Sólo quedo inédito [en la temporada de 1944] en la feria de Pamplona debido a un accidente de tráfico con consecuencias extrañas para la tauromaquia.
Sucedió que al día siguiente del sonado triunfo ante el toro Ratón, Manolete y Camará se marchan en coche para actuar en Pamplona (...) En esta ocasión les lleva un amigo, Germán Sá,nchez dueño de la gasolinera Goya en Madrid que estrena, a decir de Clarito un coche "1.100" (...) Les acompañaba también el actor y cantante Mario Gabarrón.
A la altura de Buitrago, el coche derrapa y cae por un terraplén, dando cuatro vueltas de campana (...) Alguna costilla rota y diversas magulladuras, además del coche abollado, son en principio los daños. Manolete parece ileso y aunque el coche puede continuar, aparece el torero Antonio Márquez en el suyo (...) y junto a Camará, el cordobés continúa viaje en el coche de Márquez hasta Pamplona.
Al llegar, de madrugada, Manolete tiene la mano hinchada. Hay fractura. Manolete no actúa en Pamplona y cuando vuelve a los ruedos achacándolo a los daños del accidente, lleva una protección en la muñeca y una espada de madera, de menor peso, para la lidia de muleta.
Lo que, en Manolete, era en principio un recurso, provoca en los demás toreros aceptación e imitación y, por tanto, normativa universal.En poco tiempo todos adoptan un recurso que permite no cargar de tanto peso a la mano derecha que, evidentemente, sufría lo suyo con un estoque de acero cuando toreaba.
A Manolete le llovieron las críticas durante años por ser el causante del nacimiento de lo que muchos creyeron una herejía. Hoy, la espada de madera no se discute, y los toreros han convertido en ritual el acto de ir a las tablas a cambiarla por la de acero, dejando al toro reposar brevemente antes de estoquearlo,
GONZALEZ VIÑAS, Fernando. Manolete-Biografía de un sinvivir (1ª ed., Jaén, Editorial Almuzara, S.L:, 2011, Páginas 183-184)
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