Luís Mazzantini (y III) El primer torero mediático

 

 

Don Luís Mazzantini

Cogidas

Dada su gran corpulencia y escasa agilidad tuvo bastantes cogidas (hasta 11 se le contabilizan aunque eso sí en 25 años de carrera) de las cuales tres fueron con toros de Veragua. 

 

Cogida de Mazzantini (La Lidia 5-10-1896)

Cogida de Mazzantini en la Coruña (de fotografía) (Lámina de la Lidia 2-10-1899)

La más grave ocurrió en Sevilla y se la causó un despiste suyo al ser insultado por un espectador del tendido. Mazzantini se volvió a contestarle y al perder la cara del toro quedó al descubierto.

La cogida de Mazzantini en Sevilla en dos versiones distintas (Dibujo de la época y Lámina de la Lidia de 27 de junio de 1887)

Mazzantini torero mediático.

El caso es que Don Luís y pese a la poca calidad de su toreo se convirtió en un torero famosísimo, con una gran popularidad, sobre todo  (aunque su estocada no era “moco de pavo”) por sus facetas extra-taurinas. Pienso que hay que reconocerle como el primer torero mediático de la historia del toreo.

Mazzantini preparado para salir hacia la plaza. Expectación popular ante el torero del que hablaba toda España

Ello le permitió percibir unos honorarios superiores incluso a los que cobraban los toreros de mayor categoría, como Lagartijo y Frascuelo, quienes no entendían como podía ser esto posible y los que traía de cabeza por ese motivo. Pues la capacidad de Mazzantini (quien incluso se hacía asesorar por expertos abogados para sus contratos) de moverse en los despachos era para ellos algo desconocido e inaudito.

Don Luis fue un torero mediático, con una gran repercusión social, muy por encima de la calidad intrínseca de su toreo.

Otra situación en la que su repercusión mediática le permitió defender su postura frente a Guerrita, pese a tener este diestro mucha mayor categoría y calado taurino que él, fue en el tema del sorteo de las reses. Veamos lo que ocurrió.

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El sorteo de las reses

Hoy estamos acostumbrados a que los toreros sorteen sus toros mediante 3 lotes de 2 toros cada uno, que se procuran lo más emparejados posibles.

Con independencia de los subterfugios que se han empleado y se emplean alguna veces, el sorteo aparece con asiduidad sólo a finales del XIX, antes era el ganadero el que decidía el orden en que debían lidiarse sus reses.

El apartado (Lámina de la Lidia)

Santi Ortiz en su el capítulo segundo El sorteo y su pedrea de su libro “Lances que cambiaron la fiesta” (Espasa Calpe, Colección la Tauromaquia, Madrid, 1ª ed., 2001) es quien nos cuenta con todo lujo de detalles el proceso por el que llegó a imponerse el sorteo sustituyendo al  que podemos denominar sistema tradicional y que era el siguiente:

“[Los ganaderos] habitualmente, elegían para abrir plaza el toro de más trapío, buscando el mayor impacto en el público, y reservaban para lidiar en quinto lugar el toro de mejor nota, con objeto de levantar la corrida si estuviese saliendo mala, o, si al contrario, consolidar el triunfo. De ahí nace el aforismo “No hay quinto malo”, que desde la práctica del sorteo no tiene razón de ser,, aunque la tópica inercia del refranero y la ignorancia de los espectadores mantenga vigente su uso. Para cerrar el festejo dejaban el más terciado, y repartían los restantes de modo que el segundo espada se llevara otro toro grande, aliviándose en todo caso al espada más nuevo”.

Lo que también respondía al viejo principio enunciado por Cúchares de “los mayores para los mejores”.

Mazzantini en México. Museo de Filadelfia.

Parte de la afición, sin embargo, estaba en contra del sorteo, ya que podría resultar que a los primeros espadas tocasen los toros más pequeños, lo que no garantizaba el lucimiento del festejo.

Sin embargo, la hegemonía de Guerrita y el pretendido favoritismo hacia él de los ganaderos, hizo que Mazzantini y otros diestros, empezasen a reclamar que se sorteasen las reses, cansados de que a Guerrita, que gustaba de torear en segundo lugar, le tocasen los toros mejor hechos. Y es bastante creíble su queja, ya que resulta lógico que los ganaderos procurasen que los toros de mejor nota fuesen a parar a manos de un torero como Guerrita con capacidad para lucir sus toros y no a las de un Mazzantini que como sabemos, aunque gran estoqueador, era muy limitado, y más bien basto, toreando.

Mazzantini y Guerrita al alimón. Pleitos aparte.

Esa opinión concuerda con la que han manifestado años después muchos ganaderos hartos de ver desperdiciar sus toros por toreros incapaces de darles la mejor lidia posible.

Cocinero de Félix Gómez. El famoso toro colmenareño que pasa por ser el más grande lidiado en Madrid. Aquí hubo sorteo pero al revés, ya que todos querían que les tocase este toro. la anécdota es la siguiente: Cocinero descabalaba la corrida y Guerrita sugirió quitarlo. Cuando el mayoral le dijo que no se preocupara que no venía para él -ya que correspondía posiblemente al Espartero quien era cabeza de cartel- Guerrita cambió de criterio y se empeño en matarlo. Al negarse, Manuel a cederlo, hubo que realizar sorteo. El resto es historia conocida. El toro le tocó al Guerra que alcanzó con él uno de sus más sonados triunfos en Madrid.

Después de varios tiras y aflojas, el sorteo acabó imponiéndose en el momento en que se retiró el Guerra. A finales de siglo pocos toreros seguían acogidos al antiguo sistema (quizás, el único Emilio el Bomba, hermano mayor de Ricardo Bombita). También se oponían los ganaderos, celosos de sus prerrogativas, pero estos acabaron finalmente por ceder. El sorteo se reguló reglamentariamente algo más tarde en 1917, aunque se practicaba ya habitualmente desde 1900.

Lo que no se sabe (yo al menos no tengo el dato) es en que momento se empezó a sortear como se hace ahora por lotes.

Mazzantini después de una estocada. La postal es de 1906, posterior a su retirada

Retirada

En 1905, Mazzantini embarcó para México con su mujer a quien dejó en este país para ir a torear a Guatemala.

Mazzantini y su cuadrilla embarcan para México.

Cuando llevaba toreadas algunas corridas, le llegó la noticia del fallecimiento de su esposa. Mazzantini había prometido retirarse del toreo si ella moría antes que él y cumplió fielmente su promesa, por lo que abandonó la profesión de inmediato.

Mazzantini con su esposa, Concepción Lázaro

La vieja Plaza de toros de Guatemala donde toreo Mazzantini por última vez

Si en activo como matador ya había acometido varias empresas con poca fortuna (fue ganadero, además de empresario taurino en Madrid y empresario turístico en el Puerto de Santa María, entre otras actividades), después y una vez retirado tuvo una activa e intensa vida social e hizo una interesante carrera política. Llegando a Concejal del Ayuntamiento de Madrid y Gobernador Civil de Guadalajara.

Mazazantini político. Una estupenda caricatura de su época de Concejal madrileño y una fotografía posterior, posiblemente de la época en que fue Gobernador Civil, muy condecorado.

La cuestión de como un torero pudo llegar a político de cierta importancia es bastante fácil de responder. Basta contestar como contestó el genial Juan Belmonte a un amigo que se había enterado de que un antiguo picador había llegado a Alcalde de pueblo y le preguntaba a Juan que como era eso posible. Belmonte simplemente, le dijo:

¡Pues… ya lo ves: Degenerando. Sencillamente…Degenerando!

La biografía de Mazzantini de Sánchez Vigil y Durán Rodriguez. Magnífico libro muy documentado.

 

Y para finalizar, las únicas imágenes de cine que se conocen de Mazzantini, llegando a la plaza de toros.

Achúcarro