José Sánchez de Neira fue el crítico más prestigioso del siglo XIX. Sin embargo, su dogmatismo radical y su culto al pasado hacen que sus opiniones hayan perdido vigencia con el paso del tiempo y que no nos sirvan para comprender realmente como fue el toreo y los toreros de su época. No obstante, de vez en cuando, decía cosas bastante sensatas como las que siguen. El párrafo final no tiene desperdicio.
(…) Y ¿quien es sabio en el difícil arte de torear? ¿El populacho que aplaude o silba a tontas y a locas, sin saber por qué? ¿El aficionado que por llevar muchos años mirando corridas de toros, se cree doctor en el arte? ¿El torero, que si hace bien una suerte, no sabe explicar por qué ni como la hizo? ¿El que escribe revistas o de asuntos taurinos cálamo currente? Nadie, absolutamente nadie. Podrá ser más o menos entendido en la materia el que la estudia, la practica y la tiene amor, ¿pero sabio?
Y a los que entienden de toros, por lo mismo que no se les ocultan las dificultades con que luchan los lidiadores para dominar las reses y vencerlas, es a quienes corresponde usar en sus conversaciones de mayor mesura y circunspección en su modo de apreciar el trabajo, midiendo a todos por un rasero y ateniéndose en cada caso a las reglas estrictas del arte, que muy bien puede un buen torero hacer una mala labor en ocasiones y un mal torero ejecutar en otras actos plausibles.
La crítica debe emplearse en ellos, para que al que algo valga no se abandone ni vicie, y para que le sirva de aguijón y de incentivo en su carrera; las censuras deben ser fundadas en hechos ciertos y siempre teniendo presente lo que dice el arte escrito y no controvertido; las apreciaciones, de tal manera que no puedan convertir la discusión en disputa, ni la emulación en rivalidad envidiosa; y en toda ocasión, considerarse debe, que a unos diestros adornan ciertas aptitudes, que en otros son muy distintas sin que por eso dejen todos de sobresalir en las que les son peculiares.
Entre los mismos matadores que hoy figuran en primera línea, existen diversas condiciones. Suertes lucidas ejecuta el Gallo, que no practica Lagartijo; estocadas da Mazzantini que no dará con igual frecuencia y del mismo modo el Espartero; Guerrita no capea con la perfección de Cara ancha y Ángel Pastor; y Currito estará más acertado con un toro de cuidado y estudio que muchos de los citados y, sin embargo, los entendidos en el arte tienen ya colocado a cada uno en el sitio que le pertenece por más que las afecciones particulares desvíen algún tanto de él a quien merezca preferente lugar.
No hay, pues, que apasionarse hasta el extremo, que en un buen medio está la virtud, y sobre todo los entendidos no deben derrumbar a unos para encumbrar a otros, juzguen a cada cual según merezca por su trabajo en el redondel y apláudase el mérito, la buena voluntad y el valor donde quiera que se encuentren.
José Sánchez de Neira “Seamos justos” artículo incluido en la Tercera parte “Artículos cortos, críticos y teóricos”.del Tomo II del Gran Diccionario Taurómaco (2ª ed. Madrid, 1896)
2 comentarios:
Porque encorsetarnos tanto,dejemos aflorar nuestros sentimientos en cada faena y dejemonos de demagojias, sea cual sea el torero y sea cual sea la ganaderia. Saludos.
domi:
¡Que así sea!
Saludos
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