jueves, 14 de marzo de 2013

Suertes en desuso (V) La Navarra

Por Jose Morente

En el álbum, podemos ver una sucesión de imágenes que corresponden a un lance ejecutado por Joselito el Gallo, con el toro Nevadito, en la plaza vieja de Madrid, el día de los 7 toros de Martínez. Se trata de una navarra, La navarra auténtica. Una suerte muy diferente a la que hoy se conoce con este nombre (suerte esta, la actual, que en realidad procede del repertorio de Chicuelo).

Uno de los lances de capa antiguos, que todavía hoy suponemos que se practican con cierta asiduidad, es el que llamamos “navarra”.

Por ello, si decimos en este blog, que la “navarra” es una de las suertes del toreo en desuso, como hemos puesto en el título, nuestros lectores podrían pensar que estamos desvariando.

Pero no, no estamos “trascordados”. La “navarra”, una de las suertes primigenias del toreo de capa, descrita ya en las más antigua de las Tauromaquias (La de Joseph delgado, vulgo Yllo) se ha perdido (si nadie lo remedia y estoy invocando directamente a Morante de la Puebla) en el olvido de los tiempos, confundida entre otros recortes ancestrales.

Vayamos por partes. Por eso, vamos a ver primero imágenes del lance que conocemos actualmente con el nombre de “navarra”. En este caso, se trata de uno de los quites que José Miguel Arroyo “Joselito” realizó el día del 2 de mayo de 1996 en la Plaza de las Ventas cuando, toreando en solitario, tuvo una de sus mejores tardes en esa plaza y, posiblemente también, de toda su carrera profesional.

Estamos en el segundo toro de la tarde, Garbosillo de Cortijoliva. Joselito lucha con el viento y las complicaciones de la res pero resuelve de forma airosa el quite.

 

Como bien dice, en los comentarios, Victorino hijo que acompañaba ese día a Moncholi y a Joaquín Bernardó, en México a ese lance se le conoce con el nombre de “chicuelina antigua”, ya veremos porqué. 

 

La navarra antigua en las Tauromaquias clásicas

El lance al que hoy llamamos navarra y que hemos visto realizar a José MIguel Arroyo “Joselito”. y que practicaba también con bastante asiduidad (siempre en quites) Luis Francisco Esplá, no tiene nada que ver (y aquí la sorpresa) con la antigua navarra, aquella que describían las viejas tauromaquias. Vamos a demostrarlo.

Pepe Hillo, en la primera edición de su tauromaquia (1796), dice que la navarra es suerte que se debe hacer, estando el diestro en rectitud del terreno del toro y una vez que éste embiste …

La Navarra Pepe Hillo (1796)

 

Pepe-Hillo no nos dice hacia que lado debe darse la vuelta el torero y tampoco la lámina que acompañaba la segunda edición sirve para aclararlo pues refleja el momento en el que el toro entra en jurisdicción pero no recoge el remate.

Lám. XVII. capeo a la navarra (Hillo) 001

Una de las láminas que acompañaba a la 2ª edición de la Tauromaquia de Pepe-Hillo, la de 1804.

 

¿Hacia que lado debe darse la vuelta el torero?

En realidad, tal y como está escrita la Tauromaquia de Hillo y si leemos atentamente, la cuestión no debería plantear dudas, aunque las ha suscitado entre algunos autores recientes. Y no debe plantear dudas porque si la capa hay que sacarla (“arrancarla”) por bajo lo lógico es que el giro se de en sentido contrario al viaje del toro. Ya que, si fuera al revés y se acompañara al toro en su recorrido (como se hace en la actual navarra), la capa no habría que quitarla bruscamente por debajo del hocico del animal sino limitarse a “tender la suerte”.

Vemos al Miguel Ángel MartínezZapopan” (El creador de la “zapopina”) ejecutando la actual navarra acompañando suavemente el viaje del toro que en este caso es su compañero de entrenamiento (Del DVD que se incluye en el libro “Alas de mariposa”. 1ª ed., Editorial México Mío, México, 2011)

 

En la actual navarra, al contrario que la suerte que describía Hillo, el giro se da en el mismo sentido del viaje del toro como vemos hacer aquí al “Zapopan” en un entrenamiento, más o menos rápido pero sin brusquedades.

Ítem más, las siguientes tauromaquias precisaron el tema de forma que cualquier confusión sobre este aspecto resultaba ya imposible.

Paquiro dice, concretamente, que el torero:

“Le arrancará con prontitud la capa por bajo del hocico, dando al mismo tiempo una media vuelta con ella por dentro, viniendo a quedar otra vez frente al toro”

Y Guerrita de forma tajante y concluyente explica que, estando bien humillada la res y pasada la cabeza:

“el matador retira el capote por bajo y da una vuelta en redondo girando hacia el lado contrario al que haya marcado la salida, volviendo a quedar frente al toro”

En lo que no se ponen de acuerdo estos toreros, es en las condiciones que deben reunir las reses para propiciar la suerte, algo muy importante pues las Tauromaquias clásicas no dan normas fijas sino reglas que varían en función de las condiciones de los toros.

Pero, como ocurre siempre, cada uno cuenta la feria según le va en ella. Por eso cada torero tiene su visión personal y diferente. Así mientras que para Pepe-Hillo, la suerte a la navarra sólo debe intentarse con las reses boyantes y siempre que conserven las piernas, Paquiro discrepa y sostiene que la suerte puede hacerse con reses de casi toda condición, aunque con algún matiz en los burriciegos y tuertos y con muchas precauciones en los que ganan terreno y los de sentido.

Guerrita, más prudente que Montes y, por tanto, más cercano a las tesis del sevillano que a las del chiclanero, sólo la aconseja con los bravos (boyantes) y los revoltosos.

 

La navarra antigua en nuestra particular Tauroteca.

Descrita la navarra antigua en las viejas tauromaquias, está claro que esa suerte (que muchos atribuyen a Martincho) no se asemeja nada a la que hoy se practica con el mismo nombre ya que la vuelta (más brusca) se da en aquella en sentido contrario al viaje del toro mientras que en la actual navarra, se gira más suavemente en el mismo sentido.

Por suerte, disponemos de  una película donde está grabada la navarra antigua. Corresponden a los lances de recibo de Joselito el Gallo a su quinto toro, Nevadito, la tarde de los 7 toros de Martínez. Es una película que ya hemos insertamos en anterior entrada de este blog y de las que decíamos:

“Aunque nos pueda sorprender hoy, Paco media Luna en el Toreo llamaba navarra al lance que Joselito da después del farol. Un lance que no tiene nada que ver con la suerte que hoy conocemos con este nombre sino con la descrita en las Tauromaquias clásicas. Se trata pues de la verdadera navarra. Quede hecha la precisión sobre un lance al que dedicaremos una próxima entrada.”

 

1914-07-04 Paco media Luna El Toreo

Descripción, por  Paco Media-Luna, de los lances de Joselito al quinto toro, Nevadito de Martínez en el Toreo del día 4 de julio de 1914.

Vemos otra vez esas imágenes pero, ahora, ralentizadas lo que nos permitirá apreciar y comprender cabalmente la técnica y el mecanismo de ese lance que Joselito utiliza como remate de esa serie después de un farol.

 

¿Navarra o molinete?

La imprecisión terminológica que provoca el hecho de que una suerte deje de practicarse durante algún tiempo es un problema muy frecuente no solo en tauromaquia sino también en otras disciplinas. Si a ello se une la falta o dificultad de transmisión de la información que era frecuente en épocas pasadas (nada que ver con el exceso de información que es el problema que tenemos hoy día) se comprenderá fácilmente las razones de los “bailes” en la denominación de muchas de estas antiguas suertes.

Igual que pasó en su día con la suerte de frente por detrás como veíamos en anterior entrada de este blog, al pasar la navarra a convertirse en una suerte en desuso, se aplicó su nombre a otra suerte posterior que es la que hoy se practica pero que no tiene nada que ver con aquella (y a la que me parece oportuno denominar -para evitar confusiones- “navarra antigua”).

Consecuencia de lo anterior, es que cuando la genuina suerte de la navarra se ha ejecutado ante los ojos de aficionados de generaciones posteriores, estos, al desconocer el nombre verdadero, la han rebautizado con otras denominaciones. Precisamente, eso es lo que ocurre en la grabación de Achúcarro, donde el locutor utiliza la denominación de  “molinete” para la “navarra antigua”.

La cosa tiene su lógica pues el giro del torero emparenta ambas suertes dentro de la familia de las denominadas “suertes de molinillo”.

A este respecto resulta muy instructivo comparar los nombres que utiliza Robert Ryan, en su libro “El toreo de capa” (recientemente reeditada), para todas esas suertes tan parecidas: La actual “navarra”, la “media verónica al molinete” y el “recorte al molinillo”

En todos los casos el intérprete es el genial Chicuelo.

 Ryan-Navarra Chicuelo 001

Chicuelo ejecuta aquí la suerte que, en la actualidad, se conoce como navarra y que nada tiene que ver con ella. En México, con más acierto, llaman a esta suerte “chicuelina antigua” pues la conocieron, de la mano del genial torero de la Alameda, antes que a la “chicuelina” verdadera.

 

Ryan Recorte al molinillo Chicuelo 001

 Ryan (y otros autores) han denominado “recorte al molinillo” a esta suerte que es muy similar a la “navarra antigua”, esa que veíamos ejecutar con gracia sevillana a Joselito el Gallo en la película de Achúcarro con la misma gracia que aquí derrocha su aventajado discípulo, el inimitable Chicuelo.

 Ryan Media veronica al molinete Chicuelo Toledo 001

Y finalmente, Chicuelo ejecutando la que Ryan denomina “media verónica al molinete”. Una suerte que es también muy similar a las anteriores.

 

Las diferencias entre las dos suertes que comenta Ryan (la “media verónica al molinete” y “el recorte al molinillo”) y la navarra antigua son excesivamente sutiles. A la vista de la película de Joselito, pienso que en la navarra las manos deben ir cada una a un lado del cuerpo mientras que, en las otras dos suertes, van al mismo lado, pero esto no pasa de ser una hipótesis que habría que verificar con más detalle.

Vemos ahora a Armillita (una de los verdaderamente grandes toreros de la historia) ejecutando una verónica y un recorte al molinillo de recibo y, después del quite al picador, en una serie de modernas navarras rematada con una serpentina.

 

 

De Navarra a Sevilla. El origen de la “Chicuelina”

Viendo estas imágenes y estas fotografías antiguas, creo que queda claro (o al menos a mí me lo queda) que el origen de la “Chicuelina” de Chicuelo no está en ninguna suerte del toreo cómico, sino en el genuino lance a la navarra que describía Pepe-Hillo en su tauromaquia. Ese lance que se dice que inventó Martincho, del que Cúchares pasa por gran intérprete y que hemos visto ejecutar, con precisión y garbo, a Joselito el Gallo.

Chicuelo convirtió a la navarra, que era un lance brusco donde el torero arrancaba la capa por bajo del hocico del toro, en un lance nuevo y distinto, mucho más airoso y elegante, por el simple procedimiento de levantar los brazos y parar los pies en el giro al estilo de ese otro lance de capa, también de su cosecha, que es la actual navarra.

 

Ryan Chicuelina Chicuelo 001

La “Chicuelina” de Chicuelo deriva de la navarra antigua (pues el giro se hace también en sentido contrario al movimiento del toro) pero adobada con el sentimiento del genial torero sevillano. El mismo sentimiento que Chicuelo imprimía a ese otro lance de su repertorio que, en México, llamaron “chicuelina antigua” en su honor y que aquí conocemos, hoy día, como “navarra

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Tal día como hoy nació en Espartinas Pepe Hillo en 1754. Enhorabuena por la entrada.
Antonio Pineda.

Jose Morente dijo...

Antonio:

¡Eres un crack! ¡Estas todo!

Un abrazo (y gracias)

Manuel Garcia "Riverito" dijo...

Gracias por su trabajo tan riguroso y superiormente documentado como siempre que me hace recordar a quien solia rematar sus veronicas con la media al molinillo de la que hace tambien alusion : El "MONSTRUO"Cordobes MR "MANOLETE" Un cordial saludo

Jose Morente dijo...

Riverito:

Efectivamente, para no hacer demasiado extensa la entrada, he cortado en la chicuelina (hoy algo devaluada, a veces por su uso y abuso como me acaba de recordar hace un momento desde México mi amigo Gastón Ramírez).

Pero habrá que volver sobre el tema. Sobre la chicuelina de Chicuelo (torero del que mi también amigo Xavier G. Fisher me acaba de enviar un par de magníficas fotos -navarra y delantal-) y sobre la media al molinete o molinillo de la que Juan Belmonte (parándola como Chicuelo paró la navarra) sacó su genial, impresionante e indiscutible media verónica.

Manolete con otro concepto del toreo (también genial) recuperó para su toreo de capa el remate de la media al molinillo que usted ha tenido la gentileza de recordarnos.

Un cordial saludo.

Garabito dijo...

Celebro el planteamiento del tema y el acertado análisis que sobre la naturaleza, forma, evolucióny variantes del lance se efectua en LA RAZÓN INCORPÓREA. Falta hacía.

Personalmente, acostumbrado desde niño a ver los lances que actualmente se conocen como NAVARRAS, cuando tuve ocasión de leer las descripciones pormuladas por Illo y Montes en sus respectivas Tauromaquias llegué a la conclusión de que, tanto uno como otro, lejos de describir la navarra que todos conocemos, lo que hacían era describirnos la CHICUELINA. La chicuelina antigua, si se quiere, un lance cuya evolución hasta la Chicuelina de Chicuelo se desarrolla por cauces lógicos y es fácil de imaginar, mientras que resulta dificílmente concebible que pudiera metamorfosearse en las actuales navarras.

Las NAVARRAS de hoy día, que nada tienen que ver con las descritas por Illo y Montes, no son sino unos lances facilones -delantales inacabados-, que pueden resultar muy vistosos y revestir cierta plasticidad cuando se hacen con el garbo y la torería de Armillita, aunque lo cierto es que suelen ejecutarse con tal desaliño que en demasiadas ocasión caen en el ridículo.

Finalmente y siendo que, tanto de las descripciones obrantes en las viejas tauromaquias como de las secuencias fotográficas que complementan el trabajo, se deduce que la antigua navarra no es sino la conjunción de una verónica -a la antigua, o sea, hacia fuera- con un giro en sentido contrario a la trayectoria del toro, me parece perfecta la idea de sugerir a Morante de la Puebla que tratara de ensayar y actualizar el viejo lance. Sólo él podría hacerlo.

Y sin abandonar la viejas Tauromaquias, ¿creen Vds. que la forma en que estas definen la acción de CARGAR LA SUERTE (que no es el "echar la pata p'alante") tiene algo que ver con lo que oímos y leemos a diario? Meditémoslo.

Jose Morente dijo...

Garabito:

Poco puedo añadir a su comentario que creo resume perfectamente lo expuesto en la entrada.

Pero no quiero dejar sin responder su pregunta final:

¿Creen Vds. que la forma en que estas [Las viejas tauromaquias]definen la acción de CARGAR LA SUERTE (que no es el "echar la pata p'alante") tiene algo que ver con lo que oímos y leemos a diario?

En mi opinión, rotundamene NO. No tiene nada que ver.

Cargar la suerte se hace (en las tauromaquias clásicas y siempre) con los brazos no con las piernas.

Cuando se empieza a abrir el compás (época de Guerrita) los aficionados lo consideraban toreo "basto".

Llega Belmonte, con el compás abierto, espatarrado, algo encorvado y lo que era defecto se quiere convertir en virtud.

Por eso sus panegiristas empiezan a decir que ese movimiento de su pierna hacia adelante (a veces porque otras muchas veces la pierna de Belmonte "patinaba" hacia atrás)es "cargar la suerte".

¡Voilá! Ya tenemos al heterodoxo, al transgresor, convertido en torero clásico y "restaurador" de una supuesta verdad eterna del toreo que se convierte en canon irrefutable y dogma absoluto para muchos aficionados desatentos con la historia verdadera del toreo, (como dijera Pepe Alameda).

La culpa, evidentemente no es del pobre Juan Belmonte sino de sus exégetas que, en su afán por engrandecer su figura, han creado un batiburrillo conceptual en el que creo estamos inmersos todavía y del que no es fácil salir.

Por supuesto, esta es sólo yexclusivamente mi opinión particular.

Un cordial saludo.

Garabito dijo...

Y el mío. Gracias.

Gil de O. dijo...

Debemos hacer honor a Antonio Ortega "Orteguita", para mí el mejor en la suerte (un cuarto de suerte) de la navarra de todos los tiempos. No soy muy de este lance. Todos aquellos lances en lo que el Toro no va "toreao" para mí, sobran.

Respecto del "molinillo" y con ellos Juan, Chicuelo, Armillita, incluído Morante, y otros, no he visto, sino un recurso para salirse de la...suerte (ya no hay) cuando el Toro apretó más de lo esperado (se le pierde la cara) y la media no fue posible; si tobillero, con más motivos.

Don Manuel, ha sido el único que se ha quedado, no se permitió jamás salirse, ya que siempre estuvo tan dentro de la suerte que no podía ser infiel a sus conceptos. Esto puede hacer temblar los huesos en su tumba a Vidal; lo siento, buen maestro; Madrid se le quedó chico. En mi pueblo, como no le leíamos...

Saludos de Gil de O.

Gil de O. dijo...

Se me olvidaba:

No lo ha hecho mal el señor que nos ha dado la demostración de toreo de salón.

Solo decir que "David" en el Toreo a punta de capote y correrlos, ya ligaba al cambiar de mano con el vuelo del corcho a la altura de la vista del Toro, éste por el haz del capote perdiendo un paso, estotro por el envés al cambiar de mano y pitón, perdiendo otro; y así, hasta cerrarlos.

Reconozco ser un poco pesado, pero bueno...al hablar de cosas tan desconocidas.

Saludos de Gil de O.