miércoles, 23 de julio de 2014

El cite (2ª parte) Álbum fotográfico

Por Jose Morente

El Cite Perea

Cite para el pase natural. Dibujo de Manuel Perea. 1855 (Biblioteca Nacional)

En la primera entrada de esta serie analizábamos la colocación del torero en el cite para el toreo de muleta. Una colocación que, a lo largo de la historia había ido pasando del cite de frente al cite de perfil.

Nada mejor que revisar este proceso abriendo las imaginarias páginas de este añejo álbum de fotografías.

Unas fotografías que, si se miran atentamente con los ojos de la ilusión y dejando volar nuestra imaginación, pueden incluso, llegar a cobrar vida (Algo que está garantizado para aficionados soñadores).

 

1. El cite clásico. Rafael Molina Lagartijo

 

24 El_Cite_Lagartijo_thumb[3][1]

El cite clásico. Lagartijo cita totalmente de frente, con el compás cerrado o sea, a pies juntos, con la muleta en la izquierda, la espada en la derecha y, como diría Sassone, con el corazón en el centro.

Es el cite más gallardo y corresponde a un muletazo de muy corto trazo donde lo importante es controlar su inicio que es, también casi su final.

Y es que, en esta época, los muletazos, de escaso número, se dan sueltos y aislados. El embroque es fugaz y el torero todavía no controla adecuadamente el manejo de la tela que no pasa de ser un trapo rojo que ondea al viento. Eso durante el muletazo, cuando todo cobra un aire de barullo y desorden aunque antes, en el cite, como vemos en esa vieja fotografía, hay un momento en el que el tiempo se ha parado.

 

2. El cite clásico. Antonio Fuentes

El Cite Antonio Fuentes 2

El torero, en este caso un elegante Antonio Fuentes, empieza ya, en esta época, a querer torear, no sólo a hacer pasara al toro. Por eso aunque da el pecho, comienza a abrir el compás y a retrasar la pierna de salida (una pierna tapada por una muleta cuyo tamaño no tiene ya nada que envidiar a las muletas actuales) para ganar profundidad y longitud en el muletazo. Muletazo que, no obstante, seguirá siendo todavía corto y sesgado.

 

3. El cite de tres cuartos. Juan Belmonte

 El Cite Belmonte 2

El cite de Juan Belmonte, va a mantener las características que señalábamos en el cite de Antonio Fuentes: Ofrecer el medio pecho y colocar retrasada la pierna de salida (aunque avanzará luego hacia el lado que no hacia delante).

Además de la estética (mientras Fuentes está erguido y natural, Juan se presenta encorvado y crispado) existen diferencias sustanciales. En concreto, las que se refieren a la situación o posición del cuerpo del torero en relación al toro.

En efecto, Belmonte cita mucho más cruzado y mucho más cerca del burel. Aunque parezca increíble (y el personal tardó mucho en creérselo) en esa posición los toros cogían menos. En realidad, cogían lo mismo pero al arrancar en curva y desde más cerca, lo hacían con menos velocidad. Belmonte rodó mucho por los morrillos de los toros pero, al cruzarse tanto y tan de cerca, le calaron pocas veces.

Al lograr que el toro se arrancara cambiando su dirección y más despacio se conseguía, si no alargar la embestida, si templarla. Y es que, ahí en esa colocación del torero, nace el temple.

 

4. El cite de perfil. Manolete

 El Cite Manolete

Manolete da una vuelta de rosca al toreo, al colocarse de perfil y al hilo pero muy cerca. Tanto como hiciera falta para que el toro se arrancase (y hacia falta acercarse muchísimo pues las faenas son cada vez más largas).

Al no cruzarse y citar al hilo, renuncia a las ventajas de irse al pitón contrario. La  arrancada del toro se produce en su trayectoria natural, en línea recta y, por tanto, con mayor violencia y velocidad.

Como, además, la muleta no está adelantada tapando al torero sino a su altura, al estilo clásico, el embroque es, quizás por eso, el más emocionante pues el público tiene la sensación de que el torero ofrece al toro la posibilidad de elegir entre su muleta o su pierna.

Finalmente, al estar de perfil, el torero puede controlar mejor el final del muletazo, su remate, y alargarlo lo que sea necesario (un detalle que curiosamente sorprendió mucho a la crítica de entonces), lo que, de rebote, le permitirá ligar, hilvanar o engarzar ese pase con el siguiente.

Ya no hay pases sueltos, sino muletazos que forman parte de un todo, de una sinfonía. Ha nacido el toreo en redondo.

 

(continuará…)

6 comentarios:

japolos dijo...

Coincido plenamente con lo expuesto, pero considero obligado destacar el mérito de la elección de las fotografías que integran el álbum, tan ajustadas, exactas y elocuentes que hacen innecesaria cualquier explicación al pie. La de Lagartijo, me ha sorprendido especialmente. No la conocía.

Por lo demás, resulta evidente que cualquier forma de citar es buena y que el empleo de una u otra depende del desarrollo de la lidia, del momento de la faena y del particular gusto del espada de turno. Muchos “sabios” han proclamado la supremacía del toreo de frente, cuando en realidad esta forma de torear limita y acorta el pase, haciendo sólo aconsejable su utilización al final de las faenas, cuando se reduce el recorrido del toro. Con una salvedad: el famoso “litrazo”, inicio de faena equivalente de esos cambios en el centro del ruedo de los que tanto abusan los toreros actuales.

Los mismos “sabios” anatematizan el toreo de perfil, ignorando las ventajas que conlleva respecto de la longitud del muletazo, su remate y su ligazón con el siguiente. El cite de perfil tiene un valor añadido: el “verlos venir”, aspecto que destacó en su día Juan León, en un Pregón de toros consagrado a la defensa del toreo de Manolete, y que no se le ha escapado al autor de la entrada, a propósito de la trayectoria, velocidad y violencia que en el cite de perfil puede alcanzar la embestida.

Finalmente he de confesar que por regla general no me satisface ese encimismo que, a juzgar por la forma en que son acogidos los habituales arrimones de final de faena, tanto gusta a los públicos de hoy. Es evidente que aunque los profanos crean lo contrario, los toreros se sienten cómodos en esos trances y la prueba la tenemos en esa manía que tienen muchos diestros de retirar el engaño al final del muletazo, llevárselo a la espalda y hacerlo oscilar pacientemente a uno y otro lado, proceder que parece satisfacer a la gente… aunque lo único que consigue es perder el tiempo y evitar la repetición de la embestida y la deseable ligazón de la faena.

Juan Antonio Polo

francisco butler dijo...

El encimismo, los arrimones, el pendulo de la muleta,...son temas de máximo interés. Pienso valdría la pena algun post sobre ellos.

Jose Morente dijo...

francisco butler:

O dicho de otro modo, tendríamos que hablar ya de una vez por todas en este blog de Ojeda. Un torero histórico y genial ninguneado por muchos aficionados.

El problema es que, por ahora, no me atrevo (aunque...)

Un cordial saludo

Jose Morente dijo...

francisco butler:

O dicho de otro modo, tendríamos que hablar ya de una vez por todas en este blog de Ojeda. Un torero histórico y genial ninguneado por muchos aficionados.

El problema es que, por ahora, no me atrevo (aunque...)

Un cordial saludo

Anónimo dijo...

Muy cierto lo que se ha dicho aquí con respecto al cite. En mis tres décadas y media de aficionado he podido comprobar que el público cada vez aprecia más la longitud del pase y menos la “calidad” del embroque. Ahora el pase tiene que ser muy largo para entusiasmar, requisito que no se producía hace no demasiados años.
Yo, en cambio, voy contracorriente, y me gusta mucho más un buen embroque y una postura natural, aunque el pase no sea demasiado largo, que el trazo largo-larguísimo a cualquier precio. Es decir, disfruto mucho más con Morante, Urdiales o Fandiño que con el Juli o Espartaco.

Un saludo.

Mosquete


PD. Apoyo la mocíón: Ojeda.

Unknown dijo...

Hola. Buenas noches.
Espero como agua de mayo el post de Ojeda.

Torero que los "sabios" llamaban saco de patatas pero que marcó un antes y un después en cuestión de terrenos toro-torero.

Torero que se le cantó mucho, y con razón, "el parón" pero es que antes venía el poderle a los toros desde su capote pasando por su muleta con pases ligadísimos y templadísimos (además de larguísimos) en muy corto espacio de terreno. Este era el Ojeda largo. ¡BRUTAL!

Luego venía el parón y el toreo en ocho. Este era el Ojeda corto, pero ¡ojo! digo corto porque era la ligazón del natural o derechazo con el de pecho en ocho. Pero que se dejaba tocar los pitones en la taleguilla que sobrecogía cómo su total "hipnotizamiento" del toro a su muleta. ¡DESCOMUNAL POR SU TOTAL MANDO Y DOMINIO DEL TORO!

Lo dicho espero el post.

PD: Es la primera vez que escribo pero vengo leyendo su blog desde que empezó...y aprendiendo don José.

Un saludo.

@Carmelo1973