lunes, 8 de diciembre de 2014

Morante (I) Mi infancia son recuerdos de un diestro de Sevilla

Por Paco Carmona

1980 mediado

Morante con el vestido que un año le trajeron los Reyes Magos(Esta foto pertenece al archivo personal del torero y fue publicada en el imprescindible libro “Por qué Morante” de Paco Aguado)

Conservo en mi mente intactos los olores a Sevilla, una niñez marcada por sus calles empedradas, sus parques, su luz y la otra orilla.

Aun recuerdo el perfecto devenir de sus gentes y entre medias a un torerillo que pasaba por allí.

La primera vez que vi a Morante cruzar el puente iba acompañado de Leonardo Muñoz, apoderado del "chaval" en sus inicios. Yo no sabía lo que era un torero, ni siquiera entendí porqué vestía de esa guisa un muchacho que tenía mi misma edad. Para ser sincero , hasta el día siguiente no supe de quién se trataba.

Volvíamos mi tío Manolín y yo de vender como todos los días. En la furgoneta, con más de cuarenta grados, se mezclaban toda clase de olores a fruta, verduras, salmuera y aliños, lo conservo como si fuese ayer.

Cruzamos La Alfalfa, La Alameda, La Macarena, el Centro, Triana y Los Remedios, y me llamó poderosamente la atención unos carteles grandes pegados por las calles con la foto en blanco y negro de un torero pegando una verónica inmensa a un novillo muy grande en una plaza de piedra sin callejón.

En los carteles ponía "Morante de la Puebla".

Desde aquel momento, desde aquel preciso instante, nunca volví a  preguntarme porqué visten así los toreros...

Cartel Morante novillero

Este no es el cartel que deslumbró a Paco Carmona siendo aún niño pero el que él vio esa mañana en Sevilla sería muy parecido. No importa pues cualquier verónica de Morante ha tenido siempre (como todo su toreo) una enorme enjundia.

 

(Continuará)

2 comentarios:

flosanbal dijo...

Joder. Con la miel en los labios. Paco te has rebozao

Paco Carmona dijo...

Flosanbal, espero que te vaya gustando mi manera de entender a Morante. Esta experiencia personal de niño me parece muy acertada para hablar de la ilusión que produce este tipo de toreros. Un abrazo