Por Jose Morente
Un símbolo de modernidad impensable en la actual sociedad catalana pero que hubieran aceptado sin problemas los abuelos de los actuales independentistas.
Un problema de libertad y de cultura
Aunque hoy, cuando todo se confunde de forma interesada, los toros no tienen cabida en Cataluña por meras razones políticas, es bueno recordar que hubo un tiempo en el que las cosas fueron muy distintas.
Y es que Cataluña, antaño, era mucho más culta y, sobre todo, mucho más libre que lo es hoy. Pero ya se sabe, en este país, las decisiones no se toman en aras del interés general (¿Qué será eso?) sino lisa y llanamente en función de los intereses particulares de quienes las toman, preocupados sólo por mantener status y sillón.
Sólo así se explica que, mientras en la vecina Francia los toros son objeto de blindaje y declarados Patrimonio Cultural Inmaterial, los políticos catalanes, de forma harto hipócrita, hayan decidido, lisa y llanamente, prohibir los toros.
El panel de un parlamentario catalán con el resultado de la votación contra la Fiesta de los toros. Un tema que ha sido objeto de manipulación política.
El diestro Serafín Marín, triste testigo del desaguisado
Hoy los mercaderes fuera del templo
Pero hoy (por un día) vamos a hacer una excepción. Y, quieran o no esos mismos políticos catalanes, vamos a presenciar una corrida de toros en la capital catalana. En Barcelona. Será, eso sí, una corrida de toros virtual y en diferido pero corrida de toros al fin y al cabo.
Por tanto, esta tarde y en este blog, el protagonismo lo tendrán los aficionados catalanes de hace un siglo. Aquellos aficionados que eran mucho más cultos y mucho más libres, pese a todo los pesares, que sus conterráneos del presente.
Aquellos aficionados catalanes vivían en una tierra más culta y más libre que sus paisanos actuales.
El signo de los tiempos modernos (¡Maldito signo y malditos tiempos!) convirtió la plaza de las Arenas en un Centro Comercial (precioso, eso sí). Pero como dijera aquel buen aficionado madrileño al vendedor de bebidas que pretendía pasar por el tendido mientras Belmonte hacía una de sus grandes faenas:
¡Hoy, los mercaderes fuera del templo!
Vamos a desalojar temporalmente la plaza de las Arenas de su actividad comercial y vamos a devolverle –durante unas horas- su primigenia función taurina, aquella que nunca debió perder.
¿Como se llega de plaza de toros a centro comercial si no es degenerando?
Pero basta de cháchara y les invito a ustedes, sin más tardanza, a que me acompañen en este viaje en el tiempo.
El aspecto de la Plaza de las Arenas (la plaza nueva) a principios de siglo. Aspecto que vamos a recuperar esta tarde (Fotografía de Sol y Sombra de junio de 1900 fecha de su terminación)
Barcelona. 9 de junio de 1912. Plaza de las Arenas. Corrida benéfica
Hoy tenemos el privilegio de asistir a una corrida de toros en Barcelona y no a una corrida cualquiera sino a una corrida extraordinaria. La corrida extraordinaria benéfica organizada el 9 de junio de 1912 por el Círculo Ecuestre de Barcelona a Beneficio de los heridos y familias de los muertos de la CAMPAÑA DE MELILLA.
Nada más y nada menos que 4 toros del Duque de Veragua y 4 de Moreno Santamaría para los Matadores:
MACHAQUITO
VICENTE PASTOR
RAFAEL GOMEZ ("El Gallo")
y MANOLETE
El cartel de la corrida
Lo primero (y más importante) para poder ir a los toros es disponer de entrada. En nuestro caso, iremos invitados, o sea, de balde. Mejor, imposible.
Barretina, falda catalana y bandera de España en una ilustración de 1894 correspondiente a un Almanaque del seminario satírico anticlerical y republicano “Campana de Gracia” de 1894 (Un año después de comenzada la Guerra del Rif que es la justificaba el carácter benéfico del evento)
Barcelona. 9 (12,30 de la mañana)
El ambiente para la corrida de la tarde es sensacional. El festejo ha sido organizado por el aristocrático Círculo Ecuestre que reúne a lo más granado de la Sociedad catalana de la época.
Como además el fin es benéfico (para los damnificados de la guerra del Rif) y asesora a las Presidentas honorarias el simpar Guerrita, toda Barcelona se ha dado cita en la plaza en la que seguro no cabrá un alfiler pues se espera un llenazo.
Guerrita muy bien acompañado como se suele decir por las presidentas de honor a las que asesoraba: Las señoritas Josefina Julia, María Desvalls, Inés Sagnier, Mercedes Bosch, Manolita Ricalt, María
de Sentmenat, Mercedes de la Riva e Isabel de Satrústegui.
Al contrario que hoy día, hace un siglo, las marcas comerciales (como cacao Bensdorp) se disputaban el espacio publicitario disponible en las plazas de toros como la de las Arenas
En fin, basta de prolegómenos y vamos a la plaza.
La plaza de las Arenas.
El ambiente en los tendidos
Recorte de prensa de la Ilustración Artística relatando el ambiente que había en la plaza.
Como dice el recorte de prensa de la Ilustración Artística que aquí reproducimos, la plaza presenta un lleno espectacular tal y como se esperaba y no cabe un alfiler en los tendidos ni en las localidades preferentes y eso que los precios fijados han sido muy altos. No importa pues la fiesta tiene fin benéfico y así el producto obtenido será mayor.
Además, el ambiente es “selectísimo” pues han acudido los miembros más distinguidos de la sociedad catalana. En sol, como es lógico el público es mucho más popular no en balde la Fiesta de los Toros nunca ha entendido de clases sociales.
Llega Guerrita a la plaza
Para la prensa no especializada, tanto o más interés que la corrida lo tenía el hecho de la asistencia del Guerra a la Plaza. Esta es la entradilla del Nuevo Mundo del día 12.
Con la plaza llena y a punto de empezar la corrida, hace su aparición Guerrita. El público prorrumpe en una estruendosa y cariñosísima ovación al Califa de Córdoba y eso que Rafael lleva ya doce años retirado de los toros.
Muchos espectadores agitan sus pañuelos y la ovación se prolonga un buen rato. Lo vemos.
Según el cronista de Sol y Sombra, cuando Guerrita apareció en el palco se extendió por la plaza un aroma de torero,
Los toreros en el patio de cuadrilla
Mientras Rafael Guerra, a quien acompañaba otro torero cordobés retirado, Conejito, corresponde a los aplausos del buen público catalán, los toreros, en el patio de caballos, esperan sonrientes y serenos (unos más sonrientes y serenos que los otros, la verdad sea dicha) a que el Presidente, señor Satorre, ordene el inicio del festejo.
Están anunciados: Machaquito, el torero eléctrico y rey del valor. Valiente entre los valientes; Vicente Pastor, aquel que hizo exclamar al crítico Don Modesto ¡Hay ascensor! tras su fulgurante éxito; Rafael “El Gallo” al que todavía algunos llaman “Gallito”, el “Divino Calvo”, genial y chapucero a la vez y, finalmente, Manuel Rodríguez “Manolete”, el padre de uno de los toreros más geniales y más grandes de la historia del toreo y buen torero el mismo. Manolete, el menos mediático del cuarteto de toreros anunciados para esta corrida, vivirá hoy una gran tarde.
(Continuará en quince minutos…)
2 comentarios:
Magnifica entrada José leyendo este relato la historia Taurina de Barcelona viene a mi memoria el recuerdo de dos novilladas que en la Plaza de las arenas a final de temporada de 1961 mi primera salida de casa de Maletilla y sin autorización de mis padres, era una plaza única y fue una perdida de un monumento histórico que debería a ver tenido un mejor destino.
... mis primeras dos novilladas que vi...
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