martes, 13 de octubre de 2015

Luis Miguel cierra el círculo (I) El sueño del pase circular

Por Jose Morente


En 1900, la Lidia publicaba este dibujo de Perea con el título de "pase en redondo por bajo". La lámina parece representar el inicio de un pase en redondo con la muleta muy baja, arrastrando por el albero. El torero está más encorvado que para los pases naturales, lo que es lógico si se piensa que tiene que traer al toro toreado desde más lejos y llevarlo más lejos que en el natural, un pase de por sí, de menor recorrido, de menor. Salvo la posición de frente, el muletazo de Perea recuerda en cierto modo, al toreo de nuestros días.

El pase en redondo

José Sánchez de Neira en su monumental obra "El Toreo" (1ª ed., Madrid, 1879) decía:
"Los pases que siendo regulares, son, como hemos dicho, á una mano y continuados, se llaman en redondo; pero entiéndase que no puede decirse 'en redondo' á un solo pase, porque éste sólo describe, cuando más, medio círculo, y ha de formarle entero con dos o más pases".
Sánchez de Neira utilizaba el término de pase en redondo pero, en realidad, se estaba refiriendo a lo que hoy conocemos como toreo en redondo. Hoy llamamos toreo en redondo (que no pase en redondo) a la sucesión de varios naturales o derechazos seguidos y continuados.

En nuestros días, la cosa está clara y hablamos de "toreo en" redondo y no de "pase en" redondo pero en tiempos de Neira y hasta bastantes años después de Neira, existió cierta confusión terminológica.


Ramírez Bernal replica a Neira

En 1896, el tratadista malagueño Aurelio Ramírez Bernal, en Sol y Sombra, discrepaba de lo que decía Sánchez de Neira sobre el pase en redondo.  

Para Ramírez Bernal, no puede llamarse "pase en redondo" al conjunto que forman varios de ellos. Serán, en cualquier caso, varios pases diferenciados pero nunca uno sólo.

Por otro lado, y eso es lo más importante, en su opinión no es posible físicamente conseguir que el toro trace un círculo completo en pos de la muleta (algo en lo que coincide con Neira) en consecuencia, el pase en redondo es un imposible.

 

El aficionado malagueño Aurelio Ramírez Bernal, tratadista tradicionalista, daba la réplica a Sánchez de Neira en un artículo publicado en noviembre de 1898 en el semanario Sol y Sombra. Sólo un par de años antes había salido a la luz la segunda edición (corregida y aumentada) de "El Toreo", la obra magna de Sánchez de Neira y que puede considerarse el Cossío del siglo XIX. 

Para afirmar que no es posible conseguir que el toro trace un círculo completo en un mismo pase, Ramírez Bernal se apoyaba en una carta que decía poseer escrita de puño y letra por el torero Manuel Domínguez quien hablaba de media vuelta y no de cerrar el círculo entero. Decía Domínguez en su carta:
"Los pases de muleta en redondo son aquellos que se dan al natural llevando la muleta por bajo y el diestro va ocupando el terreno que deja el toro y concluyen en media vuelta, quedándose el  diestro en el terreno que antes ocupara el toro, y por tanto preparado para dar el pase de pecho si el toro se prestara para ello".

El círculo completo ¿un imposible?

Lo curioso con esas afirmaciones es que, en el Arte de Torear (Una especie de Tauromaquia autorizada por Domínguez aunque firmada por José Blanc y publicada pocos años antes, en 1890) se podía leer lo siguiente:
"Pase en redondo.- El que da el diestro moviendo poquísimo los pies trazando un círculo completo y llevando al toro tras la muleta, Hasta quedar en la situación en que comenzó el pase. Son de mucho castigo cuando se dan bien".
Domínguez, en su Tauromaquia,  defendía lo que, según Ramírez Bernal, negaba en privado: que el toro puede seguir la muleta más allá de media vuelta hasta completar el círculo.

En noviembre de 1951, Don Justo publicaba en el Ruedo un interesante artículo sobre el tema que estamos tratando e incluía este sugerente y pertinente gráfico (pertinente pues no debemos olvidar que el toreo es geometría aplicada) donde se demuestra que la ligazón de tres o dos pases naturales constituyen el llamado toreo en redondo (Esquemas I y II) . Sólo se podría llamar en propiedad pase en redondo a un único natural continuado y largo (Esquema III)

Un pase perdido.

Hoy sabemos que hacer recorrer al toro un círculo completo en un sólo muletazo, es perfectamente posible pero entonces, el tema se prestaba a discusión. Y es que, ese pase en redondo completo, hasta completar el círculo, que define José Blanc sólo existía posiblemente en los textos escritos. y, quizás, también en la memoria de los viejos aficionados que decían haberlo visto practicar al mítico Cayetano Sanz.

[Nota al margen: En aquellos tiempos fini y primiseculares, se hablaba de pases en redondo pero para referirse a otros muletazos diferentes y que nada tienen que ver con estos que estamos comentando]

Lo cierto es que, a finales de siglo XIX, tanto el pase en redondo (hasta completar el círculo) como el toreo en redondo (dos o más naturales seguidos cerrando el círculo o los círculos), estaban prácticamente perdidos.


El pase y el toreo en redondo andaba -a finales del XIX y principios del XX- perdidos o eran desconocidos. En 1912. Mundo Gráfico incluía esta foto de un genial muletazo en silla de Rafael el Gallo, muletazo que se etiquetaba de forma sorprendente como "pase en redondo" cuando se trata evidentemente de un pase cambiado por bajo: De igual modo, en el texto de La Lidia que acompañaba al grabado del pase en redondo que encabeza este post se hablaba confusamente de pases ayudados.

Joselito el Gallo reinventa el toreo en redondo

Hacia 1914, o sea pocos años después de la réplica de Ramírez Bernal a Neira, Joselito el Gallo recuperaba el toreo en redondo al convertir en habitual en sus faenas (lo haría muchísimas tardes), iniciarlas con un pase por alto (cambiado, ayudado o de la muerte) al que seguían engarzados 3 naturales seguidos cerrando el círculo. Eran tres naturales que, a veces, se convertían en 4, 5 ó 6 si el toro lo permitía.
Frente al toreo derechista y conceptualmente arcaico de Belmonte (natural o derechazo ligados invariablemente al de pecho). Joselito hizo del natural, la marca de la casa. José dio naturales de todos los estilos: erguido o encorvado; encajado o natural, dando salida o recogiendo al toro, a media altura o por bajo. Su natural nunca era el mismo pues se adaptaba a las condiciones de cada res. Pero lo importante era su obsesión por ligarlos en tandas de, como mínimo, tres (3) naturales seguidos. Ese era, después de un pase por alto, su inicio de faena. Un inicio de faena que hizo furor entre los toreros. Los críticos de la época, igual que en nuestros días y como siempre ocurre, más atentos al fondo que a la forma, no supieron ver el germen de futuro que ahí se encerraba. 

El "invento" de Joselito fue seguido por casi todos los toreros que le siguieron (aunque algunos pocos como Belmonte o Domingo Ortega permanecieron al margen de esa verdadera revolución).

Pocos años después de la muerte de JoséChicuelo, gallista hasta la médula, convirtió la sucesión de naturales -con sus faenas a Dentista en México y a Corchaíto en Madrid- en paradigma de su toreo.

Uno de los naturales que Chicuelo dio a Dentista (1925). Un natural de legítimo cuño gallista pero ejecutado con ese pellizco que solo atesoran los verdaderamente artistas. Chicuelo lo era. Y de los más grandes.

De Chicuelo, el concepto del toreo en redondo pasó a Manolete quien erigió el toreo en redondo construido mediante tandas de muletazos, como base de su faena y de la faena moderna.

Un natural de Manolete en Madrid (1944). Manolete redondea (y nunca mejor dicho) la senda iniciada técnicamente por Gallito y elevada a pura creación artística por Chicuelo (en cuya línea estaba). Con él, el toreo por tandas de naturales (y derechazos ) se convierte en la base y esencia de la faena moderna.
El pase en redondo cerrando el círculo.

Por lo que respecta al pase en redondo completo -el que se describe en la Tauromaquia de Manuel Domínguez o el que dicen que hacía en los ruedos Cayetano Sanz- hubo que esperar algo más de tiempo para poder volver a verlo en las plazas.

Pero eso lo contaremos en la próxima entrega

(Continuará...)

1 comentario:

Anónimo dijo...

El que esta sentado en la silla, es Rafael, el Gallo, no José, creo yo, bonito reportaje, vaya natural de Chicuelo, pleno de naturalidad, muy bonitos todos, enhorabuena, un abrazo, Manuel Vázquez