sábado, 17 de noviembre de 2012

Suertes en desuso (III) La suerte del cachetero con el toro en pie (2ª parte)

Por Jose Morente

 

Rafaele el Gallo Ballestilla 001

Empezando por donde acabábamos. Rafael el Gallotirando la puntilla” a un toro que todavía permanece en pie.

 

Rafael el Gallo apuntillando ¿”a la ballestilla”?

Acabábamos la entrada anterior con la misma fotografía con la que iniciamos esta segunda entrega de la suerte del cachetero.

Sin embargo, esta vez hemos mantenido el pie que acompañaba a esta fotografía de Rafael publicada en el libro “El Toreo”, última obra de Luis Bollaín.

Y la hemos mantenido porque Bollaín afirmaba claramente que Rafael apuntilla al toro “a la ballestilla”.

Es más, en un dibujo de la Nueva Lidia publicado en 1885, se ve a otro Rafael, en este caso Rafael Molina Lagartijo, tirando la puntilla al mismo modo de Rafael y el título no puede ser más claro:

1885-09-14 La Nueva Lidia

Lámina de la Nueva Lidia titulada “Lagartijo dando la puntilla de ballestilla” (14 de septiembre de 1885)

 

Sin embargo ha sido un sagaz lector de este blog, Gil de O. quien, poniendo el dedo en la llaga, me decía vía mail, lo siguiente:

“Son ya varias las décadas transcurridas desde que apareció esa foto de Rafael, en la que se la calificó erróneamente, como de "ballestilla", cuando era "tirándola", como si se tirara el palo.

En aquél momento no salí al paso, pero en estos días, mejor sería hacerlo, ya que al haberse perdido prácticamente su concepto como suerte, el error va a permanecer eternamente.

Verás que he calificado como de "ballestilla" las dos de José [Se refiere a las dos fotos de Joselito que incluíamos en la anterior entrada], que se encuentran en la primera fase: la puntilla ya va bien empuñada desde el centro de la mano, conduciéndose longitudinalmente con los dedos hacia la muerte; la segundo fase consistiría en apoyarla sobre el testuz para rematarla en el momento de reaccionar el Toro al abrirle la muerte. La puntilla llevará un movimiento apoyada en el centro de la palma de la mano, dentro del carril envolvente de los dedos por la parte superior y la inferior en el testuz, para descargar con fuerza desde la tensión del hombro, al unísono del movimiento del toro que le abre la vertebra axial”.

Gil de O. concluía afirmando que, pese a la opinión mayoritaria de otros aficionados, él seguía considerando la de apuntillar como una verdadera suerte del toreo. Criterio que compartimos nosotros.

 

Joselito descabellando con la puntilla

Una de las fotos publicada en la entrada anterior de Joselito quien apuntilla al toro ¿a la ballestilla?

Una duda razonable

Que la suerte que ejecutan ambos Rafaeles no es la suerte “a la ballestilla”, como afirma nuestro comunicante, lo corrobora José María de Cossío quien, en su autorizado Vocabulario, la define así

Ballestilla. Modo de tirar la puntilla para descabellar, no empuñando el mango en la forma corriente, sino apoyándole en la palma de la mano y los dedos índice y corazón en la hoja”

Y efectivamente, aunque tiran la puntilla, ni Rafael el Grande ni el Divino Calvo, la sostienen (lo que se ve muy claramente en ambas imágenes) en la palma de la mano.

Por el contrario, Joselito si que lleva la puntilla del modo descrito pero no parece que la tire sino que la mantiene sujeta hasta el golpe fatal.

 

Investigando que es gerundio

Para dilucidar el enredo y deshacer el dilema hemos buceado en libros, artículos y láminas antiguas y el resultado es que, sobre esta suerte, se ha venido deslizando un cúmulo de confusiones e inexactitudes del que poco se saca en claro, como ya se encargaba de señalar Cossío al tratar sobre el tema en el primer tomo de su enciclopédica obra.

Tomemos, por ejemplo, esta otra lámina de La Lidia de 1882, también sobre Lagartijo.

 img_0092 Rafael Molina Lagartijo (Lám.)

Rafael Molina “Lagartijo” (Litografía de J. Palacios. La Lidia 11/09/1882)

En esa lámina alusiva a diversos sucesos de la vida torera de Rafael Molina, aparece, en la parte inferior derecha, el diestro cordobés en trance de apuntillar a un toro cogiendo la puntilla como lo hacía Rafael el Gallo en la foto de marras y él mismo en la otra lámina que acabamos de reproducir. Lo vemos en detalle.

1882-09-11 La Lidia Lámina Detalle

Detalle de la lámina anterior con Lagartijo apuntillando al toro Canelito en Antequera. La faena ha debido ser inmensa pues ruedan multitud de sombreros a los pies del maestro de Córdoba, quien por cierto ha colocado uno de ellos sobre el testuz del toro.

En el comentario  a ésta lámina, incluido en las páginas de la revista, se indica que Rafael “arroja” la puntilla pero el término “ballestilla” no aparece por ningún lado.

1882-09-11 La Lidia Lámina explicación

Texto explicativo de la lámina de la Lidia incluido en el mismo número del semanario.

 

Un artículo de la Estampa. De los modos de apuntillar al toro

En 1930, y firmado por Enrique Vela “Jerezano” el semanario ilustrado Estampa publicaba un sabroso artículo titulado “El arte de dar la puntilla a los toros” donde, entre anécdotas y repasos a los nombres de los puntilleros punteros de la época, se hacía un detallado análisis de esta suerte.

Según Jerezano la suerte no es tan fácil como parece y, lo primero, que hay que saber es como se tiene que coger la puntilla en cada caso.

La forma más usual es cogerla “a cachete” o sea, al modo en que se coge un puñal.  

1930-05-13 (Estampa) Apuntillando a cachete

Apuntillando “a cachete” por delante a un toro manso en el matadero (Fotografía publicada en el semanario Estampa)

1930-05-13 (Estampa) Apuntillando a cachete por detras

Apuntillando “a cachete” pero por detrás a un toro en pié que se “tapa” y no descubre el sitio de la muerte.

A veces no conviene coger la puntilla de esa forma, sino apoyar el mango en la palma de la mano, con los dedos índice y corazón puestos sobre la hoja (como veíamos hacer a Joselito el Gallo) y, en ese caso, se llama “a la ballestilla” cuando el golpe se da por delante.

1930-05-13 (Estampa) Apuntillando a la ballestilla (Antoñete Iglesias

El novillero Antoñete Iglesias apuntillando “a la ballestilla” a una res mansa en el matadero que es lugar donde se prendía este oficio (Fotografía publicada en el semanario Estampa). Anotemos, para acabar de complicar las cosas,  que Agapito –el genial puntillero de las Ventas- llamaba “a capón” a este modo de coger la puntilla (cit. “Todas las suertes” de José Luis Ramón. Pág. 400).

Cogida de esa forma (o sea con el mango dentro de la palma de la mano) pero realizada por detrás de la cabeza del toro, la suerte se conocía como “gallú”.

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Plaza de Nimes. Apuntillando al toro al modo llamado “gallú”. O sea, por detrás de la cabeza del toro pero con la puntilla cogida por la palma de la mano (Detalle de postal coloreada de la Collection Arnaud Moyne-Bressand. 1905-1910)

 

Finalmente, el revistero de la Estampa comentaba la posibilidad de “tirar la puntilla”, asegurando que ha habido en la historia diestros tan certeros, en esta modalidad, que acertaban a finiquitar a la res desde una gran distancia.

 

Una duda sin resolver

El esquema parece que está claro. Incluso la denominación de “a la ballestilla” parece razonable que provenga de la ballesta medieval (por la similitud entre el modo de agarrar la puntilla dentro de la palma de la mano y el de colocación de la flecha dentro de ese arma blanca) y no de la ballestilla marina (que es un simple instrumento de navegación naútica).

 BallestaMediana_2_mab

Ballesta de mediano tamaño. Del Museo del arma blanca.

Jacobstaff La ballestilla

La ballestilla de la navegación marina. Desde luego no tiene nada que ver con el sistema de apuntillar al toro que lleva el mismo nombre.

Sin embargo, lo que no acaba de estar nada claro, al menos para mí, es la utilización de la denominación “a la ballestilla” en los casos de la fotografía de Rafael el Gallo o de las láminas de Rafael Molina Lagartijo que hemos insertado. El error quizás se deba a que, al tirar la puntilla, esta sale lanzada, como la flecha que arroja la ballesta.

Lo cierto es que, en todos los ejemplos que hemos encontrado, la puntilla se “tira” cogiéndola como “a cachetepero con la hoja hacia arriba.

1930-05-13 (Estampa) Modo de empuñar el cachete

Forma de coger la puntilla para la suerte normal “a cachete” (Fotografía publicada en el semanario Estampa)

1885-09-14 La Nueva Lidia (Detalle)

Forma de coger la puntilla para la suerte de “tirarla”. Detalle de una lámina de la nueva Lidia, antes reproducida, donde se ve claramente (igual que en la famosa fotografía de Rafael el Gallo) que, para “tirar la puntilla”, esta no se coge “a la ballestilla” (pese a que así se titule esta litografía) sino como “a cachetepero con la hoja hacia arriba.

   img_0080 Lagartijo tirando la puntilla para descabellar a golpe (Lám.) (Detalle)

Otra litografía de La Lidia (publicada el 9/9/1887) con Lagartijotirando la puntilla”. Aunque el cachete está cogido del mismo modo que en el grabado anterior, ahora se la da a esta suerte un nombre distinto (“a golpe” dice la lámina).

 

Conclusiones.

La forma normal de apuntillar al toro (echado o no) se realiza sin soltar la puntilla, la cual se puede coger de dos formas: la habitual, denominada “a cachete”, o la menos usual, llamada “a la ballestilla” (con el mango dentro de la palma de la mano). En ese último caso,  cuando se llega al toro por detrás, la suerte se conocía como “gallú”.

También se puede “tirar la puntilla”, arrojándola a la nuca del toro desde más o menos distancia, en cuyo caso se suele coger (así lo hemos visto, al menos, en todos los ejemplos recopilados) como “a cachetepero con la hoja hacia arriba.

Esta suerte, de arrojar la puntilla, es la que ha causado cierta confusión entre los aficionados por las diferentes y variopintas denominaciones (casi todas erróneas) que se han utilizado en las distintas láminas y grabados en  las que se representaba. En mi opinión, se debe etiquetar como “tirar la puntilla” sin más adjetivos (“a la ballestilla”, “al golpe”, etc.) que puedan inducir a confusión. 

Espero que, con esta entrada y gracias, sobre todo, al encomiable interés de Gil de O., hayamos contribuido a evitar que se perpetúe el error que se viene cometiendo en la denominación de la suerte de “tirar la puntilla” (mal llamada, a veces, “a la ballestilla”) siquiera sea ésta una más de las muchas suertes que,  hoy día y por diversas razones, se encuentran en desuso en nuestro singular planeta taurino.

Antonio Ordoñez apuntillando a un eral (TM-17) 001

Y para rematar estas dos entradas, nadie mejor que el maestro de Ronda, Antonio Ordoñez, a quien vemos apuntillando “a cachete”, a un eral que se presume en pié, en una fotografía publicada muy recientemente (como nos recordaba Luis Miguel López Rojas) en el último número de la magnífica revista Cuadernos de Tauromaquia.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Suertes en desuso (III) La suerte del cachetero con el toro en pie

Por Jose Morente

Joselito descabellando con la puntilla

El toro, con una estocada entera y en buen sitio, no se ha llegado a echar. El matador, en este caso Joselito el Gallo, ha optado por no descabellar y utilizar la puntilla para una suerte hoy en desuso, la suerte del cachetero con el toro en pie. 

 

Y sin embargo, sigue vivo…

Que después de una gran estocada, el toro caiga inmediatamente patas arriba, como fulminado por un rayo, provoca el lógico jubilo del matador y de los espectadores pero no suele ser lo habitual.

Las Ventas Juan Pablo Sanchez

Sin puntilla. El mexicano Juan Pablo Sánchez en las Ventas (Fotografía de Iván Andrés. Burladero.com)

Lo habitual será que el toro siga vivo después de la estocada por muy bien ejecutada que esta lo haya sido y, por tanto, que el toro tarde en echarse y que, incluso una vez echado, tarde bastante tiempo en morir.

No es, por supuesto, un espectáculo agradable y a nadie le apetece que se prolongue el sufrimiento del animal por lo que, desde antiguo, se vienen buscando diversas soluciones para no prolongar su agonía.

Así cuando un diestro no conseguía matar con rapidez al toro, a este le echaban los perros o se le desjarretaba con la media luna.

El desjarrete de la canalla

El desjarrete de la canalla. Grabado de Goya. Brutalidad de la añeja tauromaquia que había diseñado un instrumento para cortar los tendones de las patas traseras de las reses desde la distancia que aminora el riesgo.

La media luna

La media luna para desjarretar los toros.

Las viejas tauromaquias aconsejaban (aunque hoy esta práctica levante absurdas protestas) el uso del capote dando vueltas al toro para marearlo o mediante capotazos secos por uno u otro lado, según la colocación del estoque, para ahondarlo o escupirlo. El caso era conseguir que el toro se echara cuanto antes.

Pero si el toro se quedaba en pie y no acababa de echarse, y siempre que no estuviera en condiciones para poder entrar a matar otra vez,  se recurría a descabellarlo, labor que realizaba el diestro con un estoque de similares características al que había utilizado en la faena.

Suerte de descabellar (T. de Pepe Hillo 1804) 001

La suerte del descabello, según una de las láminas que acompañaban a la segunda edición de la Tauromaquia de Pepe-Hillo (1804). La solución para el toro que no se echa y al que no es adecuado volver a entrar a matar.

Con el tiempo, y por los accidentes ocurridos con los estoques que saltaban al tendido, se empezó a poner un pequeño tope en el extremo de la espada. A tal artilugio se le bautizó como espada de cruceta y, por extensión, con el mismo nombre de la suerte para la que había inventado: descabello.

descabello

El descabello, también llamado espada de cruceta.

Si el toro se echa, como también en ese caso puede tardar en morir, se le debe apuntillar utilizando el cachete o puntilla. Las labores de apuntillar al toro solía realizarlas un puntillero contratado por la propia empresa pero hoy día se encarga de ello, normalmente, el tercero de la cuadrilla del propio torero.

1890 (h.) La puntilla Beauchy 001

Apuntillando a un toro en Sevilla, hacia 1890 (Foto de Beauchy). Mientras el matador se coloca delante de la cara del toro para atraer su atención, el puntillero realiza su labor por detrás de la cabeza, lo que da mayor seguridad a su trabajo. Hoy, incomprensiblemente, los toros se apuntillan por delante. 

1890 (h.) La puntilla Beauchy 001 (2)

(Detalle de la foto anterior) Otra diferencia con el toreo actual es que, por la vestimenta del puntillero (traje corto y sombrero cordobés), se ve claramente que no se trata de un miembro de la cuadrilla sino de alguien (probablemente algún empleado del matadero o alguno de los carniceros de la plaza) a quien se encomienda y contrata expresamente para realizar esa labor.

 

Algunas variantes.

Lo que hemos comentado es el esquema básico de lo que ocurre y se hace después de dar la estocada y cuando el toro no muere con rapidez.

Como es lógico, a lo largo de la historia se han ido produciendo, gracias a la inventiva de los espadas, diversas variantes debidas al interés de los diestros de sorprender a los espectadores y, en algunos caso, también a su capacidad en asumir mayores riesgos.

Barcelona Rafael el Gallo descabella rodilla en tierra (Mateo) 001

Inventiva y originalidad. Rafael el Gallo en Barcelona descabella con una rodilla en tierra.

Descabello rodilla en tierra de Roberto Dominguez (Cossio T 12) 001

Por fortuna, gracias al diestro Roberto Domínguez que la recuperó y realizó con cierta frecuencia, ya no se trata de una suerte en desuso pues todavía hoy día hay toreros que la practican de vez en cuando, a la manera del diestro de Valladolid, en su recuerdo y homenaje. Roberto convirtió en elegante suerte torera lo que, en general, no pasa de ser trabajo de matarife.

Ya hemos dicho que, normalmente, el descabello se realiza cuando el toro está de pie y la puntilla se utiliza cuando el toro está echado pero los términos pueden invertirse.

A principios y mediados del siglo XIC, era frecuente descabellar al toro ya echado. Algunos autores reservan el término atronar (que es, en realidad, sinónimo de descabellar) para estos casos. Conviene recordar que  Montes recomendaba esta forma de descabellar para el toro que, tendido en el suelo, conservaba cierta movilidad de cabeza y podía poner en peligro al puntillero.

 Curro Guillen descabellando un toro (lit. Miranda) 001

El señor Curro Guillen descabellando (atronando) a un toro que ya se ha echado (Lit. Miranda). A Luis Procuna en México le sancionó un juez de plaza por hacer lo mismo. Después, la misma tarde, cortaría un rabo al toro de regalo (“Polvorito”).

Más inusual aun ha sido y sigue siendo, apuntillar al toro cuando todavía está de pie (suerte del cachetero con el toro en pie) como veíamos a Joselito el Gallo en la foto que da entrada al blog, algo que el diestro de Gelves practicó con relativa frecuencia.

Joselito puntilla de pie 001

Y, en efecto, aquí vemos otra vez a Joselito ejecutando la suerte del cachetero con el toro en pie. En este caso, a un pavo de buena presencia del que Emilio Uruñuela “Litri”, en su libro la Dama Taurina de Abando (que trata sobre la historia de la plaza de toros de Bilbao), supone de pinta jabonera y de la ganadería de Veragua. Don Emilio, siempre tan escrupuloso, no acertó esta vez ya que se trata, en realidad, de un toro ensabanao y jocinero de Don Esteban Hernández y, por tanto, de casta salmantina (Espinosa-Zapata) y no vazqueña, que lidió Joselito en Madrid, en mano a mano con Vicente Pastor, el día 1 de octubre de 1914. 

Dado que hoy está suerte del cachetero con el toro en pie está casi totalmente olvidada (hasta el punto de que cuando algún diestro ha querido practicarla ha sido sancionado) vamos a contentarnos con recrearla contemplando estas viejas fotografías de las cuales la última, pese a su mala calidad, merece la pena pues se trata del siempre genial Rafael el Gallo ejecutando la suerte del cachetero con el toro en pie pero lanzando la puntilla “a la ballestilla”.  

Rafaele el Gallo Ballestilla 001

Rafael el Gallo a punto de lanzar la puntilla “a la ballestilla

jueves, 8 de noviembre de 2012

Anoche soñaba yo que los lobitos me comían

Por Jose Morente

 

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Bernardo, siempre exquisito y elegante, canta acompañado por la guitarra de Luis Maravilla.

Solemos pensar que en el flamenco, el rajo y la hondura son elementos imprescindibles para provocar emociones últimas. Y es verdad. Pero también lo es que algunos cantaores son capaces de llevarnos a esos especiales estados anímicos manejando bagajes muy distintos.

Uno de los casos más singulares es, probablemente, el de Bernardo el de los Lobitos, quien ha sido uno de los cantaores más exquisitos y elegantes que ha dado la historia del flamenco.

Bernardo nació en Alcalá de Guadaira, en 1887. Su primer trabajo, ya en Sevilla ciudad a la que se trasladó su familia cuando contaba cinco años de edad, fue en una fábrica de seda, empleo que perdió muy pronto cuando todos los operarios fueron sustituidos por mujeres, lo que obligó a dedicarse profesionalmente al cante para poder subsistir.

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Uno de los molinos de Alcalá.

Era la época de los cafés cantantes y Bernardo trabajó, todavía con el nombre de Niño de Alcalá, en varios de ellos,  como el Novedades de Sevilla, del que pasó al madrileño Café de la Marina. Uno de los más importantes de la época.

Ahí fue donde surgió el apodo que hacía referencia a una bulería que hizo famosa:

Anoche soñaba yo

que los lobitos me comían

(…) 

Y es que Bernardo fue de los primeros en cantar por este palo que tan antiguo nos parece y que, sin embargo, es tan moderno.

Entre cafés cantantes y juergas privadas, primero, y actuaciones en espectáculos de ópera flamenca, después, discurre la vida de nuestro personaje hasta la grabación de la Antología de Hispavox en 1954. Grabación que supuso el reconocimiento de su maestría. Muchos descubrieron entonces el caudal de cantes que atesoraba el alcalareño, un verdadero tesoro al que hasta entonces no se le había prestado la debida atención.

Cafe novedades

Derribo del café-cantante Novedades de Sevilla

Los últimos años de su vida, Bernardo fue considerado como maestro por muchos cantaores y aficionados (Enrique Morente, el primero). Y en calidad de maestro intervino en el homenaje que se le tributó en su tierra, Alcalá, en 1967 a su paisano Joaquín el de la Paula, uno de los genios gitanos del cante por soleá.

Murió inadvertidamente, igual que había vivido, en Madrid en 1969.

 

Audición 1. Anoche soñaba yo (Bulerías) Hispavox 1969

Bernardo el de los Lobitos-G.: Luis Maravilla

Bernardo el de los Lobitos - Frontal

Portada del CD “Historia del flamenco”, reedición en 2002 del LP de 1969

Esta es la bulería que le hizo famoso aunque grabada muchos años después, concretamente, en 1969, con la guitarra de Luis Maravilla.

A la calle me salí

a la calle me salí

a to’ el que me encontraba

le preguntaba por tí

Y a to’ el que yo me encontraba

le preguntaba por tí

 

Dormía un jardinero

a pierna suelta

a pierna suelta

Dormía y se dejaba

la puerta abierta

Hasta que un día

le robaron la rosa

que más quería

le robaron la rosa

que más quería

 

Anoche

Anoche soñaba yo

que los lobitos me comían

Y eran tus ojitos negros

que me miraban y me decían

Por Dios no me desampares

que yo he perdío la caló

de mi pare y de mare

 

Mira la burrita

la carga que lleva

mira la burrita

que no pué con ella

mira la burrita

que no pué con ella

 

Audición 2. Los peces mueren de pena (Malagueña de Gayarrito) Hispavox 1968

Bernardo el de los Lobitos-G.: Luis Maravilla

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También con la guitarra de Luis Maravilla y por esos años Bernardo grabó esta curiosa malagueña probablemente de Chacón pero que el de Alcalá atribuyó a Gayarrito, un cantaor del que se sabe muy poco.

Como dice el documentado y fiable Jorge Martín Salazar, esta malagueña es muy similar a otra de Chacón (la conocida y difundida “Del convento las campanas”) siendo en el fondo una variante de la misma por lo que sólo por la atribución a Gayarrito, que hace Bernardo, puede considerarse un estilo autónomo.

En todo caso, la letra sumamente surrealista no tiene desperdicio.

 

Los peces mueran de pena

vístase la mar de luto

los peces mueran de pena

los árboles no echen frutos

porque ha muerto mi morena.

con la que yo vivía a gusto

 

Audición 3. De tus cabellos rubios (Seguiriya del Marrurro y Cabal) Hispavox 1968

Bernardo el de los Lobitos-G.: Luis Maravilla

También con el mismo guitarrista y el mismo año (uno antes de morir), Bernardo grabó estas dos seguiriyas que son un monumento al buen gusto algo que nunca falta en sus grabaciones.

Nos encontramos, por tanto, ante dos joyas del cante por seguiriyas que, pese a la clara dicción y limpia voz de Bernardo, lastiman y duelen de verdad.

 

De tus cabellos rubios

camelo yo un pelo

De tus cabellos rubios

camelo yo un pelo

Pa’ yo hacer.

Pa’ yo hacer una caenita

y echarmela al cuello

De tus cabellos rubios

camelo yo un pelo

 

Que fatigas

fatigas me dieron

ganas de llorar

cuando la vi

cuando la vi en el vaporcito

y la maquina andar

 

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Fatigas me dieron, ganas de llorar, cuando la vi en el vaporcito…

domingo, 4 de noviembre de 2012

Manzanares en San Miguel (Guía de visualización)

Por Abel Frías

 

Manzanares sevilla san miguel 2012-38 (montaje 2)

Manzanares cronometrado (Montaje sobre fotografía de la web del torero)

Nota de LRI.

Algo muy frecuente en flamenco son las guías de audición. Se elige un cante, generalmente famoso o representativo, y se comentan las incidencias del mismo señalando el momento exacto (minuto y segundo) en que tienen lugar.

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Guía de audición de un cante de Enrique Morente

Lo cierto es que estas guías son de gran ayuda para el neófito porque centran su atención en aquello que tiene más interés de la grabación que está oyendo.

Que yo sepa, a nadie (¿Aunque quien sabe? ya que no hay nada nuevo bajo el sol) se le había ocurrido hacerlo con los videos taurinos. Bueno, no se le había ocurrido a nadie, hasta hace unos días en que ese jovencísimo y magnífico aficionado que es Abel Frías me envió sus comentarios a las faenas de Manzanares en la sevillana feria de San Miguel.

Podemos estar o no de acuerdo con sus opiniones. Lo que no podemos negar es el interés del “invento” y la valentía de sus apreciaciones sobre la “pata atrás” y los pases “sin solución de continuidad”. Apreciaciones que, compartamos o no, se inscriben en una corriente que no abunda hoy día: La del aficionado cabal y desprejuiciado que analiza las cosas por si mismo, según su propio y leal saber y entender, al margen de los tópicos al uso, Lo que le permite disfrutar a modo del toreo actual. Toreo actual, que no es sino la herencia del que nos legaron las generaciones anteriores. Y ello, sin perjuicio de conservar su capacidad de análisis crítico con lo que no le gusta.

Es más que probable que existan, hoy día, muchos más aficionados como Abel. El problema es que no los oímos ya que a los únicos que se les oye es a los otros. A los aficionados dogmáticos, eternos descontentos con el toreo y su actual evolución. Son los mismos que, en su día, amargaron a Lagartijo, echaron a Guerrita, desazonaron a Joselito y causaron el cansancio de Manolete.

Mejor que a estos, leamos a Abel (Y a los que, como él, están llenos de bonhomía) y disfrutemos con sus análisis y elucubraciones y, sobre todo, disfrutemos con el toreo. Por ejemplo, con el de Jose María Manzanares en Sevilla en esta última feria de San Miguel.

 

Los sugerentes matices del toreo de Manzanares en Sevilla

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El toreo de Manzanares está plagado de matices, técnicos y estéticos, que posibilitan el posterior debate de los aficionados. Debate que tiene su origen primero en la plaza. En la foto (que, como todas las de esta entrada, es de la web del torero) el público de la Maestranza disfruta del buen toreo de Manzanares en la última Feria de San Miguel. 

Las imágenes de los videos de Manzanares, en sus faenas de la tarde del mano a mano con Alejandro Talavante en la feria de San Miguel de Sevilla, nos permiten observar muchos matices y detalles de interés, de lo que, en conjunto, fue una obra de arte.

Sin embargo, no diremos nada ni sobre el juego de los toros, ni sobre su presentación, o el modo en que Manzanares los fue metiendo en la muleta. Tampoco sobre los trofeos o el ambiente en los Tendidos. Asimismo, que nadie espere encontrar una narración detallada de cada lance o su porqué según las condiciones de los toros porque no es mi intención hacer una crónica.

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Comunión de torero y un público. Un público expectante con José María Manzanares. La clave fue la actitud del diestro, entregada y comprometida al máximo toda la tarde.

Sí me gustaría destacar que esa tarde hizo viento, aunque tampoco con la intensidad suficiente como para hacer imposible el toreo.

Por supuesto, habrá también algunas cosas que no haya llegado a advertir y que otros pudieran observar, ya que yo personalmente no me he puesto nunca delante de ninguna res y reconozco que me falta experiencia práctica.

Lo que sigue a continuación es, por tanto, un análisis parcial de esas faenas, centrado sólo en algunos (discutidos) aspectos técnicos del toreo actual. En concreto, retrasar la pierna de salida (la pierna contraria), enroscarse el toro a la cintura y ligar los pases sin solución de continuidad, además de otros aspectos puntuales relativos a algún pase determinado que he creído conveniente resaltar.

Pido disculpas por poner el minuto y los segundos, en vez de un intervalo de tiempo, aunque lo hago para referirme a tal o cual muletazo (o muletazos) concreto.

Una advertencia previa. Los toros y las faenas están para sentirlas. Las sensaciones del momento no nos las quita nadie, y menos el video. Aunque, en este caso, viéndolo creo que se demuestra que Manzanares es un superclase.

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Los toros y las faenas están para sentirlas

 

Primer video

Minuto 1:45. Es el primer toro de la tarde. Se observa como Manzanares desplaza por primera vez, en la primera serie, la pierna de salida hacia detrás, lo que repite de forma ostensible en el siguiente muletazo (en el minuto 1:48). En ambos se enrosca el toro y se lo pasa muy cerca (De hecho, en el segundo de ellos, el toro lo arrolla empujándole con el costillar).

Minuto 2:03. Se advierte, con mucha claridad, el desplazamiento del peso del cuerpo de la pierna de entrada a la de salida.

Siguen tandas de naturales muy largos y un gran  estoconazo recibiendo con los pies clavados en el suelo.

Minuto 3:41. Segundo toro, de Juan Pedro, que se acabó echando, parece citar despegado aunque, en este caso, quizás sea lo correcto ya que no obliga a un toro con presumible falta de fuerza al que le tira líneas. A partir del tercer muletazo se lo pasa ya cerca, dibujando una trayectoria mucho más curva. Gran final de serie.

Minuto 4:03. Aparecen los muletazos sin solución de continuidad que comentábamos antes. Seguidamente -y también casi sin interrupción- retrasa la pierna contraria para volver a enroscarse al toro en la cintura.

Minutos 4:40 y 4:43. Dos grandes muletazos de pata atrás. Tras el segundo de ellos, es magnífico el muletazo sin solución de continuidad. Pase de pecho de tronío.

Minuto 5:01. Otro muletazo sin solución de continuidad, con una rapidez de colocación asombrosa.

 

Segundo video

 

 

Aquí otro video de la misma tarde. En este caso de "Tendido cero" con más resolución y distinto ángulo. Señalo exactamente lo mismo de antes: 2:07-2:10/ 2:30-2:35/ Natural del 3:05 es una maravilla/ 3:36/ 4:02 derechazo invertido de escándalo/ 7:12 va metiendo riñones conforme pasa el toro al contrario que, por ejemplo, Ponce (al menos en alguna faena que he visto de este torero)/ 8:15/ 8:37/ 9:31

También se ve el muñecazo característico de Talavante, aunque este es otro tema.

 

Tercer video. Bonus track

 

Y de propina, este video es la actuación de Nazaré en Sevilla el pasado 12 octubre.

Minuto 0:58. Se pasa el toro lejos, imagino que para no castigarle demasiado en la primera tanda

Minuto 1:13. La pierna de salida retrasada 

Minuto 1:51. Natural de libro, encajando los riñones a lo largo del muletazo.

 

La pierna escondida, el toro enroscado y los pases “sin solución de continuidad”

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Un ayudado por alto que trae aromas rondeños.

Las imágenes recogidas son –en mi opinión- muy ilustrativas de que es factible torear con la pierna de salida retrasada y, al mismo tiempo, exponer, enroscándose al toro en la cintura y pasándoselo muy cerca, pese que puede que, a algunos, esto les parezca imposible o contradictorio.

Pero, para mí, “la pierna retrasada” no es impura ni constituye ventaja, como algunos aficionados sostienen .

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La pierna escondida… ¿Detrás de donde?

Me sorprende que se diga lo de que la pierna está escondida como si estuviese tras un muro de piedra (algo que ya se comentó anteriormente en otra entrada de este blog). Al contrario, la pierna retrasada tiene, para mí, la virtud de permitir pasarse el toro muy cerca (donde la clave está en la muñeca), enroscarlo en la cintura y, sobre todo, facilita darle una longitud mayor al muletazo (lo que siempre se ha llamado profundidad), muletazo que puede llegar a tener honores de circular.

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Preparando el circular propiamente dicho. Aunque, lo cierto, es que el toreo en redondo de hoy día tiene categoría de “circular”.

En cuanto a los pases sin solución de continuidad, tampoco los veo como "truco" y si como resultado de una buena coordinación de los pies y capacidad de no quitarle la muleta al toro de la cara, con el mérito de que no te enganche.

En conclusión, y como decía Rafael El Gallo, “lo bien toreao es lo bien arrematao”

 

RafaelGomezGallo[1]

Rafael el Gallo: “Lo bien toreao es lo bien arrematao

Texto y análisis de vides: Abel Frías

Selección y comentarios de fotografías: Jose Morente