Por Fernando Cámara
Joaquín Galdós a hombros de los "costaleros" alumnos de las Escuelas Taurinas (Fotografía de Álvaro Pastor Torres publicada en Sevillatoro) |
Una vez más. la rancia jerarquía del toreo pone palos en las ruedas de la tauromaquia. Presidentes que roban el protagonismo del público que poblaba la maestranza; Delegados que obligan a los costaleros a bajar de sus hombros a su ídolo para que no salga por la Puerta Grande en volandas cuando se tendría que haber abierto de par en par la del Príncipe.
¡Qué dos feos detalles! ¡Qué falta de sensibilidad hacia un novillero con talento y con futuro!. Talento y futuro fresco de Joaquin Galdos quien, ante Sevilla, se ha reivindicado como otro de los héroes capaces de luchar, contra todo, por un fin. El "imposible" fin de ser figura del toreo.
Héroes que luchan contra la suerte, contra la incomprensión, contra los elementos y como no, contra esa especie de taurocracia cuya tarea es salvaguardar la integridad de la tauromaquia.
Al final, la responsabilidad siempre cae sobre los principales actores: público, toro y torero, los únicos que nunca fallan. Estallaba, serena y exquisita, la profunda tauromaquia de las telas de Galdos, aparecía la interpretación del arte de seducir al toro para crear un arte puro, la sutil danza donde tres bailan al mismo tiempo y al ritmo de la divina música de Sevilla.
Toro torero y público en un perfecto "ménage à trois" y nunca en mejor lecho que el de la Maestranza. Primoroso recinto donde la sensibilidad corre por los tendidos esperando el climax de los verdaderos protagonistas. El arte de la sugestión se conjuga con la belleza del toro para crear la obra del toreo que estalla en los aficionados. Creatividad sublime de Joaquin Galdos haciendo posible enhebrar de un fino hilo las embestidas del toro y el erudito conocimiento del público de Sevilla.
Derechazos, naturales y pases de pecho con tempo musical, sutil danza a ritmo de bravura e interpretación perfecta de la tauromaquia. Por lo visto, para todos menos para dos o tres en toda la plaza. Joaquin Galdos hoy ha brillado junto al toro y el albero de la maestranza y la sensibilidad de los tendidos en dos faenas de Puerta del Príncipe, pero no estaba disponible, hoy no.
Alguno de los "responsables" taurócratas de la fiesta se había olvidado la llave en el cajón de la insensibilidad. Joaquín no pudo ver realizado el sueño de su toreo.
No importa, la puerta de los corazones de Sevilla se abrió con un portazo en la pared.
Cuando se torea así y cuando se mata así no cabe la cicatería a la hora de conceder los trofeo (Fotografía Arjona-Aplausos) |
-o-
Nota de LRI.
La prensa ha sido casi unánime en calificar de "robo" la no concesión de la segunda oreja del sexto novillo, la que abría la Puerta del Príncipe, a Joaquín Galdós.
Tengo, para mí, que Francisco Fernández-Figueroa (el Presidente de la novillada de ayer) es un gran aficionado pero quizás las excesivas y recientes críticas que recibiera por la segunda oreja que concedió a Padilla el sábado de Feria y que posibilitaron que el Ciclón de Jerez abriera la Puerta del Príncipe, puedan haber influido en su decisión. Las diatribas que contra él lanzaron algunos aficionados fueron desaforadas, excesivas e injustas.
En ese caso, dentro de la lista de insensibles "taurócratas" a los que, con tanto acierto, hace referencia el maestro Fernando Cámara, tendremos que incluir también a esos aficionados sevillanos tan elitistas como dogmáticos. Puntualicemos: a "esos".
El resto, la mayoría de la afición sevillana, tiene por suerte otro estilo. Mucho mejor estilo.
2 comentarios:
Buenas tardes José,
Yo soy uno de los que criticaron, y mucho, la Puerta del Príncipe de Padilla que para mí ha sido un verdadero escándalo. Estuve allí y vi la vulgaridad más basta premiada con la salida por la Puerta que tendría que ser para los que torean bien de verdad, como me parece que hizo Joaquin Galdos ayer. Entonces creo que se pueda decir que el gran aficionado (esto lo comparto) que es Fernandéz-Figueroa se equivocó dos veces, y quizá la de ayer no fue la peor. Somos hombres, occurre.
Nicola:
Me alegra tu comentario porque me permite aclarar el mío que cuando lo he leído veo que es necesario matizarlo.
Yo no crítico a los que criticaron la Puerta del Príncipe de Padilla (¡Dios me libre!), entre otras cosas porque pienso que cada cual es muy dueño de opinar como le parezca. Aunque si pienso que el Presidente lo único que hizo fue acatar la voluntad popular mayoritariamente manifestada. En mi opinión, al Presidente le corresponde ser el garante de los gustos y decisiones de la mayoría y no imponer sus propios y particulares gustos (pero esa es mi opinión, no lo que dice el Reglamento que dice justo lo contrario)
Lo que si critico es el linchamiento que, por parte de algunos, se hizo en las redes sociales de esa decisión que, como digo, sólo consistió en refrendar lo que pidió la mayoría de la plaza.
Un fuerte abrazo
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