domingo, 30 de abril de 2017

Ferrera sienta cátedra con Platino

Por Jose Morente

Ferrera cita a Platino con la muleta a la altura del cuerpo. Un detalle técnico en una faena plagada de detalles técnicos aunque no exenta de pinturería de la buena (Fotografía de Carlos Núñez para Cuadernos de Tauromaquia)

Muchos y variados matices tuvo la emocionante corrida que Victorino Martín envió ayer a Sevilla, tanto por el comportamiento de los toros como por la apuesta de los toreros (Ferrera, Escribano y Ureña).

Una corrida con mucho que comentar y analizar y de la que me interesa destacar la magistral lección lidiadora que dio Antonio Ferrera a lo largo de toda la tarde y, en especial, su forma de meter en la canasta al fiero toro cuarto, "Platino" de nombre, un nombre de toro de hondas e importantes resonancias manoleteras en tierras mexicanas pues Platino se llamaba aquel toro de Coaxamalucan al que el diestro de Córdoba hizo faena histórica, en la plaza el Toreo de la Condesa, allá por febrero de 1946.

Fiereza de un toro fiero en el caballo. Platino (Fotografía de Arjona para Aplausos)

Al inicio de la faena de muleta, traía Platino una arrancada probona, amagando mucho, midiendo mucho al torero en el cite. Luego, sin embargo y una vez pasado el embroque, la embestida se resolvía con un tranco si no excepcionalmente largo, si suficientemente hondo y emotivo. El toro, además, se revolvía rápido en el remate. Reponiendo. Un interesante problema lidiador para que lo resolviese un lidiador de fuste.

Hemos nombrado a Manolete y, no sé si acordándose o no del diestro de Córdoba, Ferrera tiró de técnica manoletista y retrasó la muleta, colocando el cáncamo a la altura del cuerpo en el cite.

Aquello fue como un bálsamo para la complicada embestida del toro que dejó de dudar y probar y salvado el cuerpo, acometía ya con franqueza, humillación y hondura en unos muletazos que llegaron mucho al público.

Resuelto el problema planteado, los muletazos se sucedieron largos y enjundiosos (Fotografía de Arjona-Aplausos)
Un detalle, el de Ferrera, de gran inteligencia lidiadora. Uno más en una tarde plagada de ellos. La tarde de su reencuentro con los grises en la Maestranza. La tarde en la que este torero volvía a poner su nombre en lo alto junto a un toro de la ganadería de la A coronada, como ya hiciera en 2015 con Mecanizado. Esta vez el toro se llamaba Platino. Ferrera con Platino dirán los libros de historia del toreo.

Ambos, Ferrera y Platino, nos hicieron ayer evocar en la Maestranza el toreo de Manolete y su faena a ese otro Platino de Coaxamalucan en tierras mexicanas.

70 años después de aquello, Ferrera sentaba cátedra con este otro Platino y, lo mejor, es que nos volvía a traer el recuerdo de aquel genio del toreo que se llamó Manuel Rodríguez "Manolete", en el año en el que se conmemora el centenario de su nacimiento.

1946. Plaza del Toreo de la Condesa-México. Manolete citando a Platino de Coaxamalucan

4 comentarios:

Antonio L. Aguilera dijo...

Ole por Ferrera y ole por quien escribe estas líneas tan precisas y emotivas. Y ole por esa plaza donde sonó Manolete en el paseíllo. Lástima que faltara alma de verdadero aficionado en el palco para premiar con dos orejas al torero extremeño.mla emoción no tiene nada que reñir con que la espada caiga un centímetro desviada.
Y ole por Montoliu homenajeando a su padre en el ruedo donde murió y jugándosela de verdad cono menas torería.
Y ole por Victorino por cruzar el toro bravo y en tipo que emociona y no aburre en tres horas de corrida,

Jose Morente dijo...

Antonio L. Aguilera:

Lo dicho: ¡Olé por la fiesta de los toros bravos y los toreros valientes!

Un fuerte abrazo

JOSE RAMON GARCIA GARCIA dijo...

que diferencia del Platino de mexico al de sevilla , el de alla no tenia ni cara ni pitones.

Jose Morente dijo...

Jose Ramón García García

Son dos toros diferentes y dos toreros diferentes, evidentemente pero en ambos casos los dos toreros supieron resolver el problema que estos toros les planteaban. Toros cuya importancia no está en el tamaño de sus pitones.

Manolete encontró un nuevo camino para el toreo de siempre.

Para valorar en justeza la faena de Ferrera nos falta perspectiva pero su importancia creo que también es evidente.