Manolo Martínez toreando erguido pero con todos los músculos, nervios y tendones en tensión dinámica igual que cuando toreaba volcado hacia el toro. La verdadera espontaneidad. Una espontaneidad no fingida.
El esfuerzo se realiza a base de tensión dinámica, sin moverse, aguantando las acometidas del toro mientras músculos, tendones y ligamentos se estiran y tuercen sin que tus piernas se desplacen, sino únicamente giren.
(…) Te muestran de salón la forma de ejecutar las suertes, de colocarte, de mover los brazos, pero a la hora de la verdad, todo depende de como absorbas el miedo, de como te sientas más a gusto, de tu disposición física, de la tranquilidad con que veas el peligro.
Cuando algo te preocupa, algún nervio, músculo o tendón se estira o se afloja, se reacomoda, y eso cambia los planteamientos pensados. Lo único que me propuse, eso sí con plena conciencia, fue torear con buen gusto.
Se volvió una fijación para mi eliminar todos los adornos innecesarios, los movimientos que, según yo, sobraban. Jamás torear para el público, es decir, nunca hacer circo ni caer en una espontaneidad fingida.
Declaraciones del diestro Manolo Martínez recogidas en Manolo Martínez-Un demonio de pasión de Guillermo H. Cantú (1ª ed., México, Editorial Diana, 1990)
2 comentarios:
Que j'approuve le dernier paragraphe!
Ce qui précède est un plein d'intelligence et de réalisme. Lumineux.
Jack:
Ese libro sobre Manolo Martínez está lleno de sabiduría.
Por lo que respecta al texto concreto de la entrada, esperaba que estuvieras de acuerdo pues lo que dice Manolo Martínez es lo mismo que decías tú hace poco tiempo.
Un abrazo
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