sábado, 28 de mayo de 2016

El codilleo (I) En los viejos tiempos

Por Jose Morente
Aunque hoy todos los toreros recurren, en ocasiones, al codilleo, es el Juli uno de los que más y mejor utilizan ese mecanismo técnico pata ajustar la posición de los engaños a la embestida del toro (Verónica en San Sebastián. Desconozco el autor de la Fotografía)
Con el codilleo ocurre lo mismo que con tantos y tantos términos tradicionales del toreo (el pico, adelantar la pierna de salida, los toques, etc,) y es que puede utilizarse de forma incorrecta o ventajista o, por el contrario, puede emplearse o aplicarse de la forma más adecuada, correcta y necesaria.


Codillear. Una definición (y una visión) negativa
Codillear.- Manera de manejar la capa o muleta, al verificar las suertes, con los codos pegados al cuerpo y jugando o moviendo solamente las manos y el antebrazo; y la tendencia a torear así (Cossío. Los Toros, Tomo I. pág. 42
Aunque la definición que da Cossío parece bastante aséptica, sin embargo, se convierte en negativa con el ejemplo que la acompaña.

Como el de Cossío es un Vocabulario autorizado, cada definición viene con su correspondiente cita que, en este caso, corresponde a Federico M. Alcázar quien afirma que sólo "se codillea por miedo o por torpeza".

No estoy de acuerdo. La definición de Alcázary, aunque es de 1936 (que es cuando escribe su "Tauromaquia moderna", libro de donde Cossío saca la cita), parece ignorar que, por el toreo, ya había pasado Juan Belmonte García. Lo que es mucho ignorar.

Alcázar un gran revistero taurino, era un pésimo tratadista, confuso y errático y su definición corresponde a una visión demasiado arcaica del término cuando el codilleo se consideraba un grave defecto.

Y es que, en el siglo XIX, lo importante era conseguir que el toro pasara (siquiera fuese fugazmente) y para eso "sacar los brazos" (que es como las viejas tauromaquias llamaba a la acción de extenderlos) resultaba primordial.

En el toreo antiguo (siglo XIX) lo importante era sacar bien los brazos, estirar los brazos para expulsar al toro del terreno del torero. En el caso de Bombita (en la foto) estamos ya en fase de transición, los brazos están ya desemparejados y el de salida (muy estirado al contrario que en el caso del Juli) va  ya hacia atrás para conseguir que el toro se quede colocado en posición adecuada para el siguiente capotazo.
(Otro detalle, aunque quizás no venga al caso. Bombita inició la moda de abrir exageradamente el compás al cargar la suerte con los brazos. De ahí derivó la tendencia moderna que luego se impondría de valorar el toreo compás abierto -la pata 'alante- que antiguamente -según F. Bleu- se consideraba propio del toreo basto)
En la Hemeroteca Digital (donde he rastreado el término), la expresión codillear se utiliza siempre y desde 1898 (fecha de la primera referencia localizada) en sentido negativo

La más interesante es una referencia de Palmas y Pitos de 1915. Se trata de la reseña de una novillada en Barcelona donde actuaba Fortuna. Y es que, en esta ocasión, al habitual texto reprobatorio, le acompaña una fotografía del lance cuestionado.

Fotografía publicada en Palmas y Pitos el 24 de mayo de 1915 acompañando una reseña de una novillada en la Ciudad Condal. Fortuna en un ayudado por bajo.
El texto dice lo siguiente:



El codilleo belmontista.

Sin embargo, lo que, al principio se veía como defecto, codillear o torear sin despegar los codos del cuerpo, acabó considerándose, en cierto modo, una virtud pues permitía pasarse al toro muy cerca del torero.

El toreo belmontista de exposición y aguante maximos (un toreo anunciado ya antes por el Espartero y Antonio Montes) se impuso y el toreo acabó tomando unos nuevos derroteros. Si el objetivo en el siglo XIX era defenderse y conseguir pasar al toro lejos del torero, ahora lo que se empezói a valorar era pasarse al toro lo más cerca posible.

Los gustos del público estaban cambiando. De ser considerado defecto cuando se hacía por torpeza o miedo, el codilleo pasa a valorarse como un medio técnico positivo, cuando trae causa en la decisión consciente del torero de ajustar la embestida del toro a su cuerpo.

Veamos otra reseña muy interesante también de Palmas y Pitos y también de una novillada donde actuaba Fortuna. Aunque esta vez el "codilleante" es Pepe Zarco del que se dice lo siguiente:

En la reseña se habla de ceñirse por codillear, por azar o por valentía. Aunque el codilleo se sigue considerando defecto, empieza a vincularse con el ceñirse que puede ser, a veces, rasgo de valor (Palmas y Pitos. 28 de marzo de 1916)
Volvamos a Belmonte. Antonio de la Villa cuenta (en Belmonte, el nuevo arte de torear. Pág. 92) que cuando ese torero hizo uno de sus primeros tentaderos en casa de Urcola, este le dijo:


La solución propuesta por Calderón ese mismo día cuando volvían en tren de la finca de Urcola, era bien sencilla. Ponerle unas tablillas en los codos para llevar los brazos como si fueran aspas de molino:



Belmonte pasó de la verónica codilleando.... (Galería fotográfica Los de José y Juan)
A estirar los brazos cual aspas de molino (Fotografía publicada en Mundo Gráfico)
En realidad, la solución no lo era tal, y el codillear de forma intencionada acabaría imponiéndose y se convertiría en seña de identidad del estilo belmontista. Lo será también de todo el toreo posterior hasta llegar a nuestros días.

Pero eso, lo contaremos en la próxima entrega

(Continuará)

1 comentario:

Paco Carmona dijo...

Este blog es una maravilla, no por pertenecer a mi amigo Morente, que también, sino porque éste (y no exagero) está reescribiendo la Historia de la Tauromaquia a través del estudio y la observación de la misma. Si contar las cosas es tarea difícil, re-contarlas de manera neutral, sencilla, directa y sin mayor interés o pretensión, que el no volver a caer en la trampa o error de mitificar siempre lo que nos contaron, es labor, aún mucho más ardua,complicada y nada fácil de creer.
Millones de gracias, por no querer estar en posesión de la verdad.Ni usted, ni yo, ni el pasado, ni quién sabe, que nos deparará el futuro.