Vicente Pastor en Burgos. Una estocada con su característico “saltito”
Vicente Pastor (…) empieza a poner en práctica aquellas lecciones de Valentín Martín de como mataba Frascuelo (…) Vicente Pastor, que tenía una gran afición a matar, y valor para ello (…) se iba sólo con él por el Retiro y allí, usando como estoque el bastón en que apoyaba su vejez Valentín, ponían en práctica las estocadas de Frascuelo.
Y el domingo a la plaza, con el sueño de Frascuelo. Y Vicente se perfilaba, dando un poco el pecho como Salvador; y luego avanzaba la pierna derecha, y apoyado en ésta, se iba resuelto y por derecho al toro, y se zambullía en el morrillo, algunas veces dando un saltito, como si el toro le quitara los pies del suelo, no para irse, sino para llegar antes, como si tuviera prisa por colgarse del pitón, lo que sí podía traerle la ventaja de pasar más pronto el cuerno, no le desviaba, sino que le volcaba sobre el morrillo y la estocada se ahondaba con el peso del cuerpo.
Si se considera esto como vicio de ejecución o tranquillo, tiene en favor del matador una voluntad firme para estoquear y una fe ciega en su mano izquierda, con la que se juega la muleta, que había de sacarle del embroque.
Como prueba de que no era fácil ni aliviador este modo de hacer, basta recordar que no tuvo un imitador, cuando tantos en el ruedo viven de las imitaciones, y que Pastor, cuando empezó a decaer ya no saltaba.
Gregorio Corrochano ¿Que es torear?-Introducción a la Tauromaquia de Joselito
(1ª ed., Madrid, 1955, págs. 39-40)
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