jueves, 8 de septiembre de 2016

Cuaderno de notas (CIV) Siempre existe riesgo

La seguridad y poderío de que hacen gala en las plazas los toreros largos, juega a la postre en su perjuicio.. Una injusta situación que ha afectado a todos los diestros de esta cuerda comenzando por Joselito el Gallo
"Pero es lo curioso del caso que en el toreo, para la versatilidad y ansía de novedades de los aficionados, la sabiduría es sin discusión una cualidad que se elogia fuera de la plaza, pero dentro de ella viene a defraudar al espectador que busca siempre en la lidia un especial duende de incertidumbre y morbosa emoción que ha de herir la sensibilidad crudamente.

La seguridad de estos diestros resta ocasiones de sobresaltos en la plaza, y aunque sean cogidos, corneados y aun muertos en el ruedo ello se atribuye a un error inesperado en la sabia precisión del diestro, y no como debiera a un riesgo constante que, precautoriamente, se vence con peligro siempre inminente de error, en tanto que este error en maneras de arrojo más patente pero no mayor, es la manera habitual de producirse en el ruedo, pudiendo conducir ambas maneras al mismo fin.

Hillo, el primero de los diestros arrojados, y Joselito, el último gran maestro ecléctico y precavido igualan con su muerte los dos procedimientos de lidia a distancia de ciento veinte años de toreo.

COSSÍO, José María, "Disertación Final de los toros" en Los Toros. Tomo IV (También  en Tomo 5/30. Página 180)

Pepe-Hillo. En los diestros arrojados, la apariencia de riesgo puede ser mayor a los ojos de los espectadores.

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