"Si nos preguntamos por la razón que impulsó a Bergamín a escribir este libro, lo más probable es que esta fuera la de dejar claro y evidente que Joselito era el eje del toreo. Un eje que Bergamín veía peligrar al comprobar la reacción de los públicos que se rendían a la revolución belmontista, con un toreo nuevo donde su quietud, como principal argumento provocaba el delirio de la afición.
Así que el poeta tenía que dejar claro por qué Joselito era el arte real, el verdadero, el que no necesitaba del esfuerzo visible, el que brillaba con luz propia, y que en el toreo de Belmonte existía una tendencia clara a parar el toreo, pero no por valor, que por supuesto lo tenía, sino por sus limitadas condiciones físicas [...]
El toreo de Belmonte debía ser de mucho corazón y poca cabeza, puesto que los toros lo cogían todas las tardes, con el consiguiente entusiasmo de un público que suele emocionarse por todo aquello que sabe a peligro. Por lo tanto, Bergamín temía que el toreo derivara en un quietismo estático que supusiera la pérdida de todo arte en movimiento, del arte de Birlibirloque.
Dijo Nietzsche: <El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estará solo, y a veces asustado, pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo> [...] Eso lo entendemos bien quienes sufrimos el compromiso por demostrar la verdad, sabedores de que no todo el mundo lo comprende;"
Morante Camacho, José Antonio. (2016) "Prólogo". En: Begamín, José. El arte de Birlibirloque. Sevilla: Editorial Renacimiento.
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