Explanada de las Ventas (EFE)
La tarde más dura
Isaac, hoy es el primer día que voy a los toros desde que tú te fuiste. Contigo se marcharon veinte años de vivencias taurinas. Siempre juntos, inseparables. Casi tenía decidido no ir este año. No sé si por luto o por miedo a enfrentarme a tu ausencia. Ese vacío inmenso que invadió mi alma. Pero ya ves, sin pensarlo, me vi anunciado en los carteles. Javi, siempre Javi –“Te hemos sacado una entrada para la Beneficencia. Tienes que venir. Hazlo por él. Le gustará verte aquí…”- Ni para negarme fuerzas tuve.
Subí como siempre por el puente de Ventas, y al divisar sus banderas, sentí un escalofrío. Como el que siente el torero al oír ese clarinazo seco y duro que anuncia que ha llegado la hora. ¿Qué sensación tan extraña? ¿Por qué me decidí a venir?
Comimos con nuestros amigos. Nuestra cuadrilla. Tu cuadrilla. La de tantas y tantas tardes. Javi, Julián, José… y hasta un debutante venido de tierras italianas, Nicola. ¡Qué cuesta arriba se me hace! No estaba tu voz, tus vivencias, tus enseñanzas, tus sentencias…Pero me sentí arropado y como ese peón de confianza que ve que el matador se aflige, Javi arengaba a dar ese paso para echar la tarde “pá-lante” - ¡Vamos que la corrida es seria, pero va a embestir…! Casi sin darnos cuenta, nos encontramos haciendo nuestro particular paseíllo por la explanada de Las Ventas. El tumulto de las tarde de postín. ¡Cuánta gente y que solo que me encuentro! ¡Cómo añoré mis miradas para que no te extraviaras!
Me senté en el tendido. Otra nueva sensación recorre mi cuerpo. Tú estabas aquí. Junto a mí, como siempre. Dispuesto a acompañarme en uno de esos carteles que decíamos que “no podían fallar”. De esos que apostábamos seguro a que en dos horas, toreros y ganadero saldrían a hombros camino de la calle Alcalá. Beneficencia: Mano a mano del Juli-Perera con toros de Victoriano del Río. ¿Quién da más? Y volvió a ocurrir. Se volvieron a juntar todos esos condicionantes que hacen que cada vez sea más difícil que los buenos toreros, los mejores toreros, las figuras, y los toros bravos y en tipo (lo que no quiere decir que los de hoy lo fueran), puedan triunfar en Madrid.
Hay algo que hace muy difícil que los mejores toreros puedan triunfar hoy por hoy en Madrid (Foto web de la Plaza de Toros de las Ventas)
No echaron cuentas al Juli en su primero. La tablilla con 490 kg. lo condenó antes de salir por chiqueros. ¡Maldita tablilla! ¿Qué falta hace? Para mí, el toro mejor hecho y más serio de toda la tarde. Imponente por delante. Lo toreó primorosamente al natural, sin eco en el tendido acorde con ese toreo de mano tan baja. ¡Qué pocos estaquilladores han viajado tan cerca del albero venteño! Media estocada que enmudeció y acrecentó la indiferencia.
Pocos estaquilladores han viajado tan cerca de la arena de las Ventas (Foto de la web de la Plaza de toros de las Ventas)
A partir de aquí y salvo un tercio de quites en el cuarto de Perera (El Juli por chicuelinas de compás abierto y ajustadísima réplica de Perera por gaoneras). la corrida por el despeñadero. Escalera de toros. Algunos pesados, largos como trenes (660, 651…) que si embisten bien, nos parecen hasta bonitos, pero que nos hacen perder la perspectiva de la realidad, ¿qué probabilidades reales tenemos de que un toro así embista? Beato, sólo hubo uno, ¿recuerdas Isaac? El de la despedida de Esplá. Quizás ya gastamos el cartucho. La excepción que confirma la regla. Pero me alegro de que fuera para el alicantino en día tan señalado y sobre todo, que pude vivirlo a tu lado. La tabilla anunció otro Beato, nada tuvo que ver con aquel. La estadística ya juega a la contra. Nada puede ser igual. Ya nada será igual…, al menos para mí…
Beato solo hubo uno. El de la despedida de Esplá. Este nada tuvo que ver con aquel (Foto web de las Ventas)
Un descanto más, unos de tantos que nos gustaba analizar camino de casa. Enfadarnos con ese ambiente dictatorial y absurdo que tratan de imponer algunos, y ese toro grande y feo, fuera de tipo que en nada se parece al toro de los 60 que ellos mismos veneran. Esas Ventas que nos desesperaba, pero la misma que nos volvía locos en tardes donde se entrega. ¡Cuántas veces nos encendió el alma! Con Rincón, con Morante, con Esplá, con Juan Mora, ¿recuerdas?… Todos esos momentos que ahora retumban en mi mente y que, ahora que no estás, cobran la importancia real que tuvieron. Vivirlos junto a ti, fue un honor y un privilegio.
Mi mente se pierde entre luces de coches por la M-30. Termina la tarde de toros más dura que me ha tocado vivir. La noche me invade con la sensación que nunca más iré solo. Porque siempre me acompañarás a cualquier plaza que vaya. Muy cerquita de mi corazón. Gracias por todo, maestro.
El Corpus en Toledo
Con esta tranquilidad y paz interior por la dura prueba superada, contigo me fui al día siguiente a nuestro Corpus toledano. La de cosas que me has contado de la que fuera, una de las corridas más tradicionales de calendario taurino. Del Viti, de Camino, de Ostos, de Puerta, del Cordobés, de Antoñete, de Romero...La nostalgia que tenías de la grandeza de aquellos tiempos. La rabia por la situación de deterioro que se había implantado en los últimos años. Pero parece que nuevos vientos vuelven a soplar. El barco nuevamente navega. El año pasado, no pudimos coincidir. Yo en Granada. Tú en Toledo. Y esa llamada nada más terminar, donde nos pisábamos la palabra. Yo con José Tomás y tú con la faena de Ponce.
El Viti y Camino otra vez en Toledo y junto a Gabriel de la Casa, el 12 de junio de 2013, pero no para torear (Foto ABC)
Como te habrás alegrado de ver ese llenazo hasta la bandera. Corrida de Garcigrande, muy armónica, quizás excesivamente “bonita”. Pero puestos a elegir, se encuentra mucho más próxima a nuestro ideal de toro bravo, que la del día anterior de Madrid y de casi cualquiera que pise el coso venteño. Y claro, cuando el toro está en tipo… las probabilidades de embestir se disparan. Sin ser la panacea de la bravura, sí permitió que se vieran cosas realmente interesantes.
TRE-MEN-DO, el Juli. La ambición de este torero está a toda base de prueba. En su segundo, ya con la Puerta Grande abierta, cual zahorí volvió a orientar su muleta al centro de la tierra, en busca de ese manantial tan profundo donde bebe su toreo. Y se rompió con él, como ya lo hiciera con uno del mismo hierro hace dos años en Aranjuez… Como me acordé de nuestro amigo Juan Antonio. ¡Cómo hubiera disfrutado! Y ese pase circular enlazado con un cambio de manos de una longitud como para dar la vuelta a Toledo, cual trenecito turístico.
El Juli triunfó en Toledo (Foto El Economista)
Y Morante… Si por la mañana la Custodia paseó por sus calles, por la tarde la verónica se posó en la Ciudad Imperial. ¡Qué manera de mecer el capote para recibir al cuarto! Una sorpresa en forma de larga de pie para dar la bienvenida al toro, y ocho o nueve pinturas de la verónica… En la muleta, el agotamiento del toro y en mi opinión (seguro que equivocada), esa búsqueda continua del toreo soñado del de la Puebla, que resta rotundidad a sus faenas, hizo que todo quedara en destellos y apuntes de torería. ¡Como si esto fuera poco! ¡casi ná!
Un cuadro a la verónica. Morante (Foto José Manuel Lomas-Burladero)
Y Talavante. Ese torero camaleónico, con esa nueva apuesta por la improvisación, por la sorpresa... Dotar con aires de frescura a su toreo, y al toreo. Suavidad inmensa en el capote ¿dónde estás Curro Vázquez? Aquí vimos tus huellas. Con la muleta volvió a repetir la arrucina de rodillas, la que sorprendiera en Aguascalientes, la que dejara en evidencia, el pasado viernes, a aquellos que afirmaron que no tendría “…ones” de hacerla en Madrid… la espada, otra vez su espada, la cerró la puerta grande y acompañar al Juli camino de la Puerta Bisagra, mientras, Morante a pie, perfumaba su paso camino de la puerta de cuadrillas. ¡Como huele a torero!
Talavante. La frescura del toreo de siempre (Foto José Manuel Lomas-Burladero)
En Toledo se vuelve a decir lo de “tres días al año brillan más que el sol, Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión…”
Esta es la crónica que nunca quise escribir… Isaac, quizás lo hice para decirte tantas y tantas cosas que tú ya no podrás escuchar. Aunque sé, que con sólo mirarme, al igual que la mirada del toro bravo y noble, ya sabías todo lo que hoy te quiero decir. Por eso, esta crónica es una forma de gritar al mundo, que además de mi suegro y mi familia, fuiste mi amigo y mi referente taurino. Mi compañero del alma. Siempre irás conmigo. Hasta la próxima tarde de toros.
Divino Calvo. 4 de junio de 2015
PD. Isaac, sólo una cosa más te quiero pedir. Conociéndote seguro que ya te has hecho amigo de Joselito, por siempre rey de los toreros, de Belmonte, de Manolete, del joven Yiyo… de tantos y tantos toreros que viven contigo… preséntales mis respetos. En especial a nuestro querido Rafael “el Gallo”. Le pido disculpas por firmar crónicas utilizando su nombre. Por cobardía. Para que nadie pueda atribuirme la insensatez de escribir de toros a alguien que jamás se puso delante. Quizás lo hice para que mis crónicas se impregnasen de sus gotas de genialidad… o quizás porque mis cuatro letras, siempre estarán mucho más cerca de la espantá… Él sabrá perdonarme.
2 comentarios:
Decirte que tu suegro, tu amigo, nuestro amigo, está muy orgulloso de ti, de quién eres y sobre todo de lo bueno que eres como persona. Yo sé que eso es así, que tu bonhomia no es cosa de días de toros, ni de comidas, ni de tendidos de sombra. Eres un amigo especial, porque personas como tú hay pocas. Yo también me siento orgulloso y privilegiado de considerarte mi amigo entre pocos amigos. Nos une una afición en común, el toreo y me alegro de nuevo que nos regales estos pensamientos tuyos, una manera de escribir que tienes muy sentida, muy fácil y muy de verdad. Me gusta que escribas sin complejos, con naturalidad, sin pretensión de nada pero dejándonos a todos con la boca abierta... Como torean los toreros que nos gustan y saben torear. Espero que volvamos a coincidir pronto, me alegro mucho de volver a leerte bajo ese seudónimo tan genial como imprevisible. Enhorabuena por todo, pero sobre todo por ser como eres. Un fuerte abrazo.
Paco Carmona
Divino Calvo:
Comparto lo que dice Paco y sólo añadiría que coincidir en el tren de vuelta de Bilbao hizo que aquel viaje, inicialmente fallido, sólo por eso mereciese la pena. Luego también la merecería conocer a tus amigos (¡Ese Javi!) y especialmente a tu suegro, siempre tan sensato, tan buen aficionado, tan buena gente. Circunstancias irrepetibles que nos van marcando.
Gracias por tus palabras y por tu amistad.
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