domingo, 2 de marzo de 2014

La tauromaquia de Enrique Ponce (III) Los conceptos básicos de su toreo

Por Jose Morente

ESPAÑA-TOROS

La mirada del torero y la mirada del toro. La tauromaquia se convierte, muchas veces, en un juego de miradas

Hay muchas formas de plantear la lidia de un toro. Algunos toreros –los más valientes- se enfrentan a la fiera con el mínimo bagaje de su propia apuesta personal. Otros –los estetas- reducen voluntariamente su toreo a aquellos movimientos que les permiten expresar lo que sienten.

Finalmente, hay otros –los inteligentes- para los que lo importante es mandar sobre el toro y  están dispuestos a adaptar su repertorio (entendido no sólo como conjunto de pases sino como forma de hacer) a las cambiantes condiciones de las reses.

En general, este tipo de torero parte de un esquema básico (de un modo de torear que sienten y le es propio) pero en el que no tienen problema alguno  (al contrario que los artistas) de introducir cuantas modificaciones sean precisas para adecuarlo a cada res concreta. Joselito el Gallo ha sido quizás el mejor exponente y prototipo de lo que decimos.

En la misma línea conceptual (aunque, quizás, con una voluntaria reducción de los modos y los repertorios, propia del toreo moderno), Enrique Ponce es hoy ejemplo señero del tipo de torero que glosamos.

Vamos a penetrar en esta nueva entrada y al hilo de sus declaraciones a José Luis Ramón para 6 toros 6 en cual es su concepto del toreo. Un concepto que, en primer lugar y como condición necesaria y suficiente, se basa en el adecuado entendimiento y conocimiento de las reses, algo que ya pudimos comprobar in extenso en las dos primeras entradas de esta serie.

 

Lo más difícil es que no te coja el toro

Cornadas para todos Ponce (1)

Portada del post del 28 de febrero del Blog “Cornada para todos” de Andrés Verdaguer Talens.

Ese buen aficionado que se llama Andrés Verdaguer Talens, insertaba hace pocos días en su blog “Cornadas para todos” un track de un vídeo con las declaraciones que hizo Enrique Ponce en la charla-coloquio que tuvo lugar con motivo del homenaje que se le rindió el pasado 26 de febrero, en la Universidad Católica de Valencia y donde el torero de Chiva explicaba cual era su idea básica del toreo. Su concepto del toreo:

“Cada torero tiene una forma de ver e interpretar el toreo. Yo lo veo  estando siempre encima del toro (…) Yo trato siempre de comunicar y de entender al toro que tengo delante toreando: Que pase por aquí. ¡Que no pase por encima mío! Hay toreros, oye, pues que tienen otra interpretación, a veces, y que lo hacen, bueno, pues… pero esa es su forma de hacerlo. Y no solo uno, hay muchos, otros muchos toreros que también lo hacen así.

Aquí lo que está claro es que hay un oficio, hay una técnica, hay una forma de estar delante de un toro, que es la que tienes que utilizar y es la que perdura. Todo lo demás, si te pones en la vía del tren, el tren te arrolla…Eso es así.

Lo que si que esta claro es una cosa: Que lo más difícil de torear es, como he dicho, torear y que no te coja. Que eso es lo más difícil. ¡Que te coja es lo más fácil!

Porque cualquiera que se ponga delante de un toro lo normal es que lo coja. Entonces…¡Oye, a mí me ha cogido!. Pero yo no trato de que me coja. Yo trato de torear, yo trato de hacer el toreo, yo trato de sentirlo, de gustarme, de que el toro pase por delante mío y que vaya hasta donde yo lo quiero llevar. Y hasta donde vaya. Y repetir. Y que pase cuarenta veces. Eso es lo que yo interpreto que es el toreo. 

Hay veces, oye, que hay que apostar más y que de repente con un toro en el que tú dices: ¡no sé si va a pasar! que también me ha pasado a mi eso. Es decir: Bueno, yo se la voy a poner aquí, a ver que pasa. A ver si pasa o no pasa. A lo mejor no pasa. Pero quiero decir: ¡Que si yo veo que el toro me va a coger, que yo me quito!

¡Que yo no me quedo para que me coja!”.

No voy a entrar en analizar su opinión de como debe ser el toreo, ya que reiteradas veces hemos dicho que hay casi tantos conceptos diferentes como toreros. Y, en efecto, mientras que hay diestros que todo lo basan en el valor, otros lo hacen en el arte y otros en la técnica.

Y todos esos conceptos son, para mí, legítimos y válidos.

jose-tomas-san-isidro-tengoentradas

En el concepto del toreo de José Tomás, radicalmente contrapuesto al de Enrique Ponce, el riesgo de cogida está plenamente asumido. Sin embargo, lo que se busca no es provocar el percance sino explorar el límite hasta el que se puede obligar al toro (algo que no entienden muchos aficionados ni, incluso, algunos toreros). Un objetivo muy complicado y difícil (nada fácil) y donde el albur de la cornada está siempre presente.

Si lo que importa es que no te coja nunca el toro o, por el contrario, lo que se pretende es explorar hasta donde se puede llegar sin que te coja es evidente que nos encontramos ante dos planteamientos antagónicos. Se trata de una cuestión que cada torero debe resolver a solas consigo mismo.

Lo importante, como aficionados, es que sepamos valorar y respetar las diferentes opciones, incluso aquellas que no compartimos por alejarse de nuestra forma de ver los toros. Algo nada fácil en un mundo tan pasional y apasionante como este del toreo.

2008-09-16 Albacete Pto de San Lorenzo Ponce 001

Excepcional muletazo de Enrique Ponce a un toro de Puerto de San Lorenzo en Albacete. El objetivo del diestro de Chiva no es que no le coja el toro (como piensan muchos aficionados y algunos otros toreros e incluso como el propio torero afirmaba de forma irónica en las declaraciones que hemos transcrito). Su objetivo, más sencillo -y por eso mucho más difícil- es llevar al toro toreado (entregado en la muleta) a lo largo de todo el muletazo de la forma más elegante posible. Ese pretendido equilibrio entre forma y fondo es muy complejo de lograr sin caer en un formalismo banal.

 

La técnica como fundamento

Para el diestro de Chiva, todo está muy claro (no en balde es un torero que podríamos definir como clarividente). Y si para él lo más importante es “que no te coja el toro”; la clave para conseguirlo se encuentra en la técnica que debe jugar, por tanto, un papel fundamental.

Por eso, en la entrevista  concedida al director de Aplausos, decía que:

La técnica en el toreo es fundamental. Es verdad que las manos hacen mucho, porque está claro que un toro en manos de un torero es de una manera y en las de otro puede ser de otra distinta.

En una corrida de toros esto no se puede ver, pero si se pudiera, se vería que muchos toros son diferentes según los toreros.

No se puede llegar a ser un torero de largo recorrido, una figura del toreo, sin técnica. Es fundamental que la cabeza funcione y que el torero sepa lo que hace en cada momento, con el toro que tiene delante.

A partir de esos dos conceptos básicos (el toro no debe coger al torero y la técnica es la clave para conseguirlo, para torear), Ponce va desgranando en esa magnífica entrevista, su personal tauromaquia desmenuzando todos los elementos y matices que son básicos en el  toreo en su toreo, que es el toreo de nuestros días. Y, estoy por decir, que el de siempre.

No está de más, por eso, poner los puntos sobre las íes (los que pone Ponce) en algunos de estos conceptos y matices tan mal entendidos o desconocidos hoy por la mayoría de los aficionados.

 

2008-08-17 Malaga Santiago Domecq POnce 001

Enrique Ponce antepone la técnica a cualquier otra consideración a la hora de torear. En la foto doblándose y doblegando a un bravo y encastado toro de Santiago Domecq en la feria de Málaga de 2008.

Colocación. 

El primer aspecto a tener en cuenta a la hora de torear es, para Ponce, la colocación.  Algo que tiene importancia suma. Y lo explica:

En los tentaderos, a los chavales que han toreado poquito, les ves que la colocación no es buena ya de entrada. Posiblemente, están al hilo del pitón y les cuesta dar el pasito para delan­te. Estar colocado siempre es fundamen­tal en el toreo.

Estar cruzado con un toro es una de las claves fundamentales que hacen posible torear, pero no porque sea difícil hacerlo, sino (como señala Enrique Ponce) por todo lo contrario:

Algunos aficionados piensan que para los toreros estar cruzado con los toros es un problema. Que les cuesta cruzarse, cuando es todo lo contrario.

Es funda­mental estar cruzado, pero en el primer muletazo.

En el siguiente y en el siguien­te, es imposible estar cruzado, porque para ligar tienes que estar al hilo del pitón, que es donde más riesgo hay, porque el toro te ve mucho más que cuando estás cruzado. Cruzarse con los toros es real­mente un recurso.

 

Una aparente paradoja

Lo que acaba de decir Enrique Ponce es lo mismo que decíamos en este blog, hace unos días, cuando recogíamos un texto de Claude Popelin. Es también la misma opinión que, muchos años antes, había formulado Manolete para quien estar cruzado es una ventaja.

Esto de que estar cruzado es una ventaja, puede sorprender y descolocar a más de un aficionado desatento pues son muchos los que han opinado y repetido hasta la saciedad que cruzarse (colocarse en las vías del tren) es lo que entraña más riesgo y que el truco, la ventaja, estaba en torear al hilo. 

2008 Valencia Ponce (JPD) 001 - copia

Ponce en Valencia en 2008, buscando el pitón contrario o, mejor dicho, el ojo contrario (foto de Manu de Alba)

Lógicamente, ese aficionado, acostumbrado a oír lo contrario, puede flipar en colores con estas afirmaciones del maestro Ponce que, sin embargo, son las mismas que sostenía Manolete o que nos explicaba Claude Popelin.

Llegados a este punto, es bueno recordar que el toreo es un arte práctico y no especulativo, y que lo que vale es lo que pasa en el ruedo, no lo que el aficionado piense o sienta en el tendido.

Esto no quiere decir que el aficionado en el tendido no pueda penetrar o entender esos matices que nos comentan estos toreros pero, para ello, es necesario que sea capaz de ponerse, siquiera sea de forma mental, en el lugar del torero.

Y es que, aunque no lo parezca (o no queramos creerlo), lo que ocurre en el ruedo y lo que se ve en el tendido son cosas radicalmente distintas, diferencias que tienen que ver con la fisiología y la morfología del toro. Expliquémoslo.

1944-05-02 (p. El Ruedo) Presidencia y publico de las Ventas

Lo importante de verdad es lo que realmente pasa en el ruedo no lo que el público ve o cree ver desde el tendido (En la foto, aficionados en el tendido de la plaza de toros de las Ventas. Publicada en El Ruedo 2 de mayo de 1944)

 

“No se torean los pitones, sino los ojos del toro”

Decía Antonio Corbacho, que no se torean los pitones, sino la mirada del toro, sus ojos.

Los ojos del toro Doctor Anas 001

La preocupación por los ojos del toro no es nueva pues aparecía ya en las viejas tauromaquias. Ha sido también objeto de sesudos estudios como este del Doctor Anás (pseudónimo de Victorio de Anasagasti), titulado “Los ojos del toro

La frase un tanto cabalística tiene una explicación sencilla y es que, aunque el toro tiene su aparato ofensivo en los cuernos, en realidad se orienta con los ojos, con la mirada. Y mientras que aquellos (los pitones) se sitúan en la frente y en el frente, estos (los ojos) se sitúan lateralmente a ambos lados de la cara.

No voy a entrar si por esta posición de los ojos, el toro tiene un ángulo muerto donde podría situarse el torero sin peligro. Eso, aunque se ha repetido mucho, me parece una quimera pues bastaría un pequeño giro de cabeza para que el toro volviera a situar a su enemigo dentro de su campo de visión.

El tema de la visión del toro, de como percibe este animal las cosas, ha sido objeto de un más que interesante estudio y análisis (con el titulo La mirada del toro) en el magnífico blog “Taller de toros” de mi compañero de profesión Felipe Romero. Recomiendo encarecidamente su lectura. 

 

En estas condiciones de colocación de los pitones y situación de los ojos la cosa está clara.

Para un observador situado fuera del campo de juego (pongamos el espectador de una andanada) el torero está en peligro siempre que esté enfrontilado con el toro (enfrente de sus pitones). Si se sitúa al hilo, se encontraría fuera de cacho y el peligro desaparecería. Es la teoría de las vías del tren.

Toreo paralelo-Julio de Urrutia (Detalle)

Para muchos aficionados, la teoría de la vías del tren es la explicación más convincente del comportamiento del toro y, sobre todo, del riesgo que asume el torero: El mayor mérito estaría, según ellos, en meterse dentro de las vías (ponerse frente a los pitones). Quedarse fuera de las vías (al hilo) supondría eludir el riesgo

Es una teoría sencilla y facilona para el que está en el tendido (los pitones son muy visibles desde cualquier localidad de la plaza) pero no se ajusta a la realidad pues ni existe un carril fijo (el único carril sería la muleta) ni el toro es un tren que no pueda cambiar de trayectoria (antes al contrario lo hace al menor movimiento) ni hay más peligro cruzado que al hilo (el peligro está en los ojos situados lateralmente). Dejémoslo aquí, aunque el tema da para mucho más (Dibujo de portada del libro de Julio de Urrutia “Toreo paralelo”)

 

Sin embargo, pese a las apariencias pitonudas, dentro del terreno de juego se libra una batalla muy distinta. Una batalla de miradas entre los dos contendientes. Y, por parte del torero, una batalla de alta estrategia militar, digna de un Rommel, “El Zorro del Desierto”, un Napoleón Bonaparte o un Alejandro Magno.

Rommel05

El torero necesita estar dotado de una capacidad similar a la los más grandes estrategas militares (En la foto Erwin Rommel “El zorro del desierto”)

El torero con su inteligencia y astucia debe defenderse, ayudado por un trapo rojo sujeto por una ligera varita de madera, de un enemigo tremebundo cuya furia (cuya mirada) debe ser capaz de concentrar y canalizar en ese trapo, adecuadamente.

Tauromaquia de Pepe Hillo Turner 002

Pepe-Hillo y los primeros diestros de la historia consiguieron vencer al toro con el único arma de su astucia, su estoque y su muleta. un trozo de trapo rojo enrollado en una varita de madera

El torero se cruza para marcar al toro el punto a donde el no va a llegar pues parará antes. Lo que es una indudable, pero necesaria, ventaja.

Situado al hilo, fuera de la línea de ataque de los pitones,  es cuando más se ofrece el torero a la línea de visión de su enemigo. Y cuando (como con tanto acierto revela Ponce) más peligro corre.

 

“Lo que ve el espectador” de una andanada (Del blog Toros y Sanfermines). A esa distancia, el espectador de las localidades altas sólo es capaz de apreciar la colocación y tamaño del cuerpo y la cabeza del toro (¡incluidos sus pitones!) pero le es imposible percibir multitud de matices, especialmente los relacionados con su mirada del animal, que son claves para entender lo que pasa en el ruedo.

Por el contrario, y como una especie de ley de las compensaciones, es la mejor localidad para apreciar las querencias, las cuales suelen pasar, muchas veces, desapercibidas incluso a los propios toreros.

 

Lo que ve el torero” en el ruedo (Del blog “Taller de toros”).

Aunque los pitones son lo que más impresiona, el torero debe concentrar su atención en la mirada del toro, como nos recuerda y enseña Felipe Romero.

 

2008-10-12 Zaragoza Valdefresno Ponce 001 - copia

Pero lo más importante de todo, no es lo que ve el público ni el torero, sino “lo que ve el toro”.

El torero tiene que tener la capacidad de adivinar o, mejor dicho, intuir, que es lo que el toro ve en cada momento. Esa es la clave para poder torear con un mínimo de garantías de éxito (En la retocada fotografía de Manu de Alba, Ponce en Zaragoza ante un incorpóreo toro de Valdefresno el 12/10/2008)

El momento en el que el toro pasa al lado del torero, es cuando cualquier error de este (adelantando a destiempo el engaño o abriendo una ventana por separarlo demasiado del cuerpo) o cualquier extraño del toro, pueden provocar la cogida.

  2011-07-18 Mont de Marsan Samuel Ponce

En la colocación de perfil, todo el toro pasa por el frente del torero, como lo hace, con la carita alta, este toro de Samuel Flores en Mont de Marsan ante la muleta de Ponce. Mientras el toro va embebido en el engaño el muletazo es muy seguro (18/07/2011)

Lo anterior lo resume Enrique Ponce, de forma magistral y geométrica, en los siguientes párrafos:

Para citar colocado hay que estar enfrontilado entre los dos pitones, y cruzarte un poquito, porque en ese terreno vas a provocar mucho más y mejor la embestida del toro.

Esto en el primer muletazo, pero no en los siguientes, por­que por geometría te quedas al hilo del pitón siempre que quieras ligar los pases, a no ser que se pare el toro y te vuelvas a cruzar.

El valor del torero no está en el primer muletazo, sino en los si­guientes, en el segundo, en el tercero, en el cuarto y en el quinto, porque cada vez el toro te va a apretar más. Ahí es donde dejas la muleta puesta en la cara y ligas el muletazo, estando más bien al hilo del pitón.

El toreo es una circunferencia, y ¿cómo te vas a meter el toro atrás y luego no quedarte al hilo? Físicamente es imposible.

2008-09-29 Barcelona Victoriano dle Rio 001

Para Ponce, hay que cruzarse sólo en el primer muletazo de la tanda. Lo que le vemos hacer ante un toro de Victoriano del Río en Barcelona, el día 29 de septiembre de 2008 (Fotografía de Manu de Alba)

2008-09-29 Barcelona Victoriano dle Rio 002

Sin embargo, en los restantes muletazos y para poder ligar, es condición necesaria estar un poco al hilo del toro. En la fotografía, de Manu de Alba, le vemos en el segundo o tercer muletazo de otra tanda, ya más relajado, en la misma tarde de la foto anterior.

La conclusión es que estar al hilo es un riesgo asumido pero necesario para poder ligar los muletazos. Además, según Ponce, sólo hay que cruzarse en el primer muletazo.

Sin embargo, yo me pregunto si tiene sentido cruzarse en el primer muletazo cuando luego el torero no se va a cruzar en los siguientes. En ese sentido, si existieran otras opciones, tendremos que buscarlas en otras tauromaquias, no en la de Enrique Ponce quien tiene muy claro esos conceptos.

Creo que, por hoy, es más que suficiente.  

(continuará…)

5 comentarios:

F. Romero dijo...

Tres cosas José:
En primer lugar te agradezco las citas al artículo del blog tallerdetoros y que te hayan servido para ilustrar esta entrada a la vez que me alegra me produce un cierto rubor. Muchas gracias en todo caso.
En segundo lugar hay un tema de geometría en el que estoy seguro que el maestro Ponce aceptaría la corrección. La geometría del toreo en una serie de muletazos ligados no es exactamente circular, lo que teóricamente permitiría una serie ilimitada de muletazos, sino que describe una trayectoria en espiral, en la que el toro acorta el radio en cada muletazo ganándole terreno al torero. Si el torero puede dar una serie larga es porque en algún momento desvía y alarga la embestida un poco en línea para ganar espacio y abrir de nuevo el radio del trazo. (Espero haberme explicado con precisión)
En tercer lugar cojo el guante de tu pregunta final: ¿qué sentido tiene cruzarse en el primer muletazo para finalmente torear al hilo? Para mí puede tener un doble sentido: uno técnico y otro compositivo.
Desde el punto de vista técnico en la primera arrancada de la serie la posición del torero es más frontal, dando el pecho o el medio pecho y además no tiene a su favor la inercia del toro en movimiento, cosa que si tiene una vez que liga. De ese modo se toma el torero en la puesta en movimiento del animal una ligera ventaja. En todo caso no me parece decisivo ni estrictamente necesario ya que hemos visto iniciar muchas series al hilo y con el torero de perfil.
Por eso me inclino más en una razón compositiva, que de ese modo estructura la serie en tres momentos distintos (número impar clásico) inicio marcado por un muletazo bien diferenciado, cuerpo central marcado por varios muletazos más o menos ligados al hilo y remate final marcado por otro muletazo más o menos florido. En fin una columna clásica base, fuste y capitel. ¿Se puede eliminar la base haciéndola igual que el fuste? Evidentemente sí, pero perdería la elegancia del orden clásico.

Anónimo dijo...

Muy interesante esta serie de entradas. Es importante aclarar que Ponce no dijo que él no quiere que el toro le coja, como si fuera un medroso culaquiera (como algunos increiblemente e injustamente le definen) sino que él quiere enfrentarse a un animal (que por istinto quiere coger) sin que le gane la partida cogiendole, en una "lucha de poderes". Este es el dominio del toro bravo (cosa en la que Ponce es un Maestro). Y otro apunte: como bien dices los toros no tiran cornadas solamente porque un torero esté en los "railes del tren" (o solo si un torero tiene una pierna adelantada, como otros dicen) sino tambien (o sobretodo) porque los toros miran de lado como aqui hemos dichos muchas veces. Como ejemplo valgan las dos cornadas mas celebres del 2013, la del Juli y la de Morante, que ocurrieron cuando los toreros no estaban cruzados (ni con las piernas adelantadas). Y en fin en cuanto a tu ultima pregunta (porqué no empezar al hilo una tanda, cosa que muchos toreros hacen) creo que eso depende del comportamiento de los toros: con los que "aprietan" y se meten por dentro si se empieza al hilo el toro mas probablemente mirarà en direccion del torero y no hacia la muleta (y como contra-prueba valga que con toros de ese comportamiento, los toreros se cruzan dandoles muletazos de uno en uno y expulsandolos hacia afuera con el torero que vuelve a colocarse y cruzarse en cada pase...). Bueno espero no haber dicho ninguna tonteria.

Un saludo,

Paolo



PS: te mando por correo dos interesantes fotos de esas cornadas a las que me refiero

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

La teoría de Ponce está muy bien pero lo que no dice es que él no se cruza ni en el primer muletazo. Empieza al hilo o más allá y acaba más allá. Eso por no citar la separación casi siempre abismal entre un torero y un toro que va conducido casi siempre por el pico de su muleta.

Sabemos sobradamente que lo más importante es que no le coja el toro y que para ello hay que echar mano de todos los recursos posibles, aunque para ello tenga que echar mano de la cuadrilla. Particularmente cada vez que sale un toro duro y que, como algunos otros compañeros de profesión, manda que sea destrozado por la artillería pesada antes de enfrentarse al animal de poder a poder.

A pesar de ello, es justo reconocer que el maestro Ponce es un auténtico artista a la hora de mantener un toro en pie, aunque antes se hubiera caído cuatro, cinco o seis veces debido a la falta de fuerza y/o al trabajo del varilarguero.

Quizás mi opinión pueda parecer la de un antiponcista sin fundamentos pero, cuando la ausencia de fundamentos es compartida por la opinión, hecha pública, de grandes figuras del toreo, bien podría aplicarse aquello de que "cuando el río suena, agua lleva".

Enhorabuena por sus excelentes artículos, aunque entendamos la tauromaquia de manera diferente.

Anti Poncista

Jose Morente dijo...

Felipe Romero:

Primero.- Por supuesto no hay nada que me tenga que agradecer. Era de lógica reconocer el trabajo bien hecho y la utilización de esas imágenes

Segundo. En efecto, por muchas razones, el trazo del muletazo no es circular. Digamos que es una simplificación hecha para entendernos y por eso, hablamos de toreo circular, pase circular, etc. Otra cuestión es que intentando prolongar la tanda, probablemente, el torero intenta alargar el muletazo pero si el toro se queda corto o se cierra demasiado llegará un momento en que se cierre el circulo en espiral y en el que haya que recurrir al forzado de pecho.

Tercero. La explicación efectuada a la pregunta que yo planteaba en la entrada me parece cumbre y no había reparado en ello. Estoy de acuerdo en que matizar el muletazo inicial de forma distinta (pues también el problema es distinto) dentro de un esquema compositivo donde toda la tanda tiene sentido es un hallazgo que he intentado explotar en la siguiente entrada del blog. Magistral explicación.

Un fuerte abrazo y perdón por el retraso en contestar.