jueves, 14 de abril de 2016

Una tarde para la historia

Por Mario García Santos

¡Indulto de un toro bravo! Debajo del palco, los buenos aficionados de Sevilla disfrutan y comentan. Esta es la Fiesta (Fotografía de Cultoro)
Nota de LRI:

Cuando se ven tardes como la de ayer, cuando se viven tarde como la de ayer, cuando salen toros como el de ayer, uno se da cuenta que la Fiesta esta viva, muy viva y que tiene futuro. Mucho futuro.

Los aficionados vivimos siempre mirando al pasado pero ahora no es el momento de hacerlo. Ahora es el momento de mirar el presente. Mejor aún, ahora hay que mirar al futuro, sólo al futuro.

Por eso, porque la embestida de "Cobradiezmos" es el símbolo del futuro de la Fiesta, hoy hemos querido que la reseña de la corrida donde se ha premiado esa excepcional embestida. la firme alguien que tiene todo el futuro por delante.

Mario García Santos es un chaval jovencísimo, de la Escuela Taurina de Camas que además de torero, de buen torero, hace sus pinitos como cronista taurino desde su magnífico blog "Dando el pecho desde la tapia" donde nos cuenta lo que ve pero. eso sí, y como el mismo dice, "Siempre intentando escribir con humildad e intentado contar la verdad".

Y es Mario García Santos, además de torero y cronista taurino en ciernes es, sobre todo, aficionado. Un grandísimo aficionado. Mario es el futuro.


Cuando le preguntaban al maestro Rafael Ortega, si le daba pena matar los toros, él respondía que solo a aquellos que no merecían ser estoqueados, sino morir de viejos en el campo y dejando su simiente. Y es que hasta que se estrenó el nuevo reglamento en 1992 (que sigue vigente), los indultos solo estaban permitidos en las corridas concurso de ganaderías y precisamente Rafael Ortega, fue uno de quienes defendieron la conveniencia del indulto cuando es realmente merecido.

Hoy en Sevilla entrábamos en el tramo final de la Feria de Abril 2016, en la cual, a pesar de ciertas orejas y toros sueltos, no había llegado el triunfo de los toreros ni tampoco había salido un toro bravo. Y hoy, tras horribles petardos ganaderos de hierros en teoría de garantías, pudimos dejar atrás el desastre anterior, sobre todo, con un toro de bandera que salió en cuarto lugar.

La corrida de Victorino fue desigual en presentación y en juego, pues fue deslucido el primero y mucho más el sexto; importante el tercero y de bandera el cuarto, mientras que el lote de Morenito de Aranda, fue algo intermedio, siendo interesante el segundo y el quinto hasta que se orientó.

Frente al tercero, el bravo "Galapagueño", Ureña realizó una gran faena desplegando parte de su puro concepto. El toro peleó bravamente en varas y empezó embistiendo de categoría en las primeras series, apagándose de golpe un tanto y viniéndose arriba de nuevo al final de la faena. Ureña entendió al toro y lo toreó con gusto, sentimiento, cadencia y profundidad sobre ambas manos, logrando  muletazos al ralentí. Finalizó, de una forma preciosa, genuflexo y se fue detrás de la espada para dejar una estocada hasta los gavilanes, doblando el bravo en los medios y siendo concedidas las dos orejas para el torero de Lorca. Las paseó en una vuelta al ruedo con la misma naturalidad con la que toreó y tremendamente feliz y emocionado a la vez.

No olvidemos que este torero estuvo demasiados años en el olvido, luchando sin perder la ilusión, hasta que le llegó el triunfo una tarde de verano en su exitosa confirmación en Las Ventas. Ya se veía con la Puerta del Príncipe casi abierta y fue todo disposición frente al sexto, pero el de Victorino no le dio ninguna opción y sus sinceros y valientes intentos fueron en vano.

Profundidad de Paco Ureña ¡Que buen torero es el torero murciano! (Fotografía de Cultoro)

Pero el suceso de la tarde, de la feria y me atrevería a decir que de la temporada, llegó en el cuarto toro. Escribano, que por cierto vistió un elegante terno berenjena y azabache, no había podido levantar faena con el que abrió plaza y tras el triunfo de Ureña en el toro anterior, se fue a porta gayola. Y lo que salió por el zaguán de toriles fue la bendición convertida en toro bravo. Se llamaba "Cobradiezmos", herrado con el número 37, nacido en diciembre de 2011 y con 565 kilos de peso. Cárdeno claro, bajo de agujas y una pintura por lámina y perfectas hechuras.


"Cobradiezmos". Una pintura por lámina y por sus perfectas hechuras (Web de Victorino Martín)

Escribano lo recibió limpiamente con la larga y le ligó un ramillete de verónicas bien rematado con media y revolera. Fue bien picado por "Chicharito" (que rectificó rápido en el segundo puyazo), arrancándose con alegría y prontitud en ambas varas, empujando y romaneando con todo y con verdadera clase, aunque tardeó algo en la segunda. En banderillas, el propio matador colocó dos excelentes pares de poder a poder y después, su escalofriante par sentado en el estribo, en el que el ejemplar, reaccionó obediente al quiebro y clavó arriba.


Ya de salida el toro cantó su bravísima nobilísima condición y su pujanza (Fotografía de Cultoro)
El toro tenía condiciones excelentes y Manuel, que lo supo ver, lo brindó al público. Pero, no creo que nadie pudiera presagiar algo tan grande, un suceso que pasará a los anales de la historia del toreo.

Escribano empezó su faena doblándose por bajo con el toro, tratando de atemperar al bravo. Pero aquí apareció la bravura de verdad, y el toro, cuando le sometieron, se vino arriba y se entregó a la obra, en la que se fundiría con Manuel Escribano, yendo a más y a más a lo largo de la faena. En la primera serie por la derecha, ya arrancó la música ante la tremenda conexión con el tendido, pues "Cobradiezmos" se comía la muleta una y cien veces con el morro por el suelo y moviendo alegremente el rabo.



Como decía Pablo Lozano, la bravura del toro está en su mirada (Fotografía de Maurice Berho para Mundotoro)
Escribano estuvo a la altura de tan importante ejemplar y la faena acabó por alcanzar cotas indescriptibles. El trasteo fue largo, vibrante y explosivo, con toro y torero entregados y dispuestos a morir en el ruedo.


Toro y torero entregados. (Fotografía de Arjona para Aplausos)

Ya arrancada la banda, llegaron otras dos series por la diestra primero y otras dos sobre la zurda y el torero, ya armada la escandalera, se fue a por la espada, estallando entonces una clamorosa petición de indulto para el toro. El gerenero siguió toreando entregado por ayudados por alto, pases de pecho, cambios de mano... y el toro embistiendo sin venirse abajo, y cambió el estoque de matar por la ayuda y le dio otra serie más al toro. Entonces, al fin, el presidente, mi paisano D. José Luque (hijo del gran Andrés Luque Gago), sacó el pañuelo naranja tras haber consultado con el ganadero vía telefónica.

El Presidente, Don José Gago (hijo de Don Andrés Luque Gago, insigne rehiletero), asesorado por Luís Arenas, saca el pañuelo naranja que certifica su afición y conocimiento y la afición y conocimiento de la plaza de Sevilla (Fotografía de Arjona para Aplausos)
Entonces la plaza estalló de júbilo y euforia y el torero se retiró a abrazarse con su cuadrilla, dejando al toro en el ruedo, exhausto, pero aún desafiante. Regresó Manuel con una banderilla con la intención de simular la estocada, pero, para entonces ya habían aparecido los mansos y Escribano desistió, aunque seguro el diestro quería tener esa foto histórica de la estocada simulada, como la famosa de Astola y "Laborioso". Además, el torero, para no provocarle otra herida más y tampoco arriesgarse a cortarse, le había quitado el arpón al rehilete.

"Cobradiezmos" exhausto (Fotografía de Arjona para Aplausos)

El indulto fue absolutamente merecido y digno de una plaza de la categoría de La Maestranza, pues el "victorino" fue un monumento al toro de lidia, del que todo lo que se diga se quedará corto. "Cobradiezmos", tuvo un único defecto (por contarlo todo): el de escarbar en más de una ocasión.

Pero fue un toro bravo de verdad, con un motor tremendo, noble y fijo a reventar, repetidor y humillador, con clase a raudales, con un recorrido interminable, con una transmisión explosiva y con un fondo de casta inagotable, pues no buscó las tablas en ningún momento. El toro embistió entregado hasta la muerte por mucho que le exigió Escribano en cada muletazo y finalmente, tras resistirse, regresó a los corrales, con un público que acabó con las gargantas rotas, la sangre encendida y las mejillas llenas de lágrimas.

Escribano recibió dos orejas simbólicas (las mismas que había paseado Ureña) como premio a su impecable y entregada faena, en la que toreó solventando también al viento y en la que supo entender  al toro desde el principio, pues "Cobradiezmos", como bravo de verdad, lo pidió todo por abajo y exigió un torero que lo torease y se entregase con la misma verdad con la que él le regaló sus arrancadas de oro, por lo que ese grandioso toro, además de por su bravura, volverá al campo gracias a Manuel Escribano.


Un toro que todo lo quiso por abajo (Fotografía de Maurice Berho para Mundotoro)
Morenito de Aranda, mientras tanto, no pudo brillar como lo hicieron sus compañeros de terna, pues los dos "premios gordos" que se sortearon no cayeron ninguno en su lote. Pero, aunque fue todo disposición y entrega en sus dos toros, en parte por no tener la experiencia de Ureña ni Escribano con este encaste, sus oponentes tuvieron complicaciones a las que no se terminó de acoplar, dejando bastantes detalles de mucha torería y buen gusto, pero sin levantar el vuelo de sus faenas.

Morenito toreó con los vuelos por la izquierda así de bien (Fotografía de Arjona para Aplausos)

Tras irse a pie Morenito, al final del festejo, Paco Ureña y Manuel Escribano, salieron a hombros por la Puerta de Cuadrillas, como broche de oro a tan inolvidable tarde.

El final de una tarde inolvidable (Fotografía de Arjona para Aplausos)
Para mi desgracia, después de haberme tragado todo lo que va de feria, no pude asistir al festejo de hoy por motivos de salud, lo cual será motivo de arrepentimiento e impotencia durante el resto de mis días, aunque lo viese en directo por televisión. Pero espero que, dentro de unos cuantos años, pueda ver embestir la mitad de bien a uno de los hijos de "Cobradiezmos", quien en estos momentos está ya en "Las Tiesas de Santa María". Ojalá que el toro pueda recuperarse de sus heridas y disfrutar del paraíso que se ganó para dar continuidad a su estirpe, así que no puedo sino acabar mi crónica deseando...

¡Larga vida a los toros BRAVOS!..

Fdo: Marío García Santos

Regreso a las Tiesas (Foto Web de Victorino Martín)

3 comentarios:

Paco Carmona dijo...

Extraordinario, "cobradiezmos", y extraordinario, Mario García Santos. Mejor día elegido, imposible. Gran entrada la de este joven torero y buen aficionado. Un debut de Puerta del Príncipe. Viva el Toreo!

Unknown dijo...

si señor asi fue ..nunca mejor dicho para la historia..¡¡¡

Unknown dijo...

Extraordinario toro y magistral Mario.