Por Jose Morente
Pastora Pavón cantando saetas en un balcón. Fotografía publicada en la revista Estampa en plena República Española (14-V-1932)
La saeta flamenca, la saeta por seguiriyas, tal y como hoy se conoce, es el resultado de aflamencar paulatinamente la primitiva “saeta llana” popular a la que se le fueron incorporando los esquemas musicales propios del cante flamenco.
Este proceso evolutivo que tuvo lugar durante los veinte primeros años del pasado siglo XX, se puede seguir muy bien a través de la discografía de pizarra de la época.
Hemos querido traer hoy a estas páginas el imperecedero recuerdo del cante por Saetas de Pastora Pavón “La Niña de los Peines” pues a través de las grabaciones de su voz de estaño podemos reconstruir perfectamente el proceso descrito.
Este cartel publicitario de “España y su cantaora” (el espectáculo que le montó Pepe Pinto a la Niña de los Peines en 1949) juega con la iconografía de la Semana Santa sevillana.
La saeta de Pastora de principios de siglo
La primera generación de saeteros flamencos –por edad- es la formada por Manuel Torre, El Cojo de Málaga y Manuel Centeno.
Según Eusebio Rioja, son precisamente las saetas de Manuel Torre (saetas que trajimos a este blog en su día) las que aunque se inscriben ya en el esquema de la seguiriya se mantienen todavía desnudas de adornos, sobrias y algo arcaizantes. Corresponden a aquellas que Mairena llamó “una sencilla forma jerezana”.
De este primer tipo son también las primeras saetas que grabó Pastora que se caracterizan por su brevedad, ausencia de salida y ayeos, omisión de repeticiones y esquematismo formal. Aún más arcaicas quizás que la saeta del Torre y, por tanto más próximas todavía a la “saeta llana popular”.
Decía Manuel Mairena en declaraciones para el programa Retratos y que han sido transcritas por Cristina Cruces Roldán:
“Ya por la mañana nos fuimos a desayunar al célebre bar de las Maravillas en la Alameda de Hércules. Y allí Pastora me cantó ella a mí bajito una saeta que ya hoy no se canta, un estilo que se cantaba cuando Pastora era niña, un estilo de saeta corta, mucho más corta que las que hacemos hoy, sin los ay al final, sin repetirla, y me estuvo hablando de como se cantaba por saetas en aquellos tiempos…”
Audición 1. Ya lo llevan y ya lo traen (Saeta)
Pastora Pavón
Gramophone (1911)
Ya la llevan ya la traen
por la calle la Amargura
atao de pies y manos
Y atao de pies y manos
amarrao a la columna
Por la, por la cuesta de Sión
y lo suben esos ingratos
y con grande indignación
y se lo entregan a Pilatos
por una mala acusación
La saeta de Pastora de loa años veinte
Poco a poco añadiendo recursos, ayeos y melismas, Pastora llegaría a cantar la saeta flamenca del tipo que quedó definida antes de la Guerra. Esa que se canta todavía hoy
Curiosamente, en estas saetas más evolucionadas, Pastora siguió escogiendo letras muy similares a las que utilizaba en sus primeros años. Letras desgajadas de los pregones litúrgicos y que evocan pasajes y personajes vinculados a las últimas horas de Cristo y no, como ya se empezaba a estilar, esas nuevas letras pensadas para despertar la sensiblería de los oyentes mediante la abundancia de piropos.
Audición 2. Pilatos por no dejar (Saeta)
Pastora Pavón
Regal (1927)
Pilatos por no dejar
ay, ay, ayyy
y el destino que tenía
dictó sentencia cruel
y contra el divino el Mesías
y lavó sus manos después
Pastora después de las dos últimas saetas que grabó con Regal en 1927 (y de las que hemos escuchado una de ellas) no haría más grabaciones discográficas de este singular palo flamenco pero seguiría siendo contratada para cantar desde los balcones de la Semana Santa sevillana sus “inimitables saetas”.
Pastora cantó muchos años desde los balcones en la Semana Santa de Sevilla
1 comentario:
Ole!! Merci! Je pourrais écouter ces Saetas en boucle... Incroyable Pastora!
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