lunes, 28 de marzo de 2011

El toreo de Belmonte (II) Debut con picadores en Sevilla.


Los genio de cerca- Belmonte-Bollaín (portada)
Los genios de cerca-Belmonte visto por un belmontista. El libro de vivencias belmntianas de Luís Bollaín

Juan Belmonte toreó varias veces en Sevilla, sin picadores, con desigual fortuna. En una de sus actuaciones salía a hombros ….

Belmonte a hombros novillero 001

Pero en otra, le habían echado al corral uno de sus toros.

Belmonte Sevilla becerrista corral 001“Cuando me echaron el becerro al corral me puse de rodillas ante el toro pidiéndole que me matara”.


De Sevilla fue a Valencia donde triunfó clamorosamente para, de vuelta otra vez a la capital del Betis, presentarse con una cierta expectación que no quedaría defraudada. De esa tarde, de su regreso a Sevilla, dio fe Chaves Nogales en su magnífico libro.


Belmonte novillero Valencia 1912 001Debut de Belmonte como novillero en Valencia

Vamos a revisar ahora lo que pasó la tarde de su presentación con picadores en Sevilla, pero contado, no por Chaves Nogales, sino por el propio Juan a Don Luís Bollaín, el notario de Madrid y máximo partidario suyo quien transcribió esa conversación en su libro “Los genios de cerca-Belmonte visto por un belmontista” (Madrid, 1ª ed., 1957. Ilustraciones de Ándres Martínez de León).

El relato es largo pero merece la pena:
Venía yo de Valencia, de torear aquellas dos novilladas sin caballos que fueron mi revelación. Y con unas ansías locas de rehabilitarme ante la afición de Sevilla, hice el paseo en la Maestranza entre dos novilleros de postín. Con Larita y Curro Posada de compañeros de terna.
LARITA_(_TORERO)Matías Lara “Larita” de Málaga, rutilante y postinero según Juan Belmonte
Entre los dos toreritos postineros, con rutilantes trajes de luces y con cartel, aquel desgraciado y desconocido Juan Belmonte, vestido de mamarracho y con cara de hambre y traza desgarbada y enfermiza era la nota discordante y molesta de la corrida.
Empezó la fiesta y mis primeras intervenciones vinieron a dar la razón a los agoreros. Ocurrió que, tras de una serie de apretadas verónicas de Larita y después de dos aplaudidos quites a cargo de mis compañeros, entré yo en turno, cité y el novillo me quitó limpiamente el capote. Yo, me resigné ante la desgracia del instante, pero no me di por vencido.
Pero salió el segundo de la tarde: Posada veroniqueó muy bien y quitó mejor. Y cuando me tocó a mí hacer el quite se reprodujo la escena del novillo primero un derrote fuerte y mis manos … vacías; con la agravante de que esta segunda vez, el capote quedó enganchado en los cuernos del toro. Imagínese usted la escena: el toro quieto y fijo en mí, enarbolando como pendón de victoria el capote que mi poca destreza torera no había sabido conservar y el público cada vez más firme en su juicio de primera impresión, riendo a carcajadas o vociferando contra la ineptitud “de aquel chalao” .

Los genio de cerca- Belmonte-Bollaín 001

Para mayor escarnio, Larita puso fin a tan lamentable escena metiéndose a cuerpo limpio entre el toro y yo quitando de los cuernos mi capote y poniéndolo en mis manos.
Hasta que salió el tercer novillo de la tarde. ¡Era el mío! Cuando me puse ante él, ví con gozo emocionado que ya no se me iba de las manos el capote, ¡ni el toro!. El público viéndome torear trocó la burla, en asombro; después, en angustia y, por último, en delirio. Enterrado ya el infortunio de aquellos dos tercios de quites de los primeros toros, fui hacia arriba en el éxito de manera arrolladora.

Los genio de cerca- Belmonte-Bollaín 002

Toreé con el capote y la muleta de una forma que causó sensación. Hice en la plaza y ante el público lo mismo que había realizado tantas noches sólo y a la luz de la luna.

Belmonte novillero Sevilla 1912 Media verónica 001

Sin embargo, la apoteosis de aquella tarde culminó en el último tercio del sexto novillo. 
Ninguna de mis actuaciones ha ganado a ésta en pasión y entrega. Por eso, es por lo que yo nunca vi un público de toros tan delirante, tan despeñado en el paroxismo de la locura como lo estuvo aquel de la Maestranza que unos minutos antes, me había hecho víctima de la burla más cruel.

Los genio de cerca- Belmonte-Bollaín 003

Al rodar a mis pies el novillo, me vi alzado en hombros de aquella muchedumbre enfervorizada. Cuando el cortejo enfiló la Puerta del Príncipe en busca de mi casa trianera, y en el esquinazo que hace el callejón que conduce a la puerta, con la barrera del tendido uno, estaba en pie un viejo de aspecto venerable, con un gran pañuelo, para enjugar el sudor, puesto sobre su cabeza y sujeto con el sombrero de ala ancha. 

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Al pasar a su lado vi sus ojos llenos de lágrimas que, alternativamente y de una manera inefable, se fijaban en mí y se elevaban al cielo, mientras sus brazos se abrían desmesuradamente hacía lo alto en actitud de asombro y fervor  casi religioso. 
Han pasado muchos años desde aquellos, pero todavía aún conservando muy vivos todos los recuerdos de esa tarde es, sin duda, el del viejo el que para mí ocupa el primer plano en punto a emotividad. 
Yo creo que porque aquel hombre, con sus brazos hacia el infinito, con su mirada en las alturas, con sus ojos arrasados por el llanto, con su impresionante estampa evangélica, venía a ser algo así como el testigo simbólico de lo que luego se llamo “milagro belmontino”.

Belmonte vivienda Triana 001
Corral de la calle Pureza donde (primera puerta de la izquierda) vivía Belmonte

Creo que es suficiente con lo relatado. La anécdota magnífica y sobre todo la forma de contarla revela el impacto y el lógico estupor del público ante aquella forma “nueva” de torear (El “así no se puede torear” de Guerrita que decíamos ayer) donde predominaba el temple en cotas posiblemente desconocidas hasta entonces y que se sustentaba, como no podía ser de otra forma, en ese tipo de valor que es privativo de los grandes toreros y que le permitía pararse de verdad ante los toros y mandar en ellos.

Pero también revela como ese estupor y asombro del público se trocó desde el inicio en devoción religiosa ante la figura del trianero.


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Belmonte  “bajo palio”. Del The Kon Leche (Del Blog Triana en la Red)

Sentimiento del que (sarcástico e irónico siempre consigo mismo) no participará Juan Belmonte.

Sólo excepcionalmente, Belmonte ejercería de belmontista. Lo hará, por ejemplo, poco antes de su muerte. Lo cuenta Luís Bollaín en otro libro suyo: “La Tauromaquia de Juan Belmonte”:

 La Tauromaquia de Juan Belmonte pag. 73 001La Tauromaquia de Juan Belmonte. Luís Bollaín. Madrid, 1ª ed., 1963. Pág. 73

(Continuará …)

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