"Pasemos a hora a lo que considero, junto con la quietud, una base para el toreo: la economía de movimientos. Ambos son dos conceptos del todo coherentes.
Hemos dicho que el toreo es visual, el espectador percibe el dominio y la belleza que el torero genera mediante el uso de capote y muleta, y lo percibe como un movimiento correlativo de toro y torero. Dentro del lance o muletazo son el brazo, la cintura y la muñeca del torero, las que crean toreo. Fuera de ellos, el cuerpo entero evoluciona sobre la arena, posicionándose adecuadamente.
Para el toreo ideal, cada uno de estos movimientos por pequeño que sea, ha de ser útil. Si un movimiento o un conjunto de ellos es inútil debe suprimirse, y si puede ser sustituido por otro menor sin perjuicio del resultado técnico, no hay que dudarlo porque el resultado artístico mejorará.
El despilfarro de energía que el toro realiza en la lidia ha de contraponerse, en la retina del espectador, al mínimo esfuerzo del torero para que la ilógica vuelva a manifestarse. La velocidad del toro ha de carearse con la lentitud del torero (...)
Este es un toreo donde es el toro el que se mueve. Un toreo donde jamás una articulación mayor realiza un movimiento posible con otra menor: lo que mueven las muñecas no deben moverlo los codos, y lo que mueven estos no pueden hacerlo los hombros, después va la cintura y así sucesivamente hasta llegar a las piernas que suponen digamos, el movimiento mayor porque es un desplazamiento de todo el cuerpo."
GALINDO, Raúl "El toreo, en teoría-Análisis de tauromaquia fundamental" (!ª ed., Barcelona, Ediciones Bellaterra, 2014. Páginas 133-135)
3 comentarios:
Impresionante fotografía del grandioso Pepín Martín Vázquez, el torero de técnica más amanoletada que ha dado Sevilla, sin perder un ápice de la inmensa gracia y arte sevillanos que recreó en los ruedos. Ahí está su película "Currito de la Cruz" para deleitarse con la grandiosidad de una torería de ayer, hoy y siempre.
Hace unos años, poco antes de morir, lo visitó Morante, al que hemos de agradecer que manifestara la confesión que le hizo. Pepín dijo al genio de La Puebla que entre sus recuerdos inolvidables del toreo guardaba el beso que le dio Manolete cuando lo visitó en el Hospital mientras se recuperaba del cornalón sufrido el 8 de agosto de 1947 en Valdepeñas. Faltaba tan poco para la tarde de Linares...
Fantásticas las series de entradas cortas que últimamente nos procura LRI. Ideas claves y sencillas, que nos hacen hilar y comprender mejor el mundo del toro.
Enhorabuena, Jose.
Para mí, Ponce no entra en el concepto torero de Galindo.
Ponce es un gran economista del toreo, un economizador de esfuerzos, que no de movimientos.
Pepín, Ordoñez, Chenel, José Tomás... sí son claves en el desarrollo íntimo de Raúl como estudioso del toreo, y por lo tanto de su propia visión como torero.
Por cierto, muy buen torero y excelente docente taurino.
Fino y atinado, Paco Carmona: "Ponce es un gran economista del toreo, un economizador de esfuerzos, que no de movimientos".
Las carreritas entre pase y pase que tanto repite no son precisamente, a mi modo de ver, economía de movimientos.
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