Hoy hay toros en Barcelona (y II) Una buena tarde de toros

Por Jose Morente

Gracias al cinematógrafo vamos a poder presenciar, hoy y pese a la prohibición política, una corrida de toros en Barcelona. Torean Machaco, Pastor, El Gallo y Manolete padre. Los tracks de películas que vamos a ver a continuación (y los que hemos visto en las dos entradas anteriores) son todos de la tarde del 9 de junio de 1912.

 

Una gran tarde de toros.

La corrida benéfica del día 9 de junio de 1912, organizada por el Círculo Ecuestre, fue una gran corrida de toros. No sólo por la gran entrada y el ambiente que había en la plaza de las Arenas (la plaza nueva) como hemos visto en la anterior entrada sino, sobre todo, porque ese día hubo toros y toreros.

Fue, en resumen, una corrida entretenida, algo que no suele ser habitual en las corridas de ocho toros. O mejor sería decía que no solía ser habitual porque este tipo de festejos ha pasado ya al baúl de los recuierdos como pasaron aquellas suertes en desuso de las que venimos hablando en este blog.

Sino en desuso la suerte de varas se encuentra en crisis desde hace mucho tiempo. Urge su reforma, ya.

Sucedieron muchas cosas destacables ese día, algunas de las cuales tenemos la fortuna que fueron recogidas en celuloide. Por desgracia sólo se filmaron, o nos han llegado, imágenes de tres de los toros (el 1ª; el 3º y el 4ª). Son imágenes muy interesantes porque recogen varios de los momentos estelares de la corrida según la apreciación de los revisteros de la época: Lamentablemente, no disponemos de la filmación del último toro, Ojalado de Veragua, que fue según los mismos revisteros un toro sensacional en los caballos y, sobre todo, muy noble, en la muleta por lo que mereció la calificación de “superiorísimo”.

Y es que entonces (igual que ocurre ahora), los toros buenos eran los toros bravos y bravo es, y ha sido siempre, lo contrario de manso o sea el toro que embiste (y no el que huye) incansablemente, sobre todo cuando esa embestida va adobada de esa nobleza que posibilita el buen toreo.

El segundo toro, al contrario que el primero, fue un manso que le cayó en suerte (en mala suerte) a Vicente Pastor.

 

Primero de la tarde. Melero de Veragua. Torea Machaquito

Tras el paseíllo, el público obligó a a los cuatro matadores a dar la vuelta a la plaza entre una cerrada ovación.

Para Juan Franco en Sol y Sombra, lo mejores detalles de la tarde (aparte de la pelea en varas del 8ª y la faena de Manolete a ese toro que le permitió salir de la plaza a hombros de los entusiastas espectadores) fueron las varas de Zurito, la faena de muleta de Gallito en el tercero, los redaños de Manolete en el cuarto y la muerte que dio Machaco al primero.

Precisamente, de ese primer toro, Melero, de nombre y jabonero de pinta, vamos a ver el tercio de varas, algunos pares de banderillas y la faena de muleta de Machaquito incluida la sensacional estocada que le propinó.

Machaquito en el primero, un toro calificado de superior, toreando con la izquierda. El diestro de Córdoba estuvo sensacional en los pases de pecho y, sobre todo, en la estocada.

Según las crónicas, Melero fue “superior” y, como los restantes no ofreció dificultades insalvables en el último tercio. El peor, en ese sentido, fue el segundo que correspondió a Vicente Pastor quien esta tarde no tuvo suerte en el sorteo aunque llegaría a cortar una oreja a su segundo toro gracias a media estocada marca de la casa..

Vicente Pastor, algo desconfiado, ante el 2º de la tarde de Moreno Santamaría, el único toro que protestaron, por su comportamiento de manso, algunos espectadores.

Machaquito, con la muleta, estuvo muy valiente y decidido, como en el era norma y como veremos en la película. Lo que más gustó al respetable fueron sus pases de pecho y (no en balde era su especialidad) la estocada que le propinó al de Veragua al que le llegó con mucha decisión y en terrenos muy comprometidos (de fuera a dentro), sin buscar alivio.

Fue aclamado por el público dando la vuelta al ruedo.

 

Tercero de la tarde. Rafael el Gallo se luce con un Veragua

Como el Gallo se inhibió en el tercio de varas de su primer toro (3º de la tarde), todo el mundo daba por hecho que no se le vería nada en la muleta pero (¡cosas de este torero con el que no valían pronósticos!) Rafael tiro de repertorio y estuvo muy lucido con un toro que no destacó precisamente por su bravura. De entrada, retiró a la cuadrilla al estribo (entonces los peones permanecían en el ruedo durante la faena de muleta) y llevó a cabo “una faena de las suyas”, con pases variados y magníficos, entre el entusiasmo del público (podemos ver a varios espectadores blandir sus bastones pero no amenazadoramente en son de protesta sino en señal de júbilo y agradecimiento al torero). Y es que Rafael fue siempre un torero que –en sus buenas tardes- era capaz de hacer perder la compostura al más pintado.

Para colmo, el “Divino Calvo” (nuestro “Divino Calvo”) propinó una estocada entera, saliendo de dentro afuera, que tiró al burel patas arriba. Aquí fue ya el acabose por lo que le concedieron la oreja del astado sin que nadie discutiera la decisión presidencial.

El Gallo tuvo ese día una buena tarde especialmente en la muleta (en quites y bregando estuvo algo apático) pues a la faena del tercero hay que unir lo que hizo en el séptimo (donde, como se ve en la foto de Sol y Sombra, llevaba la  montera puesta), al que toreó muy de cerca con buenos pases de pitón a pitón que era lo apropiado pues el toro llegó a la muleta muy quedado.

 

 

Y cuarto toro. Manolete pundonoroso con un Moreno.

Empero, la tarde fue de Manolete, el padre del Monstruo de Córdoba, un diestro sin excesiva fortuna en los ruedos pero que dejó la herencia de uno de los mejores y más grandes toreros de la historia.

Sin embargo, esa tarde en Barcelona, Manuel estuvo sensacional sobre todo con el gran toro octavo, Ojalado, al que después de lucirse en los dos primeros tercios con Machaquito (remataron un quite al alimón cogidos cada uno a un pitón del jabonero), le hizo la que fue quizás una de las mejores faenas de su vida. Según los críticos, casi todos los pases fueron soberbios. Por eso y aunque pinchó un par de veces, lo sacaron a hombros.

Y es que, además, antes en el cuarto, un berrendo de Moreno Santamaría, había dado la nota de valor al no arredrarse pese a que el toro le había pegado una espectacular voltereta al rematar un pase de pecho por la derecha, dándole un puntazo en el escroto.

 

Espectacular fotografía de la cogida de Manolete por el cuarto de la tarde. Un toro berrendo de Moreno Santamaría.

Manolo no quiso abandonar la plaza y pasar a la enfermería para que le vieran los galenos, hasta no matar al toro. Lo que hizo entrando con guapeza.

Manolete entrando a matar con mucha guapeza (como se decía entonces) a su primer toro, cuarto de la tarde, que le acababa de coger. El diestro luce un llamativo vendaje en el muslo y entrepierna izquierda.

Vemos la suerte de varas y la faena a este toro.

 

Epílogo

Lenta la sombra ha ido eclipsando el ruedo

Ya grada a grada va a colmar la plaza

vino triste de sombra, vino acedo

Tiñe ya casi el borde la taza

(Gerardo Diego)

 

La corrida ha finalizado, Los tendidos (los de sol en este caso) quedan desiertos)… ¿Hasta cuando?