jueves, 27 de marzo de 2014

Cuaderno de notas (XX) Del toro determinante al toro determinado

 

HB-castellano2 Toro de Hidalgo Barquero 1855

El toro determinante. El toro del siglo XIX determina, tanto por su conformación zootécnica como por su comportamiento, el toreo de la época, basado en la suerte de varas, las de  capa (como elemento auxiliar en dicho tercio) y la estocada. En la imagen, un toro de HIdalgo-Barquero (cruce de reses de Vistahermosa con sementales Vazqueños) según un dibujo de Castellanos de 1855. Acababan de morir Montes y el Chiclanero 

En el arco que va de finales del siglo XIX a principios del siglo XX, acontece algo que tiene la mayor importancia en la evolución de la Fiesta.

Se precipita la selección del toro.

Es algo que el público no ve, sólo lo verá después, por sus resultados.

Un giro total, un cambio radical de motivaciones.

Podríamos expresarlo así: en la etapa anterior, el toro determina el toreo; de ahora en adelante, el toreo determinará al toro.

Empiezan los ganaderos a seleccionar a los toros, buscando hacerlos más aptos sobre todo para la muleta, que es el capítulo fundamental del toreo moderno (…)

Ahora bien, para tal desarrollo se requerían dos condiciones fundamentales: un toro distinto y una distinta suerte de varas (…)

El toreo de muleta por la propia condición de este instrumento y por el tipo de sus posibilidades, iba a descubrir pronto que requería (…) una suerte [de varas] quieta y lenta, en la que el toro pueda ser castigado más hondamente y más prontamente, para que cobre la fijeza necesaria al toreo de muleta (…)

Tal es lo que el público ve. Lo que no ve es el trabajo de selección de los ganaderos en busca del nuevo toro, más cómodo de defensas, más fino de líneas y, sobre todo, más dócil de estilo (…)

Dicho está; antes, el toro determinaba el toreo; ahora, es el toreo el que determina el toro. Del toro determinante al toro determinado.

José Alameda. El Hilo del Toreo (1ª ed., Madrid, Espasa Calpe, 1989. Págs. 163-164)

 

Diano de utrero  copia

El toro determinado. Ahora es el toreo el que determina como será el toro. En consecuencia, y por exigencias del toreo de muleta, cambian los criterios de selección en busca de otras hechuras y otros comportamientos más cómodos y bonancibles. Los sementales se convierten en protagonistas y empiezan a ser conocidos y valorados. Tal es el caso del famosísimo “Diano” de Ibarra, quien “hizo” la ganadería de los Herederos de don Vicente Martínez. Una de las preferidas de Joselito el Gallo. El toreo está dando un giro de 180º

1 comentario:

Anónimo dijo...
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