"Lo segundo que hago es preguntar á Bojilla: ¿hace aire?... y de su contestación depende el que yo inmediatamente me ponga á hacer gimnasia, ó me tumbe aburrido en la cama. Nadie puede figurarse lo que para nosotros representa el aire. Con viento, es imposible manejar artísticamente el capote y la muleta, y lo que es peor, está uno constantemente vendido, no hay quien se apodere de los toros, y llegan éstos á la muerte sabiendo álgebra superior, y con todo su poder.
La lucha, esos días, pierde todo su encanto; ya no es posible habilidad ni inteligencia para dominar al enemigo; es una lucha cuerpo á cuerpo, casi de bruto á bruto.
Yo sé decir, que muchas de las cornadas que tengo, las recibí en días de viento, en los que al ejecutar una suerte, una racha de aire me descubrió y avisó al toro del cebo. Yo, prefiero torear con agua hasta las rodillas, con todos los inconvenientes, á torear con viento, y creo que todos los toreros lo mismo.
En el Reglamento de toros sólo se atiende, para las supresiones, á la conveniencia del público. Bien está que se suspendan las corridas para que no se moje el público de los tendidos, pero... ¿no es lógico y humanitario suspenderlas cuando el viento hace imposible la lidia?..."
Ricardo Torres "Bombita" (1912) Intimidades taurinas. Madrid, Biblioteca Renacimiento
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