Por Clarito
Málaga, 5ª de abono. Lunes, 15 de agosto de 2011
Manzanares en triunfador
El sin sentido de la corrida mixta
El cartel de ayer plantaba una extraña combinación: 4 toros de la Quinta para Juli y Manzanares y 2 toros de rejones para el hermano del segundo, Manuel.
Entraba este último en el cartel, por dos razones, la primera por el apoyo de su hermano a su incipiente carrera como rejoneador. La segunda, para evitar el mano a mano, que quedó incluso más diluido al no lidiarse los cuatro toros de la Quinta seguidos. Al interrumpir el toreo a pie con un toro para el caballo.
Gracias a estas corridas mixtas, el rejoneador se está rodando sin necesidad de competencia. Estuvo aseado salvo descabellando a su segundo.
Aunque no tiene sentido plantear un festejo mixto (A mí al menos, no me convence) si que lo tenía ver a las figuras (Juli y Manzanares son las dos máximas este año) con toros de encaste Santa Coloma. También hubiera sido interesante ver aquí a Ponce del que se habló al principio y luego nunca más se supo.
En todo caso, lo decíamos el día de la novillada de la Quinta, esperábamos con expectación la tarde del lunes por ver juntos a estos dos toreros y sobre todo por ver lo que eran capaces de hacer con estos toros. El caso es que no sólo no nos defraudaron sino que colmaron todas nuestras esperanzas.
Extraña combinación. Aunque al fin y al cabo lo importante era ver dos figuras con toros de Santa Coloma.
Las figuras andan sobradas
Y lo previsible, lo lógico, lo que se esperaba es que los dos toreros y sus cuadrillas, anduvieron más que sobrados con los toritos de la Quinta. El espectáculo que vimos ayer no tuvo nada que ver con lo que venimos viendo estos días. No sólo por el relumbrón de la faena de Manzanares, lo que este año no sorprende, sino sobre todo por la tranquilidad y oficio con el que los dos diestros solventaron el reto de torear toros de este encaste.
Porque si el titular periodístico se lo lleva Manzanares, que le hizo una grandísima faena al único toro bueno del encierro, la actuación de Juli –sobre todo su primero- hay que enmarcarla para colgarla en las aulas de la Cátedra del Toreo. Dicho esto veamos, paso a paso, lo que pasó.
Lo de Juli fue una lección de tauromaquia de principio a fin.
Los toros de la Quinta
Si no sale el toro de Manzanares, nos hubiera bastado copiar todo lo que dijimos de la novillada de la Quinta y habríamos hecho la reseña de los toros de ayer. Que tuvieron todos los defectos propios de este encaste, adobados por la falta de fuerzas, pero sobre todo por la falta de casta que les restaba movilidad.
Y es que el toro de Santa Coloma es muy problemático cuando se mueve, ya que tiene un tempo, un ritmo, distinto a los toros de encaste Domecq, pero es más problemático todavía cuando se para, cuando se pone a la defensiva. Como ocurrió con los lidiados en quinto y sexto lugar, los dos últimos, que fueron los dos peores.
La complicada embestida de los Santa Coloma.
También tuvo muchas complicaciones el primero del Juli. Un toro muy difícil de torear por su embestida cansina y al paso. Un toro muy soso, que hace imposible el triunfo. Por lo menos, el triunfo tal y como lo entiende el público moderno.
El lote de Juli fue complicado. En la foto uno de sus toros embiste con la la cara alta. Pero la muleta está “planchá”
El primero de Manzanares, no. Ese si que fue un gran toro. Encastado, noble, bravo. Con una embestida muy larga, lo que en este encaste es noticia.
La embestida muy larga del toro de la Quinta. Una excepción.
Este toro fue el más asaltillado del encierro, el de lámina más en línea a la rama saltillo que junto a la de ibarra conforman las dos líneas de esta ganadería. El saltillo es, en general y lo fueron los de ayer, un toro vareado, degollado, con hocico de rata y culatas estrechas. Y pese al poco peso con el trapío propio del encaste. Escasez de tamaño y peso que, con la moda actual de toro grande, ha estado o está a punto de enviar al garete a las ganaderías de esta rama.
El tamaño de los toros de Santa Coloma no tuvo nada que ver con lo que vimos días atrás. Es otra conformación muy distinta de toro.
Lidia
Si no sale el primero del lote de Manzanares, hoy estaríamos hablando exclusivamente de la lidia. Que no es oficio de gañanía, ni trabajo basto o torpe, ni pelea con el toro, sino conocimiento de las reses, finura de estilo, elegancia en las soluciones, orden en la plaza y sobre todo, darle sentido a lo que se hace en ella.
Si no sale el primero de Manzanares, estaríamos hablando y matizando sobre la capacidad lidiadora de Juli y Manzanares, sobre la adecuación de su toreo a las condiciones de sus toros y de su dirección de lidia que incluye, sobre todo, la actuación de las cuadrillas.
Y sobre las cuadrillas, hay que decir que estuvieron las dos sensacionales. No hubo en la plaza ni un capotazo de más, ni un lance mal hecho. Los toros se torearon donde había que torearlos sin el trajín, inútil, de otras tardes de llevar al toro de aquí para allá.
Si queremos matizar diríamos que la lidia más eficaz la puso la cuadrilla de Juli y la lidia más espectacular la de Manzanares (Espectacular el tercio de banderillas de su segundo toro con el capote de Curro Javier y un par de Trujillo que puede ser el par de la Feria), como más eficaz fue la actuación de Juli en la tarde de ayer y más lucida y espectacular la actuación de Manzanares. Las cuadrillas respondieron cada una al patrón del concepto de toreo de sus maestros.
Trujillo puso un segundo gran par. Las manos no están juntas, pero el torero salió apoyado en los palos.
Afinando mucho, Manzanares lidió sus toros con algo menos de precisión que Juli. Tanto a la hora de plantear el inicio de las faenas (incluso al toro de su triunfo) como a la hora de llevar los toros al caballo, lo que no siempre consiguió con limpieza. Juli, no.
Juli no tuvo un enganchón. Ni un mal pase, ni un mal paso. La elección de terrenos y querencias la forma de andarle a los toros (el principio de faena a sus dos toros andándoles hacia atrás fue de antología) fue perfecta. Como perfecta la altura a la que llevó los engaños y la forma de mover las muñecas.
Juli. Ni un mal paso, ni un mal pase
Sin embargo, mató mal a sus toros. Con eficacia en su primero, pero abusando de tranquillos en los dos.
La ejecución de la suerte carece de pureza pero la estocada de Juli suele ser muy eficaz
Toreo
Si Juli estuvo excepcional en la lidia y en su forma de entender a sus toros, Manzanares no le anduvo a la zaga. Ya hemos matizado la forma de colocarlos al caballo y también sus principios de faena hasta coger el ritmo de sus toros. Pero son, en todo caso y es importante aclararlo, matices y reparos que sólo se pueden poner a un gran torero. Ayer, un torero excepcional. Y eso, que sus corridas de este encaste se pueden contar con los dedos de la mano. Me dicen que la de ayer era la primera de la Quinta que torea en su carrera.
Manzanares torea con el capote con la clase y empaque que le reconocemos.
No obstante, en el toreo actual y con el nivel técnico que tiene la baraja de toreros punteros, sólo hace falta un toro que embista para cuajar una gran faena. Eso es lo que pasó ayer con Manzanares. Le salió un gran toro y su faena no sólo estuvo a la altura del burel sino que lo mejoró.
Manzanares toreó con la clase, el gusto y el empaque que le caracterizan. Empezó muy cruzado, quebrando al toro en su viaje, lo que este le protestó. Por lo que acabó llevando más recta la embestida, más en línea. Ahí su toreo empezó a coger vuelo.
Manzanares torea al natural
Pero lo importante técnicamente, creo que estuvo en la manera de ligar los pases. Me explico. Manzanares es torero que gusta de dejar los engaños en la cara, de torear siempre muy ligado. Toreo ligado que creo que es, aparte de su estética, lo que más encandila a los públicos.
Resulta además que, a los toros de este encaste, este tipo de toreo viene que ni pintado. Ayer se vio y la faena fue sensacional.
Por todo ello, la faena fue de más a mucho más. Tanto que el mejor pase lo dio al final, un cambio de mano de duración, longitud y temple infinito que remató con el pase de pecho.
El espectacular cambio de mano.
Luego mató al toro recibiendo (recibió a sus dos toros aunque al segundo le pinchó y acabó pasaportándolo al volapié). El estoque –dicen- quedo desprendido. Hagamos un inciso.
Sabían los antiguos (que de toros sabían más que nosotros) que en la estocada recibiendo lo importante es la ejecución. Importa especialmente, no mover los pies después del cite. En recibir al toro con los pies firmes estriba su mayor mérito. Por el contrario, tiene mucha menor importancia en esta suerte la colocación del estoque (lo que no ocurre en el volapié). Según venga el toro, recto o travesado podrá quedar la estocada. Lo importante, lo repetimos, es la ejecución, el aguante.
La colocación del estoque no es tan importante.
Pues en ese sentido, la ejecución de la estocada de Manzanares fue perfecta. El torero citó cámara lenta y –sin mover los pies- colocó el estoque en lo alto. Manzanares se ha acostumbrado a recibir a todos sus toros. Su empeño en recuperar esta vieja y tremenda suerte le honra y le hace grande como torero. Muy grande.
La perfecta ejecución de la suerte de recibir
Ironías de la vida
Manzanares ha desempolvado este año y recuperado la vieja suerte de recibir. La de Pedro Romero y Manuel Domínguez.
A su toreo ligado creo que le viene como anillo al dedo el modo de embestir del toro de Santa Coloma. Ayer se vio. Tendría gracia y sería irónico que siguiese el camino emprendido por el Juli y se acostumbrase a lidiar toros de este encaste, lo que seguramente propiciaría su recuperación tan necesaria. Me gustaría verlo.
Manzanares brindó la faena de su segundo toro a Trujillo quien celebraba los 17 años desde su alternativa
A vueltas con la presidencia.
A uno de los pocos que no le gustó la gran faena de Manzanares (recuperador de viejas suertes y, quizás ¿porqué no? de encastes antiguos) fue al Presidente de la Plaza de Málaga, Idelfonso del Olmo.
Lo dije en su día y lo repito. Me parece una enorme chulería imponer el criterio de una persona (carente además de criterio, por lo que se le está viendo estos días) sobre el de los nueve mil espectadores que, entre otras cosas, han pasado religiosamente por taquilla. ¿Hasta cuando?
Fotos: Carlos Criado. J. Bueno y Burladero.com
6 comentarios:
Ni gran faena, ni triunfo ni nada.No había toro y sin toro no hay faena que valga.
Esas monerías que hicieron ayer las figuritas,cuando se las hagan a Victorinos o Miuras y entonces hablamos.
Manolete, Luis Miguel,Pepe Luis Vazquez y muchos otro toreaban toros de verdad y esos sí eran figuras. Los de hoy son figuritas de cristal frájiles, que solo torean gatos domesticados de Domecq.
Saludos
Malagueto:
Triunfo es –por definición-el éxito en un desempeño o acción y también el trofeo que lo premia.
Manzanares triunfó porque (le guste a usted o no) tuvo éxito en su empeño (torear al toro de Santa Coloma con lucimiento), recibiendo los trofeos (la oreja, en este caso) que le otorgó el Presidente de la corrida a petición mayoritaria y, en este caso, además, clamorosa del público de la Malagueta.
Yerra usted, por tanto, en su apreciación. Creo que –como les pasa a muchos aficionados- confunde usted sus deseos con la realidad.
Por otra parte, si bien la pasión es la sal de la Fiesta, sus consideraciones de los toreros como “figuritas de cristal” o del toro de hoy como “gatos domesticados”, me parece que (por lo subjetivo y despectivo de las mismas) están fuera de lugar en este blog.
Igual que yo desde ahora estoy fuera del blog.
Ya estoy harto de leer a falsos aficionados que son una pandilla de mamamelones adictos a los Hnos <Romero que son el cáncer de la fiesta.
Sigo pensando que sin toro no hay triunfo. Los santacolomas eran erales del mismo tamaño que los lidiados en el certamen de escuelas taurinas. Sin peligro, afeitados y drogados. Así cualquiera es figura.
Saludos
Me han dicho que son ustedes nuevos en la blogosfera y pienso que como aficionados también lo son. Se lo dice una aficionada que lleva viendo toros 50 años y alucino con las barbaridades que escriben sobre la charlotada de los "temibles santacoloma".
Para un profano, los matadores estuvieron muy bien, pero a mí no me la dan con queso. Con esos toritos nunca se puede decir que ha triunfado una figura. El toro-toro es el que le da categoría a un torero y yo vi en La Malagueta cuatro becerros que no tenían ni el picante ni la bravura de los santacoloma.
Maria Mantilla
María Mantilla:
Me alegro por su afición. Pero no comparto su criterio.
Una anécdota ejemplar. Bravío, de Santa Coloma estuvo a punto de ser desechado por los veterinarios de Madrid (1919) por su pequeño tamaño y solo se lidio porque el Conde amenazó con retirar toda la corrida si no lo aprobaban. Fue uno de los toros más bravos y fieros lidiados en esa plaza.
Piense que el toro de Santa Coloma (por su escaso tamaño y singular y diferente trapío) puede engañar al aficionado más avezado, máxime hoy día que estamos acostumbrados y exigimos toros grandes. Además, ni el peligro de estos toros, ni la dificultad de su lidia dependen de su tamaño, como pudimos comprobar en la corrida del lunes.
Por otra parte, la exigencia de toros de gran tamaño ha sido una de las causas (probablemente la mas importante) de la exclusión de las plazas de primera categoría aquellas ganaderías cuyos animales tienen trapío más terciado, propiciando la desaparición de determinados encastes y la prevalencia de los toros de encaste Domecq (Fenómeno que los aficionados madrileños han bautizado críticamente como mono-encaste).
No creo que esa reducción de la diversidad de la cabaña brava beneficie ni al aficionado ni a la Fiesta.
Un abrazo
Malagueto:
Lógicamente, es usted libre de leer o no leer a quien le plazca. Asi como de estar o no harto de lo que le lee. Ni me incumbe ni me interesa.
Sobre el tamaño de los Santa Coloma me remito a mi anterior contestación a otro lector del blog (María Montilla).
Sobre el resto de sus opiniones, pienso que se descalifica usted mismo al sustituir argumentos y/o razones por meros insultos. Le reitero que ese no es el estilo de este blog, como usted mismo habrá podido comprobar
PD: Por cierto, le aconsejo que revise sus conocimientos de historia taurina y, en particular, el tamaño de las reses con las que triunfaban Manolete, Luis Miguel y Pepe Luis, a las que aludía usted en su anterior comentario. Estoy seguro que se sorprenderá.
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