Como ya comentamos hace unos días , el pasado 6 de marzo el maestro Fernando Cámara impartió (cual sacerdote taurino y espero que se me perdone la irreverencia pero el toreo es rito o no es) una charla, que no dudo en calificar de magistral, sobre el toreo de muleta.
Desde el muletazo aislado hasta la construcción de las tandas, desde el cite al remate, Fernando desmenuzó todos y cada uno de los matices técnicos que hacen tan apasionante el toreo.
Unos matices técnicos que suelen ser desconocidos por los aficionados pues, en general, nunca ha sido fácil acceder al conocimiento de la técnica del toreo ya que los profesionales han sido tan celosos en preservarlos como los cocineros con sus recetas.
Hoy las cosas están cambiando y, por una parte, las Escuelas Taurinas y, por otra, la buena disposición de los toreros en revelar esos arcanos, están permitiendo al aficionado de a pie entrar en ese mundo tan mágico y fascinante.
Eso nos está permitiendo, entre otras cosas, la revisión de los antiguos cánones que responden a conceptos del toreo ya superados y mejorados y su sustitución por reglas técnicas más adecuadas al momento actual.
Los movimientos de la muleta
En la primera entrada de esta mini-serie, recogíamos las enseñanzas del maestro Cámara sobre el cite, sobre la colocación del torero del frente al perfil.
Según Fernando, la muleta es un instrumento para crear arte. Un instrumento que tiene pico y panza y, por tanto, en el que hay que utilizar el pico y la panza... el pico y la panza y el palillo, el cáncamo y los vuelos.
Tiene -dice Fernando- carácter defensivo. El objetivo primordial es, por tanto, que el toro elija siempre la muleta. Una muleta cuyas dimensiones deben achicarse gracias al movimiento de muñeca.
Aunque el torero sigue hoy día dando el pecho al toro, las piernas se colocan ya de perfil para alargar el muletazo. Un muletazo cuya trayectoria debe visualizar el torero antes de iniciarlo.
Es importante recalcar que, tal y como hace un torero tan emblemático como José Tomás, la muleta en el toreo actual adopta una posición totalmente oblicua. Lo importante es que eso se hace para acercar el toro al cuerpo del torero, no para alejarlo. Al contrario, la muleta plana es la que, al contrario de lo que se piensa, permite más fácilmente su uso como pantalla de modo harto defensivo.
Es eso algo que resulta difícil de entender para muchos aficionados (añado yo) que confunden esa posición oblicua de la muleta con el uso del pico para, de forma ventajista, eludir riesgos.
Es eso algo que resulta difícil de entender para muchos aficionados (añado yo) que confunden esa posición oblicua de la muleta con el uso del pico para, de forma ventajista, eludir riesgos.
En el coloquio posterior (que no se recoge en vídeo) Fernando añadía algunas cosas muy sustanciosas como la confusión que existe entre adelantar la pierna y cargar la suerte. Aclaró que el movimiento correcto implica adelantar la pierna después de arrancado el toro, no antes de la arrancada (lo que exige una cierta distancia en el cite). En cualquier caso, puntualizó que frente a esa forma de torear, entendía que era mucho más correcta y perfecta la posición de perfil, con las piernas en línea o ligeramente retrasada la de salida, lo que es la clave para conseguir alargar el muletazo y ligarlo con el siguiente. Aunque esa cuestión se tratará con más detalle en la tercera y última entrega de esta serie.
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