que sea aceptable que despachemos a Alameda con el calificativo de autor ingenioso pero prescindible, como ha hecho algún lector del blog, sólo porque sus tesis no cuadran con las nuestras; porque no cuadran con el esquema mental que nos hemos hecho de como es y como debe ser el toreo.

Cuando surgen ideas o planteamientos nuevos… toca reciclarse.

 

Cargar la suerte. Bibliografía recomendada

Tauromaquia de Pepe Hillo. 1ª ed.: La tauromaquia ó Arte de torear. Obra utilísima para los toreros de profesión, para los aficionados, y toda clase de sujetos que gustan de toros (Cádiz. 1796). 2ª ed. Tauromaquia o Arte de Torear a caballo y a pie. (Madrid. 1804).

Esta es la obra clásica, fundamental e iniciática de la técnica en el toreo. Aconsejable para todos los aficionados entre 7 y 77 años. Además, pese a lo que pudiera parecer, se lee de un tirón. Una vez leída, es aconsejable releerla a saltos.

Apabulla su modernidad. Y lo más importante es que no establece cánones sino reglas “derivadas de la experiencia” y, sobre todo, adaptadas a las condiciones de los toros.

Cuando, por ejemplo, se explica el pase natural, no se establece un único modo de realizarlo sino tantos modos como tipos de toros diferentes se consideran (boyante, bravucón, de sentido, etc.). A cada toro corresponde un modo distinto de colocarse y un modo distinto de manejar los engaños. Lo contrario de lo que preconizamos hoy día los aficionados que sólo aceptamos un modo único de torear, para no complicarnos la vida.

Si no la escribió, está claro que Pepe-Hillo revisó y autorizó su tauromaquia, pues los atinados consejos técnicos que contiene sólo pueden conocerlos y enseñarlos cabalmente quien sea torero.

Tauromaquia de Pepe Hillo Turner 001

Portada de una reedición (la de Turner, Madrid, 1982) de la Tauromaquia de Hillo con el famoso grabado del torero sevillano con la muleta en la izquierda, la espada en la derecha, el corazón en el centro y el toro muerto a sus pies.

 

Tauromaquia de Montes. Tauromaquia completa, ó sea El arte de torear en plaza: tanto a pie como a caballo (1ª ed. Madrid. 1836).

Esta es la primera revisión de importancia de la Tauromaquia de Pepe-Hillo. Su interés está no sólo en los matices que introduce al texto de Hillo, sino en el extenso capítulo que dedica a la “Reforma del espectáculo” y que ha sido base de todas las reglamentaciones que han venido después.

Monte fue el primer gran reformador y, al tiempo, codificador del toreo y a él se debe la organización actual de la corrida de toros, así como una serie de innovaciones de mayor o menor interés.

Paquiro, ha sido en el toreo, el Joselito del siglo XIX por su visión de futuro (igual que a Joselito lo podemos considerar el Paquiro del siglo XX, por lo mismo)

22 tauromaquia_completa

Portada de la primera edición de la Tauromaquia de Francisco Montes (Madrid, 1836). El capítulo dedicado a la “Reforma del Espectáculo” contiene ideas y propuestas que se han mantenido prácticamente iguales en estos casi dos siglos transcurridos desde su publicación.

Tauromaquia de Guerrita. Escrita por Leopoldo Vázquez, Luis Gandullo y Leopoldo López de Saa bajo la dirección técnica de Rafael Guerra, Guerrita. (1ª ed. Madrid. 1895).

Aunque la “Tauromaquia de Guerrita” es, como libro, farragoso y algo desigual en sus distintos capítulos (producto de las diversas manos que intervinieron en el mismo) los aspectos técnicos del toreo (escritos bajo la dirección del genial espada cordobés) son del máximo interés y las correcciones que efectúa a los textos clásicos son muy interesantes y de mucho calado, aunque puedan pasar inadvertidas al lector menos atento.

Son esos matices, los que diferencian la Tauromaquia de Guerrita de las que se habían escrito después de la de Montes, pues estas últimas se limitaban a transcribir con excesiva fidelidad todo lo dicho por el genial torero de Chiclana.

Ninguna de esa Tauromaquias intermedias tiene mayor interés que el histórico pero la de Guerrita permite, en parte, entender como se toreaba a finales de siglo XIX. O, mejor dicho, como se pretendía torear.

Tauromaquia de Guerrita

Portada de la primera edición de la Tauromaquia de Guerrita (1895). Un texto que explica las novedades que Guerrita introdujo en el toreo

 

Salvador, Amós. Teoría del toreo. Escrita en mayo de 1908 y publicado por entregas por el diario la Voz desde el 15 de enero de 1955 [Esta publicación incluía unas Apostillas del Duque de Veragua].

Es este uno de los textos más interesantes en la materia, pues se aparta de la sistemática de las Tauromaquias tradicionales y contiene un enfoque novedoso del toreo que, para Amós Salvador, sólo se puede explicar a partir del conocimiento de las condiciones básicas y de las condiciones particulares  de las reses.

El libro se escribió en la primera quincena del mes de mayo de 1908 por lo que el toreo del que habla era el que existía antes de la llegada de Joselito y Belmonte. Por eso, este tratado no nos sirve para entender la revolución que ambos diestros introdujeron, aunque sí para entender el contexto en que dicha evolución se produjo.

Se publicó, por folletones, en el diario la Voz en 1955 (se puede consultar en Internet) y también en edición de los Bibliófilos taurinos en 1962.

Teoria del toreo

Portada de una edición moderna de “Teoría del Toreo” de Amós Salvador, que incluye las “Apostillas del Duque de Veragua” (Madrid, Edit. Biblioteca Nueva, Colección “La piel de toro” dirigida por Andrés Amorós, 2000). Aunque no puedo asegurarlo, el diestro dibujado en la portada me recuerda a Manolo Cortés.

De la Loma, José (Don Modesto). Desde la Barrera-Dos palabras sobre el Guerra, cuatro sobre Fuentes y algunas más acerca de Bombita, Machaquito y Gallito  (1ª ed., Madrid, El Liberal, 1910)

El de don Modesto, es un libro que, en su época (1910), tuvo mucha difusión pues recogía las crónicas de las “figuras” de entonces: Guerrita, Fuentes, Bombita, Machaco, Pastor y el Gallo.

El interés que tiene en el tema que nos ocupa es que, Don Modesto fue un decidido defensor del toreo de compás abierto de Bombita que, en su día, recibió muchas críticas.  En su defensa, y frente al toreo de compás cerrado, don Modesto argumentaba que el compás abierto tenía más mérito por lo difícil de corregir la posición en esa postura si el toro entraba vencido, algo que resulta cuando menos discutible.

Y es que siempre, los defensores de una forma de torear han utilizado la ética (a la que yo prefiero llamar “mérito”)en defensa de su concepto del toreo. Mi opinión es que no es fácil evaluar desde el tendido la ética real sino sólo apreciar la sensación de riesgo que a nosotros nos produce.

 

1910 Don Modesto Desde la barrera

Portada del ejemplar que se encuentra en la Biblioteca Digital de Castilla y León, cuya ficha bibliográfica atribuye la edición al diario El Liberal (Tengo un ejemplar con una portada distinta –en blanco y negro- de Editorial Renacimiento, probablemente editado en aquellos años pues aparece la fecha del año 1910 a mano)

Borrell, Félix (F. Bleu) Antes y después del Guerra (1ª ed., Madrid, 1914)

Es este un libro más que interesante, pues F. Bleu fue el típico aficionado dogmático partidario y defensor de los cánones antiguos del toreo y, por tanto, del toreo seco y exento de adornos cuyo mejor exponente fue el rival de Lagartijo, Salvador Sánchez Frascuelo, quien concitaba en sus filas a lo más rancio de la afición de entonces.

Visto con ojos de hoy, el toreo propugnado por Bleu, el toreo épico, de poder a poder, del torero valiente ante el toro fiero, mantiene su vigencia y sigue provocando el entusiasmo de los públicos pero también hay que decir que las propuestas de los toreros que se encuadran en este concepto, con ser harto meritoria no se ha distinguido por su aportación a la evolución de la fiesta, antes al contrario.

No obstante, y pese a su radicalismo, Bleu transigía y aceptaba, como válidas, muchas más innovaciones técnicas (por ejemplo, la pierna izquierda retrasada de Guerrita en el natural) que las que -100 años después- son capaces de aceptar los aficionados dogmáticos de nuestros días, herederos espirituales del farmacéutico madrileño.

 

Antes y despues del Guerra F. Bleu 001

Portada de la primera edición del libro de F. Bleu. Aunque Guerrita aparece en el título se trata de una estrategia comercial para incrementar ventas pues, al autor, el Guerra no le gustaba un pelo y en realidad, el libro es un panegírico de Frascuelo y también, aunque en menor medida, de Lagartijo.

Orts y Ramos “Uno al Sesgo. El arte de ver los toros-Manual del aficionado a la Fiesta Nacional (1ª ed. Barcelona, 192-?) (2ª ed. El arte de ver los toros-Guía del aficionado, Barcelona, 1928?)

A finales de la década de los veinte, las aportaciones de Joselito y Belmonte habían cristalizado en un nuevo modo de torear. Las tauromaquias antiguas (incluso la de Guerrita más reciente) habían quedado caducas pues el toreo  había tomado nuevos rumbos.

Orts y ramos (Uno al Sesgo), escribió este pequeño tratado para intentar explicar a los nuevos públicos, de forma sencilla y amena, como era el nuevo toreo.

Todavía faltaba mucho para lo que vendría después. pues era el año en que Chicuelo acaba de hacer o estaba a punto de hacer la faena a Corchaíto que marcaría toda una época.

El resto es historia. Chicuelo daría la alternativa a Manolete y este rendido admirador del torero de la Alameda, incorporaría y depuraría la técnica que el sevillano, a su vez, había aprendido de Gallito y de Belmonte. El círculo estaba ya a punto de cerrarse.

  1928 (ca.) El arte de ver los toros Uno al Sesgo

En la portada de una de las muchas ediciones del librito de “Uno al sesgo” subtitulado “Guía del espectador”, Joselito el Gallo destronca con la muleta en la izquierda a un toro que se enrosca en espectacular posición. Estaba naciendo una nueva época donde los toreros van a empezar a poderles a los toros con el toreo de brazos sin exageraciones a la hora de abrir el compás. Frente al toreo espatarrado y por bajo de Bombita, el natural de Joselito está marcando un nuevo camino y, de ahí en adelante, se podrá dominar a los toros, toreándolos (no bregando)

Federico M. Alcázar. Tauromaquia Moderna (1ª ed. Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, S.A., 1936)

Que el toreo de brazos era lo más importante teóricamente, lo demuestra este libro de Federico Alcázar, llamado Tauromaquia moderna” y publicado en 1936.

El toreo iba evolucionando y a la época del parón y los pies juntos, le siguió en los años de la República, la moda del compás abierto cuyo principal interprete será el extraordinario diestro de Borox, Domingo Ortega.

Por ello, pese a defender que la suerte se carga con los brazos, el libro de Federico M. Alcázar, contiene muchas disquisiciones sobre la forma de colocar las piernas, cual debe adelantarse y cuando.

Pues la atención de los espectadores (la práctica que no la teoría) había desplazado el interés de estos desde los brazos a los pies del torero quizás porque se pedía que estos se mantuvieran lo más quieto posibles mientras pasaba el toro. Algo que no se conseguirá hasta una década después con Manolete.

Lo que no contiene este libro,como ningún otro de la época, es una distinción clara entre el toreo “en redondo” y el toreo “en ochos” y lo que implica cada uno, algo que no se planteará hasta la década siguiente.

1936 Tauromaquia Moderna Federico Alcazar 001

Portada de la 1ª edición de la “Tauromaquia moderna” de Federico M. Alcázar. Alcázar fue consciente de que no se puede juzgar el toreo de una época con los criterios y las normas de otra distinta, algo de lo que deberíamos tomar nota los aficionados actuales.

Bollaín. Luís. Los dos solos. (1ª ed., Madrid, Editorial Mon, 1948)

El primer libro de Luis Bollaín no sólo es un clásico sino que estoy por decir que el mejor de toda su producción. Con frescura y desparpajo, el autor se confiesa belmontista acérrimo (apasionado de Juna Belmonte), al tiempo que admirador de Manolete (lo que no quiere decir que se declare manoletista). Una combinación explosiva y a cuya explicación dedica las muchas páginas de este volumen.

Gráficos, esquemas y, sobre todo , muchas fotografías componen una nueva forma de hablar de toros que descubre Bollaín y de la que, este blog, se confiesa deudora.

Además, Bollaín -en esta su primera obra- es mucho menos dogmático que, en las que le siguieron,  pues luego. enrocado en su castillo belmontista, ya nada o casi nada que no fuese Belmonte tendrá cabida. La única excepción, la de los toreros puros, tal que un Antonio Bienvenida, Pepe Luis Vazquez o Antoñete, pese a que, en la práctica, el modo de torear de estos toreros se alejase mucho del de Belmonte para aproximarse al de Manolete.

En cualquier caso, y respecto al tema de cargar la suerte Bollaín aporta el dato fundamental de considerar que consiste en gravitar el peso sobre la pierna de salida (como hoy lo consideran los profesionales) aunque señalando que lo de adelantar la pierna es mera cuestión de estética no de ética.

Y, otro tema que nadie o casi nadie había tratado entonces, salvo él, es recalcar la sustancial diferencia que hay entre ligar un natural con otro (toreo en redondo) o ligarlo con el pase cambiado o el de pecho (toreo en ochos). Bollaín se decanta por este último por culpa de su filiación belmontista pero el futuro del toreo iba ya por el otro lado.

06 Los dos solos-Luis Bollain

Nada más y nada menos que Manolete y Belmonte en la portada del libro de Bollaín

Ortega, Domingo. El arte del toreo y la bravura del toro. (1ª ed., Madrid, Revista de Occidente, 1960) [Son dos conferencias. La primera –El arte del toreo- se dictó en el Ateneo de Madrid en marzo de 1950]

Si, por una parte, la conferencia de Domingo Ortega, en el Ateneo de Madrid, hay que calificarla de magistral, por otra, no se puede dejar de advertir la enorme confusión que los conceptos en ella expuestos han traído a los aficionados.

Ortega era torero de toreo cambiado, “en ochos”, por lo que, en esa Conferencia, va a poner el énfasis (con brillantez y coherencia) en el toreo de “pata ‘alante”, que es lo coherente y adecuado en este modo de torear.

Lo que no es coherente ni adecuado, sino querer coger el rábano por las hojas, es, como hizo Ortega y como hacen sus exegetas, pretender aplicar esa técnica (propia del toreo “en ochos” al otro modo de torear, al toreo “en redondo” pues este es conceptual y radicalmente distinto de aquel. Ahí radica la el quid de la cuestión y el origen de la confusa situación actual.

En mi opinión, un libro magnífico pero sólo apto para aficionados con un profundo conocimiento previo de la materia

11 D. Ortega. El Arte del Toreo 2ª ed 001

Portada de la 1ª ed. de la Conferencia del Ateneo que se hizo conjuntamente con otra conferencia pronunciada diez años después en el Circulo de Bellas Artes: “La bravura del toro

 

Corrochano, Gregorio. ¿Qué es torear?-Introducción a la Tauromaquia de Joselito. (1ª ed., Madrid, 1953)

El caso de Gregorio Corrochano es uno de lo más sorprendentes pues, supuesto defensor de Joselito (el libro se escribe en su memoria y reivindicación), no supo calar más allá de los aspectos más externos y evidentes de la figura del torero de Gelves.

Don Gregorio ni siquiera atisbó el alcance de la propuesta de toreo en redondo que hizo, Joselito. Ni, mucho menos, la evolución de este modo de torear que llegaría a Manolete, vía Chicuelo.

Por eso, contradictoriamente, el concepto del toreo de muleta que se describe en el libro, es neta y puramente belmontista y orteguiano (de Domingo Ortega, no de Ortega y Gasset), no gallista. Y es que, no hay que olvidar, la Tauromaquia de Joselito (su introducción en realidad) se escribe en 1953, tres años después de la Conferencia de Ortega en el Ateneo.

03 Que es torear. Corrochano. Nueva ed 001

Para que la cosa estuviera más clara, la segunda edición del libro de Corrochano incluía la Introducción a la Tauromaquia de Domingo Ortega

 

Sureda Molina, Guillermo. Tauromagia (1ª ed. Madrid, Espasa-Calpe S.A., Colección Austral nº 1.632  1978)

Sureda tiene claro que, sobre el cargar la suerte, existen dos corrientes de opinión y que cada cual tiene valedores de altura aunque él, personalmente, se decanta por la línea del toreo de piernas.

La influencia de Domingo Ortega, en sus tesis, es enorme y es que, ningún tratadista de la época, es capaz de discutir al maestro cuyo prestigio en los ruedos arrasa también fuera de ellos en los foros intelectuales del toreo.

Sureda tan atinado en otros temas, no supo salir del tópico en estas cuestiones. Tampoco llegó a calar el alcance del toreo en redondo. Pero no sería el único a quien se le escaparon estos matices.

Tauromagia Guillermo Sureda 001

La edición primera de Tauromagia, en la Colección Austral de Espasa es de 1978, una época muy compleja del toreo que Sureda intenta desentrañar.

Vidal, Joaquín. El toreo es grandeza (1ª ed., Madrid, Ediciones Turner, 1986)

Con los planteamientos anteriores, Joaquín Vidal elaboró una teoría muy peculiar del toreo y de apariencia muy brillante.

El modo de torear que preconiza el periodista del País se basaba sobre todo, en los conceptos de Domingo Ortega y Gregorio Corrochano pero aplicados de forma especulativa al toreo en redondo. Un imposible, como algún torero ya le reprochó en su día al crítico.

Para Vidal (como para otros autores) el toreo moderno sería creación de Juan Belmonte casi exclusivamente. Pero la contradicción surge de inmediato pues el toreo del trianero “en ochos”, nada tiene que ver con el toreo “en redondo” que hoy se practica.

En vez de analizar como había evolucionado el toreo (tal y como hizo Pepe Alameda), Vidal prefirió buscar una cabeza de turco y acabó culpando a Manolete de la degeneración de la fiesta (tesis que han asumido de forma acrítica todos los seguidores de este crítico taurino) con lo que de rebote, anatemiza al toreo actual al que achaca lacras que no le corresponden..

La solución al conflicto la encontró Vidal convirtiendo a Manolete en el culpable de la corrupción de la Fiesta con lo cual todo volvía a tener sentido y el papel del trianero se mantenía (siquiera fuera de manera forzada incólume).

Ese planteamiento nefasto pero de mucha repercusión, gracias a la gran caja de resonancia que le proporcionaba el diario “El País”, ha propiciado en varias generaciones de aficionados que lo tenía como oráculo, una incapacidad estructural para “leer” y “entender” correctamente el toreo actual. En esa estamos.

Vidal tiene, si acaso, la disculpa de que recogió y heredó los tópicos que circulaban en su época. El fundamental libro de Pepe AlamedaHistoria vedadera de la evolución del toreo” se publicó en 1985 cuando Vidal ya había acuñado y cerrado sus teorías. Cuando ya era tarde.

.El toreo es grandeza-Vidal (Turner, 1987) 001

A partir del manejo de los tópicos de la época, Joaquín Vidal acuño una teoría cerrada y coherente (aunque alejada de la realidad). Lo peor es que se propone un único sistema de torear e incluso un único modo correcto de torear. Queda ya muy lejos la propuesta de Pepe-Hillo adaptando las reglas a las condiciones de los toros, algo que el crítico del País ignora olímpicamente ¿Para que complicarse con sutilezas técnicas?

Fernández Valdemoro. Luís Carlos (José Alameda). El hilo del toreo (1ª ed. Madrid, Espasa Calpe. S.A., Colección la Tauromaquia nº 23, 1989) [Las tesis expuestas en esta obra póstuma se contenían ya en: Historia Verdadera de la Evolución del Toreo. 1ª. ed., México, Bibliófilos taurinos de México, 1985]

Hubo que esperar a la llegada de Alameda para que alguien pusiera orden en esta rocambolesca historia.Alameda, era yerno de Domingo Ortega, quizás eso le permitió y facilitó decir lo que dijo y discutir al maestro indiscutible. Lo primero que hizo Alameda fue poner en solfa (en sus justos términos) lo que Ortega había dicho en la Conferencia madrileña.

Alameda no niega la validez de la propuesta de Domingo Ortega, sobre el toreo de línea cambiada, pero señala que existe otro modo de torear, bien distinto y tan válido como aquel (el toreo de línea natural). Una tesis más que razonable.

La apreciación de Alameda de que existen dos modos distintos de toreo. permite entender y comprender muchas cosas de la historia del toreo que, de otro modo, no se comprenderían. Además, proporciona una explicación razonable (y no una descalificación dogmática) de las claves del toreo moderno lo que facilita acercarse al mismo para disfrutarlo sin prejuicios. Nada más y nada menos.

 

El hilo del toreo 001

La obra póstuma de Alameda. Un libro imprescindible para todos los aficionados que quieran entender de verdad lo que pasa en el ruedo sin prejuicios ni posicionamientos previos.