domingo, 3 de marzo de 2013

La técnica hoy (VI) Perder los pasos

Por Jose Morente

alquimia00 (luz de luna-colomba)

Hoy algunos aficionados pretenden resumir y explicar toda la inmensa complejidad  del toreo en sólo dos o tres “fórmulas magistrales” al estilo de aquellas que buscaban los alquimistas medievales en su vano intento de convertir todo en oro (Imagen del blog Luz de luna-colomba. Viaje a la Edad Media)

 

Obsesiones

Pocas cosas soliviantan tanto al aficionado dogmático actual como la actitud del torero que pierde pasos entre pase y pase.

Al menos esta era una de las obsesiones de unos de los gurús de la crítica más reciente, el ínclito Joaquín Vidal quien no perdía ocasión de denunciar esta -en su opinión- perniciosa práctica.

Para Vidal, el verdadero arte de torear (¡Y ya estamos con las verdades del toreo a cuestas, otra vez más!) consistiría en torear cruzado, cargando la suerte y ligando los pases (¡Qué bien suenan a nuestros oídos estas palabra cuando se han repetido ya tantas y tantas veces!). Ese sería el arte de torear puro. Arte que nada tendría que ver con esa “estratagema” de “perder los pasos” después de cada muletazo y huir “arteramente” de los terrenos del toro.

 

Novillos en Madrid

1994-05-17 (ABC) Toros y toreros Ficha

La Ficha de la novillada del día 17 de mayo de 1994, publicada en ABC la misma mañana de la corrida

El 17 de mayo de 1994, hubo novillada en la plaza de Madrid. Según Vicente Zabala, en ABC, una “auténtica corrida de toros, muy seria, astifina, bronca y dura”. Demasiadas complicaciones para unos novilleros decididos pero en los inicios de su profesión cuando, además, la bronquedad y la dureza siempre han sido un problema incluso para los matadores más avezados.

 

1994-05-17 (p. ABC 18) Portadilla (2)

El 17 de mayo de 1994, hubo novillada en Madrid. Novillos de Martín Peñato para Jesús Romero, Paco Senda y José Luis Gallego. La crítica madrileña fue muy dura con los novilleros. Zabala en ABC les reprochaba falta de valor y decisión. Lo de Vidal era otro cantar.

Para Zabala, a los novilleros les faltó –simplemente- decisión y valor para afrontar las complicaciones que presentaron las reses esa tarde. Problemas que el crítico de ABC describió concienzudamente, toro por toro (novillo por novillo, quiero decir), con ese prurito suyo (tan loable) de juzgar la actuación de los toreros (novilleros en este caso) en función de las condiciones de las reses.

Algo que, a Joaquín Vidal, por el contrario siempre le traía al pairo. Pues su interés no era, en el fondo, de contar lo que pasaba en la plaza (¡Bueno fuera!) sino en utilizar lo que allí ocurriera para apostillar y justificar –una y otra tarde- sus curiosas y extravagantes teorías sobre el toreo.

 

1994-05-17 (p. 18 El Pais) Portadilla

Recorte de la crónica de Joaquín Vidal en el Pais del día 18 sobre la novillada del día anterior.El título es más que elocuente: “Sobró toro y faltó toreo”. Un ejemplo más de la utilización de las teorías dogmáticas más intransigente como método de análisis de la realidad.

Por eso y sólo por eso, Vidal no nos decía como fue cada novillo sino que resumía las condiciones de todo el encierro en una escueta pero gráfica trilogía: “Trapío, astas y casta”. Descripción insuficiente por lo esquemático para poder saber el juego que dieron realmente cada uno de los novillos lidiados y poder así valorar adecuadamente la actuación de cada novillero.

Y si no le importaba el comportamiento individualizado de las reses menos aún le interesaba lo que hicieran los toreros pues, en ese punto, su criterio era aún más esquemático e inflexible.

Y es que con sólo otros tres conceptos básicos, el crítico daba ese día la receta (infalible, según él) para poder resolver los problemas de las reses (¿De todas las reses?): “Parar, templar y mandar”. Aunque, en esta novillada, añadía una cuarta condición: “Ganar terreno”. Fórmula mágica a la que este crítico concedía enorme importancia.

1994-05-17 (p. 18 ABC) Jesus Romero (Jesus Puente)

El pase de pecho del novillero Jesús Romero en la interpretación personal de Jesús Puente (ABC de Madrid, 18-V-1994)

Y es que, según Vidal, el problema de los novilleros no consistía en su incapacidad de resolver las difíciles condiciones de los novillos por su falta (lógica por tratarse de torerillos en agraz) de recursos sino en su empeño de torear con las “pautas” de la “tauromaquia contemporánea”. Pautas de la tauromaquia moderna que, según Vidal, también se podía resumir en otra trilogía más: “Cite fuera de cacho, con el pico de la muleta y perdiendo pasos al rematar los pases”.

1994-05-17 (p. 18 ABC) Paco Senda (Jesus Puente)

Que los toreros de cada momento toreen como se torea en cada momento, les parece una herejía a algunos aficionados desatentos. Paco Senda instrumenta un natural a su novillo (Magnífico apunte de José Puente publicado en ABC de Madrid el 18-V-1994).

Todo muy sencillo, todo muy simple y todo muy esquemático. Todo por tanto muy asequible al moderno espectador medio, con poco tiempo que dedicar a los toros pero con cierto interés por la materia. Y al que le venía (y viene) muy bien que todo se le de tan masticado y tan bien masticado.

¿Qué más da que estas teorías sean sólo una verdad a medias (pues todas las simplificaciones lo son al final)? ¿Para qué profundizar más si con esa triada de trilogías (la trilogía del toro; la trilogía del toreo fetén y la trilogía del deleznable toreo contemporáneo) consigue uno meterse en la cabeza, de una sola tacada, un compendio completo de la Tauromaquia más depurada? Y, todo ello, sin necesidad de ir a Salamanca a aprender. Sin esfuerzos.

¡Qué maravilla!

1994-05-17 (p. 18 ABC) Jose Luis Gallego (Jesus Puente) (2)

Un lance poco habitual: la media verónica con las dos rodillas en tierra. José Luis Gallego visto por José Puente en el ABC de Madrid (18-V-1994)

Y atentos que esta forma de analizar el toreo sigue vigente y sigue siendo clave hoy día para entender muchas de las pautas del comportamiento de cierto sector de la afición madrileña (y no sólo de la madrileña) actual pues son muchos los que siguen teniendo por referente al crítico santanderino.

joaquin-vidal

El crítico del País es el único periodista con placa conmemorativa en las Ventas. Vidal fue un referente del aficionado que llegó a los toros tardíamente en la década de los 80.

 

Joselito (el verdadero) y Vidal.

Una de las cuestiones más llamativas en la biografía del diestro madrileño José Miguel Arroyo es la que se refiere a sus sufridas relaciones con el crítico del País.

Joselito el Verdadero

Joselito el Verdadero. La autobiografía de José Miguel Arroyo, transcrita por Paco Aguado, igual que Chaves Nogales transcribió la vida y hazañas de Juan Belmonte. Un libro con idéntico calado en lo vivencial.

En su libro autobiográfico “Joselito el verdadero” y cuyo texto se debe a la pluma del periodista Paco Aguado, Joselito narra una dantesca escena con el crítico del País donde éste (¡más osadía imposible!) pretende enseñarle a torear (pág. 255):

“Entre los que iban de duros, Joaquín Vidal me hizo crónicas muy buenas desde que era becerrista. Pero cuando llegué arriba siempre me criticó. Sobre todo después de hacerme un reportaje en la finca de Badajoz. Cuando terminamos la entrevista, se puso a explicarme su extraño concepto del toreo, prácticamente enseñándome a torear. Incluso se puso de pie para hacerlo de salón: que si la pata p’alante, que si la muleta así… Hasta que le dije que si hacía esas cosas tan raras delante del toro me podía caer de culo. Y debió enfadarse, el hombre.”

Queriendo saber más sobre el tema, aproveché la Charla-coloquio que el pasado día 20 de febrero se celebró con el torero madrileño en el municipio de Alhaurín el Grande (Málaga) para preguntarle sobre esa anécdota.

Joselito en alhaurin (Tarjeton)

Joselito y Paco Aguado en Alhaurín el Grande. Una jornada (pese a los imponderables técnicos) del máximo interés.

La explicación, similar a la dada en el libro, tiene algunos matices muy interesantes para al tema que nos ocupa en esta entrada del blog.

Contaba Joselito en Alhaurín, que el día de marras en Badajoz, Vidal intentaba explicarle como se debe torear (Reitero lo de la osadía del crítico pues me cuesta concebir el desatino que supone que alguien quiera enseñar a torear a un torero. Una evidente necedad). Una de las cosas en las que –según José- más insistía Vidal era en el remate de los pases. El crítico no sólo renegaba del recurso de “perder los pasos” sino que, además, insistía en que el torero debía siempre (subrayo lo de siempre) “ganar terreno al toro”. Según Vidal, el torero, después de rematar cada pase, debía avanzar un paso hacia el toro.

En vano intentaba Joselito hacerle ver al crítico que eso sería posible si, y sólo si, el toro se alejaba del torero después de cada pase, pero que si el toro se quedaba corto, no había más remedio que enmendarse. Perdiendo los pasos si fuese preciso.

Para el crítico, en su inflexible postura, todo era cuestión de mando del torero y aunque Joselito recalcaba que todo dependía de las condiciones del toro, de la longitud de su embestida, Vidal lo miraba como alucinado incapaz de entender nada.

Desde aquel día, el tono de las crónicas del País respecto a José Miguel Arroyo cambio radicalmente y de tratarlo con decoro Vidal pasó a ningunear al madrileño y denostarlo sistemáticamente.

Todo por negarse el diestro a aceptar el absurdo prurito dogmático del crítico de pretender enseñarle a torear. En resumidas cuentas, de pretender saber de toros más que los toreros.

La tauromaquia de Joselito

La tauromaquia de Joselito en Youtube. El madrileño si que está cualificado para enseñar a torear

El sabio consejo de Paco Ruiz Miguel

Como el criterio de Vidal creó escuela, una de las críticas más habituales al bravo torero de la Isla de San Fernando, Paco Ruiz Miguel, fue la no quedarse quieto en los remates de los pases, algo que le reprocharon en su día  incluso sus más fieles partidarios.

El sábado pasado se le recordaba está cuestión al torero en el debate que se sostuvo con motivo de su participación en el Ciclo de Conferencias de la Peña “Los de José y Juan” de este año que se clausuraba con su intervención.

2013 Conferencias Los de José y Juan

2013 Conferencias Los de José y Juan (2)

Tarjetón anunciador del LVI ciclo de conferencias taurinas de la Peña “Los de José y Juan”, de este año 2013, que tuvo como excepcional remate la exposición de Francisco Ruiz Miguel presentado por Rafael Cabrera Bonet.

El torero de San Fernando fue tajante. Al toro que se queda corto hay que perderlo los pasos (moverse) en los remates bajo riesgo de que, en caso contrario, te “rebañe”.

Y es que si el toro te “rebaña”… ¡se acabó la faena!.

R. Miguel insconsciente en el suelo  copia

“Si el toro te rebaña, se acaba la faena”. Cogida de Ruiz Miguel en Tarifa por un toro de Núñez del Cuvillo.

Palabra del dios Martínez.

Una de los constructores del toreo moderno fue Manolo Martínez. El diestro mexicano, junto con Paco Camino y otros toreros de la época, sentaron las bases del toreo que vendría después. El de ahora.

Uno de sus exégetas, Guillermo H. Cantú, al que ya hemos citado alguna vez y precisamente comentando este mismo tema,  señalaba (en su libro “Muerte de Azúcar”) como estos movimientos entre pase y pase no son el ideal (lo ideal sería no enmendarse) pero resultaban necesarios al ser algo que se da en la realidad (como nos contaban José Miguel Arroyo y Paco Ruiz Miguel).

Secuencia JT

José Tomás es uno de los diestros que ejecuta los movimientos entre pases con más perfección. En la secuencia se observa como desplaza hacia atrás la pierna de salida mientras mantiene fija la otra. Gana así el espacio necesario para dejarle sitio al toro.

Pues bien, Manolo Martínez en “Un demonio de pasión” (Editorial Diana, 1ª edición, México D.F., 1990) va a ser quien sentencie el tema y siente doctrina. Vamos a recoger sus palabras, tan válidas y atinadas para el toreo de hoy, como las de Pepe-Hillo eran válidas y atinadas para el toreo de su época.

“Lo que se busca es no tener que enmendar, sino darle a la serie una continuidad armónica que prolongue el juego del toro para que alcance su ritmo, sin estorbos o quiebros innecesarios que rompan su son.

Echar la pierna de salida adelante, obliga a enmendar. Es una cuestión de mecánica . No tiene nada que ver con el peligro. En la actualidad lo que se hace es prolongar el encuentro en series de pases, donde hay que ir ajustando el empuje del toro constantemente. No se trata de obtener un pase bonito, que apenas sirve para una foto, sino de ligar, de prolongar el control del toro, rematando sólo al final de la serie.”

Martínez defiende el no enmendarse entre pase y pase pero no como un dogma sino como algo que se pretende y desea (“lo que se busca”). Como un ideal del toreo actual.

Manolo Martinez natural 001

Basta contemplar este natural de Manolo Martínez para desmontar cualquiera de las tesis que se vienen sosteniendo contra el toreo en redondo, tal y como se practica desde los años 60 hasta acá. 

Epílogo

Para Joaquín Vidal, “perder los pasos” se convirtió (junto con el cite de muleta retrasada, la colocación de perfil con pierna de salida en línea, o los toques) en su verdadera “bestia negra” sobre la que volvía una y otra vez en un afán didáctico que, visto ahora, resulta bastante surrealista y es que, a fin de cuentas, nada hay en esta vida más atrevido que la ignorancia y la suya (que alcanzaba cotas verdaderamente memorables cuando planteaba temas de técnica taurina) solo era comparable a la firme convicción con la que sostenía sus insostenibles teorías.

Joaquin Vidal

Joaquín Vidal escribía de toros con bastante corrección y amenidad pero sus conocimientos en la materia eran sorprendentemente muy esquemáticos y superficiales. Sus “buenas” intenciones regeneracionistas no eran suficiente para compensar la desorientación que crearon sus escritos. Sobre todo cuando eran leídos por aficionados tan bienintencionados pero igualmente tan poco dispuestos como él a aceptar la enorme complejidad que supone el toreo. Lo peor es que (como todos los iluminados) estaba convencido de encontrarse en posesión de la verdad.

 

Que no estaba en lo cierto lo corroboran los inapelables testimonios de tres diestros  señeros e indiscutibles (aunque cada uno por distinta razón): José Miguel Arroyo, Paco Ruiz Miguel y Manolo Martínez.

 

Una faena histórico y un torero fuera de toda sospecha entre los aficionados más dogmáticos. César Rincón con Bastonito haciendo lo contrario de lo que recomendaba Vidal pero siguiendo el sabio consejo de Ruiz Miguel para intentar (y conseguirlo a veces) que el bravo y encastado toro de Baltasar Ibán no le rebañase en cada pase.

En el toreo en redondo, como decía Cantú, sólo se deben girar los talones si se torea a pies juntos o usar una de las piernas como eje si se torea con el compás abierto. Pero girando, no reponiendo el terreno. No enmendando. Enmendar no es lo ideal en el toreo en redondo aunque a veces sea necesario pues muchos toros se quedan cortos y otros rebañan. Por el contrario en el toreo en ochos, en el toreo cruzado, cargando la suerte con los pies, la enmienda es continua y necesaria. Algo casi inherente a esa forma de torear como enseñaba Manolo Martínez.

Todo lo contrario de lo que sostenía el crítico del País.

Torear es algo muy complicado. Ojalá todo fuera más simple y se pudiera reducir el toreo a un problema de “casta o no casta” en el toro y de “ganar o perder terreno” el torero, como quería Vidal. Lástima que las cosas no sean nunca tan sencillas.

Pero más lástima aún que todavía existan aficionados, seguidores del crítico del País, empeñados en reducir el toreo a un par de fórmulas magistrales similares a aquellas de los alquimistas medievales con las que estos pretendían convertir todo en oro. Y con las que no conseguían nunca convertir nada.

Ojalá algún día comprendan que el toreo por ser mucho más complejo es, por ello, mucho más apasionante y meritorio de lo que suponen.

 

Belmonte con Casimiro Ortas explicando el natural 001

Juan Belmonte enseñando a Casimiro Ortas como se torea al natural. Aunque muchos aficionados actuales (y algunos críticos) no acaben de enterarse ni aceptarlo, sólo los toreros pueden enseñar a torear.

43 comentarios:

Gil de O. dijo...

Del "faenao" sobre la entrada precedente, aún no teníamos "desollao" el caído y por supuesto tampoco el rabo -hasta el rabo todo es toro- y de golpe, después de tenernos varios días "sin padre ni madre, ni perrito que nos ladre", cambia usted el guiso de puchero; nada más que de puchero, pues sigue siendo el mismo:

No quiere reconocer que están tomando el "todo por la parte" ganaderos, matadores (las figuritas), escuelas taurinas, críticos domecticados y, por supuesto usted.

Tiene que reconocerlo y enterarse, ya de una vez, que el problema radica en que no se cría Toro Bravo, se cría un sucedáneo que pide conmiserativamente eso de muleta atrasada, pata escondida, perdida pasos; y desgraciadamente que el Temple lo ponga el torito.

Criando Bravo, también sale cierto porcentaje de tontuno al que habría que hacerle ese tipo de Toreo. A partir de ahí, este servidor de la Fiesta lo entendería como parte de un todo que se llama Toreo.

Las dos formas de estar delante son válidas y se han utilizado desde hace muchos años. Lo que sucede es que con la desaparición de la casta, como te cruces aunque solo sea para ligar sobre el compás con ese medio pasito hacia adelante casi imperceptible para mejorar la colocación se rajarían los toritos del toreo que se pretende instituir y estandarizar.

Mejor hablar del Toreo ligado sobre el Compás y ya se convence, si lo reflexiona, para mi causa. ¡Es usted durillo, eh!

Saludos de Gil de O.

Anónimo dijo...

La técnica que empleó el maestro Rincón con "Bastonito" era no sólo la única adecuada sino la perfecta para demostrar torería y oficio con un toro bravo, fuerte y listo. Si no reponía (para lo cual obviamente hay que perder un par de pasos) no hubiera ganado esa batalla a cañonazos, como la describió Antonio Caballero. Lo execrable es perderle pasos y quitarle la muleta de enfrente a un bicho tonto y noble, como hacen Castella, Luque, Ponce y muchos más. Claro que si no lo hicieran así, correrían el enorme riesgo de que el cornúpeto repitiera, y ahí habría que aguantar y mandar. Un abrazo. Gastón Ramírez.

Enrique Martín dijo...

Don José:
Creo que es tan criticable eso de pretender que no se pierda nunca un paso, a que esta no sólo sea la norma, sino que además es una trampa que exageran los señores figurones. Si cogemos el rábano por las hojas, evidentemente que se puede criticar la postura de Joaquín Vidal, como la del Papa de Roma. Creo que al hablar de perder pasos, todos sabemos a qué nos referimos, que nada tiene que ver con enmendarse. En un caso es un truco soez y en el otro un recurso para librarse de la cornada. En ese ejemplo que pone de Bastonito, yo sigo en mis trece de que el toro apabulló al torero, quien se no pudo con aquel torrente de embestidas, quizás precisamente por ese perder pasos. Pero esto son opiniones de uno, que aún piensa que no ha llegado nadie que pueda sustituir a Joaquín Vidal. Eso sí, ya sabe usted seguro que mejor que yo, que ahora le salen los respondones, justo cuando él no puede contestar y si entre ellos se quiere meter Joselito, pues allá él.
Un cordial saludo don José

Jose Morente dijo...

Gil de O.:

Me gustaría puntualizar alguna de las cosas que dice y que no comparto.

Primero sobre "el todo por la parte" pienso, al contrario, que es parte de la afición la que coge "la parte por el todo". Especialmente, cuando intentamos generalizar nuestros gustos particulares y convertirlos en normas universales (determinado tipo de toro; determinada forma de torear, etc.)

Segundo. Tampoco estoy de acuerdo con lo de que el toro de hoy no sea más bravo. Ni mucho menos que se críe un sucedáneo infumable. Es cierto que la ecuación fiereza-toreabilidad es muy complicada y que es difícil encontrar ganaderías que mantengan ese equilibrio varios años seguidos. Así unas se despeñan por el abismo de la docilidad (cuyo exceso no nos gusta creo que a casi nadie) y otras derivan en una bronquedad inadecuada al buen toreo.

Es cierto que hay aficionados que gustan del toro excesivamente dócil pero no es menos cierto que hay otros que gustan del toro excesivamente fiero. Yo prefiero, esta vez, quedarme en el punto medio. Bravo y con nobleza.

Por el contrario, comparto su criterio sobre la validez de las dos formas (o tres o cuatro, añadiría yo) de estar delante del toro. Aunque matizaría lo del pasito p'alante con el que usted dice se rajarían los toros dóciles o bobos. Pienso que, al contrario, ese pasito p'alante es, necesario, con el toro rajado que se abre en las suertes. Recuerdo, al respecto ahora, el caso de un Victorino de la Feria de abril del pasado año al que Fandiño, con mucho acierto le ganaba un paso en el remate de los pases (dicho en "argot" taurino, "lo atacaba") consiguiendo que el toro repitiera. Cuando no avanzaba, el toro se paraba (no al revés). Pero esto es una apreciación mía lógicamente subjetiva, personal e indemostrable.

Un cordial saludo

Jose Morente dijo...

Amigo Gastón:

No comparto su opinión. Tan justificado -en mi opinión- es perder los pasos a Bastonito como perderlos con el toro que (sin ser fiero) se queda corto en su embestida (tal y como sostenía el maestro José Miguel Arroyo Joselito ante Joaquín Vidal).

La fiereza del toro y sobre todo su celo en revolverse justifican el uso de determinados recursos técnicos pero también justifica el uso de esos recursos la cortedad de una embestida de un toro no tan fiero.

Evidentemente no es lo mismo, pero quedarse en el sitio sin enmendar a un toro que no pasa (sea fiero o no) son ganas de que el toro te rebañe como, acertadamente, apuntaba Francisco Ruiz Miguel.

Un abrazo

PD: Lo de considerar "tontos" todo los toros que torean las figuras actuales me parece una generalización difícil de aceptar. Desde luego yo no comparto ese criterio. Ni esa dicotomía entre el toro fiero y el toro tonto (para mí no hay toro tonto sino dócil que es distinto). Entre esos extremos existe todo una graduación de infinitos matices que convendría empezáramos a ser capaces de apreciar y valorar.

Jose Morente dijo...

Don Enrique:

Coincido con usted en que tan aceptable es no enmendarse como enmendarse cuando las condiciones del toro lo requieren.

Nadie, creo, pretende convertir en norma lo de "perder los pasos". Al revés y como pretendíamos demostrar en esta entrada del blog, si hay una norma (algo discutible pero de ahí la cita a Manolo Martínez) es precisamente la contraria: Lo deseable es "no enmendarse" (como se preconiza en el toreo en redondo)

Precisamente, ese toreo en redondo es el que practican, hoy con mayor o menor acierto todos los toreros y, especialmente, los figurones del toreo. Son estos (y no los toreros mediocres) los que tiene mayor capacidad de ajustar sus movimientos al mínimo. Reduciendo o eliminando los ajustes entre pase y pase, pero todo -por supuesto- en función de las condiciones de las reses.

Le confieso que (aunque usted afirma que todos sabemos a lo que nos referimos) no entiendo la diferencia que hace entre "enmendarse" y "perder los pasos". ¿O lo que quiere decir es que vamos a catalogar como "enmienda" los ajustes de los toreros de nuestro agrado y vamos a llamar "perder los pases" cuando el que utiliza ese recurso es un diestro que no nos cae bien?. No parece lógico.

Respecto al resultado del combate entre Bastonito y Rincón, lo cierto es que algunos (como usted) pensaron que el toro apabulló al torero. Otros (los menos, quizás)que el torero pudo con el toro y otros (es mi caso) que la pelea quedó en tablas. Diferencia de opiniones que es la sal de la fiesta.

Finalmente, en lo que no coincido y es lo más importante, es que no creo que sea coger el rábano por las hojas criticar las opiniones de ningún crítico se llame como se llame y aunque se llame Joaquín Vidal.

No me parece razonable colocar a nadie(por muy santo de nuestra devoción que sea) por encima del bien y del mal.

Es más y ya puestos creo que le asiste más derecho a José Miguel Arroyo "Joselito" a contar lo que le pasó con el crítico del País y explicar las razones del cruel e injusto trato que recibió del mismo que el derecho que asistía a Vidal (en mi opinión, ninguno) para denunciar con tanto encono el supuesto fraude (según él) del toreo de Manolete. Y es que ya puestos, conviene recordar que Vidal hablaba con desprecio infinito de un Manolete que, muerto 40 años antes, tampoco tenía posibilidad ninguna de defenderse de lo que se le acusaba. En este punto, o todos moros o todos cristianos.

Pero parece que, para algunos aficionados y muchos periodistas, los toreros deben siempre callar por las críticas que reciben (justas o, la mayor parte de las veces, injustas) mientras que ellos (públicos y periodistas) tendrían patente de corso para desbarrar cuando y cuanto gusten, lo que por supuesto, no es su caso.

Un cordial saludo

Anónimo dijo...

Este blog es estupendo sobre todo destaco el diseño; el formato, lo maravollosamente bien ilustrado. Tambien el tiempo que se ve dedica a redactar sus articulos tan bien escritos y como contesta a sus seguidores.
Yo he leido a Joaquín vidal : su libro cronicas taurinas. Tambien a corrochano y a vicente zabala padre. Joaquin vidal es un digno sucesor de estos. Uno de los ultimos exponentes de la critica independiente. Hoy hay ausencia de este brillante genero literario. A causa de la pleitesia que le rinden a los toreros. Por eso joaquin vidal hizo escuela a pesar de ser un poco cansino de leer. Si no esxiste la verdad tampoco la belleza. Usted saca de contexto sus palabras. Como decia domingo ortega las normas clasicas estan por encima de la suma de todos los toreros juntos. Hoy predomina el toreo periferico que denunciaba vidal. Solo tios vivos; reolinas pero poco toreo de verdad con muletazos rematados. Claro que todo depende del toro.
Y no me vale jose tomas que en nimes casi no cargo la suerte y mato 6 de lo mismo.
El toreo es actualidad no se puede vivir del pasado.

Jose Morente dijo...

El toreo es actualidad no se puede vivir del pasado
Anónimo:

Lo primero agradecerle de verdad sus elogios hacia este blog. Dicho esto y como lo cortés no quita lo valiente paso a replicar su comentario.

Igual que usted, yo también he leído y con deleite a Joaquín Vidal (le podría citar de memoria títulos e incluso párrafos completos de sus libros o de sus crónicas) autor a quien usted considera uno de los últimos exponentes de la crítica independiente y digno sucesor de Corrochano y Zabala. Es probable, pero yo personalmente soy bastante crítico con los críticos y muy inflexible con sus contradicciones.

Y es que no es lo mismo ponerse delante de un toro (lo que siempre me merecerá todos mis respetos) que sentarse en un tendido fumándose un puro y ponerse a juzgar con rigor y sin un ápice de flexibilidad lo que hace el torero (actitud esta que no me merece ningún respeto), sobre todo si el que juzga lo hace de forma dogmática y sin serios conocimientos sobre la materia de la que habla que es –para mí y creo no equivocarme- el caso de Vidal y de algunos otros periodistas taurinos (No de todos, por supuesto).

Joaquín Vidal hizo escuela porque en España siempre ha funcionado mejor el que critica que el que explica (¿o no pasa eso hoy día con la prensa amarilla?). Vidal hizo escuela también porque el que es intransigente y dogmático divierte mucho al personal. Si hubiera sido amable y se hubiera dedicado de verdad a enseñar cómo es el toreo, sin tópicos ni dogmas, creo que no le hubiéramos hecho caso ni usted ni yo, ni nadie. Me temo.

El caso es que denostamos e insultamos a los toreros sin rubor pero nos molesta que se denuncien las carencias de aquellos críticos que hemos convertido en nuestros referentes. Mal asunto cuando la autocrítica cede paso a la autocomplacencia.

Pienso que las ideas de Vidal y su crítica al toreo en redondo son un simple refrito de las ideas de Domingo Ortega y su crítica a este tipo de toreo.

Y todo encaja. Ortega era un torero de toreo cambiado (en ochos). Lógicamente, defensor de lo que el practicaba y me parece perfecto. Lo que no me parece perfecto (es más, me parece inadmisible) es, como pretendían Ortega y Vidal, sostener que el otro tipo de toreo, el que usted despectivamente llama toreo periférico ((¿porque no llamarlo como de verdad se llama: Toreo en redondo?) no tiene valor ninguno.

Sostener que el toreo en redondo (con sus mecanismos propios) como sostienen Ortega y Vidal es “destoreo” no se sostiene.

Por dos razones. Primero, porque renunciar a la mitad de la historia del Toreo (la de Pepe-Hillo; Paquiro; Lagartijo, Guerrita; Joselito; Chicuelo; Manolete) para quedarnos sólo con la otra mitad (Pedro Romero; Frascuelo; El Espartero; Belmonte; Domingo Ortega) es mucho renunciar siquiera sea tan brillante la parte con la que nos quedamos.

Y segundo. Porque no me parece correcto -entre toreros- ganar la partida fuera del ruedo, como hizo Domingo Ortega con Manolete con el que no pudo en la plaza pero con el que ajustó cuentas en las dos conferencias que dio en Madrid. Lo de Vidal rematando esa tarea de forma mucho más descarnada y cruel en su libro “40 años después” (que invito a releer) me parece indignante, por mucha independencia que tuviera y por muy bien qué escribiera.

Un saludo

Jose Morente dijo...

Anónimo:

Con tanto lío se me olvidaba comentar su frase final "El toreo es actualidad no se puede vivir del pasado"

Es cierto que el toreo es actualidad (aunque me parece esa afirmación contradictoria con su discurso anterior) y no puede vivir del pasado, en efecto, pero tiene que "nutrirse" del pasado.

Y es que (recurro a una frase hecha) como decía D'Ors, "lo que no es tradición es plagio"

Otro saludo

el sargento dijo...

Con qué facilidad se expresa. Yo soy mucho mas breve. Gracias de todas formas por contestar. Mi ultima frase solo era por jose tomas.
el toreo es circular pero no redondo. Es decir los lances no describen lineas rectas sino curvas. pero la perfeccion del lance depende de los canones. Que se basan en la tradicion que parece que usted cree yo no valoro. Como decia a. Bienvenida el arte de torear es todo lo que sobra una vez que se torea segun mandan los canones. Esto es el toreo clasico , puro y eterno. Se crea pero a partir de estos. Y sin estos todo es accesorio. El pase circular dandole el culo al toro y metiendole el pico en el ojo es solo un adorno. Es trampa y carton. Para usted seguramente un topico. Hoy como decia el maestro vidal muchos pega pases y mucho gato en los ruedos porque no hay toreros para torearlos.
El toreo en ochos solo era una parte del toreo clasico del paleto de borox. Para poderle primero a la fiereza de esos toros con casta con poder y con nervio y pies y cara. Bienvenida torero de madrid tambien se oponia al afeitado. Manolete solo mataba con pureza. Pero a sus utreros afeitados porque eran asi en su epoca solo les daba medios pases. Y esta el contexto de su epoca que explica su figura.
Esto no se ha inventado hoy. Al torero hay que valorarlo segun el toro que tenga delante. Como dice victorino el toro grande hace al hombre grande. El torero bueno debe buscar la bravura. Y mas torero es al que mas toros le entren en la cabeza. A ver si desde su blog le recomienda esto a sus figuras de mazapan.
Los criticos son parte de la grandeza de esta hoy decaida fiesta. Y elemento distintivo sin qua non del aficionado a los toros como el espirito rebelde y critico del autentico hombre español.

Jose Morente dijo...

Sargento:

En absoluto pienso o he querido decir que usted no valore los cánones. Al contrario. Lo que si pienso y digo es que los cánones (las reglas) cambian. No existen reglas clásicas o puras fijas e inamovibles.

Esto es lo que creo que se desprende si se analiza la historia del toreo sin prejuicios. Manolete era impuro para Vidal (y creo que para usted) y sin embargo su forma de torear era la más canónica y más clásica si tomamos como referente del clacisismo el toreo de principios del siglo XIX el de las primeras tauromaquias.

Desde ese punto de vista no veo correcto descalificar a Manolete por impuro, tomando a Domingo Ortega como modelo de pureza o poderío. Entre otras cosas porque, como le dijo Manolete un día al de Borox: ¡Maestro, mientras usted se dobla con el toro yo le he pegado 4 ò 5 naturales!.

Sobre la crítica idem. Niego la mayor. El toreo ha evolucionado por la evolución de los gustos de los públicos que son el referente principal de los toreros en mucha mayor medida desde luego que de las exigencias de los críticos y de los aficionados punteros. Eso es lo que opino al revisar la historia del toreo.

Lo que comparto plenamente es su opinión de que el más torero es aquel al que más toros le caben en la cabeza. Magnífica definición del torero técnico y lidiador. Bueno sería que algunos toreros actuales y capacitados tomasen nota. Pero, que no nos olvidemos, lo difícil de verdad (lo dijo Andrés Vñázquez en madrid, es torear bien al toro bueno. Eso es lo más complicado.

No creo que la fiesta esté hoy en decadencia ni mucho menos. Puede que la sociedad sí lo esté y puede que esa sea la percepcion del aficionado pero estoy seguro que dentro de 30 ó 40 años muchos de los que hoy protestan pondrán como referencia el toreo y el toreo actual. Cuando yo empecé a ver toros (años 70). Todo el mundo se quejaba de lo mal que había andado la fiesta en los 60. Del utrero desmochado e inválido por más señas. Hoy esa época es un referente para muchos y se utiliza como ejemplo de toros con casta y movilidad. ¡Vivir para ver!

Un cordial saludo.

el sargento dijo...

Usted que relativiza algo sagrado para el buen aficionado: los canones; por qué da caracter absoluto al concepto teorico y anglosajon de evolucion. Cree acaso que en un criadero de simios si aplicaramos la mas depurada y exigente tecnica de seleccion llegariamos a dar partiendo del mono con el ser humano. Porque esto es lo que esta teoria dice que usted viene del mono. Sin explicar el cambio cualitativo. Mas razonable es deducir el proceso al contrario: que el ser humano dotado de libertad pervirtiendose se destruye llegando a un proceso degenerativo que lo haria involucionar hacia su condicion meramente animal comun con los primates. De la materia no viene el ser. Nadie da lo que no tiene . Pero si se puede perder lo que uno tiene.
Lo arrogante y necio es decir o pensar que lo de hoy es mejor que lo de ayer solo por ser lo actual. El proceso de crecimiento espiritual depende de nuestro quehacer; no es intrinseco. La FIesta pierde pasion. Esto es lo evidente. Sin el culto al Toro cae en proceso de devaluacion. Y con el Toro que pone a cada uno en su sitio sigue el Rito. Como dice VIctorino si se cae el toro se cae la Fiesta. Para el verdadero taurino y tauromaco FIesta, RIto, LIturgia (de aqui se derivan los canones: citar, parar, templar, cargar , ligar y mandar) no son conceptos relativos ni negociables. Relativo si es evolucion como las figuras de hoy.

Jose Morente dijo...

Sargento:

La mera consideración de que los cánones son "sagrados" y no relativos es lo que diferencia la forma de pensar de algunos aficionados, respecto de la forma de pensar de la mayoría de los toreros para los que la técnica es meramente instrumental. Algo en lo que coincido.

Por lo que respecta a la evolución, es posible que no se me haya entendido bien. Me explico. En absoluto, pretendo sostener y menos aún demostrar que el toreo siga un proceso evolutivo que haga que hoy se toree mejor me nunca.

Es más en ningún momento he afirmado eso sino que hoy los toreros tienen una técnica más depurada, técnica sobre la que me apetece y tengo interés en concoer y profundizar, tanto me da que coincida o no con los cánones de los "buenos" aficionados.

Lo que si digo, a la vista de la historia del toreo, es que la tesis de que el toreo degenera y que hoy estamos en franca decadencia no se sostiene. Desde luego, si admitimos que el toreo degenera no será por comparación con el toreo antiguo o por falta de técnica como sostienen muchos aficionados actuales sino por otras razones "extrínsecas" al propio toreo y relacionadas con el mundo actual.

Sobre sus teorías sobre la evolución de las especies y la degeneración de la raza por pervesión debida a la libertad intrínseca del ser humano creo que son más temas de reflexión filosófica que taurinas. Desde luego prefiero penmsar que evolucionamos de los primates al hombre y no al revés, como usted propone.

Saludos.

el sargento dijo...

Podra pensar lo que quiera peros una teoria es solo eso una teoria. Y los canones no son la tecnica.
el toreo es filosofia.
Usa terminos a su provecho y asi saca de contexto a vidal. Bien , Belleza, Verdad es lo mismo. Con aficionados como USted quien necesita enemigos.

el sargento dijo...

A y lA verdad no depende de mayorías.

Gil de O. dijo...

Uf, como viene el Sargento!
Llevo algún tiempo intentando que este gran aficionado al que usted califica de enemigo, Don José Morente, ganarlo para mi causa -nuestra causa- y no hay manera:

Le expongo razones, se me sale por la tangente; le hablo del Toro Bravo, nada como si no existiera; le coloco a punta de capote algunos temas, como en esta entrada la de "ligar sobre el compás", tampoco (al menos de momento); la diferencia razonada entre el toreo periférico (minúsculas) y el Toreo en Redondo, para él son iguales lo que es de lamentar; de su error al considerar de más riesgo la faena "uno a uno" que la ligada. El caso es que como aficionado práctico concibe el Toreo distinto de, como para la palabra.

Bueno más cosas; falta convencerle de sus errores de base y, con su capacidad de comunicación, análisis, historiador, recopilador entrega, formación, su afición y muchas más virtudes aún, que vendrían muy bien a la labor de explicar el Toreo correctamente.

Me acaba de poner el ejemplo de Iván Fandiño con un manso de Victorino; de como se cruzaba fundamentalmente. Se ha olvidado Don José, de que el manso tenía mucha casta, y además, que para cada muletazo y "uno a uno" siempre te iba midiendo; vamos carne de cañón. Fandiño sublime.

Sargento, le tiendo la mano.


Saludos de Gil de O.

Jose Morente dijo...

Sargento:

(A sus dos comentarios finales)

1. Creo que a Vidal no hace falta sacarlo de contexto para poner en evidencia sus contradicciones. Son múltiples.

2. Lo de los cánones, la técnica, la belleza y la verdad del toreo (y yo añadiría la pureza)es tema para una reflexión más extensa y no para un comentario a pie de entrada. Lo haremos.

3. Que considere enemigos a quien no opine como usted no me sorprende pues lo cierto es que son muchos los que así piensan. Aunque, como usted dice, "la verdad no depende de mayorías".

Saludos

el sargento dijo...

Gil de O. Este no tiene remedio mezcla churras con merinas. Asi que facil la coherencia.

Jose Morente dijo...

Gil de O./Sargento:

Agradezco el interés de ambos por llevarme al "buen camino" intentando convencerme de sus planteamientos.

Sin embargo, me permito hacerles una consideración al margen.

Como ya he dicho reiteradamente, el toreo como cualquier otra actividad humana (la pintura, la escultura, la arquitectura o la danza) está abierto a múltiples y variadas posibilidades. No creo que exista una única forma correcta de torear como no hay una única forma correcta de pintar, de esculpir, de diseñar edificios o de danzar.

Cada época tiene sus modos y sus maneras que además cambian con el tiempo. En toros, por el contrario, nos negamos a aceptar esa premisa y, lo que es peor, nos creemos en posesión de la verdad absoluta y descalificamos al que no piensa como nosotros.

¿No les parece poco razonable esa postura?

Saludos a ambos.






domi dijo...

Estos dos deben aburrirse demasiado en los toros...por dios que pereza y que discursos mas rancios,si tan mal ven la fiesta y si tan poco les gusta el panorama actual no acudan ustedes a las corridas.Y no traten de imponer sus opiniones a la de los demas.

Gil de O. dijo...

Domi, me dices rancio. ¿No será por haber planteado lo de la "ligazón sobre el compás"? Que es el último de los elementos instituido como fundamento entre los matadores actuales y muy poquitos aficionados. Está quedando puertas adentro. Todavía no es del dominio de los críticos de cuota y sobre, y menos del gran público. ¡Y me llama "rancio"! A mí...

Oiga usted! Qué estamos hablando de toros. Yo, sí voy a los Toros; y todos los días salgo con algo que me satisface y me llena. Por lo mucho que le he vivido, lo he sentido y lo continuaré viviendo y sintiendo. Pese a su sugerencia voy a continuar yendo a los toros. Con mi análisis crítico creo que aporto solidez a la Fiesta. Usted el próximo día pongase a mi lado.

Saludos de Gil de O.

Anónimo dijo...

La historia del Arte (pintura, escultura, Arquitectura...)muestra de manera evidente como los artes vuelven esteriles cuando, con el deseo de fijar sus formas y técnicas que parecen haber alcanzado la perfección, se crean la academias. Así llegan pronto el conformismo, la imitación, la copia, y se alejan la creatividad, la inventividad. Ojala, nadie impuso a W.Mozart escribir música como lo hacía J.S.Bach, ni a Beethoven como lo hacía Mozart. O el toreo es arte vivo, y debe ser inventivo, creativo, o se trata de una práctica folclórica y no debe cambiar nada, y periclitará sin paliativo. Dicho esto, libre cualquier de querer más esta forma que este, la antigua que la moderna (a mi más me gusta el Rock n'Roll que el Rap, Manolo Carracol que El Cigala).
J.Coursier

domi dijo...

Gil de O.Mi ofuscacion anterior se debia principalmente a los comentarios vertidos por sargento.Ya que su opinion (casi nunca compartida)crean debate y amena tertulia...por eso no veo muy logica su "alianza"con sargento. saludos.

Gil de O. dijo...

Debemos comprender que si estas tertulias no nos resultaran entretenidas y enriquecedoras, no las mantendríamos. Personalmente, me resulta muy agradable platicar de Toros. El hecho de que no compartamos opiniones o simplemente discrepemos, nunca debe justificar un mal rato, ni exclusión, ni ninguneo alguno.

Además, que todo esto es bajo el punto de vista del aficionado y dirigido al aficionado. No te puedes imaginar el tembleque que me entra cuando tengo que hacer una entrevista a profesionales, y mira que las he hecho a grandes; jamás presentaría discusiones, como por lo visto es el caso que ha comentado sobre Vidal y Joselito, el maestro Morente.

Cierto de que me acusan de duro y con "rebalaje" y en el mejor de los casos, de hacerles preguntas que nos les hace nadie, cosa que me enorgullece; pero de ello a entablar discusiones, para nada.

Ahora bien entre aficionados, todas las necesarios; así he adquirido la poco formación que puedo tener.

La verdad es que no soy tan absoluto, como el Sargento; pero si me lees con atención, repararas en que soy mucho más incisivo y cruel entre lineas. Ha sido un placer.

Saludos de Gil de O.

Anónimo dijo...

Estaba siguiendo este debate interesantísimo, desde que comenzó, hasta que por fin apareció el típico y tópico comentario, cuyo único argumento para defender el toreo de hoy es que todo aquel que defiende el de ayer es un rancio, vaya vaya, y además se permite la libertad de aconsejar a todo aquel que critique la forma de ejecutar el toreo de hoy que no vaya a los toros. Me viene a la cabeza un chiste que aparece publicado en el blog "toro, torero y afición" en el que un torero apostado en un burladero le dice a otro: "el inconveniente de este oficio es que vienen a la plaza algunos que no son turistas" y aparecía un señor muy serio entre toda una troupe de turistas en el tendido. Hace poco tuve oportunidad de asistir a una serie de conferencias donde los protagonistas, en diferentes dias, un torero de plata, un ganadero y un empresario, coincidian en criticar a los aficionados que no aplauden y se divierten en el tendido, porque según ellos, el único argumento que esgrimian es que a los toros hay que ir a "divertirse", "importante" reflexión, añadiría yo.
Aún no he cumplido los cuarenta, vengo viendo toros desde que tengo uso de razón y además puedo presumir de poseer una videoteca muy amplia con imágenes que abarcan desde la Edad de Oro del Toreo, pasando por todas las figuras del toreo del siglo pasado hasta la actualidad y mi posición está más cerca de Gil de O y de "el sargento", supongo que eso y tener la certeza de que las figuras de hoy han reducido el toreo a "sentirse", a "disfrutar" a "estar muy agustito" y a llevar al toro más "educadito" de la Historia lo más largo posible, me convierte en un rancio.
Hace unos dias tuve la oportunidad de charlar con una Figura del toreo de los años 60, del que por supuesto voy a omitir su nombre, y al respecto opinaba que lo primero es conocer la Historia del toreo para poder comparar estilos y conceptos (no se dé por aludido Don José, ni por asomo me atrevería a poner en duda sus conocimientos sobre este tema, ya demostrados infinidad de veces) y terminaba, despues de contar jugosos relatos que demostraban sus teorías, diciendo que todo aquel que pensaba que hoy se torea mejor que nunca es que no había visto torear a toreros como Ordoñez, Puerta, Camino o El Viti, y yo añado, a Cagancho, Albaicín, Martorell, Bienvenida o Gallardo (toreo solo visto en fotos, pero que dejó su impronta con un toreo eterno) por citar algunos, pero hay muchos más. Alguien se ha preguntado porqué dos toreros como Antoñete o Manolo Vázquez después de sus últimas reapariciones, ya entrados en años, se hicieron los amos del cotarro y su toreo constituyó una novedad para la gran mayoría, o más cercano, el porqué de ese zambombazo de Juan Mora en Madrid. Está claro, entre otras muchas cosas, básicamente por sus formas y maneras de ejecutar el toreo que constituyeron una novedad, cuando ellos llegaron de nuevo, el toreo había "evolucionado", pero lejos de tachar su toreo de rancio o pasado de moda a los públicos les pareció toda una novedad, ya saben, el toreo eterno, ese que no pasa de moda pero pasa de modas.
Entiendo que a muchos les emocione el toreo de hoy, a mi, no todas las tardes y con toreros que constituyen honrosas excepciones, me ocurre igual, pero si echamos la vista atrás y no me refiero a los estilos de torear, uno tiene la certeza de haber perdido muchas cosas por el camino.
Tengo claro que hoy se torea con más técnica que nunca, si a eso unimos que en términos generales sale el toro más dócil y obediente de la Historia, la ecuación es bien sencilla.

Un saludo.

Pablo Galán.

Jose Morente dijo...

Como ha habido varios comentarios después del mío último me permito una reflexión general sin contestar a ninguno en concreto.

Creo que el debate que se plantea es lícito y se ha planteado antes en todas las artes (el toreo entre otras cosas, también lo es) y entre todas las profesiones. La dicotomía entre "Academia" (con sus normas y axiomas) y "libertad interpretativa" (del artista o de la época).

El aficionado va a la plaza cargado de recuerdos, personales o contados, vividos o no, y juzga en función de eso. Es lógico que "monte" en su cabeza una "faena ideal" o un "modo ideal" de torear. Llamémosle "canon", "Verdad", "pureza" o como queramos, pero lo cierto es que cuando confronta ese ideal con la realidad, ésta siempre (o casi siempre)le parece pobre y chata comparada con aquel (el mito platónico de la caverna). De ahí, quizás, nuestro entusiasmo con los toreros que nos evocan sabor de épocas pasadas (Antoñete, Manolo Vázquez, Juan Mora).

El público -por el contrario- acude a la plaza cargado de "ilusiones" no ideales y, por tanto, abierto a la sorpresa. Tiene menos conocimiento (lo que no es bueno) pero, también, menos prejuicios a la hora de valorar lo que ve (lo que es muy bueno). Por eso, el público (que también se equivoca) se equivoca mucho menos que el aficionado. Porque no prejuzga.

El aficionado (Vidal es un buen ejemplo) es capaz de descalificar una faena donde el torero ha puesto muchas cosas válidas (decisión, arrojo, firmeza, etc.) simplemente porque el "modo" de torear no es el que él tenía en la cabeza.

El público es capaz de jalear y aplaudir cosas que no tienen excesivo mérito ni riesgo pero si mucho relumbrón.

Uno mira al pasado (quizás eso explique la acusación de "rancio" y "aburrido", que hacía domi) y otro al presente (de ahí la acusación de "frívolo" o "enemigo interior" que me lanzaba el sargento).

Sin descalificar a nadie, ambas posturas (la de los "apocalípticos" y la de los "integrados") sin elogiables y puede que criticables al mismo tiempo aunque si hay que apostar prefiero apostar (no por el pasado ni por el presente) sino por el futuro: Creo que, en eso, estaremos todos de acuerdo.

Un saludo muy cordial a todos.

Anónimo dijo...

Don José, yo le planteo otra cuestión, ¿es necesario perderse en esa maraña de tecnicismos para defender el toreo de hoy?. El toreo, te llega o no te llega, como cualquier arte, pero particularmente pienso que el toreo de hoy está matando algo que en grandes dosis alimentaba lo sucedido en el ruedo, la naturalidad y si me apura, hasta el romanticismo, del que se nutrían pintores, escritores, poetas, músicos o escultores, para acercarse a esta fiesta tan nuestra. No me negará que se ha convertido en un espectáculo algo que siempre fue y debería ser considerado un acontecimiento, se ha convertido en algo muy previsible. La gran baza, lo que nos diferenciaba de los demás espectáculos, lo que nos hacía ser más grandes que ellos era precisamente eso, lo imprevisible de una corrida de toros, no saber lo que podía ocurrir. Hace algún tiempo se podía ver en TV a Manzanares entrenando de salón en el hotel antes de torear, pues bien, luego lo veías en la plaza y el resultado delante de la cara del toro era idéntico, no me negará que es muy mal síntoma que eso ocurra con un animal al que se le supone salvaje, de ahí lo previsible del toreo actual. ¿Quien dijo que el toreo es perfección? ¿A quién le interesa la previsibilidad de este animal? Es evidente. No puede ser evolución algo que está basado en el desconocimiento, eso lo convierte en involución, me explico, muchos son los que defienden que la fiesta "evoluciona" por los gustos del público. Pero, qué publico, ¿ese que hace caso omiso a lo que ocurre en el ruedo hasta que suena el toque de clarín anunciando el último tercio? porque antes no han hecho ni caso. ¿Por eso los toreros en vez de potenciar las virtudes de los primeros tercios, los ignoran y pasan por ellos de puntillas como si de un verdadero trámite se trataran? ¿Por los gustos del público? Porque estará conmigo en que el toreo no debería reducirse al último tercio, ¿acaso no es torear, hacerlo bien con el capote?, ¿acaso no es torear ejecutar bien la suerte de varas? ¿y realizar bien la suerte de banderillas sin convertirlo en un mero ejercicio atlético? ¿acaso todo eso no es torear?.
Se ha estandarizado el toro, el torero, se ha perdido personalidad y variedad, y con esos mimbres queremos garantizar la buena salud de este "espectáculo". Contamos con muy buenos ingredientes para hacer un buen guiso, pero nos empeñamos en preparar comida rápida. Seamos realistas.

Un saludo.

Pablo Galán.

Jose Morente dijo...

Pablo:

Atiendo al cambio de tercio y entro al trapo.

Evidentemente y en respuesta a su pregunta, no rotundo.

Sin embargo, si el toreo de hoy se caracteriza por un alto nivel técnico (como usted mismo afirmaba al final de su anterior comentario), lo lógico será valorarlo en función de su mayor o menor precisión técnica.

Me explico. Simplificando, el toreo es valor, técnica y/o arte. Nuestra época se caracteriza por lo último, mientras que en el siglo XIX, la épica (el valor) era el elemento primordial.

Juzgar a los toreros decimonónicos por su precisión técnica hubiera sido tan injusto como juzgar a los toreros actuales por las emociones primarias que puedan despertar en nosotros. Infravalorar a un torero artísta porque no sea valiente o a un torero valiente porque su técnica sea deficiente o a un torero técnico porque no se exprese con elegancia me parece, personalmente, un despropósito.

Podemos añorar otras épocas pero, como venía a decir domi, tenemos la que tenemos. Por supuesto también tenemos derecho a criticarla pero pienso, seriamente, que los que hoy critican el toreo actual por su exceso de técnica hubieran criticado en épocas pasadas al torero de antes por falta de elegancia o por lo que fuese. No es cuestión de gustos sino de talante. De estar o no estar cómodos con nuestro tiempo.

El aficionado a los toros (como intentaba explicar en mi anterior comentario) es nostálgico por definicion. Ahí estám sus mayores virtudes pero también sus mayores defectos.

Y otra cuestión, mucho más personal. A mí la técnica me vale para intentar entender lo que pasa en el ruedo. Así vista ninguna faena es decepcionante ni ninguna tarde aburrida sino al contrario, con independencia del resultado del festejo.

En lo que si comparto plenamente su amplío y atinado análisis (magnífico por cierto) es en la falta de previsibilidad que tienen hoy las corridas de toros pues la intensidad que presentan se mueve en planos de (quizás) excesiva sutileza.

Por eso, es dificil que salte la sorpresa (al menos, la sorpresa evidente que capta todo el mundo).

La mayoría de los aficionados pretenden que esta llegue a partir del comportamiento imprevisible del toro. Es probable que esa sea una vía pero hay otra que sería interesante explorar y es la de profundizar y modernizar los mecanismos intrínsecos del toreo cuyos códigos están demasiados estandarizados (aquí, un pequeño reproche a los cánones) y demasiados estereotipados.

Aparte de abrir los encastes (lo que obligaría a modificar la técnica al uso incorporando nuevas soluciones a los nuevos problemas) yo pediría también apertura de miras en toreros y, sobre todo, en aficionados para acaeptar las innovaciones de todo tipo que sean precisas.

Dado el tradicionalismo imperante mientras la primera vía parece contar con el beneplacito de la mayoría de los aficionados, la segunda sólo parece suscitar oposiciones y rechazos, Lástima.

Un cordial saludo.

Luis Miguel López R. dijo...

Muy interesante y respetables las opiniones vertidas en esta entrada. No obstante, pienso que por encima de todo, la tauromaquia, el toreo, es un ARTE. Por tanto, el principal termómetro que debe tener cada uno para medir este arte, es la EMOCIÓN que provoca. En sus diferentes vertientes. Por eso, muchas veces los aficionados ponemos barreras a esa emoción, encerrándola bajo unos barrotes que denominamos cánones. Creo que deber ser una de las pocas disciplinas artísticas donde esto ocurre. Cuando alguien visita un museo y sus ojos se fijan en un cuadro, no reparan en si es mejor el realismo, el cubismo, el impresionismo… y mucho menos aún si el pintor cogía de forma adecuada el pincel, o si pintaba más o menos erguido de acuerdo a los” cánones pictóricos” (en caso de existir, que ni lo sé, ni me importa). Lo importante, es la OBRA y si ésta nos emociona o no. Cada uno tiene sus preferencias, sensibilidades y gustos, para que esa obra les emocione. Pero, tan respetable son las unas como otras. Lo más importante es ir evolucionando como aficionado y aprender independientemente de quién nos pueda enseñar, aficionados tan destacados como José Morente , Gil de O, J. Coursier… o de otras personas que no lo sean tanto, que pueden tener otra perspectiva más virginal y para nosotros oculta.
Lo que me resulta intolerable es calificar de “enemigo” a aficionados que no compartan nuestras opiniones. En materia de toros y de ARTE, no acepto imposiciones de ningún tipo.
Por eso este blog es GRANDIOSO, así como las enriquecedoras charlas taurinas que alrededor de su virtual chimenea, hace que pronto pase el invierno. Ya se divisa el sol, y huele a primavera… los clarines están a punto de sonar.
Gracias al creador y a todos los participantes del este blog por calentar nuestra afición en el frío invierno.
Un saludo.

Mosquete dijo...

Algunos apuntes...

Durante años seguí las crónicas de Vidal, más por razones literarias que taurinas, la verdad, y no recuerdo que se ensañara sin motivo con Joselito.

Sí recuerdo crónicas en las que presentaba a este torero como ejemplo de torería (Beneficencia 93, Goyesca 96) y otras en las que lo trataba justamente, al menos hasta el 96.

Por eso no entiendo que Joselito dijera que Vidal empezó a maltratarlo cuando llegó arriba, y menos cuando el propio torero ha tenido siempre la virtud de la autocrítica.

En lo que mí respecta, la importancia de Vidal no se basaba tanto en su obesión por los cánones del toreo como en la denuncia de las corruptelas y vicios que existían (y siguen existiendo) en la fiesta.

El toro dócil, descastado y aburrido no es un invento de Vidal.
Las faenas de trescientos derechazos no son un invento de Vidal.
Los puyazos traseros no son un invento de Vidal.
Las caídas de los toros no son un invento de Vidal.
La técnica “espartaquista” para pasarse los cuernos del toro a cien metros no es un invento de Vidal.
El “pajareo” entre pase y pase al estilo de Manzanares padre no es un invento de Vidal.
La mandanga y el pasotismo de Joselito tantas tardes no son un invento de Vidal.

Por otra parte, me parece injusta la fama de intransigente que se le atribuye cuando escribió un libro llamado “El toreo es grandeza” y cuando quizá era el critico que más entusiasmo expresaba en sus crónicas cuando aparecía “el toreo güeno”.

Digo esto porque, aun no coincidiendo con este crítico muchas veces y reconociendo su simplismo en el enfoque de las cuestiones técnicas, tenía razón en el fondo al considerar la fiesta actual, por méritos propios, como un espectáculo en decadencia.

Mal asunto si en un espectáculo de emoción tenemos que fijarnos en la técnica, por muy interesante que sea el tema, como único ingrediente para sobrellevarlo.

Pregunto: ¿alguien pensaba en la técnica en el sexto toro de Morante en la Beneficencia? ¿O en la última corrida de José Tomás en Madrid? ¿O el día de Rafaelillo con el torazo de Dolores Aguirre?

En fin, veo que el blog sigue marchando viento en popa.

Enhorabuena y un saludo

Jose Morente dijo...

Mosquete:

Igualmente a mí me alegra también verle de nuevo por aquí.

Sobre Vidal y Joselito y con la cautela que merece la anecdota ya que sólo uno de sus protagonistas puede hoy contarla, creo que la inquina del cronista la corrobora la crónica que le hizo el día de la despedida del torero en Sevilla y que ya contamos en otra entrada de este blog http://larazonincorporea.blogspot.com.es/2012/05/pongamos-que-hablo-de-madrid.html
y donde transcribíamos algún párrafo de la misma. es de las cosas más duras que he leido sobre un torero (y he leido algo). Me parece que más rastrero no se se puede ser con nadie. Pero, a fin de cuentas, es mi opinión.

Por lo que respecta a la postura de Vidal y su actitud de denuncia de las corruptelas de la Fiesta bien está y ello le ha granjeado la estima de muchos aficionados.

Me parece evidente que el toreo no es perfecto. nada lo es (ni la política, ni la economía, ni ccualquier manifestación artística o cultural) y por ello denunciar sus defectos es una labor -a priori- digna de encomio. El problema, en mi opinión, es que una cosa es señalar las lacras de la Fiesta y otra denunciar, como crimen de lesa taurinidad, aquello que no coincide con nuestros gustos personales. Eso se llama obsesión.

Considerar que hay que torear al toro de hoy como se toreaba(magníficamente por cierto) al toro de hace 50 ó 100 años 8como proponía Vidal) parece fácil de rebatir pues cada época tiene un tipo de toro al que habrá que hacerle cosas distintas, creo.

Y es que (espero que todos estemos de acuerdo, aunque presumo que no) los cánones y las normas son nuestros cánones y nuestras normas. No verdades universales indiscutibles e irrefutables.

Por eso es por lo que hay que hablar de técnica. Tenemos (los aficionados) la obligación de profundizar en los aspectos técnicos del toreo (nos guste o no) para no convertir los cánones en dogma, especie de tablas de la ley con las que perseguir a los sufridos toreros. Si obviamos la técnica, por favor ¡no invoquemos los cánones que son pura técnica!

Ese (el desconocimiento de la técnica) fue (usted lo señala y me alegro) la principal carencia de Vidal. Por eso y pese a su integridad (que no discuto) se refugió en sus propios conceptos, en su cánones, un universo mental estrecho, donde no cabía casi nada.

He dicho que hay que hablar de técnica y puntualizo: Hay que hablar de técnica en la calle. En la plaza (como usted señala pero sin olvidar la técnica) hay que disfrutar del buen toreo.

Un cordial saludo

Anónimo dijo...

Plaza de La razón incorpórea, Marzo de 2013. Toros de diferentes ganaderías para José Morente, único espada. Sobresaliente Domi. Lleno.
El primero, Gil de O. fue un toro con motor que no se cansó de embestir. Algo reponedor y pegajoso, hizo honor en esto a su encaste albaserrada. Morente estuvo firme y toreando algo en línea recta llevándolo fuera para que no se lo comiera. El espada mostró su experiencia con este tipo de toro, al que suele torear bastantes tardes. Faena emocionante. Dejó una estocada entera al segundo intento, quedándose el premio en una oreja en una faena quizá de dos. Empieza bien la corrida. El segundo, Gastón Ramírez fue un toro encastado aunque falto de fuerzas. Morente estuvo serio en una faena corta y técnica donde estuvo algo frío, aunque el toro tampoco tenía mucha transmisión. Silencio con algunas aplausos. Enrique Martín se llamada el tercero (por cierto de la reata de los Dibujantes, de gran solera en esa ganadería) y fue un toro con muchas teclas que tocar, incierto en definitiva. Morente empezó toreando con la mano izquierda y dejó algún buen natural. Después el toro se orientó y no hubo más. Un macheteo antes de estocada algo caída acabo con el toro. Morente saludó desde el tercio. El cuarto, de nombre sargento, nos hizo viajar a tiempos pasados. Hacía años que no veíamos un toro así. No es que no nos guste, es más, creemos que deben salir de vez en cuando. Haciendo honor a su encaste Veragua, hizo una gran salida, con pies y apretó en el caballo. Algo con la cara arriba pero con riñones. Tras el segundo puyazo empezó a soltar algo la cara, como a descomponerse. Domí intervino en un quite corto y correcto, donde apreciamos que sigue las enseñanzas de su maestro Morente. En la faena de muleta sargento siguió desplegando su bravura antigua, fiera, siendo pronto pero quedándose corto. Morente lo trató como si fuera bueno y se vio desarmado. Empezó entonces a torear con la muleta retrasada, dando al toro lo que pedía. En cuanto se vio podido sargento empezó a pensárselo mucho, pegar cabezazos y cambiar a peor pese a la templada muleta de Morente. Pasó entonces a desentenderse, salir con la cara alta y a mirar al tendido. Es lo que tiene el toro decimonónico, que cuando dice que ni uno más es ni uno más. Morente evidentemente decidió cortar. El público y este humilde crítico se lo agradecimos. Rafael hubiese dicho que era a “contraeztilo” de Morente. El espada realizó un macheteo muy torero y después dejo una media en el sitio que lo tumbó sin remedio cerca de las tablas. Oreja. El quinto, J. Coursier, fue un toro noble aunque falto de fuerzas. La frase de que no hay quinto malo adquirió un sentido ambiguo, ya que este es el toro que sueñan algunos toreros. La bravura evolucionada y destilada de Juan Pedro. Al contrario que el anterior, se ajustaba perfectamente al estilo de Morente y este realizó una faena clara y limpia, justa en su duración, ligando fácilmente, haciendo lo que Vidal llamaba la noria, cosa que no gustó a algunos aficionados. Como si de una merecida pausa antes del último se tratase, toreó gustándose y como reservándose para lo que aún esperaba en chiqueros, que sabía muy complicado.

(sigue)

Anónimo dijo...

Pero fue en el sexto donde llegó lo mejor. Pablo Galán de nombre. Con motor, sabiendo lo que se dejaba detrás y a la vez yendo largo y humillado. Bravo. De los que ponen a prueba. Morente tuvo que arremangarse y sacar todas su armas. Primero tuvo que doblarse por bajo con poder, castigarlo con la técnica. Pero la res no se doblegaba y embestía con todo. Todo ocurrió en los medios, en unas distancias que se iban acortando según avanzaba la faena. El toro iba a más haciendo honor a su encaste Graciliano. La faena fue emocionante en grado sumo ya que una serie la ganaba el toro, otra el torero. Morente agarró la espada cuando al toro le quedaba aún alguna serie más. Al segundo intento el espada dejó una media algo contraria que tumbo a la res en los medios tras la rueda de peones. El presidente, Luis Miguel López R., comedido y justo como toda la tarde, concedió una oreja al espada y la vuelta al ruedo al toro, que resultó merecida pero también como premio a todos los lidiados, ya que la tarde estaba siendo muy interesante.
Pero cuando creíamos que todo había terminado, de repente Morente regaló el sobrero. Sabemos que es más bien costumbre de tierras mejicanas pero la decisión creó expectación. Y si creíamos que lo mejor ya lo habíamos visto, en una tarde repleta de grandes y variadas emociones, el séptimo no desmereció al resto, es más, aportó algo que le había faltado: la lidia de un manso muy encastado. De repente apareció Mosquete, de Cuadri. Hizo una salida muy tranquila, trotando. Pero al llegar al recibo despertó dejando ver su casta. Mosquete fue un toro de casta torrencial. Listo, con pies, repetidor. Había que ponerse en el sitio y a la distancia so pena de ser cogido, ya que Mosquete no perdonaba, poseyendo una embestida muy de verdad. La única manera era llevarlo muy por abajo. Como tiraba a toriles, había que sacarlo de su terreno y plantearle la faena en otro sitio ya que allí era fuerte, era el amo. Hay que decir que al principio hubo alguna duda, Morente no se decidía y al dejarse llevar por el toro hacia sus terrenos se vio podido. Hubo pases más estéticos que con mando, y lo que pedía Mosquete era firmeza, dar con el sitio y la distancia. Al final Morente lo vio y pilló el concepto. Fuera de los terrenos de Mosquete le pegó 4 series muy por abajo que pudieron al toro. Seguido dejó la mejor estocada de la tarde: en el hoyo y entera. Mosquete se trago la muerte y luego cayó sin puntilla. Toro necesario, que completaba la tarde.
Fue una gran tarde de toros a la altura de lo que la plaza exige. El encierro respondió haciendo gala de lo que debe ser un toro, en gran variedad de matices. Respecto al espada debemos reconocer que, pese a que a veces consideremos demasiado heterodoxo su estilo de torear, cercano a posiciones actuales (polémicas) que solo el tiempo dirá si son válidas, hoy ha mostrado variedad de registros, cabeza y rapidez cuando había que rectificar. Son virtudes habituales en este matador, pero que hoy se han visto ampliadas en correlación a la magnitud de la empresa afrontada. Todo acompañado de la elegancia que su toreo suele atesorar todas las tardes.

El crítico J. C. Romero

domi dijo...

"SUBLIME CRONICA"

Carlos dijo...

Coincido con la primera intervención de Enrique Martín.

Gil de O. dijo...

Mi felicitación al crítico J.C. Romero.
Sr. Romero ha puesto usted el dedo en la llaga: Jose Morente ha lidiado Toros de diferentes características (encaste es un palabro sin sentido). Se ve que ya no hay monocordes; bueno sí, salió el JP y le hizo lo que se sabía de "carrerilla".
Lo peor, y hasta ahí no llega la felicitación, es que continuamos sin desollar el caído y por supuesto el rabo y usted ha dado por conclusa la Corrida con su aditivo del sobrero. Queda muchoooo! muchísimo de que hablar sobre la propuesta de José Morente.
Pegajoso éste Albaserrada -me veo más en Saltillo puro- al qué han dado de beber y ha bebido; pero lo que quería era comerse las zapatillas y los tobillos del "mataor" y no lo ha podido hacer, por qué no se las ha visto; ni tampoco el matador se ha ofrecido para que se tragara en redondo todo lo que se le pusiera por delante. La embestida rectilínea de los Albaserradas para los Rinocerontes y los Jabalíes salvaje, son lo apropiado, más no para el Toro Bravo, si se criase en su terreno.
Conceptos, que no todo el mundo entiende, pero que si se los explicásemos, igual los escaños de nuestras plazas tendrían mayor nivel de aficionados entendidos, ya con presumidos y folklóricos, poco se puede construir.
Escribo desde el convencimiento de que, desde esta Tribuna va a surgir una auténtica Revolución de la Fiesta. Cada día somos más los implicados, sin duda por qué eran muchos los adormecidos, hiberniados y adocenados que no habían encontrado el revulsivo suficiente para dejarse ver.

Saludos de Gl de O.

Anónimo dijo...

Es raro ver a un crítico hablar con los toros. Eso es cosa de los toreros. A mi me faltó valentía y me quedé en junta letras. De todas formas diré algo por si acaso. Dice usted que quedan muchas cosas por hablar. ¡Por supuesto! Yo no tenía intención de abarcarlo todo, de desollarles, de ser totalizador. Solo eran unas notas, no una Tauromaquia. Aparte, el director del periódico no me paga las críticas, me debo conformar con que se publiquen y darme ese gusto. De ahí que solo les pueda dedicar un ratillo.

Dice usted que se ve más en Saltillo. Pues si que nos ha salido quisquilloso. Debe usted ser de la reata de los Arzalluz. Revisaré mis notas. Al hilo de esto me hace gracia que diga que el vocablo de los encastes no tiene sentido. En fin. Veo que no me equivoqué con lo de pegajoso: no deja usted de embestir ni después de ser arrastrado por las mulillas. Es cierto que es usted zapatillero, cosa que yo insinuaba al decir que reponía, aunque quizá debí matizarlo más. De todas formas veo que es menos claro de lo que creía, de repente se encampana pero luego se mete por dentro. Dice usted cosas que no entiendo bien, es algo incierto, sobre todo cuando se pone inquisitivo al final de su escrito, el cual tiene un sabor robesperiano. Igual son cosas del lenguaje. Siguiendo con esto, le diré que yo no dije que usted embistiera recto (todo lo contrario) sino que le torearon de esa forma. Es verdad que es usted zapatillero pero me da que no busca la muleta, esa verdad quimérica, sino al torero. Es cierto que eso genera emoción, la emoción antigua (de la cual no debemos prescindir del todo, por supuesto), pero nos guste o no las cosas cambian (lo que a usted le gusta –que es parecido a la que me gusta a mi- ya era una evolución que a otros decepcionaba) y la bravura se demuestra yendo hasta el final. Tampoco me confunda, yo soy más de su línea, me gusta la ganadería de la que procede y soy de los que eligen, casi siempre, ir a los toros partiendo de la ganadería. Pero tengo dudas sobre si quiere usted ganar la pelea o solo interrumpirla cazando al torero. Se revuelve sin ir hasta el final. Quien sabe. Tengo claro que quedándose en el primer o segundo muletazo la pelea no la va a ganar. Podrá abortarla, pero no ganarla. Habla de monocordes pero cada vez que veo salir un toro de su ganadería, embisten cada vez igual. Siempre con el mismo ritmo. Son como los toreros platónicos (y esto es decir mucho de ellos) que llevan la faena echa desde el hotel, como si solo tuviesen una aspiración ideal. Sin embargo, Morente suele aplicar todo tipo de lidias. No es un “mataor” que se decante por un solo modo de torear, cosa que se demuestra aún más al ver el entusiasmo que siente por Gallito. Yo tampoco quedo contento con él todas las tardes, creo que a veces es complaciente con las figuras de su época y con cierto toreo que permiten cierto tipo de toros que, digamosló claro, suelen dar pena en mayor o menor medida, lo cual es pecado mortal en Tauromaquia. Tampoco creo que todo valga, como parece dejar ver él a veces (esto es matizable pero no me extenderé ya que hablo con usted y no con él). No porque haya una moral del estilo de torear sino por el toro que produce. Por que el toro es la medida de todas las cosas, por decirlo con las palabras de Protagoras. Pero ahí tienen que intervenir los públicos. Ahí estoy con usted, aunque tampoco creo que se puede hacer nada por instruirlo. Es el que es... (sigue)

Anónimo dijo...

Aparte nadie puede cambiar nada y hablarle a la gente es inútil. Supongo que las cosas se disgregaran. Habrá salas para un tipo de películas y otras para otras. Como en todo. Como usted, creo que el modo de crianza es fundamental, aunque én esto, como siempre, también hay sorpresas. Piense usted en Fuente Ymbro o en Prieto de la Cal. Uno es casi ganado estabulado (lo cual me horroriza y dificulta la justificación ecológica de la fiesta) y suele salir encastado. El otro vive en un paraiso y, nos guste o no, últimamente sale descastado. Es evidente que en estas cosas participan otros aspectos pero lo dejamos como dato.

Debo despedirme, ya que el director me exige unas lineas sobre otros temas.

atentamente, J. C. Romero

Jose Luis dijo...

Hace algún tiempo que no entraba en Larazonincorporea, y veo el comentario de Sargento,
Y cero que es comentario militar, es lo que yo digo y a la orden, sargento creo que ha usted le abra pasado lo que a mi le comento, no hay corrida o novillada que todos los que están a mi alrededor, estén en poder de la verdad, todos saben de toros, y afortunadamente todos son toreros, y es mas no
Por que le lleven la contaría usted sepa de toros meno, pero si es verdad lo que comenta José Morente, aunque cada toro es un mundo, pero muchas veces la técnica es fundamental para que el toro no te rebané, los dos pasos atrás son fundamentales para seguir una faena ante ese tipo de toro, y para que no eche a los lomos.
Espero que usted se haya puesto algunas ves delante de una becerra, ya no un toro, becerra y sepa que es dos pasos atrás.
Un saludo Amigo sargento:

Anónimo dijo...

Brillante e ingenioso, J. C. Romero, magnífica exposición.
Estocada en todo lo alto que mata sin puntilla, dos orejas y rabo y salida triunfal a hombros acompañado de una gran multitud hasta el hotel.
Blog de lujo, este de Don José, hasta el crítico sabe torear.

Pablo Galán.

Gil de O. dijo...

J.C.Romero:

Yo vengo totalmente "enrazao" y simpre bajo la severa vara de Don Félix Moreno Ardanuy y Doña Enriqueta de la Cova, ni tampoco -seguro- de alguna de sus reatas más acreditadas; asi que podrá diferenciarme de la reata Arzalluz (le sigo el hilo, pero no sé lo que significa ese nombrajo). Supongo que -por eso no conozco mi reata- debo provenir de alguno de los periodos en que dejaban abiertas las camadas, incluso sin separar erales, lo que se producía cada cuatro años (constantemente se hacía raza en esa casa). Fáclmente comprenderá el porqué de mi aversión al palabro encaste. Se tiene casta por seleccionar raza, no por creer que te ha caído del cielo maná(encaste) en forma de Toro, aparentemente bravo.
Ésto se lo he contado por "privi" a José Morente.
Creo que he capitalizado en exceso la página de comentarios en esta entrada, por lo que les ruego me disculpen.

Saludos de Gil de O.

Jose Morente dijo...

J. C. Romero:

Sobre su crónica sólo puedo decir que es, sencillamente, genial.

Pido disculpas por mi retraso en contestarle y espero que todos los contertulios compartirán su sentido del humor y su fina ironía. Y sobre todo su buen talante al valorar este debate. Parece que ese es el sentir de los que ya se han manifestado sobre su "reseña"

Un cordial saludo.

Jose Morente dijo...

Carlos:

Hubiera preferido cualquier opinión personal suya a una "adhesión inquebrantable" a las de otros pero si tiene que ser así, que así sea.

Saludos