lunes, 6 de junio de 2016

Judas no hubiera podido ser torero

Por Jose Morente





José Miguel Arroyo "Joselito" figura del toreo, torero retirado, hoy ganadero, tiene una hija antitaurima. Antitaurina no es la palabra, más bien una hija muy crítica con el toreo como todos los chavales de su generación.

Alba, la hija mayor de Joselito y que frisa los 15 años se rebeló un día de forma tranquila pero firme contra su padre y contra la profesión de su padre.

Dice Joselito que esa es la razón del libro que ha escrito y que acaba de publicarse. Explicarle a su hija como es eso del toreo. Contaba al Mundo, el diestro madrileño que, en su opinión;
"Es algo generacional, si los jóvenes ven a los de su edad torear acaban entendiendo mejor. Si sólo ven y escuchan a mayores fanáticos que intentan humanizar a los animales, progres falsos de ciudad, filósofos raritos y juntaletras, esos que han montado toda esta historia, entonces los chicos se harán otra idea".
Un libro que nace, por tanto, para explicar como es de verdad el toreo y conseguir que su hija Alba tenga elementos de juicio y se pueda formar una opinión imparcial, sin influencias de gente rarita, de esa que no sabe que el toreo es una escuela de valores.

Y una gran escuela de valores tanto que, como bien decía Gregorio Corrochano a la vista de la grandeza y la importancia del quite (que no es sino arriesgar la vida propia para salvar la de otra persona): "Judas nunca hubiera podido ser torero".

 
La traición de Judas

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