Por Jose Morente
Toro de Daniel Ruiz lidiado ayer en Alicante
Los usos y abusos de los años 60 (años en los que se lidiaba habitualmente un toro de poca edad y poca cara) provocaron las demandas quizás justificadas de los años de la transición.
Sin embargo, la moda del toro grande que se impuso la plaza de Madrid a partir de los años 80 no solo trajo consigo la desaparición de algunos encastes (hoy llamados minoritarios) sino también una cierta preferencia o tendencia a primar la apariencia frente a la esencia.
Y, en efecto, hoy se tiende a poner el trapío del toro (a veces, muy mal entendido e interpretado) por encima de su comportamiento. Quizás porque es más fácil distinguir un toro grande de un toro chico que discernir sobre los infinitos matices que conforman la bravura.
Esa exigencia de un trapío a veces desmesurado y/o desproporcionado a las características de cada encaste y cada plaza hace que hoy se hile (y muy fino) en los reconocimientos veterinarios.
Esta bien la exigencia en ese sentido pero siempre que no olvidemos que tan importante es la presencia del toro en el reconocimiento matinal como su comportamiento en el ruedo por la tarde.
Y llegados a este punto, la pregunta-duda es razonable ¿Que es preferible? ¿El toro de las 12 (el del reconocimiento) o el toro de las 5 (el de la plaza)?
¿Que es preferible? ¿El toro que a algunos no les gusta en el reconocimiento (por ejemplo, el ejemplar de Daniel Ruiz cuya foto encabeza este post y que se lidió ayer en Alicante) pero que luego entusiasma al público en la plaza por la tarde? ¿O por el contrario, tenemos que optar por el toro que asusta en el reconocimiento (por ejemplo, el Adolfo de la foto que cierra el post lidiado hace un par de años en Daimiel) y que luego no tiene un pase ni un paso ni un aplauso en el ruedo?
Yo lo tengo claro.
Para mi, tan importantes son el trapío como el comportamiento. En ese sentido, me dan igual ganaderías y encastes.
Pero lo que también tengo claro, lo que NO quiero es que el toro de Madrid, las hechuras del toro de Madrid y el volumen del toro que se exige en la plaza de Madrid (lógicas por otra parte en ese plaza), se impongan en el resto de las plazas que no son Madrid.
Pero lo que también tengo claro, lo que NO quiero es que el toro de Madrid, las hechuras del toro de Madrid y el volumen del toro que se exige en la plaza de Madrid (lógicas por otra parte en ese plaza), se impongan en el resto de las plazas que no son Madrid.
Y es que uno empieza a estar cansado de quienes quieren imponer (por bemoles) un mismo toro en todas las plazas sean de la categoría que sean o sea, de quienes quieren convertir en un aburrimiento solemne lo que era un espectáculo vibrante y emocionante en los años 60. Un espectáculo vibrante gracias a los buenos toreros que había entonces pero, sobre todo, gracias al toro terciado y vareado pero con buenas hechuras que se lidiaba en aquella época.
Que es el toro que normalmente embiste aunque no guste a algunos en los reconocimientos.
Toro de Adolfo lidiado en Daimiel hace un par de años.
Postdata: Hablo del volumen que se exige en Madrid..... a las ganaderías que no son del gusto de esa plaza porque a las ganaderías que son del gusto de Madrid, en Madrid le perdonan todo...hasta la falta de trapío. ¡Imparcialidad que le dicen!
7 comentarios:
Desde mi punto de vista la presentación de cada toro debe ir ligada a las características de su encaste. Jamás se podrá lidiar un Coquilla con 600 kilos, sin embargo, una de las condiciones que han servido al encaste Domecq para prevalecer sobre el resto es la gran caja que presentan sus animales. Por tanto me parece de justicia, exigir que se lidien toros (y más por parte de las figuras) con una presentación más digna.
Usted a lo suyo, erre que erre. Me day una vuelta de vez en cuando para comprobar que todo sigue igual.
Es evidente que algunos tienen una obsesión con Madrid que no sé si les deja dormir, digerir la comida, pensar... ¡porque no paran de hablar de Madrid! Y dale con Madrid, y venga Madrid, y Madrid de nuevo... ¡pero que obsesión! Háganselo mirar por favor, que están para el psicólogo. Y lo digo sobre todo por ustedes,porque que a Madrid le da igual, que Madrid no se acuerda nada de ustedes... Madrid, con sus problemas (que los tiene) duerme por las noches...
Mírenselo por favor, que no creo que sean estúpidos, simplemente están OBSESIONADOS por algún conflicto que no acaban de resolver.
Un saludo
Juan Díaz del Castillo
Nazario Carriquiri Ibarnegaray:
Hay encastes de gran caja pero no todos. Y, en cualquier caso, la gran caja de un toro de lidia no tiene nada que ver con la caja de un vacuno de engorde (raza Hereford o similar). El toro de lidia, excepción hecha del toro de Miura es un toro no demasiado grande y de armónicas hechuras.
Eso es lo que habría que exigir. Toreen las figuras o no.
Un saludo
Anónimo 1:
Reconozco que la postura de quien o quienes no comulgamos con los infumables tópicos al uso hoy día y pretendemos rescatar la tradición de los buenos aficionados de antaño desconciertan a los que prefieren la ortodoxia de la Cartilla antes que pensar y reflexionar por su cuenta.
Espero y deseo que la próxima vez que se pase usted por aquí, sigamos nosotros cuestionando tópicos y reflexionando sobre esa compleja realidad del toreo que algunos como usted quieren simplificar a toda costa.
Un saludo.
Juan Díaz del Castillo
Y si Madrid no se preocupa de lo que dicen los demás ¿Cual es su problema?
Atentamente
Donde están los Galaches, Barciales, Coquillas, Arranes, Buendias...?Éste sector integrista los aniquiló y expulsó de las plazas..pero sobre todo de su plaza de Madrid donde eran asiduos y proporcionaban éxitos a todas las figuras de la época. Ahora se rasgan las vestiduras por recuperar la variedad de encastes...qué ojalá vuelva y de interes a nuestra fiesta.Pero dejémonos de demagogias, que parece que lo que no gusta es que enbistan y den juego.Que se hagan mirar el repaso que Juan Pedro Domeq con sus dos hierros a dao a la treintena de ganaderias de la isidrada. Saludos...
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