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Ángela Hernández junto a Conchi Ríos al anunciar su relación de apoderamiento en 1915.
Ángela fue quien en 1973, haciendo historia y tras ardua pelea en los Tribunales, logró romper la prohibición de torear que pesaba sobre las mujeres en España.
Conchi Ríos tomó la alternativa (de forma triunfal) en Cehegín (Murcia), el pasado 9 de junio de manos del Cordobés y con Antonio Puerta de testigo, cuatro años después de su última novillada .
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Una última observación. Tan enconada ha sido a veces la oposición a la mujer torera, que produjo actuaciones de reyes y gobernantes, discusiones en Cortes y agrias polémicas de prensa, decretos y recursos.
Valga este dato: la última autorización, llegó a los tres años de que Ángela Hernández solicitara permiso para torear y en el examen del problema intervinieron tres ministros de la Gobernación, otros tantos directores generales de Seguridad, el Sindicato Nacional del Espectáculo, el Tribunal Central de Amparo, la Comisión Nacional del Trabajo Femenino y tres gobernadores civiles.
Todo, para que concedida la autorización, algunos críticos y guardianes de la pureza de la fiesta, considerasen el acto gubernativo como "el último descabello a la fiesta nacional".
BOADO, Emilia y CEBOLLA, Fermín. "Las señoritas toreras-Historia, erótica y política del toreo femenino" ( 1ª ed., Madrid, Ediciones FELMAR, 1976. Pág. 16)
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Desplante de la torera Cristina Sánchez que reaparecía, en Cuenca el pasado 20 de agosto a petición de sus hijos de 13 y 15 años quienes querían verla torear siquiera fuese un sólo día. Cristina donó sus honorarios para la lucha contra el cáncer infantil. La terna -de verdadero lujo- la abría Enrique Ponce y la cerraba el Juli. Gracias a la evolución de las costumbres y, sobre todo, a trayectorias tan dignas como la de Cristina, entre otras torearas, las mentalidad de los demás profesionales del Planeta de los Toros va, siquiera sea poco a poco, cambiando.
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